Chete Lera: «En el teatro te enfrentas cada noche a una particular final de la Champions»

Un año más, Escena Miriñaque trae a Santander un puñado de interesantes propuestas escénicas en su IndiFest. Entre las grandes citas de este festival de teatro y danza independientes pudimos disfrutar de El resucitado. Su protagonista, Chete Lera, rostro habitual del teatro y del cine, atendió a DESDE MI BUTACA en esta nueva entrega de Tras la emoción compartida. 

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¿Qué le atrapó a Chete Lera de un proyecto como El resucitado?

Es una propuesta que parte de mi. Es un cuento de Zola que hace una reflexión sobre la posibilidad de regresar de entre los muertos. Está dotado de una poesía que desde el principio me atrapó. Llamé a mi amigo Emilio y lo convertimos en un proyecto de Inconstantes Teatro. Tiene un sentido del humor muy sutil este texto sobre un hombre que decide contar su historia de feria en feria. Es un pequeño freak que se gana unas moneditas en b, ya no tiene que pagar hacienda…

¿Qué lugar ocupa a nivel personal y profesional Inconstantes Teatro?

Colaboro con ellos desde hace 15 años. Emilio se acercó al teatro de una forma muy curiosa. A través de una amiga común, María Ruiz, nos conocimos y él empezó a hacerse un fiel seguidor de mi compañía Espacio Cero. Cuando decidí abandonar esta aventura artística, que tantas alegrías me ha dado, me pidió que colaborase con él en Gaviotas Subterráneas de Alfonso Vallejo. Ahí empezó nuestra aventura y nos hemos hecho amigos. Tenemos en cartel todavía Antígono del siglo XXI y El coloquio de los perros. Es una relación muy fructífera.

Y Tras la emoción compartida en El resucitado, ¿Cómo se siente Chete Lera?

Siempre necesitas testar cómo ha quedado la obra. Yo me meto en el personaje, soy muy sincero con el espectador, pero no debemos olvidar que me puedo volver loco con este resucitado. Lo que siento tras la emoción compartida es el cariño del público si esa noche lo he hecho bien. Cuando no salen bien las cosas, me cuesta quitarme esa sensación, pero al personaje lo dejo en el camerino. Como mucho, el personaje me ‘roba’ los cigarrillos en algún vestuario… (risas)

En Subprime se enfrentó a la realidad más latente, ¿Es ese el motor que te lleva a hacer teatro?

Cuando tienes delante un texto que habla sobre nuestra desoladora realidad, tienes la sensación de que conseguimos clarificar lo que está pasando al espectador y eso es muy gratificante. El teatro debería servirnos como catarsis siempre. La experiencia en Madrid fue un poco agridulce, la sala del Fernán Gómez es enorme y llenarla era imposible. Parece un teatro construido por el enemigo, hay zonas en las que no llega bien el sonido… La gira fue muy gratificante eso sí, la gente se reía y después de la función nos preguntaba por algunos términos económicos, aunque la realidad a veces nos obligue a saber qué es una subprime o las preferentes.

Supongo que hay más cosas que hacen del teatro el mejor lugar para contar historias…

El teatro es la madre del actor. No puedo abandonarlo, tú mandas en esta particular final de la Champions. En el fondo, esta necesidad de contar historias en el teatro reside en la condición intrínseca del ser humano de querer comunicarse con el otro. Los periodistas lo hacéis escribiendo y nosotros encima de un escenario. De vez en cuando tengo que hacer un montaje para renovar las energías, pero lo mágico del teatro es que el público hace la función y es el último director que nos da pequeñas notas sobre lo que hacemos encima del escenario.

En el cine le vimos en el debut en el largometraje de Rodrigo Cortés, Concursante, ¿Cómo fue la experiencia?

Me llamó mi representante para que leyese el guión. Me quedé atónito al leer la explicación que da mi personaje sobre cómo nos manejan los bancos… Me puse en contacto con él y le felicité por ese guión tan lúcido que había escrito. Los rodajes en España suelen ser un tanto demenciales por el poco tiempo y los recursos que se manejan, pero Rodrigo tenía las cosas muy claras. Tenía una precisión exhaustiva que hizo de este rodaje algo muy gozoso. Las dificultades suelen venir siempre desde la parte económica. Es una pena que pasase tan desapercibida entre el público. A veces tengo la sensación de que la crítica también es poco generosa con nuestro cine. Ya es hora de que empecemos a barrer para casa y más con un película de este calibre, tan adelantada a su tiempo. Aún me siguen llegando comentarios de gente joven que se queda atónita con esta cinta.

Desde pequeño encima de un escenario, pero creo que la suya fue una vocación bastante tardía…

Es cierto que tardé en descubrir mi vocación. De hecho, me había puesto a estudiar Psicología con 26 años cuando conocí a un grupo que se reunía para leer teatro. Con ellos, montamos un grupo de teatro y decidimos profesionalizarnos. A pesar de ser un camino lleno de dificultades, no me arrepiento en absoluto. Un actor no se hace en una escuela. Se hace encima de un escenario, resolviendo las dificultades y eso es maravilloso.

Y ahora, ¿Qué proyectos tiene y con qué proyectos sueña Chete Lera?

Tengo alguna película por ahí, que debo hacer para seguir retándome como actor, más por eso que por las condiciones económicas que son lamentables. Mientras la salud me lo permita, voy a seguir trabajando. Ya veremos en qué, seguiré inventando proyectos si no existen. Desde pequeño tengo la obsesión de hacer El Rey Lear que además tiene las mismas letras que mi apellido, fíjate tú por donde, Lera…

Prisionero en mayo cierra el IndiFest este domingo

Prisionero en mayo pone en escena una amistad imposible, un insólito diálogo en un lugar confinado. Todo cambia para Abel (Guillermo Llansó), preso reflexivo y solitario, el día que recibe a su nuevo compañero de celda, Enric (Karlos Aurrekoetxea). Si Abel encarna al criminal arrepentido y penitente, Enric es amoral, salvaje y carismático, reflejo de uno de los iconos más controvertidos del siglo XX: Charles Manson. Completa el reparto de este montaje de la compañía Vuelta de tuerca la actriz Marta Alonso. El domingo 2 de marzo a las 20:00h en Escena Miriñaque.

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Sinfonía nazi en dos movimientos

En 1946, en un Berlín destruido, en mitad de la desnazificación, el comandante Steve Arnold recibe el encargo de investigar las implicaciones del director de orquesta Wilhem  Furtwängler con el régimen nazi. En esas investigaciones se basó el dramaturgo inglés Ronald Harwood para escribir Tomar partido, una obra que se puede ver hasta el domingo en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao.

Es ésta una obra llena de interrogantes, que invita a la reflexión del espectador, no esperen conclusiones cerradas ni personajes traslúcidos. En el trascurso de esta suerte de thriller político, estructurado en dos actos, vamos conociendo datos que posiblemente nos hagan cambiar de opinión sobre la controvertida figura del celebrado director de orquesta y su posición ante el régimen de Hitler en que esta vertebrado este escenificado juicio. Y mientras navegamos por la palabra de Harwood se pone en escena un dilema al que el arte se ha tenido que enfrentar en infinidad de ocasiones: ¿Se puede separar la política del arte? o, quizás sería más correcto cuestionarse ¿Se DEBE separar la política del arte? El autor no hace juicios de valor y, de nuevo, deja en la inteligencia del espectador tan difícil respuesta. Somos nosotros los que tenemos que tomar partido por esta historia y sus personajes. Unos personajes que están interpretados por un reparto elegido con asombroso atino. Antonio Dechent, sin lugar a dudas uno de los mejores actores de este país, es un comandante rígido, inquebrantable, que no cede ante los argumentos del célebre director de orquesta. Este actor de imponente voz y presencia escénica vuelve a demostrar que su trabajo nace de la verdad más absoluta, esa que da el oficio y el buenhacer encima de las tablas durante tantos años. Su Comandante Steve Arnold, en otro tiempo agente de seguros, nos da ciertas claves para entender esta historia y es que los argumentos repetitivos, suelen llevar algo oculto como acierta a decir este hombre marcado por el olor a carne quemada. Y es que ésa es la particular maldición que le persigue, la hipernexia, que le hace acordarse de todo y no poder borrar de su memoria tantas escenas de odio y latrocinio. Se enfrenta a él el joven e idealista David Wills, lleno de fuerza en voz y carne de José Manuel Poga. Él no deja de ver en el director al maestro que una noche cuando era un niño le contagió la pasión por la música. Son dos posturas enfrentadas la del comandante y su subalterno y, a medio camino entre ambas, se encontrará seguramente la posición del espectador que acude a estos juicios. Roberto Quintana es un Wilhem Furtwängler lleno de matices. Vive absorto en su propia realidad en la que el arte debe prevalecer por encima de cualquier condicionamiento político, pero cuando el Comandante le pone contra las cuerdas tiene que ceder y admitir un poquito de la implicación que tuvo en el asunto. Completan el reparto con acierto Emilio Alonso, José David Gil y Rocío Borralo con dirección de Pedro Álvarez- Ossorio y coproducción de La Fundición con Focus. Una muestra de teatro necesario hoy más que nunca, una producción de gran nivel que debería verse en algún teatro nacional. De momento, vayan a verlo al Campos Elíseos hoy o mañana, de verdad que merece la pena tomar partido por la cultura.

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Lola Herrera y Héctor Alterio abren la temporada del Palacio de Festivales

En el estanque dorado, Lutherapia y Distancia siete minutos , primeras citas destacadas de la nueva programación del Palacio de Festivales de Cantabria que incluirá también a otros nombres destacados como Arturo Fernández, Juanjo Artero y el exitoso musical Por los ojos de Raquel Meller

El pasado 2 de octubre se estrenó en el Teatro Principal  de Zaragoza una nueva producción de Pentación,  En el estanque dorado de Ernest Thompson, dirigida por Magüi Mira  y protagonizada por Lola Herrera y Héctor Alterio,  juntos por primera vez en los escenarios. Traducida a treinta idiomas y producida en más de cuarenta países, En el estanque dorado es ya un clásico del teatro contemporáneo. Se estrena por primera vez aquí, en España, en versión de Emilio Hernández. Así valora su directora Magüi Mira a sus dos protagonistas: «Con Lola Herrera  y Héctor Alterio, la emoción está servida. La lágrima y la risa. La belleza incontestable de dos grandes por primera vez juntos en las tablas de los teatros de España. Es un placer para mí. Va por ustedes», En palabras de Mira, esta obra trata sobre «La edad. El miedo. El amor. La soledad. La risa. La lucha por la vida dentro de una familia. La isla de esperanza frente al peligro de extinción: de la naturaleza, de la familia, de la pareja, de la vida. Una valiosa reflexión sobre lo difícil que es conseguir relaciones positivas. A cualquier edad. En cualquier momento. El goce es posible a pesar del implacable acoso del tiempo». Completan el reparto Luz Valdenebro, Camilo Rodríguez y Mariano Estudillo. Antes de hacer temporada en el Teatro Bellas Artes de Madrid, la obra pasará por el Palacio de Festivales los días 28 de febrero y 1 de marzo a las 20:30h en la Sala Pereda.

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La siguiente cita a la que no hay que perder la pista es la vuelta a Santander de todo un clásico, Les Luthiers, que debido al éxito de las inicialmente dos funciones, tendrán cuatro representaciones en el Palacio. Estarán del 10 al 13 de marzo a las 2o:30h en la Sala Argenta. Los cómicos argentinos- en el  sentido más amplio y enriquecedor del término- han vuelto a revolucionar España en unos en que el teatro no pasa por su mejor momento en cuanto a número de espectadores se  refiere con su Lutherapia. Sus señas de identidad: música, humor y… Mastropiero, ese gurú musical por el que sienten una admiración casi enfermiza. Estamos en una terapia de diván muy particular. Aquí se salta de la cumbia al gregoriano sin darnos casi cuenta. Les Luthiers explotan esas canciones tan divertidas y pegadizas que les caracterizan con un sentido del humor muy fino. El espectador cree que no se puede sorprender más cuando de repente se encuentra con un nuevo instrumento musical inimaginable. No hay que olvidarse de los  textos- brillantes- que nos transportan de la casa de unas ancianitas con barbas a un exorcismo  musical por la llegada al mundo del anticristo.  No es necesario vestuario ni escenografía, nos vale con el trabajo de estos sabios de la escena para ver sobre el escenario a los personajes más insólitos en los parajes más insospechados. Es la magia del teatro. Y el público entra en el juego imaginativo y aplaude cada ingenio humorístico del grupo.

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Cita destacada el viernes 21 de marzo a las 20:30h  en la Sala Pereda con Distancia siete minutos de Titzina Teatro tras su exitoso paso por el Teatro de la Abadía. Coincidiendo con el envío y aterrizaje del robot espacial Curiosity, Félix, un joven juez, se ve obligado a abandonar su casa, afectada por una plaga de termitas, e instalarse durante unos días en su antiguo domicilio familiar. Los interrogatorios en los juzgados, así como la convivencia con su padre, sacarán a relucir temas fundamentales, como la justicia, el destino y las fuentes de la felicidad. La compañía Titzina, que hace años presentó en La Abadía Exitus, conserva en este nuevo espectáculo sus señas de identidad -la apuesta por el teatro de creación, a partir de un trabajo de campo, y la combinación de drama y comedia- para hablar de la felicidad, de las distancias entre seres humanos, de curiosos paralelismos y destinos interconectados que escapan a nuestro control y nos impiden saber cuándo ni cómo empiezan a definirnos.

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MTUM o cómo un reparto puede levantar un musical

Tenía curiosidad por ver el nuevo musical jukebox de la cartelera madrileña, Marta tiene un marcapasos. Sí, también las canciones de Hombres G parece ser que merecían un musical en este frenesí de generar musicales como churros a partir de éxitos del pasado. Hasta de la copla hemos tenido musical… Como digo tenía curiosidad, pero no precisamente ganas… Desde el privilegiado asiento que tuve, pegadito a la orquesta, disfruté con el espectáculo. Y no, no es que el libreto me pareciese gran cosa, emula con descarado entusiasmo a Mamma Mía, sino que me quedé prendado de la energía, de la fuerza y del TALENTO de unos cuantos intérpretes del mismo. Siento verdadera debilidad por la forma de enfrentarse al escenario de Leo Rivera, con el comparto únicamente apellido, lo digo por si había alguna posibilidad de que algún lector pensase que es primo mío o algo… Es estimulante ver a un actor que se entrega tanto en cada función. Voy a ser sincero, era lo único que me atraía realmente de este montaje la verdad. Tiene la capacidad de conectar con el público, le he visto ya en unos cuantos musicales, y cuando está en escena te hace un poquito más feliz con esa energía tan especial que nos regala. Tiene esa capacidad, una comicidad que transmite al público. También me encanta ver encima del escenario del Compac Gran Vía a Nando González, eso se llama tener elegancia encima de un escenario con ese timbre de voz tan reconocible y especial. Y me quedé prendado, más en la parte musical que en la ‘chirriante’ parte hablada, de Rocío Madrid. En definitiva, no está entre lo mejorcito de la cartelera, pero tiene algunas coreografías acertadas, una efectivísima escenografía de Ana Garay, un reparto destacable y una historia que, dentro de lo previsible y de lo fútil del asunto, resulta divertida por momentos. Este musical-karaoke seguirá entusiasmando en la Gran Vía y me alegro por un puñado de actores de primera, de esos que hacen que el musical español al menos tenga artistas equiparables a las grandes potencias. 

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¿Cuántos cadáveres televisivos habrá esta temporada?

Han pasado ya unos cuantos años desde que Los serrano se convirtiesen en el ‘arma arrojadiza’ con la que Telecinco hundió a series como Lex o Casi Perfectos. Con Aquí No Hay Quien Viva no pudo, la única que se libró de la quema. Ahora tienen en sus manos El príncipe, un bombazo en toda regla que, esperemos, no vuelva a utilizar de la misma forma, aunque en realidad ya empiezan a llegar las primeras víctimas. Bienvenidos al Lolita no renovará, se ha hundido en el fango en términos de audiencia. Una pena por el equipo artístico que compone esta serie, desde Luis Varela a Carlos Santos, Beatriz Carvajal o Roberto Álamo. La serie no ha cumplido las expectativas, no solo en términos de audiencia, sino también en las tramas, que repiten cánones ya vistos en ficciones anteriores de Globomedia, la productora reina derrocada que necesita un cambio de rumbo urgente como atestiguó anoche su otro estreno, Byb. Una serie que transcurre en una redacción de una revista de moda, muy original, con personajes estereotipados y situaciones que de manidas aburren. Es una pena que se desperdicie el talento de un puñado de actores fantásticos, ahí están por ejemplo Adolfo Fernández, Carlos Iglesias o Jorge Usón, con productos tan limitados, tan poco ambiciosos y sobre todo tan poco NOVEDOSOS en los que se limita a actores fantásticos a actuar haciendo el registro de siempre.

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Es una pena para la industria televisiva de nuestro país que parece despegar con propuestas como El tiempo entre costuras. Anoche, tenían una competencia leonina, Velvet, un producto con el que no se puede ni siquiera comparar a la ficción de T5. La serie ambientada en unas glamurosas galerías, tiene el sello de Bambú Producciones y eso se nota. En primer lugar por el nivel de producción, muy por encima de los decorados ‘de cartón-piedra’ con el que nos siguen sorprendiendo en algunas ficciones españolas. En segundo lugar por el reparto. José Sacristán llevaba tanto sin hacer televisión y si ha aceptado la llamada del equipo que lidera Ramón Campos por algo será. Y también están Natalia Millán, Manuela Vellés, Aitana Sánchez Gijón… Palabras mayores. Y sí, la trama de época engancha más que el costumbrismo arcaico que asola a algunas de nuestras series. Si le pones en el menú al espectador jamón de bellota o salchichón, lo que ocurre es que se decanta, casi siempre, por el jamón de bellota. Velvet se llevó el gato al agua con más de 4.800.000 espectadores y la ficción de la 5 se queda con dos millones menos. Seguro que ya están pensando en cómo hundir el barco de época que acaba de estrenarse en Antena 3.  A las cadenas no les gusta perder y seguro que algún cadáver televisivo más habrá esta temporada. Me temo que la siguiente víctima también tendrá lugar en la noche del martes. Los misterios de Laura también se está resintiendo y, espero equivocarme, pronto veremos la (no) renovación de la serie.

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El FETEN se llena de magia con «Aladín, un musical genial»

La Feria Europea de Artes Escénicas para Niños y Niñas, FETEN es un espacio que promueve los intercambios y la cooperación entre los distintos sectores de creación y distribución de las artes escénicas. La importancia y el realce adquirido por el teatro para niños/as en España y en, prácticamente, toda Europa, hace surgir la necesidad de un lugar o espacio donde conjugar, intercambiar, compartir y posibilitar intereses, experiencias, conocimientos y vínculos directos entre programadores, compañías y profesionales del medio; tratando entre todos de elevar y dignificar una, cada vez mayor, calidad de las artes escénicas hechas para y por los menores. En esta edición que tiene lugar entre el 16 y el 21 de febrero, Aladín, un musical genial, actualmente en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid, se podrá disfrutar el próximo jueves 20 de febrero en el Teatro Jovellanos de Gijón. Todo un logro para este montaje de Trencadís Produccions que ya ha recorrido media España. Analizamos los aspectos que DESDE MI BUTACA creemos han sido claves en este éxito teatral que les llevará a estar presente en esta feria, referente europeo en las artes escénicas para público infantil.

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Estamos acostumbrados a ver espectáculos infantiles-familiares con una economización de los recursos que, en mi modesta opinión, roza a veces lo amateur o, peor aún, la función de fin de curso. Con una escenografía consistente en un libro gigante pretendieron que nos creyésemos la historia de El mago de oz hace bien poco… Por eso, los padres que vayan a ver Aladín, un musical genial con sus hijos, se sorprenderán para bien. Empezando por la escenografía fija, diseñada por Luis Crespo, que se adapta a los diferentes espacios con sumo acierto. Siguiendo por las partituras originales de José Domenech que no puedes dejar de tararear cuando sales del teatro, muy especialmente ese número al más puro estilo del Broadway clásico, El genio vuelve a actuar. Y una diferencia esencial, es un espectáculo para todos los públicos, no un infantil. Me explico: El libreto de Josep Mollá tiene sus guiños al público adulto y más de un padre sale con una sonrisa después de ver el espectáculo y rememorar la magia de su añorada infancia. Aladín, un musical genial cubre un hueco en las propuestas de teatro musical actual. Un musical de formato medio para toda la familia, creo que sería una buena definición.

Y no, no me olvido del reparto jovencísimo y talentosísimo. Lidera el reparto Naím Thomas, consagrado ya como una de las figuras de nuestro teatro musical, compone un Aladín lleno de energía (ojo a las piruetas que se marca) y con un amplio registro vocal como demuestra en Hoy ha cambiado mi vida. Su dulce y  menos ñona que en el cuento partenaire es Erika Bleda, de cuya voz solo podemos enamorarnos, ¡No sabes cómo te entendemos Aladín! Aitor Caballer es un Jafar con una imponente presencia escénica, Mariño Muñoz es un divertido Sultán, Víctor Lucas se lleva una gran ovación del público con la comicidad que transmite su Yago, Fátima Gregorio es una entrañable Aya de la que solo puedes encariñarte y Ángel Crespo se mete con asombroso tino en los diferentes personajes que le tocan acometer. Y no, no me he olvidado del Genio. Carles Montoliu es un mágico ser lleno de estilo que brilla con luz propia en su número estrella, El genio vuelve a actuar. Y además, la alfombra vuela, hay números de magia y ¡un elefante gigante en escena! Elementos que no hacen más que asentar la idea de que este musical que ha ideado y dirigido Jose Tomás Cháfer debe tener un largo recorrido por delante. De momento, este jueves en Gijón y los fines de semana hasta nueva orden en el Nuevo Apolo de Madrid. Vayan, tengan o no hijos, lo pasarán genial. Igual hasta les conceden tres deseos. Palabrita de Genio.

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*Tienes toda la información del espectáculo en Twitter y Facebook.

Hoy comienza «El viaje a ninguna parte» de Tamar Novas

Hoy parece más que nunca pertinente reivindicar la figura del cómico, en estos tiempos en que el teatro y el cine parecen (no) ser una prioridad para unos cuantos. Hoy más que nunca es necesario poner en escena, en su primera traslación al escenario, «El viaje a ninguna parte» de Fernando Fernán Gómez. Fue gracias a su trabajo con el maestro en «La lengua de las mariposas» como nuestro protagonista consiguió su Goya hace ahora una década. Tras una intensa carrera en el cine, el año pasado se unió a la «Comedia y Sueño» de Corazza, su debut en el teatro. Solo unas horas antes de que se suba el telón del Teatro Valle Inclán nos atendió «nervioso, pero no preocupado» ante la cita que le llevará a un Viaje a ninguna parte en el que, de nuevo, parecen sumidos nuestros actores en la actualidad.

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¿Cómo han sido los ensayos con Carol López y el resto del equipo entre los que se encuentra un actor de toda la vida, un cómico del calibre de Miguel Rellán?

Desde la prueba que hice con Carol tuve muy buenas sensaciones, y la verdad es que ha sido un proceso de ensayos inmejorable. Carol me ha dado muchísima confianza, me he sentido bien acompañado y con mucha libertad. He aprendido mucho con ella, con el personaje y con la historia. No puedo estar más contento. Y de Miguel Rellán, pues ya lo dice todo el mundo, es un compañero fantástico, lleno de generosidad y franqueza, ha sido un lujo ser su “nieto”. Al igual que el resto de compañeros: Andrés Herrera, Antonio Gil, Olivia Molina, Amparo Fernández, Jose Ángel Navarro, Camila Viyuela. Creo que hemos hecho familia.

¿Muchos nervios ante el esperado estreno?

Mi estómago lleva días inquieto… Pero estar nervioso y no preocupado creo que es buena señal.

¿Cómo es la adaptación que ha hecho Ignacio del Moral?, ¿Hasta qué punto se puede ser fiel a una película como El viaje a ninguna parte encima de un escenario?

Ha sido un placer conocer a Ignacio, es siempre interesante escucharle, y la versión que ha hecho, junto con el trabajo sobre el texto también de Carol durante los ensayos me parece muy complejo. Creo que la historia se cuenta de una forma ágil, llena de humor y verdad,  dejando que se muestren los personajes de la novela.  Con respecto a la fidelidad al original, en mi caso concreto, he vivido acompañado de la novela durante los ensayos. No he tenido en cuenta la película, para no ser condicionado por otras imágenes y otras interpretaciones, que recuerdo que en la película eran brillantes. Creo que el espíritu y los personajes de Fernán Gómez están en esta versión.

Foto de David Ruano.
Foto de David Ruano.

Ahora más que nunca, parece imprescindible reivindicar la figura del cómico. En tu caso, ¿Qué es lo que llevó tu camino a este viaje a ninguna parte en el que parecéis sumidos en estos tmpos los actores?

Pues a mí, en primer lugar, los azares de la vida. Me he ido enamorando de este oficio, pero las primeras oportunidades no fueron buscadas.

Coincidiste con Fernán Gómez en La lengua de las mariposas, ¿Con qué recuerdo te quedas del autor de El viaje a ninguna parte?

Me quedo con una imagen. Yo tenía 11 años, era mi primer día de rodaje en un monte al lado de un río, yo salía de la caravana de vestuario, y Fernán Gómez, estaba sólo y tranquilamente en un descampado, sentado en una silla plegable, con la barba recién recortada, sombrero y bastón. Es la primera imagen consciente que tengo de un actor de carne y hueso.

Recientemente pudimos disfrutar de tu trabajo en Comedia y sueño, ¿Qué ha aprendido del trabajo junto a Juan Carlos Corazza Tamar Novas con esta experiencia?

Con Juan Carlos llevo trabajando varios años y, al igual que Manuel Morón, ha sido fundamental en mi aprendizaje. Sigo trabajando con él, afortunadamente. No sabría poner en palabras todo lo que me aporta el trabajo con Juan Carlos, es un maestro y director con el que espero trabajar muchas veces. En Comedia y Sueño he aprendido y debutado en el escenario como actor, pero me ha hecho interesarme por la dirección, la dramaturgia, la puesta en escena… y en especial con la música, que tenía un poco apartada de mi vida hasta ese momento. A Juan Carlos le estaré siempre agradecido.

¿Dónde queda en la memoria de Tamar Novas el momento Goya?

Fue una buena inyección de confianza para mí, que los compañeros de profesión valoren tu trabajo es de gran ayuda para seguir esforzándose. Pero cuando recibí aquel premio yo aún no estaba claramente orientado hacia este trabajo, me dio muchas alegrías, pero me quedaba lo más importante, que era conocer más este oficio, y es a lo que he dedicado mis esfuerzos estos últimos diez años que han pasado desde aquella bonita experiencia.

Aquí y ahora, ¿Por qué el teatro es un buen lugar para contar historias para ti?

Porque es un lugar donde, como actor y espectador, he experimentado sensaciones diferentes a cualquier lugar. Creo no sólo en el componente de entretenimiento que tiene el teatro, que también me parece importante, sino en la capacidad de transformación que puede tener. Como dice el personaje de Miguel Rellán en El viaje a ninguna parte: “El teatro tiene veneno, es un misterio”.

Si miramos hacia el futuro, ¿Qué proyectos tiene y con qué proyectos sueña Tamar Novas?

Ahora disfrutar de este viaje a ninguna parte al máximo. Además sigo trabajando con Juan Carlos Corazza y parte de la compañía de Comedia y Sueño en otro proyecto, y espero rodar en abril una película que se llama La playa de los ahogados, de Gerardo Herrero, basada en la novela de Domingo Villar.

Entre Verdi, las últimas «Tesituras» y la (no) llegada de «El rey león» a Santander

En esta nueva entrega de Escenario Cantabria nos centraremos en varias citas en el CASYC y en una (no) cita escénica programada para mayo.

Este sábado 15 de febrero la compañía de Anabel Díez representará en CASYC a las 20:30h Eso harás si me deseas, obra protagonizada por Jairo Martínez del Hoyo, Pilar García Solar, Xandra Lemolt, Cristobal Martínez y Eva González.

El 20 de junio de 1840 falleció la mujer de Giuseppe Verdi, Margarita Barezzi. Poco tiempo antes habían muerto sus dos hijos. El 5 de septiembre de 1840, apenas tres meses después de enterrar a su mujer, Verdi es abucheado en el teatro La Scala de Milán en el estreno de sus segunda ópera “Un Giorno di Regno”, prometiendo entonces no volver a escribir música nunca más. Durante un año entero Verdi cumple su promesa, por mucho que le insisten, el joven maestro, destrozado por el dolor de la pérdida, permanece inalterable en su decisión, hasta que una fría noche de 1841, tal y como cuenta en su biografía, se encontró al empresario de «La Scala», Merelli: “Una fría noche del otoño de 1841, me encontré a Merelli cerca del teatro. Con trucos me convenció para que le acompañara a su despacho para resguardarnos de la nieve; allí me dijo que Nicolai, su nuevo músico, no quería hacerse cargo de un libreto maravilloso titulado «El Nabucco» y que a esas alturas ya no podía encontrar otro. Como yo había decidido abandonar la música, le propuse darle “Il Proscrito”. Lo agradeció y me dijo que me llevara a casa el otro libreto a ver que me parecía. Enseguida me di cuenta de que todo aquello era una trampa para que volviera a componer, así que cuando llegué a casa, tiré «El Nabucco» sobre la mesa enfadado todavía. El libreto se quedó abierto por una hoja predeterminada y fue entonces cuando leí el mágico verso -Va pensiero suil`alli dorate-. ¡Nabucco me trotaba en la cabeza! Me levanté y leí el libreto, no una, sino dos, tres veces … antes de quedarme dormido, tantas que puede decirse que a la mañana siguiente
yo ya sabía de memoria el libreto. ¿Pero qué pasó aquella noche? Y sobre todo … ¿qué tuvieron que ver las 3 brujas de Macbeth en todo esto?

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El ciclo Tesituras que organiza Palco Tres en colaboración con CASYC comienza sus recta final con los conciertos de María José Moreno y Marina Pardo. María José Moreno, que actuará el día 22 de febrero a las 20:3oh, ha cantado en los principales teatros españoles y con directores como Peter Maag, Colin Davis, Julius Rudel, Jesús López Cobos, Alberto Zedda, Víctor Pablo Pérez, García Navarro, Miguel Ortega, Richard Bonynge, Ros Marbá, Frans  Bruggen, Rinaldo Alessandrini, Marco Armiliato, Vassily Petrenko, Giuliano Carella, Stefano Ranzani, Roberto Rizzi Brignoli. Christoph Rousset. Debuta en la Opera Estatal de Viena con Rosina del Barbiere di Siviglia y tras el gran éxito obtenido fue nuevamente invitada para interpretar el rol de Olympia en Les Contes d’Hoffman, en La Scala de Milán debutó con el rol de Gilda en Rigoletto. El 28 de febrero a la misma hora será el turno de Marina Pardo. Desde su debut en el Campoamor con Alexander Nevski de Prokofiev, la mezzosoprano destaca en el Repertorio Sinfónico con Das Lied von der Erde de Mahler, la misma obra en versión de Schoenberg-Riehn, Alt Rapsodie de Brahms, Misas en La b M y Mi b M de Schubert, The Messiah de Händel, El Amor Brujo de Falla, etc.

Y cerramos este Escenario Cantabria con una no cita. Hoy mi estado de estupor ha llegado al límite cuando he descubierto que en el Palacio de Deportes de Santander se ha programado un adefesio escénico que toma el nombre, sin pagar derechos de autor ni licencia alguna por parte de Disney, de El rey león para poner en escena un calco del musical, a lo cutre como es obvio. Lo peor es que alguno dirá: No voy a Madrid, que vienen a Santander. Pues no, señores, lo que vendrá en mayo a Santander es un chiste, una función de fin de curso, en la que no se cita ni al reparto ni mucho menos a la productora que hay detrás. Simplemente, lamentable.

Enric Benavent: «En el escenario me reencuentro con la esencia de esta profesión»

Se mete cada tarde en la casa de millones de personas a través de la pequeña pantalla, pero admite que necesitaba volver a respirar encima de un escenario. Y es que el teatro ha marcado la carrera de un actor que ya en los tiempos de Tábano se dio cuenta que el trabajo de los cómicos es algo que hay que hacer en equipo. Y eso se transmite en un escenario como el del Infanta Isabel, donde ‘respira’ cada tarde con uno de los mejores repartos vistos en nuestro teatro reciente. Y entonces, se crea la magia. Se apagan las luces y comienza la vida de El Cojo de Inishmaan.

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¿Cómo es el Johnny que ahora interpretas en el Infanta Isabel?

Es el hilo conductor, cuenta las noticias del pueblo, nos describe a la gente de esa isla. Es como un narrador clásico, que nos introduce en la historia, nos dice cuánto tiempo ha pasado…

¿Cómo han sido los ensayos con Gerardo Vera y el resto del reparto de El cojo de Inishmaan?

Hice con él El enemigo del pueblo y, desde entonces, hemos intentado colaborar varias veces y no ha sido posible. Él se definía como un director un tanto invasivo, pero yo nunca he tenido esa percepción la verdad. Me siento muy cómodo con Gerardo, hablo el mismo lenguaje que él. Tengo la sensación de que ha sido un proceso de ensayos muy acelerado para mi gusto. Uno de los puntos fuertes ha sido mi reencuentro con Teresa Lozano, que llevamos décadas coincidiendo en distintos montajes.

Y esa compañía que habéis creado, y eso se ve en escena, tiene una química ‘mágica’…

Hemos encontrado una manera de relacionarnos entre nosotros muy especial. La función desde el estreno ha subido muchísimo. Determinados engranajes de la función están ahora perfectamente engrasados. Hemos creado un reparto compacto teniendo a gente de edades y procedencias tan distintas como Adam y Terele. Es Gerardo el que ha sabido compactar sin dejar ni una figura a este reparto del que me siento tan orgulloso de formar parte.

¿Qué le atrapó a Enric Benavent de un texto como El cojo de Inishmaan?

Tiene un punto de ironía mezclado con un lirismo muy poético y afectivo que lo hacen un cócktel maravilloso. Humor, ironía, políticamente incorrecta y hace especial atención.

Su autor, Martin McDonagh, hasta ahora ha sido un completo desconocido en nuestro país…

Yo creo que es un autor que ahora es cuando está empezando a ser reconocido. Precisamente, haciendo esta obra he caído en la cuenta de que, sin pretenderlo, mi carrera ha estado marcada por el teatro del siglo XX: Eduardo de Filippo, Pinter… Y con El cojo de Inishmaan he entrado de lleno en el siglo XXI con un una obra que bebe de Becket y de los mejores autores irlandeses.

Y aquí y ahora, ¿Por qué el teatro es un buen lugar para contar historias para Enric Benavent?

Pisar un escenario supone reencontrarme con la esencia de esta profesión. Lo que me gusta del teatro es que puedes ahondar en los personajes, escarbar en lo más profundo de su ser para sacar su esencia. Uno empieza en esto seguramente por vanidad creo, pero de repente en los ensayos te das cuenta que transitar por la vida de otros nos da la oportunidad de vivir tantas vidas… Y entonces te das cuenta que este trabajo no solo te gratifica con el aplauso del público, sino también con algo mucho más profundo.

Entre las experiencias cinematográficas recientes está tu paso por Gente en Sitios de Juan Cavestany, ¿Cómo fue el rodaje?

Trabajar con Juan Cavestany me da un chute de euforia. Estoy muy contento por haber participado en Gente en sitios, una película tan libre en la que nos ha junto a gente del cine, el teatro y la televisión para contar unas historias que, en cierto modo, son un reflejo de la España en la que vivimos. Fíjate como fue ese rodaje. Yo salía de rodar El secreto de Puente Viejo y, sin desmaquillarme, me iba a rodar con él tras ponerme el traje en mi casa. Para mi suponía buscar un ratito para pasarlo bien y rodar con mi amigo Juan. En el momento del rodaje ‘pedíamos’ los improvisados permisos para rodar en sitios como la Audiencia Nacional o el bar de debajo de mi casa. Y tuve la suerte de compartir, una vez más, escenas con mi querida Nuria Gallardo. Sin duda, es la experiencia más eufórica de mi carrera. Entiendo muy bien su humor, aunque haya cosas que haya que cogerlas ‘con pinzas’, y eso nos hace tener una conexión muy especial.

Como tantos actores españoles su camino en esta profesión comenzó en Tábano…

Era el medio en el que me tocaba moverme entonces. Empecé en el grupo universitario UEVO. Veníamos de trabajar en Colegios Mayores, donde la Policía nos solía clausurar los espectáculos. Hice un espectáculo con Tábano en el que hacía ¡14 personajes! Recuerdo que mi objetivo únicamente era salir vestido al escenario, que entre tantos cambios saliese a escena con el vestuario correcto.

Con una larga carrera a tus espaldas, ¿Tienes algún personaje que se ha quedado por el camino, alguna espinita clavada?

Nunca tuve el sueño de hacer un personaje concreto. Creo que de alguna forma esto es herencia de mis tiempos en el teatro independiente. Allí no existían las individualidades, creíamos en el proyecto, en el trabajo en equipo. Yo valoro los papeles que me van llegando. He tenido la suerte de hacer personajes maravillosos con los que no contaba y con los que, desde luego, no había soñado. Soy un actor afortunado. Mi objetivo es que esta profesión siga sorprendiéndome con personajes tan bonitos como los que he tenido hasta ahora. Para que te hagas una idea, yo no conocía El arte de la comedia y cuando me dieron esa obra me di cuenta que era un bombón. Con personajes como ese me doy cuenta de lo afortunado que he sido como persona por poder transitar por personajes tan ricos. 

Antonio Dechent nos invita a tomar partido

“TOMAR PARTIDO” (Taking sides) es la 15ª producción de la Fundición, en colaboración conFocus (Barcelona), basada en la obra de Ronald Harwood y dirigida por Pedro Álvarez-Ossorio. El texto aborda la Alemania post-nazi de 1946 y pretende involucrar al espectador como parte y testigo de un juicio abierto que presenta dos actitudes absolutamente opuestas ante la terrible realidad política del Tercer Reich. Antonio Dechent, Roberto Quintana, Rocío Borrallo,José Manuel Pogay Emilio Alonso componene el reparto de la obra, que se podrá disfrutar del viernes 21 al domingo 23 de febero en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao.

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Berlín, 1946, una ciudad destruida, imagen dantesca, la quintaesencia del fracaso, la consecuencia de la guerra. Destrucción, desorientación, muerte; fin de una etapa. Construida sobre escombros, esta obra intenta reflexionar sobre la reconstrucción moral de la humanidad, la búsqueda de unos valores nuevos. Asistimos a los prolegómenos y averiguaciones preparatorias para el juicio que llevará a cabo la Comisión Antinazi para los Artistas. El comandante Steve Arnold, en su vida civil inspector de seguros, recibe el encargo de investigar las implicaciones del director de Orquesta Wilheim Furtwängler en la Alemania nazi de 1933 a 1945; para lo cual, reúne información e interroga a diversos testigos de su vida.

Su protagonista, Antonio Dechent, calificaba así a la obra en una reciente entrevista con Desde mi butaca: «Es un texto maravilloso. Es sobre unos juicios paralelos a los Juicios de Núremberg que se hicieron a la gente de la justicia y de la cultura. Es el espectador el que debe tomar partido y sacar sus propias conclusiones en este montaje».