Àngel Llàcer: «La terapia del alma y la felicidad está en La Jaula de las Locas»

Charlamos con el protagonista de La Jaula de las locas de camino al Teatro Arriaga de Bilbao donde mañana estrena este musical que ya disfrutamos en Madrid y Barcelona. Dentro de su gira, las fiestas de la ciudad se convierten en un lugar ideal para sacar a relucir este «bálsamo de felicidad y buen humor». El público necesitaba de una historia como esta en este momento y Llácer admite satisfecho que la gente ha repetido en las plazas en las que han estado y que ha recibido muchos mensajes de agradecimiento. Mucho debe tener que ver el hecho de que «hemos venido a pasarlo bien y a que vosotros os lo paséis bien». Eso se transmitirá a buen seguro en el Arriaga hasta el 11 de septiembre gracias al carisma de este intérprete que esta ocasión compartirá personaje con Ivan Labanda con el que hablamos en la temporada en el Rialto de Madrid. Estarán acompañados en escena por intérpretes como Armando Pita y Muntsa Rius. La vida empieza hoy y la disfrutaremos a ritmo de musical DESDE MI BUTACA una temporada más.

C.R: Llegáis al Arriaga en pleno Aste Nagusia que siempre está plagada de color y de una extensa programación, ¿Cuáles son los ingredientes más importantes para ti de este musical para atrapar al público de Bilbao entre tantas propuestas?

A.LL: Yo creo que ‘se venderán la moto’ entre ellos. Si alguna cosa tiene es que como gusta tanto, las personas quieren volver con sus familiares. Nos ha pasado ya en la gira. Lo que hace grande a La Jaula de las locas son las personas que lo ven. Y tú me dirás ¿Qué tiene? Es un bálsamo de felicidad y buen humor. Es también una oda al amor, son dos horas y media de alegrías, de risas, de música… Como salimos de esta temporada tan convulsa salir ahora de golpe y poder reírte es algo que el público agradece ahora más que nunca. He recibido muchos mensajes de “muchas gracias” e incluso “es la primera vez que reía después de una pérdida reciente”… Es como muy terapeútico, la terapia del alma y la felicidad está en La jaula de las locas. Lo bueno es que como estamos un mes pueden ir por ejemplo al concierto de Aitana un día y otro venir a vernos.

C.R: Acompañado por otro referente de la escena como Armando Pita, en esta ocasión te divides las funciones con Iván Labanda, que se ha convertido en uno de los actores con los que más trabajas, ¿Qué has encontrado en la mirada de este estupendo actor que tanto te ha enganchado?

A.LL: Es impecable, es muy trabajador. Es un actor que funciona por retos. Por ejemplo en Cantando bajo la lluvia su reto era bailar muy bien. Aquí el reto es que yo también hago su personaje. Como yo llevo cuatro años haciéndolo, pues él se propone hacerlo mejor y lo ha trabajado súper bien.

C.R: “La vida empieza hoy, la flor de antaño no rebrotará, la vida empieza hoy, mañana solo es un quizás, quizás, quizás”, ¿Cuánto sentido han recobrado letras como estas para Ángel Llácer tras este tiempo oscuro que hemos vivido con la dichosa pandemia?

A.LL: No, para mí no. La vida empieza hoy existe siempre tengamos o no pandemia. Hay que vivir el aquí y el ahora, yo siempre he sido así. Por eso yo creo que nos lo pasamos tan bien haciendo la función. La compañía realmente nos lo pasamos en grande. Hemos venido a pasarlo bien y a que vosotros os lo paséis bien. Cada función la hago y la deshago a diario. El público tiene la sensación de vivir algo único.

C.R: No queda nada así que te tengo que preguntar por Cantando Bajo la lluvia que llega a Madrid en poco más de un mes, ¿Cómo se enfrenta un director a una plaza tan competitiva como esta que nos llevará a tener un gran número de musicales a lo largo de la temporada?

A.LL: Yo lo que intento es hacer todo bien, conseguir que el producto sea bueno. Entonces lo que no pasará es que alguien me diga que está mal hecho. Me puede decir que no le ha gustado, pero no que está mal hecho. Yo creo que la calidad es una garantía por lo menos de que va a gustar al público. Al final funciona el boca a oreja y termina siendo un éxito. Yo no sé cómo estarán el resto de musicales, yo compito conmigo mismo. Soy como esos deportistas que no miran al otro, se miran a sí mismos. Lo que hagan los demás felicidades, pero yo miro con lupa mi propio trabajo.

C.R: Te comentaba que esta temporada va a haber mucha oferta, tú que has tenido la oportunidad de ver la evolución del género primero como actor de títulos como La tienda de los horrores y A little night music, ¿Cómo has visto la evolución del público y de los artistas del género?

A.LL: Con respecto al público, siempre es ‘de verdad’ y ha estado ahí. Lo que sí es verdad es que hay más nivel en los musicales. Hay más escuelas de teatro musical. Antes, los actores estudiaban texto y luego daban clases de canto y baile aparte. Tampoco está mal, pero ahora hay una formación más integral. Ahora hay más actores que saben cantar, pero antes no era tan habitual. Yo tuve la suerte de que sabía cantar y por eso hice musicales. En realidad yo era actor de texto de antes. Yo creo que ahora la industria del teatro musical empieza antes creando actores y actrices de musical con formación en interpretación, danza y canto. Por eso ahora también hay más musicales. Luego también está el hecho de que es un género que conecta más fácilmente con el espectador. La música siempre nos entra en el alma mejor que un texto. Cada melodía te lleva a un lugar. El musical tiene así un consumo más agradable.

C.R: En El llop os habéis acercado al mundo del teatro amateur, ¿Cuál es la mayor enseñanza que ha absorbido Ángel Llácer de estos actores que se dejan la piel en el escenario por el mero hecho de disfrutar con su hobby?

A.LL: Te reconcilia con una parte de tu vocación. Te hace recordar que tu profesión es vocacional. En el fondo esta es una profesión miserable, siempre moviéndote de aquí para allá, con la inestabilidad de hacia dónde iré después. A veces los actores se pierden buscando su carrera y se olvidan de lo demás. Cuando te acercas al teatro amateur recuerdas que no es una carrera que tienes que hacer como actor. Más bien es lo que tú quieres compartir y hacer sentir a la gente. Recuerdas que tu profesión es vocacional. Esto no se trata de ser un vendedor de productos. Se trata de saber qué quiero explicar, cómo y a quién se lo quiero explicar.

C.R: Y aquí y ahora después de este tiempo “raro” que hemos pasado en que muchos “teatreros” se lo han preguntado, ¿Por qué el teatro a pesar de las pantallas que nos rodean sigue siendo ese gran lugar para contar historias?

A.LL: El público lo tienes delante y todo es mucho más directo. Es muy diferente hacer el amor por videollamada que hacerlo en persona. Puedo sentir al público y hasta tocar a las señoras. Parece que a la televisión y el cine se lo comerán las plataformas, pero el teatro es imposible que acabe. El teatro no se puede comparar con nada, se vive únicamente en el lugar en el que estás.

C.R: Todos (y más los que estáis delante de un foco) tenemos una imagen pública un tanto distinta a la del día a día, ¿Cómo es el Ángel Llácer de las distancias cortas cuando cae la máscara y está entre amigos?

A.LL: ¡Tendréis que hacer el amor conmigo para descubrirlo!

C.R: Nada más que añadir jejeje

C.R: ¿Con qué expectativas se enfrenta Ángel Llácer a la nueva temporada de Tu cara me suena?

C.R: Siempre va bien, yo siempre estoy feliz. Es como volver a tu casa de vacaciones. Es mi lugar de bienestar de estos diez años y cada edición es una sorpresa.

C.R: Un último llamamiento para los bilbainos…

A.LL: Si quieren regalar felicidad a sus seres queridos que les compren una entrada. La jaula es una fiesta que se comparte.

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