Queremos dejar constancia de que la cultura no es un privilegio, sino que forma parte indispensable del desarrollo intelectual y afectivo de las personas. Nos negamos a aceptar que se nos diga que pensar es un lujo
Una amplia nómina de periodistas culturales se han reunido esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo para reivindicar la dignidad de un oficio, en el que la cultura suele ser relegada a un segundo plano. Dice Eva Díaz Pérez, una de las más apasionadas defensoras de este oficio desde las páginas de la edición de Andalucía de El Mundo, que mantienen la cultura en los medios para dar «prestigio» a los mismos, pero que a la hora de recortar contenidos siempre la cultura sale perdiendo. En un curso que tuvo su presentación- prólogo en los ya clásicos Martes Literarios de esta semana, se ha reflexionado esta semana en la Península de la Magdalena sobre el momento actual del periodismo en general y el periodismo cultural en particular. Son tiempos difíciles para la lírica y por ello periodistas como Juan Cruz, Montserrat Domínguez y Antón Castro han firmado un manifiesto en contra de la dichosa subida del I.V.A al 21% en los productos culturales, esa subida que llevó ayer a las gentes de la cultura a manifestarse por las calles de Madrid. «Esta medida es una agresión» comenta Juan Cruz en la entrevista que podrán leer los lectores de EL NUEVO DILUVIO MAGAZINE a la vuelta de las vacaciones estivales. Este curso ha llegado quizás en el momento justo, ahora que parece que cualquiera puede ser periodista gracias a las redes sociales y blogs. Se ha dignificado la profesión y con testimonios entusiastas como el de Antón Castro han dado un cierto aliento a los que pretendemos dedicarnos al periodismo cultural. Son malos tiempos para el periodismo, pero «al periodismo no lo mata ni dios», como se atrevió a asegurar un siempre lúcido Juan Cruz en una de sus intervenciones en esta reunión de «colegas».

Este Palacio de la Magdalena que durante la época estival se convierte en centro académico y cultural de Cantabria vive también estos días el rodaje de la serie Gran Hotel, que lo ha convertido en un emblema aún más visible de Santander. Precisamente ayer en un descanso del rodaje podía charlar con uno de sus protagonistas, Eloy Azorín, con el que compartía casualmente el mismo modelo de gafas de sol. El último trabajo de Juan Luis Galiardo fue precisamente la citada serie de Bambú Producciones. Su muerte ha trastocado los planes de rodaje de la serie. Todo el mundo de la cultura aún sigue llorando la pérdida de este «hombre con una melancolía rayana en la locura» como le define Juan Cruz.
También han pasado ya por el Palacio, más concretamente por el paraje del Faro de la Cerda, dos cineastas que han dado su punto de vista sobre el oficio del cineasta. La nominada al Oscar Claudia Llosa y Patricia Ferreira han mostrado dos formas de trabajo muy distintas, pero igual de enriquecedoras en un taller en el que actores y directores se han unido para aprender de dos sabias del cine. Llosa se encargó de la primera parte del curso en la que la obra Traición de Harold Pinter fue el instrumento de trabajo con la directora de La Teta Asustada, cineasta muy acostumbrada a trabajar con actores no profesionales. En la segunda parte del curso, tomó el relevo Patricia Ferreira, flamante directora de la multipremiada Los Niños Salvajes. El casting «como lugar de encuentro» era el tema a trabajar con la directora de la inolvidable Para que no me olvides. Durante sus sesiones, se prepararon improvisaciones con la base de su última película y se ensayaron proyectos de los participantes, desde el guión de algunos cortos a obras de teatro e incluso una película ya rodada. Estas dos mujeres de cine atendieron a EL NUEVO DILUVIO MAGAZINE en sendas entrevistas que se podrán disfrutar en el próximo número de la revista.
La semana que viene la Península de la Magdalena se revolucionará con la llegada, un año más, del Amstel Musica en Grande que traerá a Sabina y Serrat, Hombres G y Ana Torroja entre otros. Además, la actividad académica en la Menéndez Pelayo seguirá «al rojo vivo» con cursos como el que impartirá Manuel Campo Vidal un año más.