Anoche me acerqué al Teatro de la Abadía para disfrutar del duende de Federico García Lorca de la mano de una de sus obras menos representadas: Amor de Don Perlimplín con Belisa en su Jardín. Alberto Conejero ha sido el encargado de hacer los retoques necesarios para que la obra conserve su frescura intacta. Dario Facal, uno de esos creadores con muchos admiradores- entre los que me encuentro- y detractores, ¿Qué hay más maravilloso en el ARTE que crear cierta controversia?, ha dado el protagonismo en su Lorca a uno de los mejores actores de nuestro país: Emilio Gavira. Tenía ganas de ver al actor con un papel protagonista en el teatro. Oírle decir las palabras de Federico le llena el alma a cualquiera. Y así se crea la magia del teatro, cuando lo que ves en escena te ‘toca’ de verdad. Es imposible no enternecerse ante esta historia de amor cuando los versos salen de la boca de un actor de la generosidad y el oficio de Gavira. Las imágenes poéticas de Lorca cobran sentido y verdad en el cuerpo de un actor que brilla con luz propia en La Abadía en una puesta en escena fascinante, que incluiría desde este momento entre las propuestas más interesantes de la temporada. Y miren con atención a la Belisa de este montaje, Olivia Delcan, imposible no enamorarse de su magnético talento. Sólo quedan las funciones del sábado y el domingo, háganse un favor y vayan a disfrutarla.