Carlos Kaniowsky: «Es una vergüenza que vivamos en la cultura del todo gratis»

Carlos Kaniowsky, uno de esos actores que secundan decenas de películas y series de televisión tiene las ideas claras. Rompe moldes desmontando mitos como el de que únicamente la derecha censura o ese que pone al doblaje la etiqueta de invento franquista. No puede entender a todos esos ‘enmascarados’ que vociferan que la cultura debe ser gratuita: «Es como si yo fuese a una panadería y robase el pan». En una carrera tan dura como la del actor, en la que tantas veces no suena el teléfono, el doblaje se convirtió en un refugio para un actor al que hemos visto en series como «Desaparecida» e «Imperium», en las que trabajó con Ramón Campos: «Un ser con una creatividad productiva maravillosa». Ahora acaba de estrenar el cortometraje «Tu puto banco» de José Luis Santos  y espera que en el futuro el teatro le vuelva a reclamar: «Esta profesión es absurda y de repente te pasas años sin recibir ninguna oferta» enfatiza este actor al que hemos visto en películas como «Noviembre» o «Imagining Argentina».

 

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¿Es la temática de la crisis lo que te hizo aceptar ser parte de un cortometraje como Tu puto banco?

Creo sinceramente que se están haciendo demasiados trabajos sobre la crisis. Vale que el cine debe reflejar la realidad, pero es que se va a convertir en la temática única de nuestro cine. Si me atrajo Tu puto banco es por el humor que tiene y también por ser una producción bastante solvente. De hecho, me ha sorprendido lo bien que se han resuelto los temas de producción, casi como en un largometraje. Estaba todo en su sitio y funcionaba a la perfección.

¿Está el futuro del cine en manos de los cortometrajistas?

El cortometraje es la base creativa de nuestra industria audiovisual. Es cierto que, quizás, se hacen demasiados y que solo algunos de esos directores consiguen hacer un largo y cuando lo consiguen a veces no pueden tener continuidad. Tengo un amigo que ha dirigido dos películas con gran éxito y está viviendo de la docencia. Si existiese una industria cinematográfica real, esas cosas no pasarían. La cultura se basa en que la llama de la creatividad no se extinga nunca y eso está en la base de la pirámide, que en el caso del cine es el mundo del cortometraje. El trabajo pseudo aficionado está siendo una alternativa a la cultura convencional, muy especialmente en el campo del teatro. El Teatro La Guindalera es el paradigma perfecto de cómo sacar adelante un proyecto con la participación de la ciudadanía y con una calidad artística encomiable. Algunos creadores encuentran la tecla que conecta con el público y desde ahí desarrollan una carrera de éxito, pero no todos pueden conseguirlo.

Una escena de "Tu puto banco".
Una escena de «Tu puto banco».

¿Cómo fue el rodaje de Desaparecida?

Hubo muy buen rollo en el rodaje y, además, nos ocultaron la identidad del asesino desde el principio. Cuando le preguntaba a Ramón Campos si era yo el asesino, me contestaba que no sabía… Quizás, la clave del éxito estuvo en que se mezclaron muchos casos reales para crear esta historia, todo lo que se contaba tenía algo de realidad.

A partir de esa serie, la figura de Ramón Campos y Bambú Producciones comenzaron a tomar impulso en nuestra industria…

Ramón Campos tiene una creatividad productiva. Ahora ya está coproduciendo con Estados Unidos una serie. Sabe muy bien cómo funciona el medio televisivo y siempre cuenta con directores que han hecho cine. Creo que se les está quedando pequeño España, por eso se van fuera. Diseñan series que en Estados Unidos irían a los grandes canales de cable. Tenemos una industria televisiva cada vez más fuerte y ver cómo algunos espectadores critican nuestras producciones por el hecho de que no tengan, por ejemplo, decorados perfectos… Yo les diría que si tuviésemos la mitad del presupuesto que tienen en Estados Unidos por capítulo conseguiríamos unos resultados alucinantes. No obstante, con lo que tenemos, hacemos verdaderas maravillas.

¿Qué lugar ocupa en su carrera el doblaje?

He vivido durante temporadas largas del doblaje. De hecho, entré en una etapa profesional en la que tenía poco trabajo. Lo primero que quiero es hacer caer ese mito de que el doblaje lo inventó Franco. Realmente, fueron los estudios americanos los que decidieron doblar sus películas cuando empezó el cine sonoro para poder exportarlas a todo el mundo. El primer estudio de doblaje estuvo en París y el primer director de doblaje español fue Luis Buñuel.

Lleva bastante sin subirse a un escenario, ¿No le pica el gusanillo?

Me gustaría volver a hacer teatro. Hace un par de años estuve a punto de hacer una obra, pero diferencias con el productor hicieron que se cayese el proyecto. Ahora que lo pienso bien es absurdo que no me hayan llamado para hacer teatro en tanto tiempo. Este oficio es francamente raro. Cuando empecé a hacer cine, hubo una temporada en que no dejó de sonar el teléfono. Y con la tele, lo mismo y, de repente, desapareces.

¿Hubo un momento en el que quiso ser actor?

De alguna forma creo que eso ya estaba dentro de mi desde bien pequeñito. Tengo algunos recuerdos grabados en mi mente. Me acuerdo perfectamente de que empecé de niño a distinguir lo que era un ARTISTA, así con todas las letras mayúsculas. Recuerdo ver a Raphael con su Balada triste de trompeta, al gran Jerry Lewis e incluso a Tarzán. El actor quiere hacer de pirata sabiendo que es mentira. Que te paguen por ello es un logro.

Y años después se lió la manta a la cabeza y montó compañía propia…

Entré muy peleón en esta profesión. Salí escaldado de los tiempos con mi compañía, aunque a nivel artístico terminé muy contento. La primera función que hicimos me la machacaron de una forma… Se llamaba La parte contratante y era una crítica a la estructura cultural del país. Luego hice un cabaret portátil, Melilla tuvo que ser. Luego monté un espectáculo que  hicimos con mucho éxito hasta que los socialistas nos la machacaron. Se supone que estábamos en una sociedad progresista, pero nos impusieron una cierta censura en la época de Felipe. Les molestó que hubiésemos actuado en las cárceles sin consentimientos de los del PSOE. Fue una época terrible, solo los amigos del partido del gobierno tenían trabajo en esa época. Se tiraba el dinero público de una forma tan descarada que el director de un festivalucho de pueblo podía vivir con ese trabajo todo el año entero.

¿Cree que vivimos en una sociedad que no valora suficiente los bienes culturales?

Desde luego. La cultura del todo gratis en la que vivimos instalados es una verdadera vergüenza. Los Anonymous se consideran anarquistas y están muy orgullosos de robarnos el trabajo a los demás, pero se esconden tras una máscara. Su actitud es muy cobarde. Cuando veo cómo se ha lucrado el gordo ese con las descargas ilegales me produce una repugnancia indescriptible.

¿Con qué proyectos le gustaría seguir “jugando” a esta profesión?

Quiero que haya una ciclogénesis explosiva en la cultura y ser parte activa de ella. Que esos fenómenos alternativos que han llegado a la escena se conviertan en algo rentable, que puedan vivir de su trabajo humildemente los que participan en ellos.

 

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¿Cuántos cadáveres televisivos habrá esta temporada?

Han pasado ya unos cuantos años desde que Los serrano se convirtiesen en el ‘arma arrojadiza’ con la que Telecinco hundió a series como Lex o Casi Perfectos. Con Aquí No Hay Quien Viva no pudo, la única que se libró de la quema. Ahora tienen en sus manos El príncipe, un bombazo en toda regla que, esperemos, no vuelva a utilizar de la misma forma, aunque en realidad ya empiezan a llegar las primeras víctimas. Bienvenidos al Lolita no renovará, se ha hundido en el fango en términos de audiencia. Una pena por el equipo artístico que compone esta serie, desde Luis Varela a Carlos Santos, Beatriz Carvajal o Roberto Álamo. La serie no ha cumplido las expectativas, no solo en términos de audiencia, sino también en las tramas, que repiten cánones ya vistos en ficciones anteriores de Globomedia, la productora reina derrocada que necesita un cambio de rumbo urgente como atestiguó anoche su otro estreno, Byb. Una serie que transcurre en una redacción de una revista de moda, muy original, con personajes estereotipados y situaciones que de manidas aburren. Es una pena que se desperdicie el talento de un puñado de actores fantásticos, ahí están por ejemplo Adolfo Fernández, Carlos Iglesias o Jorge Usón, con productos tan limitados, tan poco ambiciosos y sobre todo tan poco NOVEDOSOS en los que se limita a actores fantásticos a actuar haciendo el registro de siempre.

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Es una pena para la industria televisiva de nuestro país que parece despegar con propuestas como El tiempo entre costuras. Anoche, tenían una competencia leonina, Velvet, un producto con el que no se puede ni siquiera comparar a la ficción de T5. La serie ambientada en unas glamurosas galerías, tiene el sello de Bambú Producciones y eso se nota. En primer lugar por el nivel de producción, muy por encima de los decorados ‘de cartón-piedra’ con el que nos siguen sorprendiendo en algunas ficciones españolas. En segundo lugar por el reparto. José Sacristán llevaba tanto sin hacer televisión y si ha aceptado la llamada del equipo que lidera Ramón Campos por algo será. Y también están Natalia Millán, Manuela Vellés, Aitana Sánchez Gijón… Palabras mayores. Y sí, la trama de época engancha más que el costumbrismo arcaico que asola a algunas de nuestras series. Si le pones en el menú al espectador jamón de bellota o salchichón, lo que ocurre es que se decanta, casi siempre, por el jamón de bellota. Velvet se llevó el gato al agua con más de 4.800.000 espectadores y la ficción de la 5 se queda con dos millones menos. Seguro que ya están pensando en cómo hundir el barco de época que acaba de estrenarse en Antena 3.  A las cadenas no les gusta perder y seguro que algún cadáver televisivo más habrá esta temporada. Me temo que la siguiente víctima también tendrá lugar en la noche del martes. Los misterios de Laura también se está resintiendo y, espero equivocarme, pronto veremos la (no) renovación de la serie.

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Series made in spain

Hace tiempo que quiero escribir sobre nuestras series. Es conocido por los lectores más fieles mi querencia por las series de Bambú y un programa del Plus, España en serie, me parecía una buena escusa para reivindicar la calidad de nuestro ficción televisiva. A través de cuatro episodios, la cadena de pago mostrará la riqueza de nuestras series con testimonios de actores y creativos detrás de éxitos como Crematorio, Farmacia de Guardia, Pulseras Rojas, Águila Roja

TELEVISOR

Parece que somos poco dados a hablar bien de lo que se cuece en nuestra industria. Algunos solo ven series americanas, que son los que más saben de estas cosas. Por supuesto que es imposible igualar a la ficción norteamericano, ya querrían las productoras tener la mitad de presupuesto que The Newsroom por poner un ejemplo. El mérito de nuestra ficción es conseguir productos dignos con presupuestos muy ajustados. Y, a veces, hasta se consiguen productos de la calidad de la HBO, véase Crematorio, un producto televisivo de una calidad inconmensurable. Una producción brillante con un reparto magnífico y unos guiones indiscutiblemente sensacionales. Precisamente son sensacionales por ser el reflejo de lo que somos como sociedad. Refleja un momento concreto de nuestra historia de una forma descarnada, cruda y lo hace con maestría, ¿Cómo no recordar el reciente pelotazo inmobiliario y todos esos que se lo llevaron ‘a manos llenas’ ? Todo ello redondeado con el quizá sea el mejor trabajo de Pepe Sancho, un actor de raza al que echamos y mucho de menos.

Más allá de ese bendito milagro de la televisión de pago, hay buenos ejemplos de ficción de calidad- me dejaré alguna por el camino seguro- que arrasan fuera de España.  Es uno de los puntos que se resalta en la serie, aún por estrenar, del Plus. Series como El internado, Aquí no hay quien viva o Los serrano triunfan en países tan aparentemente diferentes a España como Rusia y, ojo al dato, ¡Finlandia! Incluso hacen versiones autóctonas de nuestras series, ¿Tan malas no serán no? Por intentar ordenar un poco este artículo, me referiré a la línea de ficción de las tres principales cadenas.

La 1. Siempre se ha dicho que el perfil del público de la cadena de todos los españoles es tirando a edad avanzada. Si eso quiere decir calidad, compro. Creo que es la cadena de la que más series he seguido. Desde luego Cuéntame cómo pasó me parece un producto brillante, pero también me lo pareció Desaparecida, una de las mejores series producidas en España sin ninguna duda. Detrás de esa serie se encontraba Ramón Campos, uno de los creativos televisivos a los que más admiro. Una producción de primera con un reparto de calidad superlativa. Carlos Hipólito, Luisa Martín y Miguel Ángel Solá, palabras mayores. No sigo Isabel ni Águila Roja, no me han enganchado, pero admito el mérito de levantar producciones así. Y volvemos a Campos. Gran Reserva, culebrón de viñedos con buenos guiones, un nivel de producción de primera y un reparto… ¿Quién sería capaz de juntar a Emilio Gutiérrez Caba, Ángela Molina, Manuel Galiana y Gloria Muñoz? Otros productos dignísimos  han sido Amar en tiempos revueltos y Herederos o cómo hacer un culebrón con estilo y elegancia. Otra serie fantástica, Pelotas, estuvo dos temporadas en antena y podría haber durado bastante más. Gran trabajo del tándem Juan Cruz- José Corbacho. Otra más, Mujeres, vista por La 2 y La 1. Una serie gracias a  la cual descubrí a actores maravillosos como Inma Cuevas, Carmen Ruiz o Victor Clavijo.

Antena 3. La cadena de Farmacia de Guardia, sin duda un punto y aparte en nuestra ficción, ha optado por series de diversa temática. Comedias como la brillante Aquí no hay quien viva o incluso misterio, véase El internado o Luna, el misterio de Calenda. Bambú, la productora de Ramón Campos, ha producido Hispania, Imperium y Gran Hotel entre otras series para la cadena. Hispania e Imperium, dos producciones difíciles de levantar en plena crisis. Para la segunda, que lamentablemente no funcionó, se fueron a rodar a los míticos estudios Cine Cittá. El hotel cerrará sus puertas muy pronto también. Concha Velasco, Adriana Ozores, Manuel de Blas, Juan Luis Galiardo y recientemente Lluís Homar. Solo por ver los últimos minutos en pantalla de Galiardo junto a la Velasco ha merecido la pena seguir esta serie. También me gusta actualmente Con el culo al aire, verdadera picaresca de nuestros tiempos con unos fantásticos Paco Tous, Carmen Ruiz y Raúl Arévalo.

Telecinco. Quizás sea la cadena en la que menos series he seguido. Médico de familia, Cámera café y poco más. Bueno, 7 vidas, la mejor sitcom producida en España, sin ninguna duda. Y actualmente también sigo las aventuras de los inquilinos de Mirador de Montepinar, véase La que se avecina.

Tv movies. En este último bloque me refiero a las películas para televisión. En este campo hay varios ejemplos de brillantez. Empecemos por la reciente Carta a Eva. Buen reparto, buen guión y, importante, un nivel de producción a la altura de una película hecha para la pantalla grande. Lo mismo podría decir de 23 F, Los últimos días de Franco, Tarancón y El Solitario entre otras. Funcionan relativamente bien a nivel de audiencia y crean industria. Ya estoy deseando ver Concepción Arenal, la visitadora de cárceles con Blanca Portillo.

Gran Hotel o la oportunidad de disfrutar de Eloy Azorín y Manuel de Blas en televisión

Siempre me ha gustado innovar y con la crítica al (arriesgado) estreno de GRAN HOTEL no voy a ser menos. Ya en el titular lo he dejado claro. He leído unas cuantas críticas de la serie en la que no se hacía referencia a dos de los platos fuertes de este reparto, que salvo un par de ejemplos contados es brillante.

Tenía un especial interés por ver esta serie. Dos meses después de su presentación en el Palacio de la Magdalena de Santander, el interés se había acrecentado en las últimas semanas con las «jugosas» promos que nos regaló Antena 3 y esa factoría de series de calidad, hasta ahora , llamada Bambú Producciones.

Desde el principio en el aire está la comparación con ese exitazo televisivo, al que admito que no le he prestado la menor atención, llamado Downton Abbey. Solo he visto algunas escenas de esa serie que se supone que se parece a este hotelazo que se ha sacado de la chistera mágica el señor Ramón Campos. Desconozco hasta que punto se parece la serie a la supuesta «ficción madre», pero he de admitir que el resultado de la española está muy por encima de la media por varios motivos:

1- La ambientación que es más «lujosa» que habitualmente
2- El reparto

Vale que algunos diálogos no son precisamente una maravilla, pero la literatura es para los libros. Algunas situaciones me «chirrían», desconozco si es solo una percepción personal, pero la escena del ciego que encuentra, mejor no adelanto el que, me resultó chirriante. Una cosa que no me gusta de la serie es la «no localización» de la serie. Me explico. En La Señora, sin la que seguro no hubiese sido posible poner en pie un producto así, se localiza la serie en Asturias de una forma clara. Aquí, es un pueblo fantasma, que lo mismo podría estar en Madrid que en Birminghan. Vamos que ha quedado muy «british» para estar rodada en mi tierruca, Cantabria.

Hablemos del argumento. Posible historia de amor entre distintas clases sociales, me suena a…. La Señora. Misterio con diarios guardados debajo del suelo y posibles pasadizos secretos me suena a… El Internado. He seguido esas dos series (la primera completa y la segunda se estiró tanto que se les fue la cabeza a los guionistas…)Está todo inventado, pero cuando mezclas los elementos puede salir algo bueno o malo. En el caso de Gran Hotel sale algo muy notable.

Vamos a por lo que a priori es lo más atractivo de la serie: el reparto. En España tenemos tendencia a equilibrar la balanza con buenos,pasables y mediocres actores. En Gran Hotel hay de todo, pero sobre todo brillan los buenos actores por muy pequeña que sea su intervención. He leído en la crítica de Rosa Belmonte que la simplemente maravillosa Concha Velasco sale demasiado poco. Toda la razón por mucho que ella misma haya confesado que prefiere los personajes con mucha chicha, aunque sean secundarios. Lo mismo se podría decir de otro grande de la escena: Manuel de Blas, al que los internadoadictos seguro que recuerdan. Es uno de esos actores veteranos, con una gran carrera a sus espaldas, pero que precisamente no son mediáticos. Aporta sus tablas y creo que va a ser un disfrute, por muy pequeñas que sean sus intervenciones, poder disfrute de su trabajo con continuidad (le vimos en Cuéntame la temporada pasada y está en el teatro con La Caída de los Dioses junto a Belén Rueda y Pablo Rivero entre otros). Asunción Balaguer y Adriana Ozores también están esta terna de actores de lujo al que me gustaría añadir otro actor mucho más joven: Eloy Azorín. Creo sinceramente que es un actor extraordinario.Lo demostró ayer en sus escenas de presentación en la serie en las que se vio una valía que ha venido demostrando a lo largo de una carrera en la que no falta el teatro (cuánto se nota cuando un actor jóven tiene «tablas»). Cuando tenga que «mantener la mirada» a alguno de los grandes que están en esta serie estoy seguro de que lo hará de una forma brillante. En el reparto están también el «televisivo» Yon González, actor que me sorprendió muy gratamente en Torrente IV y que evoluciona trabajo a trabajo, y como prota femenina «La Duquesa» Amaia Salamanca. Completa el cast Fele Martínez, tan fantástico como siempre, y Paula Prendes.

Aplaudo esta serie que puede tener evidentes referencias de base, pero que no es un remake de tercera como LAS CHICAS DE ORO o CHEERS, cuyo rodaje acaban de parar. Esperamos que el argumento siga enganchando en las próximas semanas…

*Fotografía de J.M Plaza

Entrevista a Ramón Campos, creador de Gran Hotel

  Hace unos años, Ramón Campos era un completo desconocido en el mundo de la televisión. Procedente de un trabajo previo en las cadenas autonómicas, se lanzó a la piscina sin red con un producto muy recordado: Desaparecida. Una serie que ha tenido el reconocimiento de la audiencia y varios premios internacionales. El reparto y una historia que “tocó” al espectador fueron las bases de este inesperado éxito. En cada proyecto, quiere ir más allá. Gran Reserva, Hispania, Guante Blanco y ahora Gran Hotel, una de las apuestas más decididas de Bambú Producciones que se está rodando en parajes tan inolvidables como el Palacio de la Magdalena de Santander y que se estrenará el próximo martes 4 de octubre a las 22:30h en Antena3.

 Creo sinceramente que hasta ahora Bambú Producciones se ha distinguido por dos señas de identidad claras como son la calidad y lo distinto de vuestros productos… ¿Cuáles son los criterios que seguís a la hora de elegir la siguiente historia a contar en televisión?

Buscamos cosas que no hayamos hecho antes, aunque tenga elementos comunes como el hecho de que todas sean dramas con elementos de thriller. El reto está en hacer con esos mismos mimbres, un producto distinto. Hicimos Desaparecida, Guante Blanco. Había productos de temática similar a Gran Reserva, pero pensamos que podíamos encontrar un ritmo y una narrativa distinta a la que se había visto anteriormente en España. Si sumamos Desaparecida, Gran Reserva, principios de siglo y Agatha Cristhie nos da Gran Hotel.

 Uno de los puntos fuertes de vuestras series son los repartos con gente como Emilio Gutiérrez Caba, Lluis Homar o Concha Velasco entre otros, ¿Cómo conseguís que actores de este nivel se sumen a vuestros proyectos?

 Nosotros mismos cuando vemos el reparto completo, nos vemos totalmente sorprendidos. Partimos de un personaje que tenemos claro que es el centro del reparto y desde ahí comenzamos a construir el reparto. En el caso de Gran Hotel fueron Yon González y Amaia Salamanca. Y desde ahí añadimos a Adriana Ozores y a Concha Velasco, actrices que dan mucho peso al proyecto. Solemos ponernos delante de la foto del actor para imaginarnos si pega en el personaje. Tú ves a Emilio Gutiérrez Caba, Ana Risueño y Francesc Garrido, piensas entonces en que pegan como familia. Es un proceso natural, muy orgánico. En el caso de Hispania pensamos en Lluís Homar desde el principio. Si no le teníamos a él para hacer de Galba, nadie se iba a creer al personaje. A día de hoy, sigo sin imaginarme a otro actor metido en la piel del Pretor. Una vez que tienes un nombre importante en el reparto, el resto van viniendo. Si tú tienes a Amaia Salamanca, Yon González y Adriana Ozores, si llamas a Concha Velasco y ya se suma.

 ¿Qué nos espera en las nuevas temporadas de Gran Reserva e Hispania?

 Gran Reserva. Terminamos con Vicente Cortazar marchándose de la casa y con Rosalía haciéndose con el poder. En esta temporada veremos como intenta recuperar la empresa, pero sobre todo a su familia que es lo que realmente le mueve. En la familia Reverte, nos apetecía que Sofía (Ángela Molina) empezase a trabajar en la bodega por las dificultades de su familia con Lucía en la cárcel por culpa de Raúl. Pablo, personaje que me encanta como interpreta Francesc Garrido, va a tener un affaire. Gustavo va a intentar disfrutar, por fin, del poder en las bodegas, algo que tanto ansiaba. Creo que los espectadores no se van a sentir defraudados. Vamos a tener tres o cuatro nuevos personajes.

 Hispania. Esta temporada vamos a contar la muerte de Viriato. A partir de ahí, vamos a intentar contar la historia de los hispanos. Esperamos darle un final por todo lo alto a Viriato.

 ¿Qué significa Desaparecida en vuestra trayectoria?

 Desaparecida fue nuestra primera experiencia en Madrid. Veníamos de trabajar en autonómicas y llegamos a Madrid con un proyecto muy distinto a lo que se había visto en televisión en España. Llegamos en un momento en que Televisión Española las había pasado “canutas” con el fracaso de Como Perros y Gatos y Con 2 Tacones. Fuimos un poco inconscientes y no nos preocupamos de las audiencias. Fuimos muy respetuosos con la historia de la serie. No era entretenimiento puro y duro como Hispania. Nos implicamos muchísimo con la serie contando la historia de muchas familias que han pasado por ese drama. Quisimos mostrar dos campos diferenciados: la familia y la policía. Además, jugamos con la narrativa. Fue una experiencia muy grata, que nos sirvió para aprender mucho. Aprendimos aún más de Guante Blanco.

 ¿Por qué fracasó de esa forma Guante Blanco?

 No tenía un gancho tan grande como Desaparecida, la historia no tocó al espectador. Creo que desde la producción ejecutiva tomamos unas decisiones erróneas. Cuando hicimos nuestra particular “autopsia del cadáver”, nos dimos cuenta de que no teníamos un gran malo. Una serie tiene que tener un gancho muy fuerte, para que los espectadores vengan a ver tu serie. Teníamos un reparto muy sobrio, muy elegante, pero le faltaba un gancho en el reparto.

 ¿Estuvo desde el principio en mente localizar la serie en el Palacio de la Magdalena?

 Cuando empecé a escribir la serie, me metí en Google y busqué “palacio”. Vi la foto del Palacio de la Magdalena y , al instante, me di cuenta de que era lo que buscaba. Mandé a mi localizador a patear toda España, pero no encontró otro sitio como el Palacio. Finalmente, nos pusimos en contacto con el Gobierno de Cantabria y las facilidades fueron muchas. Estamos muy felices por poder rodar aquí. No hay ningún lugar así en toda España.

Fotografía de J.M PLAZA para DESDE MI BUTACA