Tijeretazos en Cultura y arcas llenas en los ayuntamientos

Érase una vez un país en el que la gente acudía al teatro «en masa», se llenaban los teatros y las compañías recibían sus generosos honorarios por parte de unos ayuntamientos encantados de culturizar a su pueblo.

Colorín, colorín colorado, este cuento es más falso que la nariz de la «Princesa del Pueblo»

Es cierto que los teatros municipales se llenan, pero otra cosa es que los ayuntamientos paguen, que sería lo normal en cualquier caso. Miguel del Arco que sorprendió con «La Función por Hacer» ha decidido no llevar su espectáculo a León por incumplimiento de contrato. El ayuntamiento no ha pagado por adelantado, que era lo acordado. Por supuesto, el dinero que recaudan los espectáculos que se representan en los teatros municipales y que «pasan por taquilla» como es obvio, no se queda en el limbo. El dinero lo utiliza el ayuntamiento de turno para pagar sueldos de funcionarios y cosas así, nunca para pagar de una manera más o menos inmediata a la compañía que ha llenado el teatro. Si se paga, se hace mal y tarde. Esa es la sangrante situación que ha llevado a unas cuantas compañías a decidir no ir a tal o cual plaza-como en el caso citado- o directamente a no poder sobrevivir. Recordemos que las compañías si pagan a sus trabajadores y si los ayuntamientos no pagan, el sostenimiento de los sueldos, las dietas y la Seguridad Social entre otros gastos, resultan inabarcables para las compañías. Se proponen soluciones desde el sector: 1) No ir a los ayuntamientos morosos a actuar 2) Si no se cobra a mitad de representación, largarse explicando la situación al público 3) Cobrar por adelantado, cosa realmente complicada, para que nos vamos a engañar.

Por supuesto, los presupuestos culturales siguen y siguen mermando. Está claro que hay que apretarse el cinturón, pero las cifras cantan en casos como los de la Consejería de Cultura de Cantabria. Cuando el descenso global del presupuesto de la consejería de Cultura, Turismo y Deporte apenas se acerca al 1% (-0,79%), sumando un total de 556.793.708 euros, es llamativo el recorte aplicado a Cultura, un  8%. Esto, entre otras cosas, significará que el Palacio de Festivales las va a pasar «canutas» para programar espectáculos de cierto precio entre otras cosas. Su presupuesto pasará de 4.868.000 euros en 2011 a 4.211.853 en 2012.

El sector ya se ha empezado a movilizar, pero las cosas no pintan nada bien. El público, más que nunca, demanda teatro, demanda la verdad de la escena y eso los políticos, por lo que se ve, no lo tienen en cuenta. LLega un nuevo gobierno del PP, ¿Qué pasará con Cultura?.

Me temo que seguiremos informando…

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"Cinco Metros Cuadrados" y "La Guerra de los Botones" no defraudan

Esta semana los dos estrenos más interesantes de la cartelera han cumplido sobradamente las expectativas que se podría tener sobre ellas. En Cinco Metros Cuadrados nos encontramos con la primera visión del cine español de la crisis del ladrillo y en La Guerra de los Botones, una película emotiva que remite irremediablemente a la brillante Los Chicos del Coro.

Tras la maravillosa Eva, el cine español vuelve a sorprender con otra interesante cinta: Cinco Metros Cuadrados. Tras arrasar en Málaga, la nueva cinta de Max Lemcke hace una radiografía de la sociedad a la que nos ha tocado enfrentarnos con la dichosa crisis. Una pareja ve como todos sus sueños se esfuman cuando su proyecto de vida, una casa, no termina de fraguarse. Malena Alterio y Fernando Tejero han nacido para trabajar juntos. Su complicidad traspasa la pantalla y convierte al espectador en parte de su «desgracia». Demuestran, una vez más, que son algo más que la pareja de moda del cine español, dotando a sus personajes de «carne», de drama. Nos muestra también la película la cara de los «corruptos», brillantes e intensos Manuel Morón y Emilio Gutierrez Caba, esos que » se lavan las manos» ante la desgracia ajena. Por verosímil, por la verdad que hay detrás, Cinco Metros Cuadrados es una propuesta inteligente, decidida a mostrar unas vidas anónimas que podrían ser la de cualquiera de nosotros.

Del estreno francés de la semana, La Guerra de los Botones, indicar que se trata de la nueva del director de Los Chicos del Coro. Con un tono amable y familiar, Cristophe Barratier nos presenta un remake de la cinta del mismo título con elementos que recuerdan (y mucho) a su cinta más célebre. Eso sí, hay una pequeña gran diferencia: no es en absoluto musical. Desde la estructura a algunos de los personajes pasando por parte del reparto nos llevan al universo de Los Chicos del Coro, pero no se ha quedado en el mero calco, ha conseguido ir mucho más allá y crear una historia con entidad propia que también consigue conmover al espectador. Esta cinta sobre la guerra infantil de dos pueblos que pelean quitándose los botones como botín de guerra, demuestra que la guerra es un, sucio, juego de niños que no tiene sentido, donde no hay vencedores ni vencidos, sino que la atrocidad no entiende de nacionalidades.

Dos propuestas dispares, desiguales y distintas, pero que demuestran la riqueza de la cartelera en las últimas semanas, que va tomando forma para la inevitable llegada de las navidades que traerán consigo títulos «melosos» para toda la familia.

Daniel de Vicente necesita "Escribir para Vivir"

«Mi imaginación no nació en los libros, ni en las cuartillas, sino en como era capaz de convertir mi cuarto en un campo de batalla medieval del siglo XIII con un par de muñecos y una caja de zapatos»

La desbordante imaginación de Daniel de Vicente le llevó con 16 años a crear su propio blog en el que contar sus historias, sus preocupaciones cotidianas con cierta dosis de fantasía. Un joven con inquietudes que un día decidió autoeditarse sus propios relatos. Hoy, cinco años después, sus relatos se han publicado en Escribir Para Vivir, una de las últimas publicaciones de Ediciones Atlantis.

Escribir Para Vivir es un libro que está muy por encima de lo que uno puede pensar que es la narrativa de un adolescente. Con unas historias sencillas, De Vicente consigue llevarnos a su infancia en la que jugaba con los Action Man a crear historias, sus primeros desafíos vitales y, como no, a su necesidad de crear realidades con un cierto tono fantástico.

Apasionado de la escena, Daniel de Vicente (1990) combina la escritura de su primera obra de teatro con su trabajo en Publiescena, agencia de comunicación cultural. Lo más asombroso es que este joven autor estudiante de Periodismo, consigue emocionar al lector con historias como Morir Para Nacer. No faltan tampoco la picardía y el sentido del humor más desenfadado en relatos como Las braguitas de la madre de Laura. Y, ante todo, un espíritu de viejo romántico al más puro estilo del bohemio escritor protagonista de Moulin Rouge. De sus palabras se desprende un olor a verdad que pocas veces se puede observar en un libro.

Rosa Montero se quedó atónita ante el estilo de De Vicente, al que prologa en el libro, El dramaturgo Juan Carlos Rubio se confiesa admirador de sus relatos cuando dice que «De joven quiero ser como Daniel de Vicente»… ¿Por qué será?

Bienvenidos sean autores como De Vicente que demuestran que los jóvenes también podemos tener inquietudes…

"Eva" o cuando el espectador siente la magia del cine

Hacía tiempo que no salía con esta sensación del cine. Ver esta película ha supuesto todo un viaje. Eva es una película especial, única en su especie, que demuestra que en el cine español sabemos hacer más cosas que «españoladas».

En este puente en que la atención mediática se ha centrado en la irregular Tintín, descubrir la robótica historia de Eva resulta un verdadero soplo de aire fresco. Ciencia ficción, un género que parecía imposible de hacerse en España, se hace realidad en esta película sorprendente y cautivadora. Hemos visto muchas de robots, del futuro, pero nada parecido a lo que nos presenta el debutante Kike Maíllo.Maíllo ha creado un universo propio, que destila humanidad. Detrás de la historia de futuro, hay una gran historia de amor en esta «gélida» cinta por los parajes en los que trascurre. Lo que vemos en la pantalla nos «atrapa» por una simple razón: resulta creíble. Solo algunas cosas son artificiales en esta historia, derrochando más verdad que muchas películas pretendidamente realistas. Eva habla de sentimientos, de vida.

Aún me siento atrapado por los gélidos parajes y la enternecedora historia de Eva, una niña que se convierte en el patrón a seguir en un nuevo robot. Maíllo es un maestro del cine, solamente se puede decir eso de alguien que ha demostrado en esta película con pulso firme que tiene una firma propia. Cada vez hay menos autores y más «vendidos a la industria». El director demuestra que se pueden hacer historias de ciencia ficción que puedan conmover al espectador. Y esa es precisamente la nota que distingue la partitura de Maíllo de otras cintas de este género: la emoción que hay detrás de cada imagen, de cada plano, de cada fotograma milimetricamente planificado.

Hablar de Eva es hablar de amor por el cine, el que demuestra su director que da una verdadera lección de ritmo. La película engancha, te atrapa en su espiral robótico-humana para llevarte a un universo fascinante, agridulce, cual cuento para adultos con final imprevisible. Siendo una película por momentos «agria», es totalmente blanca y totalmente recomendable para cualquier tipo de públicos. No es para nada, y se agradece mucho en estos tiempos de lo «politicamente correcto, complaciente como no lo es la propia vida en la que se mezclan las luces y las sombras.

Reseña también merecen los actores, pero contar con semejante reparto, creo que ya era una garantía. Empezaré por Daniel Brühl. Lo primero manifestar mi admiración por la carrera internacional de este actor. Lo segundo, que está fantástico en ese personaje que vive a caballo entre un amor de otro tiempo y su pasión por la robótica. La elección para interpretar a Eva no podía haber sido más acertada. Claudia Vega es una actriz única, natural, con un desparpajo y una facilidad para emocionar poco propio de sus doce años. Huele a Goya. Marta Etura, otra vez en un peliculón. Vaya suerte de carrera y vaya suerte poder disfrutar de sus trabajos en el cine, ¿Para cuándo una obrita de teatro?. LLuis Homar es el mayordomo robótico del protagonista. El veterano intérprete se mete en la piel del personaje con asombroso tino, por momentos nos olvidamos de que estamos ante un GRAN ACTOR y descubrimos al fiel escudero cibernético del protagonista. ¿Por fin Goya para él?. Redondea el reparto el fantástico Alberto Ammann.

Casi se me olvida hablar de los efectos, cuando son uno de los atractivos del filme a primera vista. Al final, transciende más la historia que los propios efectos y eso se agradece. No obstante, son realmente impresionantes y merecen una mención por el paso adelante que suponen en nuestra industria. También destacables son la fotografía y una banda sonora simplemente electrizante.

Hacía tiempo que no sentía la magia del cine, ese momento en que se encienden las luces y tienes la sensación de que ese ratito de ocio se ha convertido en algo más, en un momento que jamás olvidarás y que quieres alargar eternamente como esas conversaciones de café cuando una obra de teatro te ha «tocado»…

Héctor Alterio,Albert Boadella y Fernando Castets pasan por EL NUEVO DILUVIO MAGAZINE

Os ofrecemos un nuevo número de EL NUEVO DILUVIO MAGAZINE en el que disfrutar de entrevistas exclusivas a Isabel Ordaz, Héctor Alterio, Julieta Serrano, Inés París, Amado del Pino, Fernando Castets y muchas sorpresas. Estás a un click de disfrutar de los mejores contenidos sobre cine y teatro.