Compositores a escena

Coinciden en cartel tres espectáculos de teatro musical en Madrid con compositores españoles, lo que nos da una buena muestra del buen momento del género en nuestro país. En este reportaje ponemos en valor el trabajo de los compositores que dan magia a nuestros escenarios ejemplarizados en Ricardo Llorca, Iván Macías y Jaume Carerras.

RICARDO LLORCA

Inspirado por la música y las tradiciones de las bandas de su Comunidad Valenciana natal, Ricardo Llorca se dio cuenta de que la composición era lo suyo cuando vino a Madrid. Allí descubrió mientras daba clases con una profesora de piano que lo que realmente le gustaba no era tocar música de otros, sino más bien tocar “música propia”. En plena Movida, estudiaba en el Conservatorio donde un profesor le dijo que lo que tocaba en el Rockolla “no era música de verdad”. Era el momento de dar carpetazo a la capital española y poner rumbo a Nueva York.

Era el año 1988 cuando llegó a la ciudad que nunca duerme. En contraste con Madrid donde las cosas estaban muy difíciles para los compositores que se quisieran salir de la línea establecida, se encontró un lugar abierto a todos los estilos musicales. Estaba claro que el artista había encontrado su lugar en el mundo, donde además de componer ha realizado una intensa actividad docente.

Y de repente Mihura vuelve a su cabeza. Fue su representante en Nueva York la que le dijo que sería una buena idea musicalizar una obra del absurdo español. Así, se puso manos a la obra y pensó en obras como El Baile de Neville, pero las dificultades que pusieron los herederos para convertir en ópera La vida en un hilo le hicieron desistir en el intento de ponerse en contacto con ellos. Del genial Jardiel se encontró muchas dificultades en darle vida musical por ser “un tanto barroco con muchas ideas a la vez”. Y de repente tras leer la obra Ni pobre ni rico sino todo lo contrario cayó en la cuenta de toda la musicalidad que se escondía tras las palabras de Miguel Mihura. Así, recordó de golpe todas las tardes de teatro que disfrutó con su familia cuando era solo un niño en Madrid. Entre los títulos que destacaban en aquella época uno de ellos era Tres sombreros de copa. Al revisar este título y ponerse en contacto con sus herederos admite que fue fácil conseguir los derechos: “Mariló Mihura ha sido encantadora”.

Ricardo Llorca (tercero en la foto) durante la presentación de Tres Sombreros de Copa

Las bandas de música, inspiración musical para sus Tres Sombreros de Copa. El compositor lo tiene claro: “Esta obra es un homenaje a la música de las bandas”. Tal es así que este alicantino por casualidad -en aquella época su localidad, Benidorm, no tenía Hospital- viajó al sur de Italia para conocer un poco más esta tradición que entroncaba tanto con sus orígenes valencianos. Allí encontró “unas nanas napolitanos del siglo XVII que usé como base para esta obra”. Y es que el compositor admite: “Todo es plagio. La música de todos los compositores se basa en otras músicas. Lo que pasa es que de esa música tú creas tu propia composición”. Y en ese momento nos enumera varios ejemplos como el de La Petrushka de Stravinsky. En realidad es un cuplé que le dedicaron a Sarah Bernhardt. El compositor lo rehizo y “lo convirtió en la obra de arte que conocemos ahora”.

Un estreno europeo. Como ocurre con muchos compositores españoles, no se puede decir que sea profeta en su tierra. Es por eso que el artista quiere recalcar el interés de esta obra como “una forma de enseñar al público lo que se está haciendo en otros países”. En el escenario del Teatro de la Zarzuela veremos la esencia de la obra de Mihura, pero adaptada a la forma de narrar que tienen los estilos del teatro musical. Así, ha resultado imprescindible para su adaptación a la zarzuela eliminar el segundo acto por la gran proliferación de personajes, pero del primer y el tercer acto se han respetado todos los diálogos hablados. Sin duda, el humor de Mihura estará sabiamente conjugado con la música de Llorca en este espectáculo que estará en cartel en el Teatro de la Zarzuela desde hoy y solo hasta el 29 de noviembre.

JAUME CARRERAS

Cuando Jaume Carreras tenía 8 años, su abuelo -que vivía en la casa contigua a la suya- compró un órgano de dos pisos: “A mí me fascinaba ese instrumento e iba cada día a su casa para intentar sacarle sonidos, tenía tantas combinaciones que me tiraba horas con él”. Así, empezó a esbozar melodías que “para mí tenían sentido”. Por aquel tiempo en su colegio había un piano y compuso con el para la clase de música el primer tema junto a un compañero que tocaba la guitarra. Muchos años después, con ese amigo formó un grupo de rock sinfónico.

Esa primera vez con Los Miserables. El inolvidable musical basado en la novela de Víctor Hugo tuvo mucho que ver en su interés por los musicales: “Me encargaron los arreglos para una versión y sin saber muy bien donde me metía, lo hice y me enamoré de este arte hasta hoy”. Un género que disfruta mucho más trabajando en él incluso que como espectador, aunque admite que ha visto muchos como ese Passion con el que vibró hace 25 años en Nueva York. Desde entonces, Stephen Sondheim ha sido un referente claro: “Por la forma en la que entiende la dramaturgia musical y cómo modula la palabra con la música”. En las composiciones de Carrras también han influido referentes musicales tan dispares como Handel y Beethoven, Puccini y Bellini, Max Richter y Johan Johannsson, o Queen y Brian Eno. De ahí que en cada uno de sus temas, pretenda saltar lo que el público está esperando como lógico. Nos ejemplariza de la siguiente manera: “Imagina que tienes una serie numérica 2, 4, 6, 8. Sabes que el siguiente número va a ser el 10. Entonces yo pongo un 21, un número improbable que rompe la serie. Quien aprecia la música espera ese número raro, esa nota que no debería estar ahí y que lo cambia todo. Entonces el oyente siente algo que no sabe explicar, pero que le proporciona placer. Eso se llama arte. Lo demás es plagio”.

Nuestro Alan Menken ibérico. Durante su carrera, el artista ha llevado a escena algunos de los títulos más emblemáticos de la literatura infantil y juvenil. Suyas son las partituras de musicales como Caperucita Roja, uno de los grandes éxitos recientes del Teatro Sanpol al que se suma desde el 23 de noviembre también Heidi. Quizás la clave del éxito de Carreras en el campo del teatro musical familiar es cómo se enfrenta a esta tarea sin tener en cuenta al tipo de público que va dirigido: “La única premisa que tengo al componer es que cuando lo estoy haciendo me tiene que emocionar a mí. Cuando sucede, cuando noto que algo resuena en mi cuerpo, sé que estoy contando la verdad, y sé que el público se va a emocionar conmigo. Es un momento mágico”. Sin duda, uno de sus referentes iniciales, Alan Menken, han influido en sus trabajos en el campo de los musicales familiares con esas melodías inolvidables con las que hemos crecido varias generaciones.

Heidi, el musical, un reto monumental. Cuando se puso manos a la obra en la adaptación junto con Julio Jaime Fischtell, autor del libreto y cofundador del Sanpol, se enfrentó a una novela mucho más introspectiva e intensa de lo que esperaban teniendo en cuenta que el espectáculo iba dirigido al público familiar. Para el compositor, la clave para que su música fluyese estuvo en “el texto maravilloso que escribió Julio”. Entonces tuvo claro que: “Las canciones debían ser la dramaturgia misma”. De esta forma, consiguió que de alguna forma: “Las palabras que salían del texto me fueran mostrando el camino. Era como si los personajes me hablaran a mí, y yo solo debía traducir a música lo que estos me estaban transmitiendo”. Todo ello le volvió a corroborar que: “Cuando escribo música no me paro a pensar, no es para nada un trabajo intelectual, sino instintivo”.

Un momento de los primeros ensayos de Heidi, el musical

Para este musical intentó captar lo que los personajes sentían teniendo en cuenta que: “En el universo de Heidi no existe el bien y el mal, solo existen los motivos que impulsan a los personajes a hacer lo que hacen. Me centré en esos motivos sin olvidarme de las montañas donde todo es sublime y grandioso”. Ya en el segundo acto del espectáculo, en un espacio cerrado, intentó trasladar el espíritu de Heidi a su música: “Heidi transforma su entorno y con la música procuré evolucionar con ella”. Sin duda, este espectáculo de teatro musical, que estará del 23 de noviembre de 2019 al 4 de enero del 2020 en el Teatro Sanpol, tiene los elementos imprescindibles para convertirse en el más emocionante y mágico montaje de estas Navidades.

IVÁN MACÍAS

Iván Macías aprendió a leer música a la vez que el texto. Culpa de ello la tuvieron sus padres, músicos de profesión. Y así, como una evolución natural tras empezar a tocar el piano hizo sus primeras piezas musicales hasta que llegó ese gran reto que fue su primer musical: Germinal. Poco después llegaría El médico que, tras una versión sinfónica, llegó al escenario del Nuevo Apolo hace más de un año. Así, con este espectáculo pretendió “contar un viaje de las tres culturas en la Edad Media”.

En busca de la emoción. Uno de los mayores retos a la hora de poner en pie este ‘titánico’ proyecto fue dar vida a los pasajes más esenciales de la novela. Para ello, consultó a muchos lectores de la novela que le contaron cuáles eran sus momentos estrella. La clave estaba en “buscar dónde te emociona y transformarlo en música”. Todo ello llevó al mismísimo Noah Gordon a afirmar que estaba escuchando su libro. Así, cuando Macías le tocaba algún pasaje musical el autor era capaz de identificar a qué parte de su novela pertenecía.

“Este musical está más cerca del lenguaje cinematográfico”. Para Macías, era importante que el espectador tuviera la sensación de que estaba viendo una película. Para ello: “Usé muchos recursos del cine”. Todo un reto para este compositor que admite que afortunadamente hay una gran cantera de compositores en España. Para la partitura de El médico es inevitable, como con cualquier composición, encontrar alguna “inspiración arrebatadora”. Por ejemplo el Aria del Sha sin duda lleva a su admirado Puccini. De alguna forma el aroma de este compositor está en esa pieza, sin por supuesto ser un plagio.

Macías es el único compositor que dirige a la orquesta de su musical

Un antes y un después en nuestro musical. Sin duda, El Médico ha sentado un precedente en nuestras tablas. Y es que no es habitual que una producción 100% española pueda competir de tú a tú con las grandes franquicias internacionales que llenan de magia la Gran Vía madrileña. De alguna forma: “El médico ha quitado prejuicios y miedos”. Y tras este gran musical, que cuenta con grabación en CD, ya se avecina otro: Los Pilares de la Tierra. Macías nos avanza que: “La gente va a flipar, es muy diferente a El médico, va a ver cómo se construye la catedral en directo con una potencia visual muy impactante”. Mientras eso ocurre podemos seguir disfrutando de El Médico un par de meses más en Madrid antes de su desembarco en Barcelona y su posterior gira.

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«Antológica de Zarzuela» llega este domingo a la Gran Vía de Madrid para «poner al Género en el lugar que se merece»

Antológica de Zarzuela es un espectáculo para mezzosoprano y tenor que llega los próximos tres domingos a las 12:30h al Teatro EDP GRAN VÍA. Este montaje se encuentra a caballo entre la reflexión, en la que se sumen los intérpretes líricos sobre qué hacer con un género al que se necesita dar una vuelta para llegar a otros públicos, y la risa al apostar por un tono burlesque «para atraer al público a través de nuevas fórmulas que le sean más agradables», en palabras de Juanma Cifuentes que ha querido destacar un vestuario «que llena de luz el escenario». Para el intérprete: «Es el momento de poner a la zarzuela en el lugar que se merece. Es un género más con unas características concretas».

Para este montaje escénico: «Hemos intentado configurar un espectáculo de pequeño formato, huyendo de la magnitud de las grandes escenografías de la Zarzuela», en palabras de Cifuentes. Para ello además de los dos intérpretes se ha contado con excepcionales profesionales como los bailarines, Fito Ruiz y Pedro Mancera, los pianistas Borja Mariño y Gabriel López y Carlos Pardo se ha encargado de la producción de esta espectáculo.

La intérprete femenina, Beatriz Lanza, quiso destacar que hay muy poca iniciativa privada en la Zarzuela por el alto coste. Además, para ella: «Es una pena que poco a poco por muchísimos complejos no se haga más Zarzuela». Y es que según comenta: «Se han apropiado del Género ciertas personas». El espectáculo quiere poner en valor que la Zarzuela es una música que expresa de lo que se ha hablado siempre. Y es que en el fondo, como comenta Lanza han pretendido: «Dar un espacio a nuestra música con la que nos hemos educado y que llevamos en el inconsciente colectivo».

Juanma Cifuentes, también director y autor del montaje- pone en boca de los personajes conflictos que viven actualmente los intérpretes líricos: Desde si dejarlo para dedicarse al musical pasando por el hecho de qué hacer con el género y reflexiones varias con el público que -como han podido comprobar en Aranjuez y Zamora- responde con sus ocurrencias.

Para este espectáculo se ha contado con un repertorio bien conocido por el público, esos temas que al menos hemos escuchado en alguna ocasión sin saber que pertenecía a una Zarzuela. Es significativo como por ejemplo una compañía de seguros ha usado música del género en sus últimas campañas publicitarias. En las tablas de del EDP GRAN VÍA se podrán escuchar un variado repertorio que va de El Barberillo de Lavapiés a un final arrevistado que nos hará pensar que «tomar la vida en serio es una tontería» como comenzó a cantar Lanza durante la presentación a los medios.

Podéis conocer un poco más sobre el espectáculo en la entrevista que hicimos a Juanma Cifuentes y Beatriz Lanza.

Como siempre, agradecemos a los medios presentes en este Pase Gráfico por apoyar nuestras convocatorias. Estaremos muy atentos a las publicaciones de medios como RNE, LA GAVETA DE MIL COSAS, A GOLPE DE EFECTO, MADRIDTEATRO, ONDA MADRID, TELEMADRID y todos los medios que nos están acompañando dando difusión a este maravilloso espectáculo.

Juanma Cifuentes y Beatriz Lanza nos presentan ANTOLÓGICA DE ZARZUELA

Durante las últimas décadas, la supervivencia de nuestro teatro musical parece estar centrada en buscar nuevas fórmulas para mantener el innegable tesoro musical que esconden las zarzuelas, un género al que es necesario dar una vuelta para atraer nuevos públicos. Para ello es imprescindible contar con profesionales que amen el género, pero no tengan miedo a desempolvar un género que debe permanecer como parte de nuestro patrimonio cultural. Reunimos a Juanma Cifuentes y Beatriz Lanza para charlar sobre ANTOLÓGICA DE ZARZUELA, que presentan los domingos 20 y 27 de octubre y el 3 de noviembre a las 12:30h en el Teatro EDP Gran Vía.

¿Cómo nace este espectáculo?

J.C: Beatriz me llama para que hagamos algo juntos y llevábamos muchos años sin trabajar juntos. Fue muy rápido, me puse con la idea, hice el texto y me pasó el repertorio. Los que hemos hecho zarzuela nos planteamos desde hace tiempo si este género se está quedando obsoleto. A partir de ahí, surgió todo. Los temas que me mandó los metí en una licuadora y desde ahí hablo de lo que representa la zarzuela. Tenemos a los talibanes del género que consideran que no se debe tocar y otros que hay que modificarlo todo. Parece que el término medio no existe en este tema. He intentado normalizar un género que está en un punto muy particular. Nos encontramos a las compañías de toda la vida, que lo hacen como cuando se estrenó, y en el otro extremo tenemos las propuestas más modernas que se pueden ver a veces en el Teatro de la Zarzuela. Ahora mismo, cantar «De España vengo, de España voy» se considera facha. Nadie lo puede ver de una forma más normal. La vía media, la de la tranquilidad… Nuestro espectáculo contradice el género, pero a la vez reivindica la zarzuela que es igual de válida que los musicales o la ópera.

Uno de los grandes problemas es que no hay relevo generacional en los espectadores, ¿Cómo atraernos al género chico?

JC: Tengo una visión muy particular al respecto. Creo que el Teatro de la Zarzuela se ha renovado a base de esnobismos. Está claro que Pan y toros no se puede representar tal cual. El libreto es un panfleto de la época, pero considero que no es necesario sacar a gente en pelotas. Todas estas extravagancias se hacen para alejarnos lo máximo posible de todo lo casposo que puede resultar este género. Opto por el término medio, insisto y esto no se ha conseguido. Damos bandazos en un género que no se ha normalizado a pesar de trabajos tan destacados como los de Jesús Castejón. Hay que modernizar el género, pero esto no significar hacer algo vanguardista. Debemos encontrar una fórmula en contacto con el público de ahora, mucho más naturalista. Si no se rectifica, los nuevos espectadores al ver a los actores interpretar como un chulapo, piensan que esos personajes son extraterrestres. Otro tema importante y aquí ¡Sálvese quien pueda! es que algunos intérpretes se piensan que solo hay que cantar, pero no, esto es teatro. Se te tiene que entender, hay que emocionar. Tengo compañeros que solo les importa que se les escuche por encima de la orquesta. Ellos se olvidan de que el texto lírico tiene que tener una expresión, una emoción, es lo que más le ha apartado creo.

B. L: No podemos olvidar que, como dice Juanma en el texto del montaje, la zarzuela era la voz de la calle, un reflejo de la sociedad. Te das cuenta de que en el fondo, estas obras que dan voz al sentir de la gente en un momento siguen siendo muy actuales. Y es que como dice El Barberillo, son los mismos perros con distintos collares. Es interesante la propuesta de La Gran Vía que hizo el Teatro de la Zarzuela. Se consiguió trasladar la problemática de la creación de esa gran calle a la actualidad. Así es como creo que atraes al público. De alguna forma agarras la esencia de la obra y la traes a la actualidad. Como ejemplo tenemos el Teatro Clásico que se ha adaptado muy bien. Aparte de estas obras que reflejan el latir de la sociedad de un momento, nos encontramos también con las zarzuelas de conflictos amorosos. La ópera ha conseguido adaptarse en ese sentido y la zarzuela debería también ir en esa dirección.

J.C: El problema es que se sigue pensando en la zarzuela como un género ‘de repertorio’. En la manía de hacer esto como se hacía antes, no permite reinterpretaciones. Marcos Redondo no sería el mejor barítono del momento, pero cantaba desde un sitio muy particular. En los personajes cómicos lo he vivido mucho. A mí me decían que lo hiciera como Miguel Ligero.

Un último llamamiento para ver vuestra Antológica de Zarzuela, ¿Cuáles son vuestros momentos favoritos?

B.L: Mis momentos favoritos son aquellos en que canto lo que no me han dejado cantar en toda mi vida. Yo siempre le he pedido a Emilio Sagi hacer la Clarita en La del manojo de Rosas y me decía que tenía que hacer la Ascensión. Me encanta también poder interpretar el número de El año pasado por agua, La corte del Faraón o el final que es pura revista. Eso es lo que más me divierte y me aporta. Juanma le ha dado una visión muy interesante y necesaria. Tenemos muchos complejos a la hora de hacer Zarzuela. Tú te vas fuera de España y te piden que la cantes gracias a Elina Garanca y su marido que son los mejores embajadores del género fuera de España. No se ha entendido que la Zarzuela tiene una forma de cantarse – marcada además por el uso del español- que es diferente al de la ópera. Se ha querido hacer de una forma demasiado pomposa y debería ser algo mucho más fresco. Incluso dentro del género no puedes cantar igual Sorozabal que otro compositor.

J.C: Se empezó imitando de alguna forma a las óperas italianas y eso se va modificando hasta llegar al género chico, que es el más conocido con su tono frívolo. Por supuesto, hay excepciones como La tabernera del Puerto que tiene una gran seriedad. En cuanto a lo que me gusta cantar en este montaje pues es hacer algo más que los números cómicos que suelo hacer. Me encanta poder hacer El Caserío, El Barberillo de Lavapiés Lo que más me interesa destacar es el texto y es que hay un juego constante de poner en entredicho y a la vez alabar el género. Este espectáculo nace del respeto más absoluto por el género. En la Escuela de Canto nos decían que no cantáramos Zarzuela. A Beatriz y a mí nos repetían que hacía daño a la garganta… Yo, la verdad, cuando descubrí el género me enamoró. Creo que lo tenemos demasiado olvidado y a veces se interpreta mal, pero bien hecho es algo maravilloso.

Los oníricos sueños de Miguel del Arco y Darío Facal

Estos días se puede SOÑAR en Madrid con dos espectáculos que entran por derecho propio entre lo mejor de la presente temporada que estamos a punto de despedir. Hace poco más de una semana me acerqué al Teatro de la Zarzuela a disfrutar del sueño de Paco, el vecino de la Plaza Mayor que sueña con los personajes de La Gran Vía y El Año Pasado por Agua. El experimento tiene nombre propio: ¡Cómo está Madriz!, una suerte de reciclaje de un maravilloso género,  al que  sin embargo a veces cuesta vislumbrar un futuro. La Zarzuela debe atraer a nuevos públicos, ese debe ser un objetivo del espacio escénico consagrado a dicho género lírico. Es cierto que el público ‘abonado’ llena el teatro con casi todas las producciones, pero se trata de ir más allá y no dejar estancada la Zarzuela, que merece ser reivindicada por las nuevas generaciones. Para ello, no se puede quedar en la ortodoxia y debe ofrecer un espectáculo atractivo para los espectadores de aquí y ahora. Y ¡Cómo está Madriz! es eso… y mucho más… ¡Es una fiesta para los sentidos! Eso no lo deben comprender los escasos aficionados al género (3 o 4 por función en un teatro rebosante de público y entusiasmo) que deciden dejar la sala al empezar. La música de Federico Chueca y Joaquín Valverde vuelve a brillar como en sus mejores tiempos bajo la mano de Miguel del Arco, en el que me atrevería a decir es una de las cimas de su trabajo como director. Este espectáculo musical es un derroche de colorido, buena música y diversión. Y sí, la zarzuela puede ser divertida y mucho… Además de la brillante puesta en escena contribuyen a esta fiesta intérpretes entregados a nuestro Género Chico: María Rey- Joly, Jorge Usón, Ángel Ruiz, Ángel Burgos, Ana Goya y el debutante en estos lares, Paco León. Todos los números son brillantes, pero si me tuviese que quedar con uno me quedo con Jota de las Ratas (Yo soy el rata primero y yo el segundo y yo el tercero, siempre que nos persigue la Autoridad…) con algunas ‘ratas’ proyectadas que le sonarán mucho al respetable.

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                                                                              Foto de Bernardo Díaz

Por el sueño de nuestro protagonista se cruzan la Calle Montera con la Calle de la Libertad (mención multicolor incluida), y personajes como Doña Virtudes, ¿O será Esperanza? y Pablo Iglesias, ¿El actual o el líder socialista? En definitiva, este montaje es un necesario ‘reciclaje’ de un género que parecía anclado en el tiempo. Gran trabajo de puesta a punto de Miguel del Arco. Tras la presentación de la nueva temporada del teatro, parece que se mantendrá el objetivo de atraer nuevos públicos con más producciones así en el Teatro del Zarzuela. Me alegro. Y al final de la representación, el público en pie pega palmas con las manos (y con las orejas añadiría yo) por poder disfrutar de un espectáculo tan rabiosamente divertido y fresco. Y por fin, Madriz fue una fiesta también en la Zarzuela.

Ayer, sí, ayer, el día en que se paralizó el país por un partido de fútbol, me acerqué a las Naves del Matadero a soñar un ratito (yo y una sala casi llena, lo que tiene mérito en un día así) que el Teatro puede seguir regalándonos momentos de deleite en cuanto se apagan las luces y sube el telón. Tras un delicioso Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín, cuyas veleidades ya elogié aquí hace unas semanas, Darío Facal lo ha vuelto a conseguir. Otro montaje redondo.  Sueño de una noche de verano es sin duda una de las obras más divertidas de William Shakespeare, no tengo ninguna duda. Y si lo vistes con una puesta en escena tan extraordinaria el resultado sólo puede ser mágico. De vez en cuando se consigue eso en escena y esta compañía lo hace posible muy especialmente en la escena final en que los cómicos representan su obra en las bodas de Hipólita y Teseo, pura comedia, no pude evitar llorar de la risa con esa escena.

Photos Ana Himes for SueñoDeUnaNocheDeVerano by Metatarso
                                                            Foto de Ana Himes 

En el reparto, pocas elecciones tan acertadas como la del siempre genial Emilio Gavira para el papel de Puck. Óscar de la Fuente brilla en la comedia con luz propia. De Carmen Conesa no voy a descubrir nada si digo que vuelve a derrochar elegancia en escena, como siempre. Agus Ruíz hasta transformado en burro (o más bien especialmente de esa guisa) se gana al público desde el principio. Y en esta celebración del teatro me quedo también con la belleza, el carisma y la emoción de Katia Klein en su doble roll de Helena y Tomasa Morros. Otro último nombre del reparto: Alejandra Onieva, magnética. Y se que no nombro a todo el equipo, pero están fantásticos del primero al último, soy consciente de ello. Y al final, salen a recibir el cariño del público en pie, al que abrazan y besan. A mi me dan ganas de abrazar propuestas como ésta, la verdad. Pura magia. Vayan hasta el 12 de junio a verla, curiosamente o más bien ‘mágicamente’ concluyen tanto ésta como la de Miguel del Arco ese día. Corran a disfrutarlas, un deleite absoluto,  se lo aseguro.

Photos Ana Himes for SueñoDeUnaNocheDeVerano by Metatarso
                                                        Foto de Ana Himes