La televisión suele marcar. Durante años, un actor se mete en la piel de un personaje con el que los espectadores suelen identificarlo. Carlos Santos llegó a millones de hogares con su entrañable Povedilla en una conocida teleserie, pero ha tenido la suerte de labrarse una carrera que le ha permitido ir más allá de personajes que podrían asemejarse al de su éxito televisivo. En pleno rodaje de la serie que le lanzó a la fama, Los hombres de Paco, trabajó en una película como También la lluvia. Y después han llegado proyectos como Miel de naranjas y El negociador, un micromontaje en el que comparte tablas con Cecilia Solaguren y Ricardo Reguera, cuyas entrevistas podéis disfrutar en nuestro podcast. Desde hoy podrás verlo además en la exitosa El tiempo entre costuras y muy pronto en Lolita Cabaret, la que promete ser una de las series de la temporada. Y aún le queda tiempo para embarcarse en otro proyecto teatral, La vida resuelta, que llegará en 2014 a Madrid.
Microteatro en gira con El negociador, otra función de teatro, televisión, ¿Cómo se organiza un actor como Carlos Santos para encajar las piezas de este particular puzzle artístico?
Se organiza uno. Cuando el texto es tan atractivo como El negociador de Bárbara Alpuente, sacas el tiempo como sea. No es una cosa para vivir de ella, lo hacemos por gusto. A veces puede resultar agotador, pero merece la pena. A veces digo que no a cosas con las que ganaría dinero, simplemente no me motivan. Hacer algo como este microteatro es maravilloso. A Ceci ya la conocía y es un placer repetir con ella y con todo el equipo. Hemos tenido la suerte de que han ido saliendo bolillos por ahí de manera casual, sin pretenderlo.
La otra función en la que andas enfrascado ahora mismo es La vida resuelta…
Se estrenó en San Javier delante de 800 personas que interrumpieron cinco veces para aplaudir . Es también el primer guión de unos guionistas de televisión y cine, como en el caso de El negociador. David Sánchez Olivas y Marta Sánchez, artífices de éxitos como Áida, Fuera de carta, Los Serrano…me lo ofrecieron y tener una compañía murciana era un aliciente extra para aceptarlo. En principio, esperamos hacer temporada en Madrid pronto.
¿Por qué el teatro es un buen lugar para contar historias para ti?
El teatro es igual de bueno que el cine o la televisión. No me interesa tanto el medio como que sea una buena historia. El medio es lo de menos, como dice mi amigo Pepe Sacristán. Siempre que se puede se ‘funciona’ así. Yo no soy un purista de esos que solo ama el teatro. Yo he aprendido muchísimo de mi mismo como intérprete de la televisión. El teatro es la cuna, la base, todos empezamos encima de un escenario. Lo que lo hace especial es el tú a tú con el público, la interacción, sentir su reacción en directo lo convierte en un termómetro muy interesante. Para los creadores de La vida resuelta era su primera experiencia teatral y comentaban que les encantaba tener un audímetro en vivo, pudiendo captar sus reacciones en vivo y en directo. En cine y en tele tenían que esperarse a las críticas y a las cifras.
Pocas veces habrás aprendido tanto en televisión como en una producción como El tiempo entre costuras supongo…
Nunca se ha visto un nivel de producción así en nuestra televisión. La sensación cuando la rodamos hace dos años, ya cuesta hasta acordarse, era la de hacer cine para televisión. Toda la producción puesta al servicio de este guión era idéntica a lo que viví en películas como Miel de naranjas o Y también la lluvia. No se hizo como tele. La gente ha sabido valorar un gran trabajo desde luego.
Povedilla te convirtió en un icono televisivo, ¿Ha tenido miedo Carlos Santos al encasillamiento?
El espectador evidentemente me identifica con Povedilla, entraba en sus casas durante casi cinco años. No me recuerdan por las películas que he hecho. Solo puedo agradecerlo, es el personaje que me dio a conocer después de muchos años de trabajo. La verdad es que yo en ese sentido creo que he tenido suerte. En pleno rodaje de Los hombres de Paco hice algo tan distinto como También la lluvia y luego he tenido la suerte de hacer trabajos tan maravillosos como Miel de naranjas. Afortunadamente creo que los directores de casting han sabido ver en mi trabajo en Los hombres de Paco otras cosas. No tengo una sensación de encasillamiento.
¿Qué proyectos tienes y con qué proyectos sueñas?
Quiero seguir contando buenas historias, buenos personajes en el terreno que sean, que sean nuevos retos. Estoy embarcado en la serie Lolita Cabaret, estoy otra vez con el equipo de Los hombres de Paco y me siento como en casa. Estoy rodeado de unos compañeros fantásticos como Luis Varela, Natalia Verbeque, Beatriz Carvajal… Somos 18 actores fijos, muy amplio el reparto. Empezamos en julio a grabar, nos queda un mes de rodaje. Hay muy buenas vibraciones en esta serie que cuenta con una gran producción detrás. Los jefes ya han visto el primer episodio y parece que han quedado encantados, cosa nada habitual, todo sea dicho de paso. Se ha construido un teatro cabaret espectacular en un set de rodaje. La gente lo va a ver y van a pensar que es un teatro de verdad. Estoy encantado con rodar esta serie y siempre busco un huequecito para embarcarme en locuras como El negociador.
*Puedes escuchar las entrevistas a Ricardo Reguera y Cecilia Solaguren en nuestro podcast.
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