Yo también SOY RAPHAELISTA

«El Raphaelismo es lo que representa seguir a un artista de culto, que nos ha envuelto y nos ha llevado a vivir con delirio desbordante la voz y arte escénico de nuestro Raphael»

Juanita Guzmán del Raphael Santo Domingo Oficial

Hay pocos artistas en el mundo que consigan lo que sigue consiguiendo Raphael. En sus conciertos en todos los puntos del globo se reúnen hasta cinco generaciones en un acto casi litúrgico alrededor de un artista que ha sabido renacer cual Ave Fénix en más de una ocasión para seguir conectando los públicos de antes, de ahora y de siempre.

Sin duda, un fenómeno inexplicable por su trascendencia en la historia de la música universal o quizás sí. Pocos artistas con 6 décadas de trayectoria pueden seguir en la carretera haciendo recitales de hasta tres horas. El libro Soy Raphaelista de Marina Bernal hace una aproximación a un fenómeno fan que no entiende de nacionalidades ni de edades.

Este libro es un canto de amor al inmortal artista de Linares a través de grandes nombres como Joan Manuel Serrat o Pastora Soler, pero sobre todo parece un gesto de agradecimiento de los fans que desde todo el planeta han contado cómo ha sido su trayectoria como «raphaelista». No falta el testimonio de Rusia, uno de los países que mayor veneración tiene por el artista. Una historia de amor con el país que nació gracias al cine y es que la película Digan lo que digan llegó doblada a Rusia y fue un absoluto éxito. Lo que ocurriría a partir de ahí lo podrán descubrir en esta interesante publicación de Sevilla Press que también dedica espacio a diferentes episodios de la vida del artista como su fructífera relación musical con Manuel Alejandro. Uno de los aspectos más destacables de este libro sin duda es la exquisita selección de más de 150 instantáneas, muchas de ellas inéditas, con las que se llenan sus interesantes páginas.

Para este treintañero que se dejó llevar por la fuerza de este artista en aquel primer concierto que vi con solo 8 años, esta publicación sirve como espejo en el que mirarse por esa fascinación que por Raphael sentí desde aquella primera vez. Y sí, YO TAMBIÉN SOY RAPHAELISTA.

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