Hace casi una década escribí mi tesina universitaria sobre el teatro musical español entre 1989 (Mar y cielo) y 2012 (El último jinete). Si tuviera que actualizarlo con lo que ha ocurrido en estos casi 10 años una productora ocuparía un hueco de honor: Beon Entertainment. La irrupción de la productora de Dario Regattieri ha cambiado sin duda la forma de hacer musicales en el mercado español. Hasta la irrupción de El médico parecía que los musicales made in spain eran algo anecdótico que solo muy puntualmente -vía modelo jukebox principalmente con éxitos como Hoy no me puedo levantar y por supuesto con la compañía Dagoll Dagom- lograba mirar ‘frente a frente’ al musical anglosajón en nuestros escenarios. Hoy Madrid es ya una de las ciudades con más producciones de teatro musical en el mundo. Quizás por eso es posible que se estrenen criaturas escénicas tan especiales como La historia interminable.
En una temporada poblada por musicales que adaptan musicales muy conocidos principalmente -de todo ello hablaré el viernes en el especial Una temporada a ritmo de musical-, este espectáculo es un soplo de aire fresco en la cartelera. Aunque en el fondo no debería serlo. Simplemente hay lo que debería haber en todos los musicales: CALIDAD. Sí, calidad artística en todos los departamentos desde el elenco y la orquesta al colorista vestuario de Antonio Belart, la escenografía de Antonio S. Cuerda, el diseño de iluminación de Felipe Ramos y Jesús Díaz, los efectos mágicos de Alfred Cobami, la peluquería y caracterización de Aaron Domínguez y sí, las simplemente impresionantes criaturas que poblan Fantasia, así sin acento en la i como el original alemán. Todo ello bajo la estupenda dirección de Federico Barrios.

Cuando se abren las puertas del Teatro Calderón el espectador hace un viaje a ese lugar de ensueño llamado infancia en el que podemos seguir jugando a ser el héroe en la batalla o la princesa en el cuento. Y en ese momento, el adulto pierde sus resortes de ‘raciocinio adulto’ y se deja llevar por la fantasía -ahora sí con acento en la i. Así creemos que todo es posible y vemos a Fujur volar, al caracol de carreras en movimiento, vemos vibrar el patio de butacas -el efecto sonoro es realmente bueno en este musical que cuenta con diseño de sonido de Alejandro Martín que nos trasporta sin duda a todos los parajes de Fantasia- con el impresionante comerocas y el caballo en escena es de lo más bonito y realista que he visto en un escenario en España. De no dar crédito, vaya. Desde luego, los animatronics -inéditos hasta ahora en nuestros escenarios a los que llegan de la mano de la empresa KreatFX- son el gran elemento diferenciador de esta producción. Cada vez que uno entraba en escena el público exhalaba como de no dar crédito. Siempre he pensado que el musical es el mejor territorio para la fantasía y La historia interminable es la constatación de ello.

Por supuesto la música de Iván Macías vuelve a jugar a favor de la historia con momentos de inspirado lirismo y una obertura realmente memorable. Tranquilos que aunque Never ending story tarde en salir, algún guiño musical se cuela a lo largo del espectáculo. Cuando llega el momento les aseguro que desean que fuese simplemente interminable. Pura magia en escena con esas voces que ha pulido María José Santos para que brillen en escena también en los impresionantes números corales.
Y no, no me olvido del elenco. Dando vida y pasión a lo que se ve en escena -incluida la voz de Fujur- está Joseán Moreno que vuelve a demostrar que más allá del innegable talento que tiene le pone corazón a cada proyecto y eso el público lo nota. En esta temporada hiperactiva para niños actores-cantantes, los dos protagonistas infantiles resultan esenciales en esta producción y más con unas partituras tan exigentes como las de Macías que desde luego resuelven con presteza intérpretes como Noelia Rincón y Marcos Sarnago. Vibrante la Xayide de Teresa Ferrer, pura dulzura la Emperatriz Infantil de Teresa Abarca, Nil Carbonell llena de chispa el escenario en un impresionante número de claqué muy bien acompañado del estupendo cuerpo de baile y el Gmork de Álex Forriols protagoniza una de las escenas más interesantes del musical. Pueden consultar el resto del impecable elenco aquí. Va mi aplauso para todos y cada uno de ellos.

Era difícil plasmar en escena una historia que permanece en el imaginario colectivo de varias generaciones, pero Beon ha conseguido la imposible con esta producción con adaptación del texto de Félix Amador y es sumergirnos por un momento en nuestros sueños infantiles. La historia interminable es la constatación de que se pueden hacer producciones locales que miren de igual a igual a los gran musicales internacionales. En definitiva es el musical español que SÍ marca la diferencia y el camino a seguir para las futuras producciones hechas en nuestras fronteras.
