Roberto Álvarez: «Como productor soy un conseguidor que quiere arreglar las cosas que van mal»

Como toda buena historia la de DESDE MI BUTACA echa el telón o al menos se pone en modo stand by tras nada menos que casi 18 años en la red para dar voz a los proyectos que comunicamos en Carlos Rivera Comunicación. Para este entreacto o despedida -nunca se sabe- queríamos contar con alguien muy especial. Se trata del actor y productor Roberto Álvarez, que encara las últimas semanas de Equus en el Teatro Infanta Isabel. Con él repasamos una carrera atípica que le ha llevado a experimentar la fama con cierta edad y a lanzarse al vacío como productor o más bien conseguidor que siempre ha luchado por causas como el Teatro Albéniz o por dar el lugar que se merecía al Teatro de la Danza. Desde Okapi sigue apostando por aquello en lo cree con producciones que hemos disfrutado y mucho DESDE MI BUTACA en los últimos años.

Carlos Rivera: Parece mentira, pero una obra que se estrenó en España en los 70 sigue removiendo al público por algo como un desnudo masculino…

Roberto Álvarez: Así es sí. No es solo el desnudo, es la propia obra. Mira que a mí no me parece dura, es una obra muy bella, llena de virtudes con un mensaje final de que la vida es dura pero te puedes ganar la plenitud día a día. Estamos teniendo sorpresas con programadores que le ha parecida dura para su público. No tanto el desnudo como la obra que se mete con muchas sensibilidades de alguna forma. En el Real se desnudan sin ningún sentido y no pasa nada. Aquí en cambio esta obra que habla sobre una persona cuya sexualidad está marcada por la sociedad y la religión ha tocado especialmente a ciertos sectores.

C.R: Afortunadamente, la reacción del público es de lo más catártica…

R.A: Hay una palabra que se repite: «Brutal», nos lo dicen los amigos y espectadores anónimos. Es un thriller que acaba teniendo un disparo final de reflexión para el espectador. Les cuesta aplaudir, se sienten conmocionados por el final. No deja de contar la historia de una frustración sexual de un niño con una terapia que le lleva a catarsis y luego a la regresión final. Todo ello hace que salga muy emocionado. Es una de las obras que más estoy disfrutando como actor la verdad.

C.R: Compartes escenas con un actor muy joven y talentoso como Álex Villazán, ¿Qué has encontrado de especial en su mirada como intérprete?

R.A: Para mí supone la perplejidad de ver que una persona tan joven es absolutamente tan brillante en su trabajo. A veces crees que el oficio es lo que te llevas a metas más altas. Por naturaleza, está hecho para esto. Bebo mucho de él como actor y personaje. Me recuerda a Ángela Molina. Parece que ha nacido para que le pongan la cámara delante y hacer vibrar al espectador. Es un prodigio de la naturaleza. Salta en el escenario, se contorsiona, disfruta, vibra por naturaleza…

C.R: No tenías vocación de actor, pero sin embargo los noes que tuviste en la infancia se quedaron marcados en tus recuerdos…

R.A: Nunca pensé que iba a ser actor. Iba para Ingeniero de Telecomunicaciones. Inconscientemente debió ser que lo tenía ahí guardado entre mis recuerdos. Tengo una memoria muy retentiva y a corto plazo, pero mis grilletes de recuerdos son cosas que han quedado selladas en mi cabeza. Miles de recuerdos ya no están, mi ser no lo has necesitado guardar. Si es curioso que los recuerdos artísticos negativos en la primera comunión, con el hermano Esteban y con la tuna se han quedado ahí. Esas tres vivencias las tengo grabadas y otras muchas no. Por tanto, algún significado inconsciente debe tener guardar esos recuerdos.

C.R: Háblanos un poco de tu faceta como productor o más bien de «conseguidor» como tú dices…

R.A: El primer gran éxito en ese sentido fue el Teatro de la Danza que tuvo un éxito económico para subsistir con una cierta calidad de vida. Venía de que había talento, pero no había reconocimiento económico. Busqué subvenciones, distribución… Mis principales logros no están en lo económico. Más bien están en conseguir cosas como ser la primera compañía residente en España, eso fue un mérito. Lo calqué de otro país. Una de las compañías más subvencionadas llegamos a ser. Hicimos la primera residencia en Valdemoro, teníamos un lugar donde ensayar y allí hacíamos una primera representación gratuita. Recuerdo la reunión con Carme Chacón y el director del Inaem actual, les propuse que los directores artísticos fueran elegidos por concurso público y no a dedo. También estuve en la lucha por el Albéniz y el Matadero, detrás de eso hay una persona que quiere arreglar las cosas que van mal, que quiere optimizar. Con esta experiencia cuando José Velasco se planteó hacer teatro le eché una mano junto a Natalio Grueso y aquí estamos con este Equus y otras producciones como Ser o no ser con Juan Echanove al frente de Okapi Producciones.

C.R: Te he oído recalcar la importancia de un plan de vida antes de enfrentarse a un oficio tan duro como el del actor…

R.A: Fue una cosa que escuché en una entrevista y es que hay dos opciones cuando te plantean que por ejemplo tu hijo quiere ser escritor. Puedes decirle que se va a morir de hambre o empujarlo hacia adelante. Esas dos opciones no funcionan, tiene que plantearse ¿Qué vas a hacer tú ahí? ¿Cuál es tu plan para vivir? Esa ansiedad juvenil de que no te llaman para trabajar en un hecho. Yo veía el Fotogramas con esa sección de El futuro del cine español. Son la leche esas actrices que salían ahí, pero al año siguiente eran otras, ¿Qué fue de las primeras? No las he vuelto a ver, algunas despuntan y otras no, esta profesión es así de terrible. Al final, quedan cuatro de esa foto que también es extensible a los hombres claro. No vale solo el talento, es mucho las oportunidades y hasta el físico. Fíjate yo soy calvo y todo lo que he trabajado. Muchas de esas chicas que eran monísimas y estupendas actrices seguramente ya no están en activo. Yo siempre pienso en un video de Robert De Niro que va a la Academia de Artes Escénicas de Estados Unidos a la entrega de diplomas y les increpa: ¿Cómo se os ha ocurrido meteros en esto? Si hubierais elegido ser médicos estaríais con trabajo… Luego le da una vuelta cuando dice que si tuviese un hijo actor pues bueno, le dejaría serlo.

C.R: Te llegó la popularidad con cierta edad, ¿Cómo crees que lo hubieses digerido si te hubiese pasado muy joven como les pasa a muchos actores?

R.A: Yo siempre he sido un bendito de Dios. Yo creo que lo hubiese digerido bien. Además, cuando yo era joven era muy distinto al no existir toda esta interacción con los seguidores a través de las redes sociales. Era la época de Almodóvar o Trueba, hubiese entrado en un grupo bueno de actores a los que se pagaba mucho a esa gente que se creía que durarían mucho en esta industria. Por mi caracter no creo que me hubiese vuelto muy loco con la fama de joven.

C.R: Como eres una persona muy activa en Instagram, te voy a pedir que cerremos con esa frase con la que ‘venderías’ Equus en tu cuenta…

R.A: Lo que dice todo el mundo al salir: ¡Brutal!

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Juan Echanove: «De esta profesión no te retiras, te retiran»

Tras 17 años de entrevistas DESDE MI BUTACA siento que saldo una deuda. Por primera vez, nos ponemos delante de alguien que con su trabajo y pasión por las tablas nos lleva haciendo disfrutar desde hace décadas. Con el recuerdo lejano, pero presente al maestro Antonio Mercero se cuelan en la conversación Robert Mitchum, Juan Luis Galiardo o Gerardo Vera. Este intérprete admite que en su profesión «no te retiras, te retiran», pero se siente un privilegiado comparado con otras oficios como el de los bailarines «que tienen una pronta fecha de caducidad». La suya sin duda es un trayectoria impecable y variada, pero ahora se vuelve a sentir un ‘debutante’. Por primera vez, se enfrenta a la Zarzuela y a tenor por su entusiasmo con el género estamos seguros de que no será la última. Pan y toros se puede ver hasta el domingo 23 de octubre en el Teatro de la Zarzuela y solo podemos desear que este sea el primero de muchos encuentros con nuestro teatro musical y por extensión como entrevistado DESDE MI BUTACA. Siéntense y disfruten de sus palabras, ¡Arriba el telón!

“Tengo la sensación de que todo lo que he aprendido de mi oficio lo he podido volcar en Pan y toros. Juan Echanove se muestra feliz con su primera experiencia como director de una zarzuela. Ha tenido que ir amoldándose a un género que es diferente a dirigir montajes de texto como la reciente Ser o no ser. En esta producción del Teatro de la Zarzuela ha aprendido de los cantantes que “trabajan desde la verdad y desde luego no puedes pretender que asuman laberintos a los que no enfrentarías a un actor”. En ese doble reparto “que ya lo quisieran todos los que dirigen lírica” hay nombres como el de Alberto Frías, cuyas palabras se cuelan al comienzo de nuestra plácida entrevista. Para Echanove “es un cantante que se convierte en actor o un actor que se convierte en cantante con un nivel en ambas áreas verdaderamente importante”. Al final, la pregunta de Frías sobre si volvería a trabajar con cantantes concluye con el director de Pan y Toros lanzándole el órdago a Frías: “¿Estarías dispuesto a volver a trabajar conmigo cuando dirija otra zarzuela? Yo te querría en mi equipo”.

Juan Echanove dirigiendo a Alberto Frías

El gran consejo de Lluis Pascual. Acostumbrado al trabajo de dirección de escena de texto en el que siempre su trabajo acaba el último, se ha dejado llevar por lo que le dijo Lluis Pascual a este ‘novato’ en las lindes de la Zarzuela: “Cuando empiecen los conjuntos aprende a desaparecer”. Así se lanzó a “disfrutar con lo que está ocurriendo en el proceso y tomar muchas notas”. En definitiva, ha tenido que acostumbrarse a que “el director de escena se vaya diluyendo y el ensayo se seguirá haciendo con o sin él”. Estos consejos le han aportado “tranquilidad” en un proceso que admite con una sonrisa que “echaré de menos”. Uno de esos momentos ‘disfrutones’ ha sido cuando por primera vez entró la orquesta en acción: “Me ha elevado a momentos de sensibilidad que nunca había experimentado dirigiendo e interpretando”. Todo ello además con su equipo habitual al que se ha sumado el del Teatro de la Zarzuela.

Una de las escenas de Pan y toros

“En todos los duelos, los españoles acabamos riéndonos en un bar de lo estrambótica que es la vida”. Cuando uno ve una función como Ser o no ser en estos tiempos es inevitable preguntarse ¿Cómo hacer reír cuando ves que el mundo se desmorona a tu alrededor? Echanove necesitaba sumergirse en la comedia en estos tiempos. De hecho, pudo haber estado en Kingdom de Bieito, pero le dijo a Pou que prefería apostar por Ser o no ser. Entonces no sabía que al poco de empezar a ensayar esta obra la realidad terminaría superando a la ficción.

Juan Echanove estaba en una entrevista en La Sexta. De pronto conectaron con la actriz Anabell Sotelo que estaba refugiada en un teatro en Varsovia. Nunca la ficción y la realidad habían estado tan unidas. Cuando pudo venir a ver la función, Sotelo confesó a Echanove que en la escena de la guerra “casi le faltaba la respiración”. En este contexto difícil, el protagonista de Madregilda confiesa que si se puede hacer comedia ahora es por ese espíritu tan genuinamente español de optar por la risa como bálsamo en los momentos más difíciles. Todo ello en su caso como creador teniendo en cuenta que “si haces comedia debe haber momentos que conmuevan”. Sin duda, con Ser o no ser lo han conseguido gracias en parte a haber conseguido consolidar una compañía más o menos estable con nombres como los de Lucía Quintana con la que ha establecido una relación tan buena que “incluso le pedí ser el padrino de su hijo”.

Lucía Quintana y Juan Echanove, pura complicidad en escena en Ser o no ser

“Remember, you aren’t the best, you are only the winner”. Echanove se siente un afortunado por haber recibido muchos premios a lo largo de su carrera. Poco se podía imaginar que uno de los más especiales estuviera marcado por Robert Mitchum. Cuando estaba a punto de recibir la Concha de Plata de San Sebastián, observó que en el lateral del escenario un hombre de riguroso negro con un vaso lleno de vodka lo observaba. Justo antes de subir al escenario, la estrella de Hollywood le espetó una frase que Echanove recibió atónito y que de alguna forma le sirvió para a partir de entonces aprender a relativizar el éxito en este duro oficio.

María Galiana, su ‘otra madre’. Más allá de los rodajes de la longeva Cuéntame cómo pasó, la relación de Echanove con la eterna Herminia televisiva se fraguó aún más en la larga gira de Conversaciones con mamá, cuya parada en el Arriaga aprovechamos para charlar con Galiana. El actor nos admite que “no era el tipo de obra que quería hacer, pero compartir con ella esa gira era mi motor para aceptar el proyecto”. Tras la experiencia, el director de Pan y toros solo pudo sentirse agradecido por cómo se portó con él “cuando en plena gira perdí a mi hermano”. El vínculo es tal que Galiana siente a Echanove como uno más de sus hijos con los que “mantengo un trato excelente”. Además, la actriz de Solas cumple años el mismo día que la madre de Echanove.

“Pasó de ser el niño del balón a uno de mis mejores amigos”. Los rodajes de Cuéntame cómo pasó suponían un auténtico esfuerzo para Echanove que siempre los combinó con funciones teatrales como El verdugo. Tal era el agotamiento que comía muy rápidamente para poder echarse un rato a descansar a la hora de la comida. Un día oyó mucho jaleo y es que los niños actores con Ricardo Gómez a la cabeza estaban jugando al balón y le estaban sacando de sus casillas. Abrió la puerta del camerino y justo pasó el balón que aplastó con furia. En ese momento en que les habían advertido que tratasen bien a los pequeños artistas, Echanove espetó -se recrea en ello-: “¡Vosotros no sois niños, sois actores, así que si queréis jugar al fútbol a la puta calle!”. A pesar del susto, desde ese día Ricardo Gómez y Juan Echanove se hicieron amigos. Para el intérprete la clave del éxito de esa relación es que “nunca he tenido un trato paternofilial con Ricardo por cuyo trabajo siento una gran admiración por su sólida formación escénica y por la impresionante carrera audiovisual que está desarrollando”.

Mercero, la humanidad detrás de un excelente retratista de seres humanos. Cuando Echanove recuerda a su padre televisivo, Antonio Mercero, lo primero que nos dice es que “era muy simpático, un tipo muy cachondo”. Para ilustrarlo nos cuenta lo que ocurrió en el rodaje de Turno de oficio. Grababan una partida de cartas en un bar y sonaba cada dos por tres en las tragaperras el Baile de los pajaritos y se colaba en las tomas. Cualquier director se hubiese cabreado, pero Mercero “paraba la toma y se ponía a bailar”. Esa anécdota le sirve para calibrar que “su humanidad estaba en momentos así”. Más allá de “tener un conocimiento técnico brutal por el cual con una o dos cámaras de 16 milímetros era capaz de hacer magia”, Mercero destilaba esa cercanía que conectó con los espectadores durante décadas. Lamentablemente los caminos de Echanove y Mercero no se volvieron a encontrar y cuando supo por Juan Luis Galiardo del Alzheimer que sufría le dijo: “No vayas a verlo, ya no nos reconoce ni a ti ni a mí”.

“De esta profesión no te retiras, te retiran”. Para Echanove hay dos formas de dejar este oficio al que se sigue dedicando en cuerpo y alma. Una es “cuando el público te baja para siempre del escenario”, cuando no llega ya el calor del respetable tras una vida subido a las tablas. La otra es la enfermedad, muy especialmente cuando la memoria y las fuerzas empiezan a fallar, como le ha pasado al excelente actor Santiago Ramos que vio que tenía que ponerse a un lado, en su caso por el Párkinson.

Aún así, Echanove se siente “un privilegiado comparado con los bailarines que tienen una fecha de caducidad muy temprana”.

Los directores de escena, sus grandes maestros. Echando la vista atrás, Juan Echanove se siente un afortunado por haber aprendido de los mejores directores de escena desde sus comienzos de la mano de José María Morera. Admite que “solo actuando en los ensayos me llego a aburrir, lo que me interesa es absorber conocimientos sobre dirección de escena”. Tal es así que recuerda cómo Gerardo Vera le comentaba las claves por teléfono de la obra Rojo que finalmente no pudo dirigir. Recogió tanto de lo que le contaba en las insomnes conversaciones telefónicas que pudo sustituir al desaparecido director de escena en este montaje que compartiría con su amigo Ricardo Gómez.

Junto a todo un referente como Gerardo Vera

Volviendo a Pan y Toros para acabar vuelve a mostrar entusiasmo cuando afirma que “estoy viviendo un sueño y no busco el camino de baldosas amarillas, pero tengo la sensación de que a través de este montaje he podido volcar todo lo que sé”. Así lo sentirá seguro el público del Teatro de la Zarzuela, donde se podrá disfrutar de este montaje hasta el domingo 23 de octubre.

Juanjo Rivero (SOM Produce): «Cada vez hay más público de musicales en España»

En una temporada frenética para el sector del teatro musical tras Gonzalo Pérez Pastor charlamos con Juanjo Rivero de SOM Produce sobre este momento álgido del género que llevará a su productora a estrenar en Madrid Matilda hace solo unos días y la semana que viene Mamma Mia!

Carlos Rivera: Matilda llega a escena mucho más tarde debido a la pandemia, ¿De qué manera os afectó este retraso?

Juanjo Rivero: Teníamos ya en marcha la formación del elenco infantil y tuvimos que cortarla de raíz. Cuando retomamos la formación casi un año después nos dimos cuenta de que ya no valían para el musical por la estatura. Tuvimos que empezar de 0 en este aspecto, además de temas contractuales por la licencia del musical y temas así.

C.R: El género vive mucho de la preventa que con la situación sanitaria prácticamente desapareció…

J.R: Tenemos ya una situación muy similar a la de 2019. Parece que ya ha pasado lo malo y hay que centrarse en el presente que parece positivo con la misma movilidad turística. Parece que el paréntesis pandémico ya lo hemos superado.

C.R: ¿Cuál es el mayor reto al que os habéis enfrentado con Matilda?

J.R: Cuando arrancamos Matilda no éramos conscientes de la complejidad y del volumen de producción que se nos venía encima. Pensábamos que estaría al nivel de Billy Elliot más o menos. El elenco infantil tiene un peso interpretativo, de canto y coreográfico increíbles.

C.R: ¿Cómo os enfrentáis desde SOM a la competencia feroz de esta temporada?

J.R: Eso es bueno, significa que hay demanda. Nos queremos diferenciar con una producción con una factura impecable, creemos que hay espectadores para todos.

C.R: Mamma Mía!, un título muy conocido por el público español, ¿Qué aporta vuestra producción?

J.R: Lo vas a decir tú cuando lo veas. Es tan diferente que es difícil expresarlo con palabras, es una puesta en escena completamente nueva.

C.R: Mirando hacia el futuro, ¿Veremos más proyectos con jóvenes intérpretes?

J.R: Tenemos ya las licencias para hacer más musicales que haremos públicos cuando se pueda hacer oficialmente. Además tenemos nuestra escuela así que sí, proyectos con artistas revelación seguirán llegando.

C.R: Con el buen sabor de boca que deja En tierra extraña, ¿Os planteáis nuevos musicales de creación?

J.R: Uno de los aspectos importantes es que hay disponibilidad limitada de los espacios escénicos. Tenemos proyectos de creación propia sobre la mesa, pero la cuestión es encontrar el momento y el espacio adecuados para sacarlos adelante.

C.R: Hablamos siempre de la dificultad de grandes espacios para musicales en Madrid…

J.R: Yo creo que el público madrileño y los turistas demandan una cierta cercanía con la propuesta. Un espacio sobredimensionado te lleva la experiencia a otro sitio. Jugar con aforos entre 1000 y 1500 personas juega a favor de la experiencia del espectador. Aunque suena contradictorio, los teatros de grandes aforos tienen que quedarse en ciudades más pequeñas. Así en poco tiempo se puede amortizar un musical en gira al haber aforos más grandes.

C.R: ¿Cómo has visto la evolución del público de musical en España?

J.R: Cada vez hay más público y más espectadores, pero evidentemente los títulos comerciales podrán estar más tiempo en cartel y los que son más para especialistas en el género pues no deja de ser un nicho concreto y puede estar x tiempo en cartel. Pasa también fuera de España, vas a Londres y están en temporada muy limitada ciertos títulos en los que además se suele poner -cosa que no se hace en España- primeras figuras del cine para atraer al público. Acostumbrar a ese tipo de musicales al público español lo hizo muy bien Mario Gas en su etapa en el Español con Follies, Sweeney Todd

C.R: La colaboración teatro público-privado en los musicales ocurre pocas veces. Solo se me viene a la cabeza ahora mismo precisamente En tierra extraña

J.R: Realmente no estoy ahí, por lo que hablo desde una opinión personal. Creo que dentro de todo quieren que el teatro público sea algo ‘rentable’. Si tú haces un gran musical hoy con 50 artistas, 30 técnicos, músicos… No es nada rentable, no le ven sentido a hacerlo.

Víctor Díaz, el avezado intérprete de una familia unida en la creación

Hay historias que parecen predestinadas a repetirse. Nuestro protagonista forma parte de una familia con solera artística. Su hermano Carlos Solano también se dedica al teatro musical, una industria que hace ya unos años también acogió a Adrián Salzedo, actual protagonista de Malinche. Distintos apellidos artísticos con el sueño de compartir un musical juntos. De momento cada uno en un título esta temporada. Víctor Díaz mira la temporada con ilusión al estar en Charlie y la fábrica de chocolate y su mirada torna en emoción infantil cuando nos confiesa que fue su primera lectura. Con la veteranía que dan los años, pero sin perder ni una pizca de la chispa que se necesita para seguir brillando encima de un escenario es siempre un placer charlar con este avezado intérprete, parte indispensable de una familia unida en la creación.

Carlos Rivera: ¿Cuáles son los ingredientes de Charlie y la fábrica de chocolate para atrapar al público?

Víctor Díaz: De los títulos que hay en cartel es el que más me atrae, fue el primer libro que yo leí además con 6 añitos. Me enamoré de la historia, he visto las dos películas y cuando escuché la música del musical me impactó. Toca todos los palos y te mantiene en vilo con un hilo conductor maravilloso. Las melodías son de mucha altura. La verdad es que hacer comedia es muy difícil, pero también muy agradecido. A nivel escenografía que viene de Italia, me encanta, no se come al actor si no que está por delante. A veces el envoltorio es muy importante y aquí lo es. Mis compañeros son estupendos, me siento muy afortunado de estar en este elenco lleno de talento. Es un regalo volver a estar con Edu Soto tras lo que vivimos en Cabaret… juntos tenemos mucho peligro y estamos en el mismo camerino. Ahí lo dejo.

C.R: Se viene una gran cantidad de títulos en Madrid, ¿Hay suficiente público en la capital española?

V.D: La gran incógnita es saber si la gente podrá responder ante esta avalancha de títulos especialmente en Madrid. Todos tenemos un bolsillo agujereado después de pasar por lo que hemos pasado, pero creo que debemos hacer un esfuerzo. La cultura es una medicina para el alma. Cuando vas a ver un musical te olvidas de los problemas y es un momento de vida feliz. Esos momentos merece la pena pagarlos.

C.R: Llevas muchos años en los escenarios y has visto cómo ha evolucionado el teatro musical en España…

V.D: He tenido la suerte de vivir la evolución de los musicales desde que estaban en pañales. Ahora hay escuelas e internet que en mis comienzos ni podíamos soñar con todo eso. En mi época ni había castings. Hacían una red de teléfonos para contactar con los intérpretes. Yo recuerdo que comencé a escuchar musicales gracias a una tienda de la calle del Pez que importaba discos de musicales de Broadway. Aquí solo se había hecho Evita, Jesucristo Superstar, El diluvio que viene y después Los Miserables. Luego llegaría después de Luis Ramírez Stage que sentaría las bases de consolidación del género en España. Ahora, Madrid se ha convertido con tal cantidad de títulos en la capital del género en español. Es alucinante el nivel y el volumen de negocio de una industria muy joven que ya está generando mucho público nuevo.

C.R: Familia de artistas. El último en dar el paso fue Adrián Salzedo que ahora protagoniza Malinche, ¿Era inevitable que él también se dedicase a esto?

V.D: Yo lo vi claro desde que con dos años se subió al escenario a hacer una zarzuela. Tengo las fotos y no quiere que se vean, lo guardo por si necesito sacarlo algún día jejeje. Con 8 añitos estaba ya haciendo La bella y la bestia. Yo me di cuenta en ese momento de que iba a ser su camino. En la adolescencia siguió haciendo cositas, pero la llamada de Ricard Reguant para hacer Willy Fogg fue capital. Yo he pasado de que dijesen que Adrián Salzedo era mi hermano a que ahora todo el mundo me conoce como el hermano de él. Estoy muy orgullo de él.

C.R: Aún no ha llegado ese musical soñado en que se junten los tres hermanos…

V.D: Estuvimos a punto de juntarnos los tres en la gira de Los Miserables. Yo creo que en el fondo tienen miedo de que si nos contratan a los tres vayamos todos a una. No lo sé. Esa es la razón de que tengamos tres apellidos artísticos diferentes. Todos somos Díaz y tomamos esa decisión para poder coincidir juntos, cosa que solo ha ocurrido en nuestro conciertos. Con Carlos he coincidido en 8 títulos. Me alegro mucho de que tenga ese reto maravilloso con Los puentes de Madison y Adrián está de primera espada en Malinche. Cuando sí pudimos juntarnos fue para vivir una experiencia vital importantísima durante la primera ola trabajando en residencias. Yo creo que por eso ahora estamos valorando aún que los tres vayamos a estrenar musical en esta temporada.

C.R: Por último, cuéntanos si tú fueras un espectador DESDE MI BUTACA, ¿Por qué debería animarse el público a ver Charlie y la fábrica de chocolate en el Espacio Delicias?

V.D: Va a empezar la función y vas a decir pues sí, está bien. A medida que transcurre la obra te preguntarás ¿Cómo están haciendo eso? Hay cosas que vuelan, cambios de ropa de medio segundo que no había visto nunca. La música merece la pena escucharla con esta orquesta maravillosa liderada por Julio Awad, César Belda y Gonzalo Fernández. Los tres son maravillosos. Cuando un musical está avalado por un libro así es un plus. Silvia Montesinos ha hecho una adaptación muy buena en la que las partes cantables están muy bien construidas. El sonido, luces, escenografía... Todo es perfecto en este equipo humano que se ha convertido en una gran familia. Solo necesitamos a nuestro querido público y es que no va a dejar a nadie indiferente.

Àngel Llàcer: «La terapia del alma y la felicidad está en La Jaula de las Locas»

Charlamos con el protagonista de La Jaula de las locas de camino al Teatro Arriaga de Bilbao donde mañana estrena este musical que ya disfrutamos en Madrid y Barcelona. Dentro de su gira, las fiestas de la ciudad se convierten en un lugar ideal para sacar a relucir este «bálsamo de felicidad y buen humor». El público necesitaba de una historia como esta en este momento y Llácer admite satisfecho que la gente ha repetido en las plazas en las que han estado y que ha recibido muchos mensajes de agradecimiento. Mucho debe tener que ver el hecho de que «hemos venido a pasarlo bien y a que vosotros os lo paséis bien». Eso se transmitirá a buen seguro en el Arriaga hasta el 11 de septiembre gracias al carisma de este intérprete que esta ocasión compartirá personaje con Ivan Labanda con el que hablamos en la temporada en el Rialto de Madrid. Estarán acompañados en escena por intérpretes como Armando Pita y Muntsa Rius. La vida empieza hoy y la disfrutaremos a ritmo de musical DESDE MI BUTACA una temporada más.

C.R: Llegáis al Arriaga en pleno Aste Nagusia que siempre está plagada de color y de una extensa programación, ¿Cuáles son los ingredientes más importantes para ti de este musical para atrapar al público de Bilbao entre tantas propuestas?

A.LL: Yo creo que ‘se venderán la moto’ entre ellos. Si alguna cosa tiene es que como gusta tanto, las personas quieren volver con sus familiares. Nos ha pasado ya en la gira. Lo que hace grande a La Jaula de las locas son las personas que lo ven. Y tú me dirás ¿Qué tiene? Es un bálsamo de felicidad y buen humor. Es también una oda al amor, son dos horas y media de alegrías, de risas, de música… Como salimos de esta temporada tan convulsa salir ahora de golpe y poder reírte es algo que el público agradece ahora más que nunca. He recibido muchos mensajes de “muchas gracias” e incluso “es la primera vez que reía después de una pérdida reciente”… Es como muy terapeútico, la terapia del alma y la felicidad está en La jaula de las locas. Lo bueno es que como estamos un mes pueden ir por ejemplo al concierto de Aitana un día y otro venir a vernos.

C.R: Acompañado por otro referente de la escena como Armando Pita, en esta ocasión te divides las funciones con Iván Labanda, que se ha convertido en uno de los actores con los que más trabajas, ¿Qué has encontrado en la mirada de este estupendo actor que tanto te ha enganchado?

A.LL: Es impecable, es muy trabajador. Es un actor que funciona por retos. Por ejemplo en Cantando bajo la lluvia su reto era bailar muy bien. Aquí el reto es que yo también hago su personaje. Como yo llevo cuatro años haciéndolo, pues él se propone hacerlo mejor y lo ha trabajado súper bien.

C.R: “La vida empieza hoy, la flor de antaño no rebrotará, la vida empieza hoy, mañana solo es un quizás, quizás, quizás”, ¿Cuánto sentido han recobrado letras como estas para Ángel Llácer tras este tiempo oscuro que hemos vivido con la dichosa pandemia?

A.LL: No, para mí no. La vida empieza hoy existe siempre tengamos o no pandemia. Hay que vivir el aquí y el ahora, yo siempre he sido así. Por eso yo creo que nos lo pasamos tan bien haciendo la función. La compañía realmente nos lo pasamos en grande. Hemos venido a pasarlo bien y a que vosotros os lo paséis bien. Cada función la hago y la deshago a diario. El público tiene la sensación de vivir algo único.

C.R: No queda nada así que te tengo que preguntar por Cantando Bajo la lluvia que llega a Madrid en poco más de un mes, ¿Cómo se enfrenta un director a una plaza tan competitiva como esta que nos llevará a tener un gran número de musicales a lo largo de la temporada?

A.LL: Yo lo que intento es hacer todo bien, conseguir que el producto sea bueno. Entonces lo que no pasará es que alguien me diga que está mal hecho. Me puede decir que no le ha gustado, pero no que está mal hecho. Yo creo que la calidad es una garantía por lo menos de que va a gustar al público. Al final funciona el boca a oreja y termina siendo un éxito. Yo no sé cómo estarán el resto de musicales, yo compito conmigo mismo. Soy como esos deportistas que no miran al otro, se miran a sí mismos. Lo que hagan los demás felicidades, pero yo miro con lupa mi propio trabajo.

C.R: Te comentaba que esta temporada va a haber mucha oferta, tú que has tenido la oportunidad de ver la evolución del género primero como actor de títulos como La tienda de los horrores y A little night music, ¿Cómo has visto la evolución del público y de los artistas del género?

A.LL: Con respecto al público, siempre es ‘de verdad’ y ha estado ahí. Lo que sí es verdad es que hay más nivel en los musicales. Hay más escuelas de teatro musical. Antes, los actores estudiaban texto y luego daban clases de canto y baile aparte. Tampoco está mal, pero ahora hay una formación más integral. Ahora hay más actores que saben cantar, pero antes no era tan habitual. Yo tuve la suerte de que sabía cantar y por eso hice musicales. En realidad yo era actor de texto de antes. Yo creo que ahora la industria del teatro musical empieza antes creando actores y actrices de musical con formación en interpretación, danza y canto. Por eso ahora también hay más musicales. Luego también está el hecho de que es un género que conecta más fácilmente con el espectador. La música siempre nos entra en el alma mejor que un texto. Cada melodía te lleva a un lugar. El musical tiene así un consumo más agradable.

C.R: En El llop os habéis acercado al mundo del teatro amateur, ¿Cuál es la mayor enseñanza que ha absorbido Ángel Llácer de estos actores que se dejan la piel en el escenario por el mero hecho de disfrutar con su hobby?

A.LL: Te reconcilia con una parte de tu vocación. Te hace recordar que tu profesión es vocacional. En el fondo esta es una profesión miserable, siempre moviéndote de aquí para allá, con la inestabilidad de hacia dónde iré después. A veces los actores se pierden buscando su carrera y se olvidan de lo demás. Cuando te acercas al teatro amateur recuerdas que no es una carrera que tienes que hacer como actor. Más bien es lo que tú quieres compartir y hacer sentir a la gente. Recuerdas que tu profesión es vocacional. Esto no se trata de ser un vendedor de productos. Se trata de saber qué quiero explicar, cómo y a quién se lo quiero explicar.

C.R: Y aquí y ahora después de este tiempo “raro” que hemos pasado en que muchos “teatreros” se lo han preguntado, ¿Por qué el teatro a pesar de las pantallas que nos rodean sigue siendo ese gran lugar para contar historias?

A.LL: El público lo tienes delante y todo es mucho más directo. Es muy diferente hacer el amor por videollamada que hacerlo en persona. Puedo sentir al público y hasta tocar a las señoras. Parece que a la televisión y el cine se lo comerán las plataformas, pero el teatro es imposible que acabe. El teatro no se puede comparar con nada, se vive únicamente en el lugar en el que estás.

C.R: Todos (y más los que estáis delante de un foco) tenemos una imagen pública un tanto distinta a la del día a día, ¿Cómo es el Ángel Llácer de las distancias cortas cuando cae la máscara y está entre amigos?

A.LL: ¡Tendréis que hacer el amor conmigo para descubrirlo!

C.R: Nada más que añadir jejeje

C.R: ¿Con qué expectativas se enfrenta Ángel Llácer a la nueva temporada de Tu cara me suena?

C.R: Siempre va bien, yo siempre estoy feliz. Es como volver a tu casa de vacaciones. Es mi lugar de bienestar de estos diez años y cada edición es una sorpresa.

C.R: Un último llamamiento para los bilbainos…

A.LL: Si quieren regalar felicidad a sus seres queridos que les compren una entrada. La jaula es una fiesta que se comparte.

Marc Shaiman: «Conocer a Richard Sherman fue el mayor regalo de hacer El regreso de Mary Poppins»

Marc Shaiman se ha convertido en una referencia de la música en las últimas décadas. Sus trabajos para cine en películas como Sister Act o El Regreso de Mary Poppins han sido grandes éxitos a los que suman infinidad de colaboraciones con su gran amiga Bette Midler. Tanto o más exitosas aún han sido sus incursiones teatrales como Hairspray o Charlie y la fábrica de chocolate que llegará a España a la vuelta del verano. Por no mencionar el televisivo hit que fue Smash. Hablamos con él en esta entrevista aprovechando su reconocimiento en el MOSMA de Málaga.

Málaga (España) 19/07/2022 Concierto de clausura del festival MOSMA en el Teatro Cervantes, con “La gran noche de Marc Shaiman”. Foto: Daniel Pérez / Teatro Cervantes

Marc Shaiman llevó un programa de lo más apretado en sus días en Málaga. De hecho, el jueves pasado dio un inolvidable concierto de inauguración que «era solo yo (Marc) en el piano, con artistas extraordinarios cantando algunas canciones realmente espectaculares». Se refiere a Lorena Calero, María Adamuz, Albert Bolea, Sonia Villar y Gospel It Choir que para él «fueron una formación de ensueño, estoy muy agradecido». Desde luego, su paso por un festival tan importante para la visibilidad de los compositores como es el MOSMA ha sido «una forma fantástica de recordarle a la gente la importancia que tiene la música de cine en la narración de las historias, es un lenguaje que no conoce fronteras».

Málaga (España) 07/07/2022 Concierto de inauguración del Festival MOSMA “Una velada con Marc Shaiman”, en la Sala Unicaja de conciertos María Cristina. Foto: Daniel Pérez / Teatro Cervantes

Hairspray y Charlie y la fábrica de chocolate, dos inolvidables títulos de su carrera en los escenarios

Si hay un título que ha marcado la carrera escénica de este inmenso compositor ese es Hairspray. El responsable de temas tan memorables como You can’t stop the beat nos comenta que tiene la «satisfacción de que al menos una cosa que hice terminó tan perfecta como uno podría desear». De hecho no puede evitar la satisfacción «de que la gente se alegre de algo que siento que representa la mejor parte de mí». La música de Shaiman ha inundado los escenarios de todo el mundo y el próximo país en hacerlo será España. Lo hará con uno de sus títulos más conocidos: Charlie y la fábrica de chocolate. Él espera que «sea una estupenda producción» y lamenta que «no haya coincidido el estreno con mi tiempo en España». Ojalá Marc se equivoque y pueda estar en septiembre en el Espacio Delicias y que os lo podamos contar DESDE MI BUTACA.

Málaga (España) 19/07/2022 Concierto de clausura del festival MOSMA en el Teatro Cervantes, con “La gran noche de Marc Shaiman”. Foto: Daniel Pérez / Teatro Cervantes

«Bette Midler es la mejor artista de nuestro tiempo». Para Marc Shaiman, la protagonista de Hocus Pocus, con la que comparte una dilatada amistad desde hace 40 años tiene «un gran don para comunicar emociones». Con ella ha compartido momentos mágicos en escena como el que vivimos en los Oscar, donde interpretaron The place where lost things go, una de las joyas musicales que creó Shaiman para El regreso de Mary Poppins. Para él ese momento «fue una fantasía».

Siguiendo la estela de los Sherman Brothers

Marc Shaiman creció como niño de la generación de los 60 escuchando las melodías de los hermanos Sherman. Sus inolvidables canciones tuvieron una gran influencia en esos pequeños. De alguna forma fue consciente de ello cuando tuvo que hacerse cargo de la secuela. Fue muy «sobrecogedor» para él hacerse cargo de alguna forma de ese legado inolvidable. Es más, para Shaiman «conocer y pasar tiempo con Richard Sherman fue el mayor regalo que yo recibí trabajando en El regreso de Mary Poppins«.

Shaiman mira al futuro inmediato con esa sonrisa que con la que ha inundado de buen rollo Málaga: «Mi proyecto más inmediato es comer». Tras su arrollador paso por Málaga, donde recibió de manos de Antonio Banderas el reconocimiento del MOSMA tras un apoteósico concierto de clausura con dirección musical de Arturo Díez Boscovich, espera el estreno cinematográfico de Bros en septiembre. Además, en diciembre estrenará su musical Some Like Hot -su visión de Con faldas y a lo loco– en Broadway en el The Shubert Theatre.

Málaga (España) 19/07/2022 Concierto de clausura del festival MOSMA en el Teatro Cervantes, con “La gran noche de Marc Shaiman”. Foto: Daniel Pérez / Teatro Cervantes

‘El Brujo’: “Soy un niño feliz jugando con sus juguetes y compartiendo con el público ese juego”

Texto: Adaptación de la entrevista de Carlos Rivera para la UIMP

Fotografías: Juan Manuel Serrano para la UIMP

Vídeo: Grupo Trévol para la UIMP

Hoy nuestras «Notas desde la Menéndez Pelayo» extienden la alfombra roja para disfrutar de todo un clásico de nuestra escena. El miércoles tuvimos la oportunidad de charlar para la Universidad Internacional Menéndez Pelayo -donde estaremos como parte del Gabinete de Comunicación durante todo el verano- con Rafael Álvarez ‘El Brujo’ justo antes de la representación de Los dioses y Dios que puso en pie al público al final con el éxito viral Jerusalema. Durante la función, que parte libremente del Anfitrión que representó en el Festival de Mérida en 1994 con versión de José Luis Alonso de Santos y del que cuenta una anécdota, no faltaron guiños constantes a la actualidad. El CASYC se llenó de risas de un público entregado que no pudo evitar la carcajada con sus menciones a la Cumbre de la OTAN o a esos que al final se dan cuenta de que ha dedicado su vida solo a ver Telecinco. Siéntense en sus butacas y disfruten del poder de la palabra de este maestro de maestro en el arte de Talía. Arriba el telón de las ‘Escénicas en Casyc’ de la UIMP donde pudimos volver a comprobar que sigue siendo «un niño feliz jugando con sus juguetes y compartiendo con el público ese juego».

Un momento de Los Dioses y Dios en el CASYC captado por el fotógrafo Juan Manuel Serrano Arce

“Tras la pandemia, hay una mayor conciencia sobre la fuerza del teatro”. Para el intérprete: “Cuando salíamos al escenario, ese público que siguió acudiendo valoraba el hecho teatral de otra manera, con una mayor conciencia y emoción escénica y una gran gratitud y esto creo que ha reciclado el teatro”. De alguna forma, el intérprete sintió en ese momento “que la vida continuaba cuando ibas al teatro”. Para el actor, al contrario de la música, que está reviviendo este verano con una sobresaturación de oferta, “las gentes del teatro ya llevan un año en el camino de forma activa”. Fue precisamente el año pasado «cuando yo experimenté esa fuerza del público».

Para el protagonista de Los dioses y Dios, el teatro “tiene una cosa muy especial que los conciertos no lo tienen por estar mediatizados por el sonido”. ‘El Brujo’ ha querido reivindicar que en el teatro “tienes esa misma fuerza pero íntima y cercana con un público al que te puedes dirigir como si estuviera en tu casa”.

En Mérida, como una rockstar
El imponente Teatro Romano de Mérida, con sus 3.000 localidades, “es lo más cercano que puede estar un actor a convertirse en una estrella del rock”. El intérprete nos comenta con una sonrisa que “es muy emocionante no solo por la cantidad de público”. Y una de las imágenes que se le vienen a la cabeza de tantas noches colgando el cartel de ‘no hay localidades’ es con la obra El asno de oro en la que “se quedó muchísima gente en la calle”. Un dato interesante es que el año pasado en plena pandemia consiguió reunir a 2.000 personas y comenta que “al subirme a ese escenario inmenso tuve una fuerte ovación y al final te das cuenta de que lo importante es la atmósfera que se crea en ese monumento. Es muy emocionante vivir algo así”.

La UIMP y el Brujo
“He venido a la UIMP desde mis tiempos de estudiante”, continúa el artista, que fue ‘Premio La Barraca’ en 2015 y se reconoce “un fiel seguidor de la institución». Recuerda con cariño aquellos “veranos maravillosos”, de los que reivindica “la confluencia de intelectuales, profesores, la intercomunicación de la gente y de los estudiantes”. Además “las representaciones de teatro tenían una mayor atención al ser un público más instruido y es que el teatro se nutre de la atención del público, cuanto más atenta está la gente tú más te creces”.

Foto de Juan Manuel Serrano Arce durante la entrevista

“Ha habido momentos de la historia reciente del teatro que se tenía a gala ofender a alguien”. ‘El Brujo’ ha rememorado como cuando comenzó en el oficio, hace más de 40 años, era impositivo ser especialmente “crítico”. Con el tiempo ha descubierto que “no es necesario ofender a nadie para que la gente se conmueva, se transforme y reflexione”. Para él, la clave está en que “si tú te ríes de ti mismo en primer lugar, nadie se ofende de que te rías de él”. Así “si tú haces una revisión crítica y humorística de tu propia condición, te sientes más libre y con más posibilidades de compartir complicidad con el espectador sea de la ideología que sea”.

El eterno juego del teatro
“Yo juego desde el primer momento en que me subí a un escenario”, comenta el artista, que desde sus comienzos haciendo teatro alternativo en los 70 y 80” ha tenido “el juego como protagonista”. Por eso, el intérprete sigue jugando cada vez que se sube a un escenario: “Cualquiera que me haya visto sabrá y podrá comprobar que soy como un niño feliz jugando constantemente con sus juguetes y compartiendo con el público ese momento de juego”.

Rubén Yuste o el reto de relevar a Antonio Banderas en la dirección de Company

Desde que Antonio Banderas instalase su Teatro del Soho en Málaga se ha escuchado aquello de ‘¡Esto parece Broadway!’ Se dijo de A chorus line, en cuya presentación tuvimos la oportunidad de preguntarle por si sentía que de alguna forma cubría su teatro la deuda que tienen nuestros espacios escénicos públicos con los musicales más complicados. El actor, productor y director lo ha vuelto a hacer y desde la iniciativa privada. El Company en el que participa Rubén Yuste entre otros es, sin medias tintas, uno de los mejores musicales que hemos visto en España. Yuste no solo continúa brillando como intérprete junto a este cast que roza la perfección con la punta de los dedos. También asume ahora el reto tras la marcha de Banderas de encargarse de la dirección residente. Con él hablamos de este espectáculo que ahora brilla en pleno Paralell barcelonés y que esperamos ver la próxima temporada en Madrid y ¿para qué negarlo? que venga con grabación de este impecable espectáculo en CD. Siéntense en sus butacas, vuelven las ENTREVISTAS DESDE MI BUTACA a ritmo de Company, solo hasta el 12 de junio en el Teatre Apolo de Barcelona.

Entrevista de Carlos Rivera y Fotografías de Javier Naval (Fotos de escena) y Jesús Domínguez (Foto de posado)

Carlos Rivera: Asumes el reto de ser el relevo de Antonio Banderas en la dirección residente de Company, ¿Cómo lo estás viviendo?

Rubén Yuste: Pues es un reto difícil y gratificante a la vez. La función de un director residente es que las pautas marcadas por el director se cumplan y el espectáculo esté al 100% siempre. Antonio ha creado a su “bebé” después de muchos años de trabajo y lo ha hecho con una meticulosidad y detalle increíble. Nada ocurre al azar, todo tiene un por qué y un sentido… y eso es lo que hace que el espectáculo sea maravilloso para el público. A partir de ahora, yo soy el encargado de que ese bebé siga teniendo la misma esencia del principio, y Antonio está presente diariamente para conocer la evolución de todo. Un privilegio, la verdad.

El equipo en una imagen de Jesús Dominguez con Antonio Banderas a la cabeza

Carlos Rivera: Haces la función como actor, pero a la vez seguro tomas notas mentales como director residente, ¿Cómo vives el doblete?

Rubén Yuste: ¡Esa es una de las cosas malas de esto! jaja. No puedo desconectar, y como pasamos el primer acto toda la compañía en escena, no puedo evitar ir tomando notas mentales de cositas que luego, evidentemente, después de casi hora y media sólo recuerdo la mitad.

Junto a Roger Berruezo y Julia Möller en una foto de Javier Naval

Carlos Rivera: Como contamos en nuestro reportaje especial, Sondheim nos dejó cuando estábais en Málaga con el musical, ¿Cómo recuerdas esos días en los que supongo que de alguna forma fuisteis más conscientes del legado del autor de este maravilloso musical?

Rubén Yuste: Pues con una tristeza inmensa. Fue Arturo esa misma noche el que se enteró y se lo explicó a Antonio. Justo hacía tres días había venido a ver la función su mano derecha, y felicitó a Antonio diciéndole que era una de las mejores producciones que había visto en todo el mundo. Teníamos la esperanza de que con estas buenas noticias Sondheim decidiera venir a ver el show. Así que la noticia fue terrible. Recuerdo que aquel día, al final de la función, Antonio leyó unas palabras muy emotivas que había escrito y la orquesta interpretó uno de sus temas. Fue muy triste y la vez muy especial.

Carlos Rivera: Tienes ya una dilatada carrera a tus espaldas en el campo del teatro musical, ¿Cómo has vivido la evolución del público?, ¿Crees que la afición por el género ha ido aumentando o seguimos aún un poco anclados en ciertos títulos que funcionan bien en todo el mundo? Afortunadamente incluso hay musicales de creación de gran formato como los de BEON…

Rubén Yuste: Pues por desgracia creo que todavía queda mucho camino por hacer. Es un pez que se muerde la cola. Si no hay mucho público, las producciones se centran en títulos comerciales que funcionen del tirón, y eso hace que no ofrezcamos al público otras opciones y lo “eduquemos” con otro tipo de shows. En este sentido, Antonio Banderas y el Teatro del SOHO Caixa Bank están haciendo una gran labor, puesto que se trata de una productora sin ánimo de lucro que lo único que busca es acercar espectáculos al público que no podrían verse en otros contextos con el objetivo único de la “excelencia”.

Carlos Rivera: El Teatro del Soho ha demostrado que se puede sacar el máximo partido creativo a nuestros profesionales, ¿Qué se siente al ser parte de esta factoría escénica que ha creado Antonio Banderas?

Rubén Yuste: Es un orgullo formar parte de un proyecto así. El equipo creativo es también de los más top en nuestro país y formar parte de un proceso creativo de estas características, pudiendo aportar también de nuestra esencia es mágico.

Carlos Rivera: Los ingleses dicen TO PLAY sobre vuestro oficio, ¿Recuerdas ese momento en que el juego dio paso a la profesión que ha marcado tu vida?

Rubén Yuste: Yo sabía de muy pequeño que subirme a un escenario era lo que más me llenaba. Pero la vida ordenó las cosas de maneras distintas. Empecé a hacer teatro con cuatro años y cuando llegó el momento de estudiar, decidí hacer una carrera (Ciencias Políticas). Me licencié, me doctoré y después de unos años decidí que mi vocación es lo que más pesaba en la balanza.

Carlos Rivera: Company reúne a buena parte de compañeros que son parte de nuestro particular star system del musical en España, ¿Cómo es compartir escenas con gente que acumula tantas tablas a sus espaldas?

Rubén Yuste: Es un lujo, un regalazo. Como dice siempre Antonio, se ha dotado de un Ferrari para este espectáculo, y es así. Admiro a cada uno de ellos y poder estar todos juntos en este proyecto es una maravilla. Además tenemos el lujo de vernos los unos a los otros cada día durante todo el primer acto… es algo muy especial.

Carlos Rivera: Estáis en una temporada muy limitada en Barcelona, anima al público en pocas palabras a ir a veros…

Rubén Yuste: ¡La gente que viene a vernos sale diciendo que están en Broadway! Poco más se puede añadir… un proyecto que nace del amor al teatro musical y que ha sido cuidado y mimado hasta el último detalle y con un elencazo irrepetible. ¡No os lo podéis perder, sólo hasta el 12 de junio, improrrogable!

Carlos Rivera: En tu labor como director esta temporada también has estado presente en la cartelera con Las chicas del coro y has puesto tu granito de arena también en Madrid 24H, ¿Qué destacaría de tu experiencia en ambos montajes?

Rubén Yuste: El Barcelona 24h y Madrid 24h ha sido un proceso muy bonito. He podido trabajar de ayudante de dirección y movimiento escénico de una pequeña joyita de musical, fresco, divertido y con una música muy bonita. Todavía seguimos con bolos aquí en Cataluña. Y Las chicas del coro ha sido un regalazo. Historia de Las Fernandas y Ferran González, con música de Ferran. Una comedia loca, hilarante pero con un mensaje muy potente. Hemos hecho temporada en Almería Teatre y en Aquarel.la y ahora estamos de bolos ¡Ojalá podamos ir a Madrid! Bueno, y ahora acabamos de estrenar el musical Por primera vez, una idea original de María Adamuz y mía dirigida por Sara Pérez (a ver si pronto podemos incorporarnos como actores al proyecto).

Carlos Rivera: Si miramos hacia el futuro, ¿Con qué proyectos te gustaría seguir ‘jugando’ a este inmemorial oficio de cómicos de la legua que sigue siendo vuestra profesión?

Rubén Yuste: Pues el mejor regalo sería seguir subiéndome a los escenarios. Nada me llena tanto como eso, aunque está claro que la dirección me encanta y quiero seguir haciendo cositas en ese sentido.

Emilio Aragón: «A lo mejor me lío la manta a la cabeza y me subo a un escenario en 2022»

Emilio Aragón está radiante. Mañana será el estreno oficial del espectáculo con el que homenajea a su padre Miliki y a toda esa generación de artistas que defendieron con entrega este maravilloso y duro oficio de artista. Además de las posibles nuevas entregas de B.S.O, Aragón mira al futuro con la ilusión de una nueva película, una serie y con un nuevo reto al que dar forma: nada menos que un show unipersonal en el que mezclar música y comedia. Todo lo quiere hacer en 2022 por cierto. Con el creador de Circlassica: El sueño de Miliki charlamos tras saber que este espectáculo de Productores de Sonrisas ya está contando con el apoyo del público. Nada menos que 150.000 espectadores ya tienen sus entradas. Estarán en Ifema con tres pequeños grandes protagonistas hasta el 16 de enero.

Foto: Pepe Castro

Así presentó el espectáculo antes de nuestra entrevista con él:

«He tenido la suerte de tener a una maravillosa compañía con tres pequeños: David, Bruno y Aaron que es un Ullate. No voy a negar que está siendo un viaje emocional que supone un homenaje a todo una generación de artistas y cómicos. Evidentemente es un homenaje a mi padre al que yo sigo admirando. Cada vez que veo una imagen de él recuerdo las historias que contaba mi padre sobre lo que era la vida de un artista de los años 30 a los 60. Este pequeño homenaje estoy seguro de que va a conectar con muchas cosas. Al final, sus canciones se han convertido en la banda sonora de muchísimas personas (dan testimonio de ello los pequeños protagonistas en mi reportaje para El País). Sobre todo quiero dar las gracias a esas 150.000 personas que ya han confiado en nosotros».

*Foto: Pepe Castro

Entrevista exclusiva con Carlos Rivera de DESDE MI BUTACA

C.R: El mundo del circo es una constante en su carrera. Tanto es así que trajo el musical Barnum

E.A: Era una función muy bonita. De vez en cuando me dicen que la vuelva a hacer. Ahora ya tengo 62 años y no puedo hacer lo que hacía entonces, pero fue una función muy bonita. Año 85 en el Monumental y gira.

C.R: Tras este espectáculo, ¿con qué tipo de espectáculos le gustaría seguir to play en este sector?

E.A: El otro día hablaba con Pepe Silva, uno de los payasos, de que tengo ganas de hacer algo en directo, pero tengo encima ya la nueva película y una serie de televisión y tengo que centrar el tiro. No quiero que pase el tiempo para montarme una función yo solo en escena mezclando comedia y música. A lo mejor me lío la manta a la cabeza en 2022 y de hecho ya me decía Pepe que le encantaría que fuera a Francia a montarlo. El problema de todo esto es que una vez que te pica el gusanillo ya no puedes parar de hacer cosas.

E.A: La realidad es que lo inmediato es la película que con la Pandemia se ha ido trastocando todo y también me han ofrecido hacer más programas de B.S.O. La cuestión es hacer, todo se andará. Decía el padre de un amigo mío de San Sebastián: “Emilio, hay que hacer y si haces bien pues bien y si haces mal pues por lo menos has hecho”.

C.R: Me es inevitable confesar en un día como hoy que con la escena que protagoniza Miliki en «Pájaros de Papel» siempre me emociono…

E.A: Me regaló casualmente Fernando Castets, que escribimos juntos la película, unas fotos que sacó él desde atrás en el Teatro Español. Recuerdo que ese momento fue absolutamente mágico. Le dije a mi equipo que no dijese nada al público de quién iba a salir a escena.

E.A: Primero se grabaron los planos generales y después los cortos. Cuando salió a escena esa reacción del público es absolutamente natural. Se pusieron de pie y hay muchísima verdad en ese momento. Me acuerdo que vino Juan José Campanella a ver esa escena al ser muy fan de mi padre. Le tengo cariño especial por haberlo dejado para el último día de rodaje. Un fin de fiesta muy especial. Termino contándote una anécdota. David Omedes, director de foto, cuando le dije qué tal lo había visto descubrí que estaba tan emocionado que no quería separarse de la cámara.

Bonus track: Fernando Castets recuerda su participación en Pájaros de Papel en una entrevista que le hicimos para EL NUEVO DILUVIO MAGAZINE allá por 2011

Emilio es un viejo nuevo amigo. Es una alegría poder trabajar con alguien con el que tienes una
gran complicidad. En nuestro segundo guión nos lo hemos pasado muy bien escribiendo un dramón.
Es un tipo fantástico, me ha hecho sentir como parte de su familia. Creo que es el director con el
que más comidas familiares he compartido. Somos de la misma edad y , de verdad, yo no sabía que
era ese gran magnate de la comunicación.

La gente va con prejuicios a ver películas sobre la Guerra Civil en España. Fuera de España, hemos recibido el premio de público en muchos festivales. Allí no saben ni que Emilio es un magnate del entretenimiento ni que es el de Médico de Familia. Simplemente, se emocionan viendo la película al no tener ningún tipo de prejuicios.

Se han hecho muchas películas sobre la II Guerra Mundial y nadie se queja. ¿Quién mejor para
contar la Guerra Civil que un español? Desde fuera, vieron la película de otra forma. En Argentina,
no se ha estrenado. He hecho pases privados en mi país y allí ven como un valor añadido que se
cuente la historia, mientras que aquí se ve como un valor negativo.

Imagen de Pepe Castro de Circlassica: El sueño de Miliki

Asunción Balaguer: «Una vez pasó un ángel por mi vida»

Nos acaba de dejar Asunción Balaguer, una mujer imprescindible de nuestra escena. Es por ello que recuperamos nuestro encuentro con ella en el Español en el que según comentaba fue uno de los momentos más felices de su vida. Por primera vez, se subía a un escenario para interpretar uno de los grandes musicales: Follies, en el que derrochaba pasión y esa eterna sonrisa que nos regalaba a todos los que tuvimos la suerte de cruzarnos alguna vez con ella. Seguro que ahora se reencuentra con ese ‘ángel’ que un día la ayudó a tomar el camino correcto. Nos quedan sus intervenciones en cine, teatro, televisión y, ante todo, esa imborrable sonrisa.

«Llega hablando por teléfono de una forma animada. Nadie diría que tiene 86 años y que cada noche se atreve a bailar y cantar con coquetería. Ella miraba con envidia a eses vedettes que protagonizaban la revista, ese género que tanto disfrutó junto a su amado Paco Rabal. Ahora es ella la que enseña los hombros, orgullosa de poder estar en una experiencia como Follies. Su tono cálido y cercano desnuda el alma de una actriz que paralizó su carrera casi por completo por el amor que sentía hacia su marido. Era entonces la televisión su refugio, el lugar en el que podía trabajar unos días y así recuperar la pasión por su profesión. La muerte de Paco fue un punto y seguido en su carrera. Una vez, cuando las cosas se pusieron difíciles, un ángel se cruzó en su camino y la hizo tomar la decisión acertada. Ahora, vive un momento dulce que relata con entusiasmo y ternura tras recoger el TP de Oro y seguir en la serie de la temporada, Gran Hotel. Corran al Español y aplaudan a una grande de las tablas que cada noche emociona al entusiasta público».

Creo que la costó aceptar un proyecto como Follies, ¿Qué se le pasó por la cabeza cuando la ofrecieron estar en un espectáculo así?

Yo no tengo voz y soy mayor y encima tenía que bailar, pero el esfuerzo ha merecido la pena. Es una alegría pensar que he podido cantar con orquesta. Le contaba a Carlos Hipólito que me sentía como en una tragedia griega con un coro. Es un placer trabajar con gente como Carlos Hipólito o Vicky Peña. Todo el elenco de este musical es tan maravilloso, con esos bailarines y ese coro, que el público ruge después de cada función.

¿Era aficionada al mundo del musical?

Mi madre se casó con Marcos Redondo, el barítono, eso me hizo estar en el mundo de la zarzuela desde pequeña. Además, me encantaba ir a la revista con Paco. Ahora, me siento coqueta a mis años con este personaje y me parece casi un sueño hecho realidad.

¿Qué ha sentido al recibir un reconocimiento como el TP de Oro?

Yo dejé el teatro para ayudar a Paco y cuidar a mis hijos, pero siempre solía aceptar las cosas que me proponían en televisión. Me encantaba reencontrarme con mis compañeros. Hice muchos trabajos cortitos en televisión, me lo pasaba muy bien. Sentí mucha emoción esa noche. Doy gracias a la televisión, un medio al que tengo mucho que agradecerle. Gracias a las series y novelas que hacíamos no perdí nunca la continuidad en esta profesión.

Gran Hotel la ha devuelto a la pequeña pantalla con una serie que se ha convertido en el éxito de la temporada, ¿Cómo esta viviendo Asunción Balaguer esta experiencia?, ¿Siente que está viviendo una de sus mejores etapas profesionales?

Estoy viviendo un momento dulcísimo. No podía imaginarme a mis años trabajando con Mario Gas, un director amable, un gran compañero. Es una obra realmente espléndida, de primera calidad. En Gran Hotel, mi personaje, Lady, tenía muy poco protagonismo, pero ahora está entrando en las tramas. En esta segunda temporada ya va a participar en los misterios del Gran Hotel. La verdad es que tengo mucha suerte ahora mismo. Vengo de hacer dos años de gira con otra compañía maravillosa como ha sido la de El Pisito.

El Tiempo es Sueño es un montaje muy especial para usted, ¿Cómo resumiría la esencia de una obra tan íntima y tan personal?

Le pedí ayuda a El Brujo para unos recitales y me pidió que le contara mi vida. Le conté cosas muy personales en un momento muy delicado como fue la muerte de Paco. Le expliqué mi vida con Paco y el funcionamiento de las compañías de teatro entre otras cosas. Le conté una experiencia delicada por la que pasé y decidió que ese fuera el final. Una vez pasó un ángel por mi vida. Hay personas que te ayudan en los momentos delicados y nunca más vuelves a saber de ellas. Esa persona me ayudó a tomar la decisión acertada y luego desapareció de mi vida.

Ahora que está en las tablas de un teatro mítico como el Español, ¿Qué recuerdos le vienen a la cabeza de sus comienzos en la compañía Lope de Vega junto a José Tamayo en este Teatro Español?

En este Teatro Español tuvimos muchos éxitos como Diálogo de Carmelitas. Paco estuvo con Edipo Rey. Este teatro me ha dado mucho y ahora a mi edad, me siento feliz.

¿Tiene aún ganas de emprender nuevos proyectos profesionales o preferiría retirarse?

Yo no me quiero retirar, me siento en un momento muy dulce de mi carrera. Los actores podemos jubilarnos cuando queramos.