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Anoche me senté frente al televisor dispuesto a ver el que prometía ser el gran evento televisivo del año. El debate de tres candidatos a la presidencia y la vicepresidenta del gobierno. Más allá del hecho significativo de la ausencia de dos candidatos de partidos con representación parlamentaria, IU y UPYD, lo que me llamó la atención era lo que estaba tardando en salir a colación la cultura en el debate. Bueno, será en la segunda parte pensé. Infeliz de mí. Tras más de dos horas de espectáculo televisivo- político me fui a la cama con una sensación realmente espeluznante. A los que supuestamente nos van a representar les importa más bien poco el hecho cultural. Otra llamada de atención también se la daría a los ‘moderadores’, que tampoco metieron mención alguna. Como si el movimiento de la cultura no generase riqueza, vaya panda… Salvo la gente directamente implicada, las gentes de la cultura, pocos espectadores en redes sociales se quejaron de la ausencia de este tema en el debate. Por tanto, tercera colleja para las tuiteros.
Quería pensar que la cultura ocuparía un espacio, aunque fuese hablando del IVA cultural. Debo ser un utópico. Seguiré esperando el debate de la cultura. La esperanza es lo último que se pierde.
De momento, sólo nos queda este debate de la (in)cultura que pulverizó todos los récords de audiencia. Quizás algún día la cultura también atraiga audiencias millonarias. Ay, infeliz de mí.
Hubo un tiempo en que los talents shows parecían haber agotado su ciclo en televisión. Y de repente apareció La voz, lo mismo de siempre, pero con una mecánica un poco diferente. Boom. Y la bomba terminó de explotar cuando a Telecinco se le ocurrió seguir dando caña al formato de moda, pero ¡Con niños! Y la audiencia astronómica. Todas las madres viendo a esos pequeñuelos que un día gritaron eso de ¡Mamá, quiero ser artista! Pequeños gigantes y Tu cara me suena mini han sido los grandes éxitos del comienzo de la temporada televisiva. Sí, así empezamos… Temamos lo peor… Bueno, alguna esperanza hay en este comienzo de la temporada. No me refiero a los chorricientas horas que cada semana dedica «TeleSálvame» a las cuitas de la hija de La Panto (900 euros por programa…), no me refiero a que la de «¿Qué tengo? ¡Llamada!» vaya a tener nuevo programa, me refiero a que alguna esperanza en el campo de la ficción tenemos. Por de pronto, el martes por fin se estrena Hermanos, que si T5 ha tardado tanto en estrenarla es por tener miedo a que sea un producto que se sale de sus estándares. Algunos actores me han hablado francamente bien de ella, así que en este caso creo que sintonizaré sin pensármelo un momento dicha cadena. Ni que decir tiene que tampoco perderé la oportunidad de ver las nuevas series de Bambú, como Bajo sospecha y Refugiados. Y de ficción extranjera lo más inminente es Broadchurch el próximo miércoles. Una serie avalada por éxito de crítica y público en prime-time en Antena 3. Ya hacía tiempo que no se veía esto. Ganas inmensas de verla.
Hacía tiempo que tenía pendiente retomar la faceta ‘televisiva’ DESDE MI BUTACA. El buen momento de nuestra ficción creo que lo merecía. Hace ya unas semanas, casi a la par de que acabase su tercera temporada, supimos que la próxima temporada Los Misterios de Laura tendría versión USA. Cuando escribo estas palabras, de hecho, ya se ha publicado el primer teaser en la red de las aventuras Made in USA de la Inspectora Lebrel- Si encuentro el vídeo en youtube os lo adjunto-. Lo ‘misterioso’ de todo esto es que a día de hoy, TVE no se ha dignado a dar una contestación a una simple pregunta: ¿Habrá una nueva temporada de la serie original? Para contestar a esta pregunta quizás habría que referirse un poco a la historia de cómo ha tratado, malamente, a la serie desde sus comienzos. Se estrenó de tapadillo en pleno verano y, ¡Sorpresa!, arrasó. Llegó la segunda temporada con excelentes índices de audiencia, renovó y no se han dignado a emitir la tercera temporada hasta dos años después. Consecuencia clara: Parte de la audiencia se ha caído por el camino y si encima tienes que competir con El príncipe… Aún así, la serie ha resistido con unos discretos, pero interesantes números de audiencia, logrando en algunos capítulos embestir con fuerza, subiendo considerablemente sus datos. Tras tres temporadas, podríamos pensar que la serie estaba desgastada tal vez. Puede que en algún capítulo tuviésemos esa impresión, pero el desenlace fue simplemente extraordinario, trepidante… Y claro, ahora los seguidores, entre los que me incluyo a pesar de algunos capítulos más flojillos, tenemos ganas de más… Esperemos que este misterio se resuelva antes que la ubicación de la cinta con los esperadísimos nuevos capítulos de 14 de abril: La República que el Ente Público no termina de sacar del cajón de una vez… Igual nos sorprenden y la pasan en verano a la una de la madrugada o alguna estratagema similar… Eso se llama ‘cuidar’ la ficción… Esperemos que al menos sea verdad que en el Ente pretenden emitir obras de teatro en cartel, una buena iniciativa desde luego…
Otro misterio que no atiendo a atender es el ‘culo veo, culo quiero’ de las cadenas que lo que hace es desgastar los formatos en cuestión de meses. Sólo hay que ver los paupérrimos datos de los ¿bailarines? de Mira quien baila, ¿De verdad era necesario pagar dinero público a Colate?, o el espeluznante A bailar, se rompieron los sesos con el titulito… Y ya de los programas de saltos ni hablamos… De momento el Mira quien salta, ¡La originalidad al poder!, pasa esta semana a las 23:15h… Otro síntoma de desgaste también en los formatos culinarios. Esta semana Masterchef las ha pasado canutas para hacer frente a BYB que discretamente se ha hecho con el favor de la audiencia. Una serie sencilla, marca Globomedia, con sus enredos amorosos, sus desayunos familiares y sus ‘serranismos’ varios, a la que admito que casi de una forma hipnoticamente inconsciente me he enganchado.
Aplaudo una vez más el éxito de la ficción marca Bambú. Sin entrar en las tramas de Velvet, la serie está tan sumamente cuidada a nivel artístico y técnico que sí, Ramón Campos y su equipo lo han vuelto a conseguir. José Sacristán, al que tendremos mañana DESDE MI BUTACA, volvía a la televisión tras 15 años con esta serie, ¿Por qué será? Dense una vuelta por estas Galerías y seguro que se darán cuenta. Les doy una pista: En esta serie no toman al espectador por tonto de capirote con realizaciones más propias de tele local que de un producto de primetime. Simple y llanamente, desde esa productora se atreven, con la economía de medios que tienen que sufrir en nuestro país, a mirar de tú a tú a la ficción británica e incluso a la norteamericana. Por algo van a coproducir serie con USA y es que sus ‘miras’ son internacionales, de eso no tengo ninguna duda. Un último apunte de ficción (y eso que a la gente lo que le gusta son los programas de bailes, cocina y saltos, ¿No es así queridos programadores?) Dos series han derretido los audímetros esta semana y una de ellas es española. Sin identidad, más allá de la peluca de una de las actrices por las que siento menos predilección de este país, es un producto solvente, cuyas tramas aún tendremos que descubrir en profundidad, pero que cuenta con una buena realización y un puñado de actores de lo más solventes y está bien que el público haya respondido de una forma tan entusiasta.
Retomamos el mundo televisivo DESDE MI BUTACA con uno de los estrenos más prometedores de los últimos años. Bienvenidos al Lolita es un (nuevo) intento de hacer un musical para televisión. Tras Paco y Veva, desde la que ha llovido ya bastante, ninguna cadena se había atrevido a apostar por un género que ha reaparicido en la televisión norteamericana con Glee y Smash. Cuando escribo estas palabras, se acaba de emitir el primer capítulo, pero presiento que (puede) que se convierta en un pequeño gran éxito esta revisión del género. Ingredientes no le faltan para triunfar. El más importante: Un reparto en el que encontramos algunos nombres propios de nuestra escena. Luis Varela es el empresario de pueblo que decide quedarse con el Lolita y, a pesar de sus reticencias iniciales, decide apostar por esta, a sus ojos, barraca de freaks cabareteros. El veterano actor, al que aún se puede ver en el Teatro de la Zarzuela con La del manojo de rosas, tiene un cualidad especial que comparte con la creadora del espacio de vida nocturna, esa bestia escénica llamada Beatriz Carvajal. Ellos dotan de humanidad a sus personajes y, ¿por qué no decirlo?, de VERDAD. Sí, ese término que a veces escucho usar con demasiada ligereza, pero que es imposible expresar mejor lo que hacen estos monstruos de la escena con cada personaje. Y nos encariñamos con el cascarrabias que canta jotas que interpreta Varela y, ¿Cómo no hacerlo de la Carvajal cuando les dice a sus nietos que quiere que sean una familia normal? Pura emoción. Más nombres que siempre es un placer ver en un reparto: Roberto Álamo como un impecable maestro de ceremonias, Natalia Verbeke, que ya ha demostrado de sobra su facilidad para cantar tanto en el primer capítulo como en películas como El otro lado de la cama, y, por supuesto, Carlos Santos como el sobrinísimo que pondrá el contrapunto cómico a esta agridulce comedia con mucho ritmo. Sí, los números que han aparecido en el primer episodio, incluido el Lolita Cabaret, empieza la función y un precioso número coral de Resistiré lleno de emoción, han cumplido.
Fuera del cabaret, todo son tragedias para nuestros protagonistas, pero cuando se ponen las lentejuelas, todo empieza a brillar y consiguen resucitar el esplendor de antaño ante un público expectante de un espectáculo que les haga olvidarse de sus problemas. Y entonces, se crea la magia del cabaret. Eso sí, para ser justos, hay trazas de la trama que no me interesan como la «calcada» relación del chico argentino con la adolescente, ¿No os recuerda demasiado a la relación imposible de Los hombres de Paco? Y espero que no jueguen mucho con el «trazo grueso» con respecto al personaje que interpreta Sara Vega, la hermana de Paz Vega, a la que es calcada en desparpajo, frescura y sensualidad. El conjunto de este piloto es muy atractivo. Si sigue a este nivel debería ser un gran éxito, vamos que Globomedia hubiese vuelto a acertar y ya van unas cuantas. Esperemos que 2014 siga trayendo series patrias tan interesantes.
La televisión suele marcar. Durante años, un actor se mete en la piel de un personaje con el que los espectadores suelen identificarlo. Carlos Santos llegó a millones de hogares con su entrañable Povedilla en una conocida teleserie, pero ha tenido la suerte de labrarse una carrera que le ha permitido ir más allá de personajes que podrían asemejarse al de su éxito televisivo. En pleno rodaje de la serie que le lanzó a la fama, Los hombres de Paco, trabajó en una película como También la lluvia. Y después han llegado proyectos como Miel de naranjas y El negociador, un micromontaje en el que comparte tablas con Cecilia Solaguren y Ricardo Reguera, cuyas entrevistas podéis disfrutar en nuestro podcast. Desde hoy podrás verlo además en la exitosa El tiempo entre costuras y muy pronto en LolitaCabaret, la que promete ser una de las series de la temporada. Y aún le queda tiempo para embarcarse en otro proyecto teatral, La vida resuelta, que llegará en 2014 a Madrid.
Microteatro en gira con El negociador, otra función de teatro, televisión, ¿Cómo se organiza un actor como Carlos Santos para encajar las piezas de este particular puzzle artístico?
Se organiza uno. Cuando el texto es tan atractivo como El negociador de Bárbara Alpuente, sacas el tiempo como sea. No es una cosa para vivir de ella, lo hacemos por gusto. A veces puede resultar agotador, pero merece la pena. A veces digo que no a cosas con las que ganaría dinero, simplemente no me motivan. Hacer algo como este microteatro es maravilloso. A Ceci ya la conocía y es un placer repetir con ella y con todo el equipo. Hemos tenido la suerte de que han ido saliendo bolillos por ahí de manera casual, sin pretenderlo.
La otra función en la que andas enfrascado ahora mismo es La vida resuelta…
Se estrenó en San Javier delante de 800 personas que interrumpieron cinco veces para aplaudir . Es también el primer guión de unos guionistas de televisión y cine, como en el caso de El negociador. David Sánchez Olivas y Marta Sánchez, artífices de éxitos como Áida, Fuera de carta, Los Serrano…me lo ofrecieron y tener una compañía murciana era un aliciente extra para aceptarlo. En principio, esperamos hacer temporada en Madrid pronto.
¿Por qué el teatro es un buen lugar para contar historias para ti?
El teatro es igual de bueno que el cine o la televisión. No me interesa tanto el medio como que sea una buena historia. El medio es lo de menos, como dice mi amigo Pepe Sacristán. Siempre que se puede se ‘funciona’ así. Yo no soy un purista de esos que solo ama el teatro. Yo he aprendido muchísimo de mi mismo como intérprete de la televisión. El teatro es la cuna, la base, todos empezamos encima de un escenario. Lo que lo hace especial es el tú a tú con el público, la interacción, sentir su reacción en directo lo convierte en un termómetro muy interesante. Para los creadores de La vida resuelta era su primera experiencia teatral y comentaban que les encantaba tener un audímetro en vivo, pudiendo captar sus reacciones en vivo y en directo. En cine y en tele tenían que esperarse a las críticas y a las cifras.
Pocas veces habrás aprendido tanto en televisión como en una producción como El tiempo entre costuras supongo…
Nunca se ha visto un nivel de producción así en nuestra televisión. La sensación cuando la rodamos hace dos años, ya cuesta hasta acordarse, era la de hacer cine para televisión. Toda la producción puesta al servicio de este guión era idéntica a lo que viví en películas como Miel de naranjas o Y también la lluvia. No se hizo como tele. La gente ha sabido valorar un gran trabajo desde luego.
Povedilla te convirtió en un icono televisivo, ¿Ha tenido miedo Carlos Santos al encasillamiento?
El espectador evidentemente me identifica con Povedilla, entraba en sus casas durante casi cinco años. No me recuerdan por las películas que he hecho. Solo puedo agradecerlo, es el personaje que me dio a conocer después de muchos años de trabajo. La verdad es que yo en ese sentido creo que he tenido suerte. En pleno rodaje de Los hombres de Paco hice algo tan distinto como También la lluvia y luego he tenido la suerte de hacer trabajos tan maravillosos como Miel de naranjas. Afortunadamente creo que los directores de casting han sabido ver en mi trabajo en Los hombres de Paco otras cosas. No tengo una sensación de encasillamiento.
¿Qué proyectos tienes y con qué proyectos sueñas?
Quiero seguir contando buenas historias, buenos personajes en el terreno que sean, que sean nuevos retos. Estoy embarcado en la serie Lolita Cabaret, estoy otra vez con el equipo de Los hombres de Paco y me siento como en casa. Estoy rodeado de unos compañeros fantásticos como Luis Varela, Natalia Verbeque, Beatriz Carvajal… Somos 18 actores fijos, muy amplio el reparto. Empezamos en julio a grabar, nos queda un mes de rodaje. Hay muy buenas vibraciones en esta serie que cuenta con una gran producción detrás. Los jefes ya han visto el primer episodio y parece que han quedado encantados, cosa nada habitual, todo sea dicho de paso. Se ha construido un teatro cabaret espectacular en un set de rodaje. La gente lo va a ver y van a pensar que es un teatro de verdad. Estoy encantado con rodar esta serie y siempre busco un huequecito para embarcarme en locuras como El negociador.
“Me preguntaron que si eras famoso y yo les dije que no veía la tele”. A la orilla del mar, en una terracita costera de Santander, el camarero desconoce la identidad de nuestro entrevistado cuando unas jóvenes y su madre se acercan a Cifrián para pedirle una foto. Y eso que se ha convertido en una cara conocida no solo de la televisión, sino también del cine. En la pequeña pantalla nos ha hecho reír con Agitación + IVA y nos ha hecho sacar el Sherlock Holmes que llevamos dentro con Hermanos y Detectives. Esta historia de una pasión comenzó la tarde en que este cántabro descubrió El tartufo de Moliére y entonces el veneno del teatro se le quedó clavado en lo más hondo. Televisión, pero también cine. El próximo Oriente le abrió las puertas del Séptimo Arte de la mano de nada menos que Fernando Colomo. Aunque admite que hace menos teatro de lo que le gustaría por compromisos familiares, evocó recientemente sus tiempos de estudiante con la obra Roma en la Sala Azarte de Madrid. Ahora, le veremos por partida doble. En Vive cantando desde el próximo martes en Antena 3 será un futbolista retirado por una lesión. Una serie que ha conseguido emocionar al protagonista del cortometraje Oxitocina. Y solo un mes después vivirá una gran aventura evocando los tebeos de Zipi y Zape.
¿Cómo ha sido trabajar a las órdenes de Óskar Santos en Zipi y Zapi y el club de la canica?
Ha sido una experiencia fantástica. Aquí los protagonistas son los niños y Javier Gutiérrez. Mi personaje es de apoyo, pero a los actores nos gusta decir que no hay personaje pequeño. Trabajar con él ha sido una gran experiencia, tenía muy clara la película. Enriqueció muchísimo su dirección la idea que tenía yo sobre el personaje y la puesta en escena de cada secuencia de la película.
Haces de un profesor de gimnasia tartamudo, ¿Ha sido difícil huir de los clichés?
Hemos huido de buscar la comicidad a través de su tartamudez. No queríamos que se convirtiese en un motivo de chufla. Tiene ese defecto debido a una timidez casi enfermiza, tiene sus motivos. Me preparé con un logopeda y con la ayuda de algunos amigos intenté encontrar la verdad del personaje. Falconetti impone un régimen carcelario en el colegio y mi personaje apuesta por un modelo de educación muy diferente. Él quiere que los niños crezcan en un entorno sano, lleno de valores. Como es muy diferente su punto de vista al de las altas instancias de la institución, de alguna forma chocará con ese sistema y, por ello, será relegado a un segundo plano.
Me comentaba Javier Gutiérrez que más que una adaptación fiel al espíritu de los tebeos era una traslación de ese universo al género de aventuras y misterio de películas familiares como El club de los cinco o Los Goonies...
Totalmente. Es importante señalar que no es una adaptación de ninguno de los tebeos, es una historia totalmente nueva. Una historia familiar llena de misterio y muchas aventuras.
Vive cantando es más que una comedia… una tragicomedia como la vida misma en donde has tenido la oportunidad de interpretar un personaje, Mariano, con el que por fin vas a explotar tu vena más dramática…
Es una comedia dramática. Pretende reflejar un estrato de la vida social de nuestro país. Vemos cómo afrontan los problemas en un barrio bajo el prisma de un director que imprime su alma en cada proyecto, Miguel Albadalejo. Mariano es un hombre noble venido a menos. Es un ex jugador del Rayo Vallecano que tuvo que dejarlo todo por una lesión. Entonces, cambiará su vida completamente cuando monte el “Bar El Caño”. Empieza a ver la vida de otra manera. El triunfo nubla a la gente, pero él se ha dado cuenta de que la vida real es muy difícil de llevar. Tengo que dar las gracias por esta ‘golosina’ de personaje. Es una suerte tener un personaje dramático… sin abandonar la comedia eso sí. Esta serie me gusta por reflejar que no todo en la vida es drama ni todo es comedia. Y la guinda a esos guiones lo pone que nos hacen cantar…
Precisamente, ¿Es el karaoke se convierte en el punto de encuentro de los personajes verdad?
Sí, desde luego, aunque en mi caso yo tengo mi propia localización que es el bar. El karaoke, el bar y las casas de los vecinos del barrio van a ser las principales localizaciones.
Hablaba hace unos días con toda una veterana de las tablas como Aurora Sánchez que decía que era difícil a veces que la vieran en otro tipo de papeles, ¿Has tenido miedo al encasillamiento?
Para nada, ¿Alguna vez le dijeron a Humphrey Bogart que estaba encasillado? Lo dudo. Por esa regla de tres, un fontanero también lo está. Yo creo que lo importante son los guiones. Si estás especializado en comedia, bienvenido sea. A mi de todas formas, me gusta más la comedia. Me lo paso muy bien la verdad. Y si haces drama al final sufres. De todas formas pienso que los actores que somos capaces de hacer reír podemos hacer llorar más fácilmente. Estoy seguro que va a sorprender al público mucho si logro conmoverlos con mi personaje en la serie, aunque es un placer que me reconozcan por ser un actor que les hace pasar buenos momentos.
Volviendo a Vive cantando en el reparto se encuentran veteranos como Manuel Galiana que se mezclan con una debutante como Roko, ¿Va a ser una mezcla explosiva de intérpretes?
Desde luego y Roko va a ser la revelación de la serie. Tiene cierta formación como intérprete y eso se nota en cada una de las canciones que interpreta. Lo ha trasladado a la interpretación y hace un trabajo realmente bueno en la serie.
Y si te ocurriese como a Mariano y tuvieses que dejar tu profesión, ¿Podrías entender tu vida sin este oficio y ‘conformarte’ con otra cosa?
Está claro que algo muy trágico le tiene que pasar a un actor para que deje su oficio. La verdad es que nunca me lo he planteado y espero no tener que hacerlo nunca. Sería algo realmente duro para mi.
«Vive cantando», una de las grandes apuestas de Antena 3 para esta temporada.
Previamente tuviste dos experiencias reseñables en la pequeña pantalla, Hermanos y detectives y Agitación + IVA, ¿Cómo recuerdas esos dos trabajos televisivos?
Agitación + IVA ha sido mi niño pequeño, mi primera experiencia en el primetime. Tengo un recuerdo maravilloso de esa época llena de grandes compañeros y amigos. Es un producto que habla por si solo. Nos divertíamos mucho grabándola. Me levantaba todos los días con una sonrisa por ir a pasármelo bien con mi trabajo. La verdad es que soy un afortunado. Nunca he tenido la sensación de ir a trabajar. Intento que cada experiencia sea un juego. En el programa la clave del éxito estaba en que nuestros sketches llegaban a todo tipo de públicos. Una persona se podía ver identificado con uno y otras con otro. Me siento muy orgulloso de que la gente la siga recordando con cariño gracias a las reposiciones de La 7. Con Hermanos y Detectives tuve mi primer gran trabajo en televisión, tengo un gran cariño a esa serie y a mis compañeros.
Saltamos al cine donde debutaste con El próximo Oriente, ¿Cómo fue trabajar a las órdenes de uno de los grandes de nuestro cine, Fernando Colomo?
Trabajar con él ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Como es arquitecto, tiene la película pensada a la perfección. Como vivíamos muy cerca, nos íbamos juntos al rodaje. Todos los días le preguntaba si le había jodido la película y él me contestaba que estaba muy bien. Lo que pasa es que yo tenía muy poca confianza. Mi experiencia había sido televisiva y el cine es un medio mucho más lento, pero me gusta mucho poder preparar el personaje con detenimiento. En televisión solo se repite por motivos de fuerza mayor, pero el cine es mucho más detallista.
Y del cine al cortometraje donde has participado en trabajos como Oxitocina de José Luis Santos, ¿Crees que el cortometraje es el mejor campo de pruebas de los jóvenes talentos?
Desde luego, no hay un director de cine que no haya hecho cortometrajes. Es fundamental que reciban apoyos. Deberían saber algunos de los que mandan que apoyar la cultura es sinónimo de buena imagen de un país fuera de nuestras fronteras. El mundo del cortometraje es muy diferente al del cine solo a nivel de medios. Yo venía de rodar Zipi y Zape, una superproducción, y, de repente, pasar a un corto con 600 euros de presupuesto es algo mágico. Entonces salir a pagar la OLA del coche se convierte en la principal preocupación. Es un contraste maravilloso. Estoy abierto a cualquier tipo de proyectos, son los guiones lo que me atrapa. Eso me pasó con José Luis. Me llegó el guión por alguien al que tengo muchísimo cariño como es mi amigo Paco España de Sotocine y al leerlo no pude decir que no.
Y del corto al teatro, medio en el que has participado recientemente en la obra Roma, donde una sala como Azarte os llevaría a un contacto directo con el público, ¿Cómo fue respirar con el público?
Me llevó a otro tiempo. Recordé la época en que hice teatro bar durante la carrera de Arte Dramático. Es casi otro género. Estar en una sala alternativo es algo que no tiene comparación. Oyes la respiración y, si tienes los sentidos bien agudizados, puedes escuchar los latidos de su corazón. Tiene una magia muy especial.
Me imagino que tus comienzos estarían ligados precisamente al teatro aquí en Cantabria, ¿No?
Te sorprenderá, pero nunca me he subido a un escenario en Santander. Un amigo me invitó al teatro y a los cinco minutos ya sabía qué hacer con mi vida. Quería ser actor. El veneno del teatro se quedó muy dentro de mi. Con El Tartufo de Moliere, Cúpido me lanzó una flecha y aún hoy la tengo clavada en el corazón. Cuando llevo tiempo sin trabajar, me doy cuenta de que lo necesito, es algo totalmente vocacional. Después de esa función, me apunté a la escuela del Palacio de Festivales y comencé con el curso ya empezado. Al acabar el año académico, me apunté a la escuela de Arte Dramático de Canarias, ideal para trabajar con profesores de toda Europa.
Y si miramos hacia el futuro, ¿Con qué sueña Javier Cifrián?
Mi sueño más inmediato es que el público disfrute como yo lo hago con Vive cantando. Es la primera vez en mi vida que me emociono leyendo un guión. Se me caían las lágrimas cuando me llegaron los dos primeros capítulos a casa. Y por supuesto espero que funcione Zipi y Zape, ya que tiene una factura que parece una película de Hollywood. Estoy superorgulloso de haber participado en esa película.
Hace tiempo que quiero escribir sobre nuestras series. Es conocido por los lectores más fieles mi querencia por las series de Bambú y un programa del Plus, España en serie, me parecía una buena escusa para reivindicar la calidad de nuestro ficción televisiva. A través de cuatro episodios, la cadena de pago mostrará la riqueza de nuestras series con testimonios de actores y creativos detrás de éxitos como Crematorio, Farmacia de Guardia, Pulseras Rojas, Águila Roja…
Parece que somos poco dados a hablar bien de lo que se cuece en nuestra industria. Algunos solo ven series americanas, que son los que más saben de estas cosas. Por supuesto que es imposible igualar a la ficción norteamericano, ya querrían las productoras tener la mitad de presupuesto que The Newsroom por poner un ejemplo. El mérito de nuestra ficción es conseguir productos dignos con presupuestos muy ajustados. Y, a veces, hasta se consiguen productos de la calidad de la HBO, véase Crematorio, un producto televisivo de una calidad inconmensurable. Una producción brillante con un reparto magnífico y unos guiones indiscutiblemente sensacionales. Precisamente son sensacionales por ser el reflejo de lo que somos como sociedad. Refleja un momento concreto de nuestra historia de una forma descarnada, cruda y lo hace con maestría, ¿Cómo no recordar el reciente pelotazo inmobiliario y todos esos que se lo llevaron ‘a manos llenas’ ? Todo ello redondeado con el quizá sea el mejor trabajo de Pepe Sancho, un actor de raza al que echamos y mucho de menos.
Más allá de ese bendito milagro de la televisión de pago, hay buenos ejemplos de ficción de calidad- me dejaré alguna por el camino seguro- que arrasan fuera de España. Es uno de los puntos que se resalta en la serie, aún por estrenar, del Plus. Series como El internado, Aquí no hay quien viva o Los serrano triunfan en países tan aparentemente diferentes a España como Rusia y, ojo al dato, ¡Finlandia! Incluso hacen versiones autóctonas de nuestras series, ¿Tan malas no serán no? Por intentar ordenar un poco este artículo, me referiré a la línea de ficción de las tres principales cadenas.
La 1. Siempre se ha dicho que el perfil del público de la cadena de todos los españoles es tirando a edad avanzada. Si eso quiere decir calidad, compro. Creo que es la cadena de la que más series he seguido. Desde luego Cuéntame cómo pasó me parece un producto brillante, pero también me lo pareció Desaparecida, una de las mejores series producidas en España sin ninguna duda. Detrás de esa serie se encontraba Ramón Campos, uno de los creativos televisivos a los que más admiro. Una producción de primera con un reparto de calidad superlativa. Carlos Hipólito, Luisa Martín y Miguel Ángel Solá, palabras mayores. No sigo Isabel ni Águila Roja, no me han enganchado, pero admito el mérito de levantar producciones así. Y volvemos a Campos. Gran Reserva, culebrón de viñedos con buenos guiones, un nivel de producción de primera y un reparto… ¿Quién sería capaz de juntar a Emilio Gutiérrez Caba, Ángela Molina, Manuel Galiana y Gloria Muñoz? Otros productos dignísimos han sido Amar en tiempos revueltos y Herederos o cómo hacer un culebrón con estilo y elegancia. Otra serie fantástica, Pelotas, estuvo dos temporadas en antena y podría haber durado bastante más. Gran trabajo del tándem Juan Cruz- José Corbacho. Otra más, Mujeres, vista por La 2 y La 1. Una serie gracias a la cual descubrí a actores maravillosos como Inma Cuevas, Carmen Ruiz o Victor Clavijo.
Antena 3. La cadena de Farmacia de Guardia, sin duda un punto y aparte en nuestra ficción, ha optado por series de diversa temática. Comedias como la brillante Aquí no hay quien viva o incluso misterio, véase El internado o Luna, el misterio de Calenda. Bambú, la productora de Ramón Campos, ha producido Hispania, Imperium y Gran Hotel entre otras series para la cadena. Hispania e Imperium, dos producciones difíciles de levantar en plena crisis. Para la segunda, que lamentablemente no funcionó, se fueron a rodar a los míticos estudios Cine Cittá. El hotel cerrará sus puertas muy pronto también. Concha Velasco, Adriana Ozores, Manuel de Blas, Juan Luis Galiardo y recientemente Lluís Homar. Solo por ver los últimos minutos en pantalla de Galiardo junto a la Velasco ha merecido la pena seguir esta serie. También me gusta actualmente Con el culo al aire, verdadera picaresca de nuestros tiempos con unos fantásticos Paco Tous, Carmen Ruiz y Raúl Arévalo.
Telecinco. Quizás sea la cadena en la que menos series he seguido. Médico de familia, Cámera café y poco más. Bueno, 7 vidas, la mejor sitcom producida en España, sin ninguna duda. Y actualmente también sigo las aventuras de los inquilinos de Mirador de Montepinar, véase La que se avecina.
Tv movies. En este último bloque me refiero a las películas para televisión. En este campo hay varios ejemplos de brillantez. Empecemos por la reciente Carta a Eva. Buen reparto, buen guión y, importante, un nivel de producción a la altura de una película hecha para la pantalla grande. Lo mismo podría decir de 23 F, Los últimos días de Franco, Tarancón y El Solitario entre otras. Funcionan relativamente bien a nivel de audiencia y crean industria. Ya estoy deseando ver Concepción Arenal, la visitadora de cárceles con Blanca Portillo.
Antena 3 puede estar contenta con el dato del estreno de Fenómenos. Más de 4.000.000 de espectadores se reunieron ayer para ver este esperadísimo estreno televisivo. Que esa audiencia se mantenga, es otro asunto bien distinto. Ayer, ya se vio por ese medidor de gustos populares llamado Twitter que Fenómenos no estaba gustando a muchos espectadores. Uno de los tweets más recurrentes fue: «Máximo respeto y admiración por el ladrón que ha conseguido venderle Fenómenos a A3´», que se retuiteó 545 veces.
El primer episodio es, simplemente, espantoso, sin medias tintas. Lo es por estar todo muy ‘forzado’. Situaciones llevadas al límite más absurdo y personajes ‘pasados de rosca’. Los actores hacen lo que pueden y es cierto que hay algún personaje divertido y moderado en sus formas y maneras. Curiosamente, La Terremoto de Alcorcón está más bajita de tono que casi todos los actores del reparto. Sin duda, el más normal es Miguel Rellán y eso que hace de ¡Becario! Es lo que tienen los GRANDES que hasta en estos menesteres televisivos se lucen. Julián López, Kira Miró, Alejo Sauras, Julián Villagrán, ¿Cómo un actor tan buen puede estar tan sumamente mal dirigido? Esta historia de periodistas frikis tiene poca o ninguna gracia. Ni la aparición estelar de Chus Lampreave, patrimonio nacional de nuestro cine, salva esta serie. El personaje de Julián López está enterrado para subir la audiencia del programa radiofónico en el que participa y su abuela cuenta que es el más tonto de sus nietos en las ondas.
Seguramente le daré otra oportunidad a la serie, pero seguro que más de uno no aguanta y decide no pasarse por Onda Futura el próximo martes…
Siempre me ha gustado innovar y con la crítica al (arriesgado) estreno de GRAN HOTEL no voy a ser menos. Ya en el titular lo he dejado claro. He leído unas cuantas críticas de la serie en la que no se hacía referencia a dos de los platos fuertes de este reparto, que salvo un par de ejemplos contados es brillante.
Tenía un especial interés por ver esta serie. Dos meses después de su presentación en el Palacio de la Magdalena de Santander, el interés se había acrecentado en las últimas semanas con las «jugosas» promos que nos regaló Antena 3 y esa factoría de series de calidad, hasta ahora , llamada Bambú Producciones.
Desde el principio en el aire está la comparación con ese exitazo televisivo, al que admito que no le he prestado la menor atención, llamado Downton Abbey. Solo he visto algunas escenas de esa serie que se supone que se parece a este hotelazo que se ha sacado de la chistera mágica el señor Ramón Campos. Desconozco hasta que punto se parece la serie a la supuesta «ficción madre», pero he de admitir que el resultado de la española está muy por encima de la media por varios motivos:
1- La ambientación que es más «lujosa» que habitualmente
2- El reparto
Vale que algunos diálogos no son precisamente una maravilla, pero la literatura es para los libros. Algunas situaciones me «chirrían», desconozco si es solo una percepción personal, pero la escena del ciego que encuentra, mejor no adelanto el que, me resultó chirriante. Una cosa que no me gusta de la serie es la «no localización» de la serie. Me explico. En La Señora, sin la que seguro no hubiese sido posible poner en pie un producto así, se localiza la serie en Asturias de una forma clara. Aquí, es un pueblo fantasma, que lo mismo podría estar en Madrid que en Birminghan. Vamos que ha quedado muy «british» para estar rodada en mi tierruca, Cantabria.
Hablemos del argumento. Posible historia de amor entre distintas clases sociales, me suena a…. La Señora. Misterio con diarios guardados debajo del suelo y posibles pasadizos secretos me suena a… El Internado. He seguido esas dos series (la primera completa y la segunda se estiró tanto que se les fue la cabeza a los guionistas…)Está todo inventado, pero cuando mezclas los elementos puede salir algo bueno o malo. En el caso de Gran Hotel sale algo muy notable.
Vamos a por lo que a priori es lo más atractivo de la serie: el reparto. En España tenemos tendencia a equilibrar la balanza con buenos,pasables y mediocres actores. En Gran Hotel hay de todo, pero sobre todo brillan los buenos actores por muy pequeña que sea su intervención. He leído en la crítica de Rosa Belmonte que la simplemente maravillosa Concha Velasco sale demasiado poco. Toda la razón por mucho que ella misma haya confesado que prefiere los personajes con mucha chicha, aunque sean secundarios. Lo mismo se podría decir de otro grande de la escena: Manuel de Blas, al que los internadoadictos seguro que recuerdan. Es uno de esos actores veteranos, con una gran carrera a sus espaldas, pero que precisamente no son mediáticos. Aporta sus tablas y creo que va a ser un disfrute, por muy pequeñas que sean sus intervenciones, poder disfrute de su trabajo con continuidad (le vimos en Cuéntame la temporada pasada y está en el teatro con La Caída de los Dioses junto a Belén Rueda y Pablo Rivero entre otros). Asunción Balaguer y Adriana Ozores también están esta terna de actores de lujo al que me gustaría añadir otro actor mucho más joven: Eloy Azorín. Creo sinceramente que es un actor extraordinario.Lo demostró ayer en sus escenas de presentación en la serie en las que se vio una valía que ha venido demostrando a lo largo de una carrera en la que no falta el teatro (cuánto se nota cuando un actor jóven tiene «tablas»). Cuando tenga que «mantener la mirada» a alguno de los grandes que están en esta serie estoy seguro de que lo hará de una forma brillante. En el reparto están también el «televisivo» Yon González, actor que me sorprendió muy gratamente en Torrente IV y que evoluciona trabajo a trabajo, y como prota femenina «La Duquesa» Amaia Salamanca. Completa el cast Fele Martínez, tan fantástico como siempre, y Paula Prendes.
Aplaudo esta serie que puede tener evidentes referencias de base, pero que no es un remake de tercera como LAS CHICAS DE ORO o CHEERS, cuyo rodaje acaban de parar. Esperamos que el argumento siga enganchando en las próximas semanas…
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Un profesor que utiliza las canciones de los Beatles para enseñar inglés en la España de 1966, se entera de que John Lennon está en Almería rodando una película. Decidido a conocerle, emprende el camino y en su ruta recoge a un chico de 16 años que se ha fugado de casa y a una joven de 21 que aparenta estar también escapando de algo. Entre los tres nacerá una amistad inolvidable.