Compositores a escena

Coinciden en cartel tres espectáculos de teatro musical en Madrid con compositores españoles, lo que nos da una buena muestra del buen momento del género en nuestro país. En este reportaje ponemos en valor el trabajo de los compositores que dan magia a nuestros escenarios ejemplarizados en Ricardo Llorca, Iván Macías y Jaume Carerras.

RICARDO LLORCA

Inspirado por la música y las tradiciones de las bandas de su Comunidad Valenciana natal, Ricardo Llorca se dio cuenta de que la composición era lo suyo cuando vino a Madrid. Allí descubrió mientras daba clases con una profesora de piano que lo que realmente le gustaba no era tocar música de otros, sino más bien tocar “música propia”. En plena Movida, estudiaba en el Conservatorio donde un profesor le dijo que lo que tocaba en el Rockolla “no era música de verdad”. Era el momento de dar carpetazo a la capital española y poner rumbo a Nueva York.

Era el año 1988 cuando llegó a la ciudad que nunca duerme. En contraste con Madrid donde las cosas estaban muy difíciles para los compositores que se quisieran salir de la línea establecida, se encontró un lugar abierto a todos los estilos musicales. Estaba claro que el artista había encontrado su lugar en el mundo, donde además de componer ha realizado una intensa actividad docente.

Y de repente Mihura vuelve a su cabeza. Fue su representante en Nueva York la que le dijo que sería una buena idea musicalizar una obra del absurdo español. Así, se puso manos a la obra y pensó en obras como El Baile de Neville, pero las dificultades que pusieron los herederos para convertir en ópera La vida en un hilo le hicieron desistir en el intento de ponerse en contacto con ellos. Del genial Jardiel se encontró muchas dificultades en darle vida musical por ser “un tanto barroco con muchas ideas a la vez”. Y de repente tras leer la obra Ni pobre ni rico sino todo lo contrario cayó en la cuenta de toda la musicalidad que se escondía tras las palabras de Miguel Mihura. Así, recordó de golpe todas las tardes de teatro que disfrutó con su familia cuando era solo un niño en Madrid. Entre los títulos que destacaban en aquella época uno de ellos era Tres sombreros de copa. Al revisar este título y ponerse en contacto con sus herederos admite que fue fácil conseguir los derechos: “Mariló Mihura ha sido encantadora”.

Ricardo Llorca (tercero en la foto) durante la presentación de Tres Sombreros de Copa

Las bandas de música, inspiración musical para sus Tres Sombreros de Copa. El compositor lo tiene claro: “Esta obra es un homenaje a la música de las bandas”. Tal es así que este alicantino por casualidad -en aquella época su localidad, Benidorm, no tenía Hospital- viajó al sur de Italia para conocer un poco más esta tradición que entroncaba tanto con sus orígenes valencianos. Allí encontró “unas nanas napolitanos del siglo XVII que usé como base para esta obra”. Y es que el compositor admite: “Todo es plagio. La música de todos los compositores se basa en otras músicas. Lo que pasa es que de esa música tú creas tu propia composición”. Y en ese momento nos enumera varios ejemplos como el de La Petrushka de Stravinsky. En realidad es un cuplé que le dedicaron a Sarah Bernhardt. El compositor lo rehizo y “lo convirtió en la obra de arte que conocemos ahora”.

Un estreno europeo. Como ocurre con muchos compositores españoles, no se puede decir que sea profeta en su tierra. Es por eso que el artista quiere recalcar el interés de esta obra como “una forma de enseñar al público lo que se está haciendo en otros países”. En el escenario del Teatro de la Zarzuela veremos la esencia de la obra de Mihura, pero adaptada a la forma de narrar que tienen los estilos del teatro musical. Así, ha resultado imprescindible para su adaptación a la zarzuela eliminar el segundo acto por la gran proliferación de personajes, pero del primer y el tercer acto se han respetado todos los diálogos hablados. Sin duda, el humor de Mihura estará sabiamente conjugado con la música de Llorca en este espectáculo que estará en cartel en el Teatro de la Zarzuela desde hoy y solo hasta el 29 de noviembre.

JAUME CARRERAS

Cuando Jaume Carreras tenía 8 años, su abuelo -que vivía en la casa contigua a la suya- compró un órgano de dos pisos: “A mí me fascinaba ese instrumento e iba cada día a su casa para intentar sacarle sonidos, tenía tantas combinaciones que me tiraba horas con él”. Así, empezó a esbozar melodías que “para mí tenían sentido”. Por aquel tiempo en su colegio había un piano y compuso con el para la clase de música el primer tema junto a un compañero que tocaba la guitarra. Muchos años después, con ese amigo formó un grupo de rock sinfónico.

Esa primera vez con Los Miserables. El inolvidable musical basado en la novela de Víctor Hugo tuvo mucho que ver en su interés por los musicales: “Me encargaron los arreglos para una versión y sin saber muy bien donde me metía, lo hice y me enamoré de este arte hasta hoy”. Un género que disfruta mucho más trabajando en él incluso que como espectador, aunque admite que ha visto muchos como ese Passion con el que vibró hace 25 años en Nueva York. Desde entonces, Stephen Sondheim ha sido un referente claro: “Por la forma en la que entiende la dramaturgia musical y cómo modula la palabra con la música”. En las composiciones de Carrras también han influido referentes musicales tan dispares como Handel y Beethoven, Puccini y Bellini, Max Richter y Johan Johannsson, o Queen y Brian Eno. De ahí que en cada uno de sus temas, pretenda saltar lo que el público está esperando como lógico. Nos ejemplariza de la siguiente manera: “Imagina que tienes una serie numérica 2, 4, 6, 8. Sabes que el siguiente número va a ser el 10. Entonces yo pongo un 21, un número improbable que rompe la serie. Quien aprecia la música espera ese número raro, esa nota que no debería estar ahí y que lo cambia todo. Entonces el oyente siente algo que no sabe explicar, pero que le proporciona placer. Eso se llama arte. Lo demás es plagio”.

Nuestro Alan Menken ibérico. Durante su carrera, el artista ha llevado a escena algunos de los títulos más emblemáticos de la literatura infantil y juvenil. Suyas son las partituras de musicales como Caperucita Roja, uno de los grandes éxitos recientes del Teatro Sanpol al que se suma desde el 23 de noviembre también Heidi. Quizás la clave del éxito de Carreras en el campo del teatro musical familiar es cómo se enfrenta a esta tarea sin tener en cuenta al tipo de público que va dirigido: “La única premisa que tengo al componer es que cuando lo estoy haciendo me tiene que emocionar a mí. Cuando sucede, cuando noto que algo resuena en mi cuerpo, sé que estoy contando la verdad, y sé que el público se va a emocionar conmigo. Es un momento mágico”. Sin duda, uno de sus referentes iniciales, Alan Menken, han influido en sus trabajos en el campo de los musicales familiares con esas melodías inolvidables con las que hemos crecido varias generaciones.

Heidi, el musical, un reto monumental. Cuando se puso manos a la obra en la adaptación junto con Julio Jaime Fischtell, autor del libreto y cofundador del Sanpol, se enfrentó a una novela mucho más introspectiva e intensa de lo que esperaban teniendo en cuenta que el espectáculo iba dirigido al público familiar. Para el compositor, la clave para que su música fluyese estuvo en “el texto maravilloso que escribió Julio”. Entonces tuvo claro que: “Las canciones debían ser la dramaturgia misma”. De esta forma, consiguió que de alguna forma: “Las palabras que salían del texto me fueran mostrando el camino. Era como si los personajes me hablaran a mí, y yo solo debía traducir a música lo que estos me estaban transmitiendo”. Todo ello le volvió a corroborar que: “Cuando escribo música no me paro a pensar, no es para nada un trabajo intelectual, sino instintivo”.

Un momento de los primeros ensayos de Heidi, el musical

Para este musical intentó captar lo que los personajes sentían teniendo en cuenta que: “En el universo de Heidi no existe el bien y el mal, solo existen los motivos que impulsan a los personajes a hacer lo que hacen. Me centré en esos motivos sin olvidarme de las montañas donde todo es sublime y grandioso”. Ya en el segundo acto del espectáculo, en un espacio cerrado, intentó trasladar el espíritu de Heidi a su música: “Heidi transforma su entorno y con la música procuré evolucionar con ella”. Sin duda, este espectáculo de teatro musical, que estará del 23 de noviembre de 2019 al 4 de enero del 2020 en el Teatro Sanpol, tiene los elementos imprescindibles para convertirse en el más emocionante y mágico montaje de estas Navidades.

IVÁN MACÍAS

Iván Macías aprendió a leer música a la vez que el texto. Culpa de ello la tuvieron sus padres, músicos de profesión. Y así, como una evolución natural tras empezar a tocar el piano hizo sus primeras piezas musicales hasta que llegó ese gran reto que fue su primer musical: Germinal. Poco después llegaría El médico que, tras una versión sinfónica, llegó al escenario del Nuevo Apolo hace más de un año. Así, con este espectáculo pretendió “contar un viaje de las tres culturas en la Edad Media”.

En busca de la emoción. Uno de los mayores retos a la hora de poner en pie este ‘titánico’ proyecto fue dar vida a los pasajes más esenciales de la novela. Para ello, consultó a muchos lectores de la novela que le contaron cuáles eran sus momentos estrella. La clave estaba en “buscar dónde te emociona y transformarlo en música”. Todo ello llevó al mismísimo Noah Gordon a afirmar que estaba escuchando su libro. Así, cuando Macías le tocaba algún pasaje musical el autor era capaz de identificar a qué parte de su novela pertenecía.

“Este musical está más cerca del lenguaje cinematográfico”. Para Macías, era importante que el espectador tuviera la sensación de que estaba viendo una película. Para ello: “Usé muchos recursos del cine”. Todo un reto para este compositor que admite que afortunadamente hay una gran cantera de compositores en España. Para la partitura de El médico es inevitable, como con cualquier composición, encontrar alguna “inspiración arrebatadora”. Por ejemplo el Aria del Sha sin duda lleva a su admirado Puccini. De alguna forma el aroma de este compositor está en esa pieza, sin por supuesto ser un plagio.

Macías es el único compositor que dirige a la orquesta de su musical

Un antes y un después en nuestro musical. Sin duda, El Médico ha sentado un precedente en nuestras tablas. Y es que no es habitual que una producción 100% española pueda competir de tú a tú con las grandes franquicias internacionales que llenan de magia la Gran Vía madrileña. De alguna forma: “El médico ha quitado prejuicios y miedos”. Y tras este gran musical, que cuenta con grabación en CD, ya se avecina otro: Los Pilares de la Tierra. Macías nos avanza que: “La gente va a flipar, es muy diferente a El médico, va a ver cómo se construye la catedral en directo con una potencia visual muy impactante”. Mientras eso ocurre podemos seguir disfrutando de El Médico un par de meses más en Madrid antes de su desembarco en Barcelona y su posterior gira.

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El clásico de Alfred Hitchcock «La Soga» salta al escenario del Teatro Nuevo Apolo

Es el plato fuerte de la temporada estival. Sobran los alicientes para ver la traslación al escenario del Nuevo Apolo de La Soga, una de las historias más inolvidables de la historia del cine. Se podrá ver en Madrid del 18 de junio al 19 de julio. Si quieres estar al día de todas las novedades sobre este montaje, no dejes de seguirlo en redes sociales: Facebook y Twitter. En esta ocasión, DESDE MI BUTACA COMUNICA se encargará de la gestión de las redes sociales de la función.

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Sobre la versión de Jesús Martínez, Nina Reglero ha trasladado el apartamento de estudiantes de la obra de Alfred Hitchcock al jardín de una casa de campo, la trama transcurre durante un día de verano, en el que como en la obra original se celebra una fiesta a la que poco a poco van llegando los invitados. De entre todos, al que más temen los anfitriones es a su tutor y profesor, un astuto criminólogo que sostiene que el crimen perfecto no existe, aunque ellos se han propuesto demostrar lo contrario. En efecto, con su llegada crece más la tensión y el nerviosismo de los jóvenes, y no es para menos, porque en el arcón del jardín ocultan un cadáver escondido.

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Un reparto encabezado por Mariano Venancio (Camino), da voz a la historia del maestro del suspense. Completan el elenco Aníbal Soto, Kiko Gutiérrez, Markos Marín, Inge Martín y Julián Teurlais. 

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Un vistazo al teatro (musical) que viene: «50 Sombras El Musical»

50 Sombras El Musical, ha sido estrenado ya en Estados Unidos, Alemania, Holanda y Francia,con un grandísimo éxito de crítica y público, y ahora llega a España, en concreto al Teatro Nuevo Apolo de Madrid, donde estará representándose a partir del 8 de Octubre.

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50 Sombras El musical, es la comedia original basado en  la novela erótica actual más influyente: 50 sombras de Grey. Con más de 40 millones de copias de libros vendidas en todo el mundo, esta trilogía es, sin duda, la historia de amo y sexo que más ha dado que hablar en mucho tiempo. Lo que se cuenta en el libro ya todos los sabemos… pero, ¿Cómo lo han vivido los fogosos lectores y lectoras que andan repartidos por todo el mundo? En 50 Sombras El Musical, vivirás, o mejor dicho, revivirás, todas esas sensaciones, pensamientos y esa pasión desenfrenada…

Pam, Carol y Bea forman un club de lectura; Pam, la anfitriona del club ,decide a llevar a una de sus reuniones «50 sombras de Grey”; Ella tiene una mentalidad abierta y disfruta, junto a Bea, de las escenas más calientes del libro. Carol debido a su situación personal es la más reticente de todas, acaba de separarse de su marido y le cuesta encontrar su propia Diosa Interior… Mientras leen el libro de la imaginación de cada una brotan las diferentes escenitas…sí, sí…ESAS ESCENITAS…pero aderezadas con la visión particular de cada una de ellas sobre las figuras de Anastacia Steel , Christian Grey, Kate, José, Elliot… Un espectáculo con divertidos números musicales, esposas, mucho cuero y sin pelos en la lengua (o con ellos ). Tres rostros bien conocidos del teatro musical: Ángel Padilla, María Blanco y Sergio Arce encabezan el reparto de este musical que estará dirigido por Jesús Sanz-Sebastián, mientras que la dirección musical caerá en manos de Guillermo González en esta producción de Summum Music, SOM Produce y Arequipa Producciones.

Selfie del elenco.
Selfie del elenco.

Del bazar a la abadía, sesión continua en el Nuevo Apolo

Son las tres de la tarde de un sábado más en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid. En apenas una hora comenzará la representación de Aladín, un musical genial, uno de los dos espectáculos que copan actualmente el espacio escénico de la Plaza Tirso de Molina. Y por los pasillos se escuchan ya las voces del elenco que está ya poniéndose los micrófonos antes de subir al escenario a probar sonido…

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Ahora ya es momento de probar sonido y el elenco prepara las «telas» que utilizan en uno de los números del musical más mágico de la cartelera… Jafar (Aitor Caballer) está en su punto álgido, ahora ya es el hechicero y el aya (Fátima Gregorio) afronta con una sonrisa el destino del futuro amor de Yasmín…

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Y de vuelta a los camerinos, Marino Muñoz, Ángel Crespo y Naim Thomas ultiman los detalles de maquillaje y vestuario. Hay que reseñar que todos los actores tienen varios cambios de ropa, por lo que deben tenerlo todo preparado para que los citados cambios se hagan lo más rápido posible…

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Rápidamente volvemos al patio de butacas cuando el espectáculo está a punto de comenzar. Muchos niños acuden acompañados por sus padres que seguro esperan ver el típico musical infantil que les suele dejar literalmente dormidos en la butaca. Pero cuando se levanta el telón de Aladín, un musical genial se sorprenden y mucho. Empezando por la escenografía fija, diseñada por Luis Crespo, que se adapta a los diferentes espacios con sumo acierto. Siguiendo por las partituras originales de José Domenech que no puedes dejar de tararear cuando sales del teatro, muy especialmente ese número al más puro estilo del Broadway clásico, El genio vuelve a actuar. Y una diferencia esencial, es un espectáculo para todos los públicos, no un infantil. Me explico: El libreto de Josep Mollá tiene sus guiños al público adulto y más de un padre sale con una sonrisa después de ver el espectáculo y rememorar la magia de su añorada infancia. Aladín, un musical genial cubre un hueco en las propuestas de teatro musical actual. Un musical de formato medio para toda la familia, creo que sería una buena definición. Un espectáculo que sostiene un  fantástico reparto de ocho actores. Lidera el reparto Naím Thomas, consagrado ya como una de las figuras de nuestro teatro musical, compone un Aladín lleno de energía (ojo a las piruetas que se marca) y con un amplio registro vocal como demuestra en Hoy ha cambiado mi vida. Su dulce y  menos ñona que en el cuento partenaire es Erika Bleda, de cuya voz solo podemos enamorarnos, ¡No sabes cómo te entendemos Aladín! Aitor Caballer es un Jafar con una imponente presencia escénica, Mariño Muñoz es un divertido Sultán, Víctor Lucas se lleva una gran ovación del público con la comicidad que transmite su Yago, Fátima Gregorio es una entrañable Aya de la que solo puedes encariñarte y Ángel Crespo se mete con asombroso tino en los diferentes personajes que le tocan acometer. Y no, no me he olvidado del Genio. Carles Montoliu es un mágico ser lleno de estilo que brilla con luz propia en su número estrella, El genio vuelve a actuar. Y además, la alfombra vuela, hay números de magia y ¡un elefante gigante en escena!  Y cuando suenan las últimas notas del musical, entra en la sala Juan Fernández, protagonista de El nombre de la rosa, que saluda animadamente a la compañía. Y entonces, caigo en la cuenta, de alguna forma esta experiencia será como una de esas sesiones continuas que había antiguamente en la que los espectadores podían »empalmar» varias películas seguidas…

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*Horarios Aladín, un musical genial, ¡Sólo hasta el 30 de marzo!

Sábados 16h

Domingos 12 y 16h

Y cuando baja el telón, volvemos a subir a los camerinos y tras felicitar a Jose Tomás Cháfer por una función «redonda» de Aladín, un musical genial, llamamos a la puerta del camerino de Juan Fernández, que ya nos espera maquillándose y nos confiesa de entrada que le encantaría hacer un musical por la energía que derrochan repartos como el del musical con el que comparten cartel en el Nuevo Apolo…Si os apetece podéis rescatar la entrevista con el actor que publicamos hace unos días…

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Dejamos al actor dando los últimos retoques cuando ya está a punto de empezar El nombre de la rosa, la adaptación a los escenarios de la celebrada novela de Umberto Eco. Era difícil trasladar al teatro el universo de una novela instalada ya en el imaginario colectivo gracias a su adaptación cinematográfica, ¿Cómo olvidar la presencia de Sean Connery? En este aspecto, Juan Fernández decidió desechar la película, son lenguajes bien diferentes, y centrarse en la novela para construir a su Guillermo de Baskerville. Y como siempre, el actor de Tierra de lobos sale ‘indemne’ encima de los escenarios, donde su imponente y reconocible voz se ajustan a un personaje al que dota de una gran presencia escénica. Todo el reparto cumple a la perfección, pero si hay que destacar otro trabajo en la función es, sin duda, el de Cipriano Lodosa, un actor harto camaleónico. Dota a su Jorge de Burgos, claro trasunto borgiano, de un andar y una forma de decir el texto que inevitablemente llegan al espectador que al final de la función reconocerá su impecable trabajo interpretativo con un sonoro aplauso. El otro «problema» que tenía que dirimir Garbi Losada en la traslación al teatro eran los espacios, ¿Se pueden recrear todos los espacios de la abadía sin necesidad de hacer una escenografía «grandilocuente» ? Ante la aparente sencillez escenográfica de un simple libro del que «nacen» literalmente los personajes, van saliendo espacios recordados como el scriptorium o las cuadras donde vemos (bueno, si están en uno de los laterales del patio de butacas del teatro no lo verán) a una de las «víctimas». El portentoso e imaginativo trabajo escenográfico lo firma Markos Tomas. En conjunto, El nombre de la rosa y Aladín, un musical genial son dos buenas propuestas para verlas incluso «en sesión continua» como hice yo. Solo les quedan dos semanas por delante, no me las perdería desde luego.

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*Horarios de El nombre de la rosa, ¡Sólo hasta el 30 de marzo!

Miércoles y jueves 20h

Viernes 20:30h

Sábados 19 y 22:00h

Domingos 19:00h

Juan Fernández: «El teatro es una bofetada que nos enfrenta a nuestros errores»

Cuando Juan Fernández entra en el Teatro Nuevo Apolo,  aún no ha terminado la función de Aladín, un musical genial, espectáculo con el que comparte teatro El nombre de la rosa, función que protagoniza desde hace unos meses. Y comienza la entrevista con una energía especial tras pasar animadamente por la sala en el último número del musical: «Les veo en el escenario y la verdad es que me dan envidia. He cantado alguna vez en el escenario, pero nunca he hecho un musical como tal». Si algo le gusta del teatro con respecto al cine y la televisión es que le pone los pies sobre la tierra. Y es que no hay un acto más generoso que el de un ser humano que respira contigo y te da una bofeta para que ‘despiertes’ en una sociedad anclada en vicios que deberíamos haber subsanado ya. De voz y presencia escénica imponente, Fernández ha desarrollado una dilatada trayectoria en los escenarios, en la televisión, en el cine y en el doblaje: «Los empresarios quieren que rebajemos un 20% nuestro sueldo». Y las televisiones comienzan a temer que las series americanas no estén dobladas a tiempo. Mientras se solucionan las cosas, él sigue aprendiendo de Guillermo de Baskerville a mantener la calma frente a la adversidad. Y le veremos desde el 1 de abril en una nueva serie, que emitirá TVE próximamente, Victor Ros. Y antes de retomar la gira, se podrá disfrutar de su trabajo en el Nuevo Apolo hasta el 30 de marzo. 

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¿Ha sido difícil incorporarse a un montaje ya rodado?

Ha sido caótico. Me avisaron a mediados de septiembre para sustituir a Karra Elejalde y, de antemano, me pareció un reto. Por la disparidad geográfica de los actores era imposible que nos juntásemos para ensayar, así que les seguí en la gira. Me mandaron aprenderme diez escenas para el ‘bolo’ de Alicante y cuando vi la obra me quedé perplejo. Me parecía imposible “aprenderme” la puesta en escena. En Pamplona volví a ensayar con ellos y antes de estrenar en Lodosa, solo tuve la oportunidad de ensayar una vez más. Tuve que ensayar mucho por mi cuenta en mi casa. Tomé como base el personaje del cine, pero claro allí cuentan con el primer plano y en el teatro, se trabaja con un plano general continuado. Por lo tanto, tuve que desechar la idea de imitar a Sean Connery. Al final, la novela fue mi salvación. De ella cogí las claves para construir un personaje en el que me costó entrar bastante. Un técnico me decía que algunas frases no se entendían. Yo le contestaba que no me salían del cuerpo de lo inseguro que estaba. Ahora ya lo disfruto mucho la verdad. Es un personaje que siempre soñé con hacerlo, pero me parecía impensable que alguien se atreviese a hacer esta obra en España. Ha sido casi una cosa del destino. Lo estrena Karra Elejalde, pero por cuestiones personales lo tiene que dejar y piensan en mi para este personaje…

¿Que ha aprendido Juan Fernández de un personaje como Guillermo de Baskerville?

Me ha enseñado a calmarme un poco, pierdo los papeles con mucha facilidad. Soy muy impulsivo y me está enseñando a mantener la calma ante la adversidad, a pasarlo todo por el tamiz de la razón. Nada es casual, sino que todo es causal. He aprendido también algo que es esencial para los actores, saber observar lo que pasa a tu alrededor. Él saca sus conclusiones de los detalles y eso es esencial para nosotros a la hora de componer un personaje.

Aquí y ahora, ¿Por qué el teatro es un buen lugar para contar historias?

Creo que el medio no importa, sino la calidad de la historia y que te la cuenten bien. En el caso del teatro destacar que es un espejo donde la sociedad se ha dado de bruces con la realidad. El ser humano ha evolucionado demasiado poco, siempre caemos en los mismos errores. Antiguamente funcionaba muy bien en el público eso de que viesen reflejadas sus taras, pero ahora parece que nos hemos vuelto un tanto insensibles. Aunque nos vistamos de frailes en esta función, de alguna forma el espectador se da cuenta de que esto éramos y qué no hemos hecho nada para cambiarlo. El teatro es una bofetada que nos sirve para darnos cuenta de todo lo que hacemos mal.

Saltamos al campo televisivo con esa experiencia de Tierra de lobos, ¿Qué balance hace de esta serie?

En la tele pasamos por tantas manos… Para mi, la tercera temporada sobraba. Por lo demás, ha sido una experiencia muy positiva. Está mal que yo lo diga, pero creo que he hecho un trabajo muy digno. He conseguido que Lobo fuese un malo con sus razones. Un cacique rural que se defiende como sabe, a tiro limpio.

¿Qué papel ocupa el doblaje en la vida y en la carrera de Juan Fernández?

Ahora mismo estamos en huelga. Los empresarios no nos han subido el sueldo desde 1993 y no nos han pagado el IPC desde entonces. Ahora, encima, quieren que rebajemos un 20% nuestro sueldo por take y convocatoria. Queremos seguir cobrando lo mismo que hasta ahora. Queremos que todo esté recogido en un convenio para que no puedan pagarnos lo que les de la gana, sino lo que creemos que es justo. Yo empecé por casualidad en este mundo. Ana Wagener y Ángeles Neira dirigían doblaje en Sevilla allá por los años 80. Yo no había doblado nunca y me llamaron para un serie malísima titulada Llamada del Oeste, que eran como 400 capítulos. Nos llamaron a unos cuantos actores de teatro y, para mi sorpresa, cuando me puse delante del atril me di cuenta de que sabía doblar perfectamente. Soy autodidacta, me explicaron un par de cosas y lo clavé. Iba a hacer un par de takes y en la siguiente convocatoria, me dieron un protagonista.

Muchos actores me recalcan la parte de “juego” que tiene esta profesión como motor de su vocación, ¿Nació así su interés por esta profesión?

Absolutamente… (Hace un gesto de aseveración hasta en cuatro ocasiones)

Yo siempre quería ser el jefe indio. Cuando estaba jugando yo era Jerónimo, el jefe apache de la serie que veíamos los niños entonces. El teatro es una evolución de esas vivencias. El que se lo tome más en serio, está un poco perdido en la vida. No entiendo a los compañeros que viven el teatro como un sufrimiento. Hay que disfrutarlo al máximo. Es el juego de la mentira y cuanto mejor lo haces, el público entra más en nuestro juego. Lo que no puedes es perder la perspectiva de que el personaje se queda aquí dentro. Los personajes viven, duermen, comen y mueren en el teatro. Yo me acuerdo que en Tierra de lobos cuando me montaba a caballo me imaginaba siendo Julio César, pero luego volvía a mi realidad. Ahora cuando me pongo el hábito de inmediato me convierto en un fraile. Es curioso cómo te cambia la actitud física. Colocas la voz de otra forma, cambia tu tempo… Estás jugando a como crees que es tu personaje.

Y ahora tras tantos años encima de un escenario, ¿Qué proyectos tiene y con qué proyectos le gustaría seguir “jugando” a Juan Fernández?

He hecho una serie para TVE llamada Victor Ros, basada en las novelas de Gerónimo Tristante. Trata sobre la primera polícía que hubo en España, la Metropolitana. Hago de un comisario que viene del ejército y lo colocan allí por influencias política, pero se va adaptando. No tiene nada que ver con Tierra de lobos. Aparentemente se parece a Lobo, pero yo lo he ido limando para que te pueda llegar a caer simpático.

La serie "Víctor Ros" llegará a Movistar Televisión el 1 de abril antes de su futuro estreno en TVE.
La serie «Víctor Ros» llegará a Movistar Televisión el 1 de abril antes de su futuro estreno en TVE.

Me encantan el cine y la televisión, pero me decanto por el teatro. El audiovisual te da fama y popularidad y te crees que estás por encima del bien y del mal. En cambio, el teatro te hace poner los pies sobre la tierra. Te da unas curas de humildad maravillosas. 

El FETEN se llena de magia con «Aladín, un musical genial»

La Feria Europea de Artes Escénicas para Niños y Niñas, FETEN es un espacio que promueve los intercambios y la cooperación entre los distintos sectores de creación y distribución de las artes escénicas. La importancia y el realce adquirido por el teatro para niños/as en España y en, prácticamente, toda Europa, hace surgir la necesidad de un lugar o espacio donde conjugar, intercambiar, compartir y posibilitar intereses, experiencias, conocimientos y vínculos directos entre programadores, compañías y profesionales del medio; tratando entre todos de elevar y dignificar una, cada vez mayor, calidad de las artes escénicas hechas para y por los menores. En esta edición que tiene lugar entre el 16 y el 21 de febrero, Aladín, un musical genial, actualmente en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid, se podrá disfrutar el próximo jueves 20 de febrero en el Teatro Jovellanos de Gijón. Todo un logro para este montaje de Trencadís Produccions que ya ha recorrido media España. Analizamos los aspectos que DESDE MI BUTACA creemos han sido claves en este éxito teatral que les llevará a estar presente en esta feria, referente europeo en las artes escénicas para público infantil.

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Estamos acostumbrados a ver espectáculos infantiles-familiares con una economización de los recursos que, en mi modesta opinión, roza a veces lo amateur o, peor aún, la función de fin de curso. Con una escenografía consistente en un libro gigante pretendieron que nos creyésemos la historia de El mago de oz hace bien poco… Por eso, los padres que vayan a ver Aladín, un musical genial con sus hijos, se sorprenderán para bien. Empezando por la escenografía fija, diseñada por Luis Crespo, que se adapta a los diferentes espacios con sumo acierto. Siguiendo por las partituras originales de José Domenech que no puedes dejar de tararear cuando sales del teatro, muy especialmente ese número al más puro estilo del Broadway clásico, El genio vuelve a actuar. Y una diferencia esencial, es un espectáculo para todos los públicos, no un infantil. Me explico: El libreto de Josep Mollá tiene sus guiños al público adulto y más de un padre sale con una sonrisa después de ver el espectáculo y rememorar la magia de su añorada infancia. Aladín, un musical genial cubre un hueco en las propuestas de teatro musical actual. Un musical de formato medio para toda la familia, creo que sería una buena definición.

Y no, no me olvido del reparto jovencísimo y talentosísimo. Lidera el reparto Naím Thomas, consagrado ya como una de las figuras de nuestro teatro musical, compone un Aladín lleno de energía (ojo a las piruetas que se marca) y con un amplio registro vocal como demuestra en Hoy ha cambiado mi vida. Su dulce y  menos ñona que en el cuento partenaire es Erika Bleda, de cuya voz solo podemos enamorarnos, ¡No sabes cómo te entendemos Aladín! Aitor Caballer es un Jafar con una imponente presencia escénica, Mariño Muñoz es un divertido Sultán, Víctor Lucas se lleva una gran ovación del público con la comicidad que transmite su Yago, Fátima Gregorio es una entrañable Aya de la que solo puedes encariñarte y Ángel Crespo se mete con asombroso tino en los diferentes personajes que le tocan acometer. Y no, no me he olvidado del Genio. Carles Montoliu es un mágico ser lleno de estilo que brilla con luz propia en su número estrella, El genio vuelve a actuar. Y además, la alfombra vuela, hay números de magia y ¡un elefante gigante en escena! Elementos que no hacen más que asentar la idea de que este musical que ha ideado y dirigido Jose Tomás Cháfer debe tener un largo recorrido por delante. De momento, este jueves en Gijón y los fines de semana hasta nueva orden en el Nuevo Apolo de Madrid. Vayan, tengan o no hijos, lo pasarán genial. Igual hasta les conceden tres deseos. Palabrita de Genio.

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*Tienes toda la información del espectáculo en Twitter y Facebook.