Clásicos de hoy, clásicos de siempre

Dos clásicos de Shakespare han coincidido en la cartelera con dos de los creadores escénicos más reputados de nuestra escena: Miguel del Arco y Alfredo Sanzol. Un menú en cuatro platos que degustamos DESDE MI BUTACA en esta nueva entrega de Un Madrid sin teatros, un Madrid sin alma, que demuestra la efervescencia de nuestra escena gracias a los autores de ayer y a los que escriben las páginas de sus obras a pie de escenario en los teatros de toda España.

El eterno Shakespeare. Dos obras del autor bardo de muy distinto calado han coincidido en la cartelera del Centro Dramático Nacional: Los Mácbez y Como gustéis, dos apuestas escénicas tan distantes como igualmente interesantes. En este particular menú escénico hemos preparado como entrante un musical mágico con la firma de Shakespeare. Como gustéis es un espectáculo total, un musical- ¡Qué gusto da ver un gran espectáculo de nuevo en un teatro público- Es sin duda una de las obras menores dentro de la abultada producción dramática del dramaturgo, pero esta puesta en escena tiene una capacidad innegable de crear unas imágenes poderosísimas que atrapan al espectador, pura magia esa primera escena en el bosque de Arden. En el reparto hay ciertas desigualdades. En el verso todos los intérpretes cumplen, pero cuando toca dar el do de pecho sólo cumplen con nota unos pocos. Deliciosa pareja cómica, cual señores Thenardier, la que forman Carmen Barrantes y Alberto Castrillo-Ferrer. Pedro G. De las Heras, Pedro Miguel Martínez, Víctor Ullate y Edu Soto son otros de los actores que también cumplen con nota su papel en esta coralísima propuesta escénica que ha dirigido el italiano Marco Carniti con final reivindicativo: «Sí a la cultura, no al 21%» rezan los telares que han representado de una forma ‘mágica’ los espacios del bosque. Esa capacidad de crear poderosas imágenes también está en el otro Shakespeare que ha producido LOS MÁCBEZ UTE, una suerte de cooperativa- unión de empresas de algunos de los integrantes del equipo de Los Mácbez. Sin duda, Andrés Lima sabe muy bien cómo escenificar las brutales escenas del Shakespeare más vengativo. Poderoso, enérgico y desgarrador Javier Gutiérrez que con las manos manchadas de sangre y empachado de espanto, lleva tatuada la atrocidad en sus carnes. Le acompaña una imponente y segura Carmen Machi en uno de los momentos más fértiles en su carrera sobre las tablas. Una pareja protagonista obscenamente sibilina con la que, sin duda, construyen estos actores dos de las grandes creaciones de personaje de su carrera. Y en el baile de la obscenidad que han creado el tándem Andrés Lima-Juan Cavestany nos rebelamos como adictos a la pasión de los poderosos en esta particular Xunta corrupta en que las Meigas marcan el destino de nuestros protagonistas.

Podréis leer muy pronto entrevistas exclusivas a Víctor Ullate Roche y Javier Gutiérrez DESDE MI BUTACA.

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Sanzol y Del Arco, nuestra escena sigue en ebullición. «En todas partes, la injusticia es la ley». Miguel del Arco versionando a Moliére. A pesar del pesimismo imperante en el texto- o más bien podríamos decir el realismo- el espectador sale feliz del Español. Sale feliz por ver un montaje que le ha ‘movido’, que le ha hecho plantearse muchas cosas. Nuestro protagonista, en voz y carne de un sobrenaturalmente emocional Israel Elejalde, proclama que «El amor no atiende a razones» y su pasión por  la bella Celimena, en la duda entre lo que es y lo que le gustaría que fuese su amada, nos atrapa y nos lleva a lugares de nuestro ser que no nos podríamos imaginar. Todos los kamikazes cumplen con nota. En definitiva, Misántropo es una fiesta, una celebración del teatro en su pura esencia: La palabra. Esa particular compañía de cómicos de la lengua, está arrasando en el Español, ¡Qué siga el éxito! Alfredo Sanzol ha puesto en escena en los Teatros del Canal Aventura! En esta ocasión, el autor ha apostado por una obra de teatro estructurada de una forma más o menos lineal. No se trata de los sketches con los que sorprendió a propios y extraños en montajes como En la luna. Se vende, Razón: Sandra. Su precio depende de la crisis. La sombra del gigante asiático asola a una empresa española que tiene que tomar una importante decisión: ¿Venderíamos a una de nuestras compañeras por un puñado de euros? Y así, el autor nos enfrenta al «absurdo» de la crisis actual con una comedia más efectiva en la segunda parte de la obra, cuando entra en escena el magnate asiático que revolucionará sus vidas. Un montaje efectivo con un puñado de buenos actores, en el que el espacio sonoro, con esa música de Fernando Velázquez efectivísima vuelve  a corroborar que nuestra dramaturgia está en una ebullición constante.

Podéis leer la entrevista que le hicimos a Israel Elejalde con motivo del paso de Misántropo por Santander.

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Ya sean clásicos de siempre como el autor bardo o clásicos de hoy como los citados Sanzol y Del Arco, el teatro hoy más que nunca seguirá poniéndonos delante del espejo de la realidad inmediata, llevándonos a indagar en lugares de nosotros mismos que no podríamos imaginar.

Este escenario universal representa escenas más tristes que las que nosotros representamos

Como gustéis de William Shakespare

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