Nos trasladamos a Torrespaña o , mejor, nos trasladamos a Asia con una de los profesionales del periodismo más reconocidas en España. Hace dos años que dejó TVE “obligada” por las circunstancias, pero aún conserva intactas las ganas de seguir comunicando. Desde el estrado de una universidad como la UIMP, cuenta sus experiencias a lo largo y ancho del mundo. Se sienta en una de las sillas del estudio de Onda Cero en la universidad cántabra. Tiene la voz “cansada” después de varios días de un curso que ha titulado “El Reto de Contar la Verdad en el Siglo XXI”. Una verdad no absoluta, sino más bien la búsqueda de un camino hacia la veracidad, ese término que parece tan hastiado en nuestra televisión, un medio en el que el poder de la imagen hace que una mentira parezca verdadera con la mera repetición. Se muestra cercana y, desde el principio, no tiene reparos en atender a DESDE MI BUTACA. Siéntese y disfruten de la voz de la experiencia y sueñen por un momento en que otro mundo fuese posible si todos pusiésemos algo de nuestra parte.
¿Qué cree que aporta un escenario como la UIMP al mundo de la enseñanza en España?
Creo que lo más importante es que se hable de periodismo. Si además se hace en un entorno universitario del prestigio y la calidad de la UIMP, es perfecto. Además con un paisaje tan bonito a tu alrededor. Creo que son muy importantes los cursos de verano. Es otra forma diferente de ver la enseñanza, aquí se viene más que nada a pensar. Aquí no hay que examinarse, las metas te las pones tú mismo. Creo sinceramente que la base está en enseñar a pensar, dejar tiempo para la reflexión personal.
El reto de contar la verdad en el siglo xxi, supongo que el título del curso es, si me lo permite, un tanto pretencioso y se refiere más bien a la necesidad de veracidad….
Sería un tanto pretencioso decir que contamos la verdad. La verdad absoluta no existe y hay que encaminarse, más bien, hacia la veracidad. Hay que tener la convicción de que lo que estamos contando se acerque lo máximo posible a la verdad. Eso, si se hace con honestidad, transparencia y compromiso, normalmente se suele lograr.
Internet es una gran herramienta para difundir las informaciones periodísticas, pero , a la vez, escupe mucha información falsa, ¿Hasta qué punto se pueden fiar los periodistas de lo vertido en la red?
Hay que tener mucho cuidado,Internet puede ser un intoxicador tremendo. Hay que saber que es una herramienta fantástica, pero luego hay que saber utilizarla. Internet supone una posibilidad maravillosa de hacer mejores informaciones, de tener mejores conocimientos. Ahora bien, si se utiliza mal puedes tener desinformación y desconocimiento. Tenemos que ser una especie de investigador y saber de que medios nos podemos fiar, al igual que con los medios convencionales. Lo que pasa es que hay muchos más medios en la red, por lo que el trabajo es más arduo. Internet es maravilloso, pero hay que saber que también entra mucha porquería. Ahora, estamos en un momento de transición y no sabemos hacia donde se encaminará el periodismo en el futuro.
¿Qué significa a nivel personal y profesional Asia para usted?
Han sido diez años de mi vida. Es una cultura que me fascina, pero no querría vivir allí. Me siento más atraída por las culturas mediterráneas. Nos encontramos ante una cultura fascinante por la multitud de retos que te plantea. Es fascinante como desde que te levantas, puedes descubrir cosas nuevas. Esta experiencia me ha permitido conocer lugares del mundo, sobre los que había leído cosas en los libros, que seguramente no hubiese tenido la oportunidad de conocer de otra forma. Informativamente ,me quedo con la experiencia de ver como China se está convirtiendo en el centro del mundo.
TVE prescindió de la memoria y la experiencia de la empresa, ahora con el tiempo, ¿Qué balance hace de su paso por el ente público?, ¿Se vio ensombrecido por la temprana salida de el?
Se ha confirmado con el tiempo que es un error garrafal prescindir de la experiencia. Creo que lo más enriquecedor es contar con la sabia nueva que tiene que llegar y engranarlo con la experiencia, que trae tras de sí todo lo que se sabe de esta profesión. No se puede pedir a un recién licenciado que haga temas de internacional de un gran calado. Esto no significa que los nuevos periodistas tengan menos talento. Lo que tienen es menos rodaje que los veteranos. Es una pena perderte poder aprender de los que saben más que tú, como yo misma hice en mis comienzos. Todos no nacemos enseñados. El nivel baja considerablemente. Estamos viendo continuamente errores técnicos en los telediarios. Hay un gran esfuerzo por parte de los profesionales de sacar adelante la información, pero es como si les faltase una pata. Me alegra mucho saber que somos líderes, pero también hay que pensar el tipo de competencia al que nos enfrentamos. Es normal que seamos líderes por encima de Telecinco. El gran referente en España, CNN+, le han cerrado y eso nos da mucho que pensar…
El gran referente entonces estaría en el periodismo norteamericano…
Sí, el gran referente sería la BBC y por extensión todo el periodismo anglosajón. En Francia y Alemania también se hacen cosas maravillosas. Yo recomiendo mirar lo que se hace fuera sobre todo en los grandes temas, en los reportajes en profundidad.
Una mentira mil veces repetida, se convierte en verdad y más en televisión…
Eso está más que comprobado. En el caso de la televisión, ni siquiera le hace falta repetirlo mil veces, con dos o tres ya es suficiente. El poder de una herramienta como la televisión es brutal. Debería ser una herramienta de conocimiento, de acercamiento a lo diferente. Debería servir para mostrar la pluralidad del mundo, no todo es blanco y negro.
¿Qué tiene que tener de especial un periodista?
Tiene que saber que el periodismo es mucho más que un trabajo, es un compromiso con la sociedad. Tenemos que tener por delante la idea de servicio del periodismo. Lo importante es hacer un trabajo de calidad, que sea útil para la comunidad y, así, conseguir un mundo mejor. Hay que hacer loa de las buenas actitudes y crítica de las malas. El periodista tiene que dar al ciudadano las bases para construir su opinión pública.
Quizás, uno de los problemas es que hay demasiadas facultades de periodismo y demasiados alumnos , ¿no?
No es el problema principal, pero desde luego tenemos que saber que España es de los países del mundo que tienen más facultades de periodismo. Salen demasiados periodistas que la oferta actual no puede absorber. La competencia que nace de todo ello da lugar a una precariedad absoluta. En estas condiciones, todo vale. El periodista tiene que someterse a unas condiciones que solo benefician a las empresas. Lo que no es normal es que aquí tengamos más universidades que en Estados Unidos. Es un problema de números, no hay suficiente personal cualificado para ocupar las plazas de profesorado. España ha despilfarrado creando universidades e incluso haciendo trenes con recorridos nada rentables. Toda esta situación, nos va a terminar pasando factura.
Usted conoce muy bien el exterior gracias a su trabajo como periodista, ¿Cómo ven la cultura española en el ámbito internacional, no cree que a veces tendemos a menospreciar nuestras propias raíces?
Somos muy críticos en el sentido de despreciar lo nuestro, pero no autocríticos a la hora de mejorar. Desde fuera se aprecia lo bueno que tenemos, pero no nos sabemos vender. Los italianos por ejemplo tienen un aceite peor que el nuestro, pero la gente se piensa que el bueno el suyo. Ellos compran el aceite español y, simplemente, lo envasan. Se nos considera más que antiguamente, pero no hemos conseguido una imagen de marca como puede ser la de Italia con su moda o su comida. Somos igual o más buenos que ellos, pero nos esforzamos más en ponerle la zancadilla al de al lado que en intentar ser mejor que él.
Miramos hacia el futuro y , ¿Le quedan aún historias por contar?
Creo que muchas historias. Espero no perder nunca la curiosidad. Estoy aprendiendo mucho de la gente que participa en los cursos que estoy dando por toda España. Además, desde que estoy jubilada, hago viajes sin itinerario fijo en coche y me quedo en tienda de campaña si hace falta. El año pasado me hice 13.000 kilómetros por Australia y este año, 8.500 por Sudamérica. Hay muchas historias por contar, esas historias que nunca se cuentan. Espero que en el futuro pueda pelear para que yo mismo u otra persona pueda contar esas historias en el futuro.