Opening Night: Una ‘Antológica’ semana escénica

Antológico, ca

1. adj. Perteneciente o relativo a una antología.

2. adj. Propio de una antología.

3. adj. Digno de ser destacado, extraordinario.

Si algo comparten los tres espectáculos que hemos visto esta semana es que se pueden incluir en alguno de los significados que da el diccionario de la RAE para ‘antológico’. Por un lado, dos propuestas de teatro musical autóctono: El médico y Antológica de Zarzuela. Por otro, el extraordinario Sacristán en Señora de rojo sobre fondo gris que se ha convertido en una inesperado homenaje póstumo al productor José Sámano, que nos acaba de dejar.

El jueves, el Teatro Nuevo Apolo de Madrid vivió el I Aniversario de un musical creado en España. Una hazaña ‘antológica’ en un país acostumbrado a que los grandes éxitos del teatro musical sean traídos de grandes franquicias internacionales. Así que para celebrarlo, el equipo creativo de este espectáculo hizo un particular regalo a los espectadores. Durante una única noche, pudimos disfrutar de los dos magníficos protagonistas. En el primer acto, Daniel Diges se metió en la piel del personaje para dar el testigo en el segundo a Gerónimo Rauch. El resultado fue una larga ovación para todo el equipo con el compositor Iván Macías -al que tendremos próximamente en un reportaje que estamos preparando- a la cabeza y por supuesto el espléndido reparto con nombres como los de Joseán Moreno, Ana San Martín, José Truchado, Alain Damas, Álvaro Puertas, Alberto Frías y ¿Cómo no? El deslumbrante elenco infantil que llena de magia este musical. Todos ellos bajo la dirección de José Luis Sixto. Por cierto, en un par de semanas tendremos a Diges en nuestras Entrevistas Desde Mi Butaca tras el éxito de la que dedicamos a Rauch.

En el Teatro Bellas Artes el que fuera Quijote en El Hombre de la Mancha, ese actor de reclinatorio que es don José Sacristán se deshace en escena para contarnos la historia de un pintor, alterego de Miguel Delibes, que narra la pérdida de su mujer con lágrimas en los ojos sin olvidar tampoco algunos momentos luminosos de su vida en común. Y uno no puede pensar en otro término que ‘antológico’ para hablar del trabajo de este titán de la escena. Sin duda, los que tenemos la suerte de haberlo visto sobre las tablas podremos decir a generaciones venideras lo de ‘yo vi a un mito sobre el escenario’. Además, de alguna forma este Señora de rojo sobre fondo gris sirve como emotivo homenaje a ese gran hombre de la escena, el cine y la televisión que fue José Sámano, responsable de éxitos como la inolvidable Cinco Horas con Mario que llevó a Lola Herrera a la mejor interpretación de su carrera. Hasta el 17 de noviembre se podrá disfrutar del último trabajo del productor y director cántabro en el Teatro Bellas Artes de Madrid. Una buena forma de mantener el legado de alguien que vivió por y para la escena.

Y si Sacristán fue Quijote, su inseparable escudero Sancho en El Hombre de la Mancha fue Juanma Cifuentes. El intérprete y director, como ya os informamos, ha levantado Antológica de Zarzuela, que efectivamente se adhiere perfectamente a los significados que da la RAE a ‘antológico’. El espectáculo, que podrán ver aún los domingos 27 de octubre y 3 de noviembre a las 12:30h en el Teatro EDP Gran Vía de Madrid, es una antología con aire cabaretero que, sin duda, gustará a todos los que entienden que nuestro género chico tiene que continuar vigente. Aunque los argumentos puedan haber quedado obsoletos yo al igual que este espectáculo me pregunto ¿Acaso las óperas no tienen argumentos ridículos en muchas ocasiones? Y aún así, la música nos transporta y nos sigue llegando. En el recorrido que este ‘antológico’ espectáculo hace por nuestro musical no faltan los temas más divertidos sin olvidar los de más peso como puede ser La Tabernera del Puerto. En escena, Cifuentes como un magnífico Maestro de Ceremonias cuestiona el género desde el más puro amor por la Zarzuela, que tanto ha cantado durante toda su carrera. Puede parecer contradictorio, pero no lo es cuando se quiere que el resultado artístico sirva como homenaje a unas melodías que son parte de nuestro ADN cultural y emocional. Le acompaña la voz y la poderosa presencia escénica de la cántabra Beatriz Lanza. Juntos nos llevan por un viaje que nos conectará con un género que inevitablemente todos conocemos. Les arropan en escena los bailarines Fito Ruiz y Pedro Mancera, el propio productor del espectáculo, Carlos Pardo, y se alternan como pianistas Borja Mariño y Gabriel López. Quizás a todos, propios y ajenos al Género, nos vendría bien regirnos un poco por el tema que cierra el espectáculo a la hora de esas vueltas que siempre parece que se le deben o no- depende de para quién- dar a la Zarzuela. Y es que «tomar la vida en serio es una tontería….» Y así, en pleno éxtasis musical con bien de plumas concluyó el estreno de este espectáculo al que no deben perder la pista. Solo hay que ver la gran ovación que recibió en su estreno para saberlo.

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«Antológica de Zarzuela» llega este domingo a la Gran Vía de Madrid para «poner al Género en el lugar que se merece»

Antológica de Zarzuela es un espectáculo para mezzosoprano y tenor que llega los próximos tres domingos a las 12:30h al Teatro EDP GRAN VÍA. Este montaje se encuentra a caballo entre la reflexión, en la que se sumen los intérpretes líricos sobre qué hacer con un género al que se necesita dar una vuelta para llegar a otros públicos, y la risa al apostar por un tono burlesque «para atraer al público a través de nuevas fórmulas que le sean más agradables», en palabras de Juanma Cifuentes que ha querido destacar un vestuario «que llena de luz el escenario». Para el intérprete: «Es el momento de poner a la zarzuela en el lugar que se merece. Es un género más con unas características concretas».

Para este montaje escénico: «Hemos intentado configurar un espectáculo de pequeño formato, huyendo de la magnitud de las grandes escenografías de la Zarzuela», en palabras de Cifuentes. Para ello además de los dos intérpretes se ha contado con excepcionales profesionales como los bailarines, Fito Ruiz y Pedro Mancera, los pianistas Borja Mariño y Gabriel López y Carlos Pardo se ha encargado de la producción de esta espectáculo.

La intérprete femenina, Beatriz Lanza, quiso destacar que hay muy poca iniciativa privada en la Zarzuela por el alto coste. Además, para ella: «Es una pena que poco a poco por muchísimos complejos no se haga más Zarzuela». Y es que según comenta: «Se han apropiado del Género ciertas personas». El espectáculo quiere poner en valor que la Zarzuela es una música que expresa de lo que se ha hablado siempre. Y es que en el fondo, como comenta Lanza han pretendido: «Dar un espacio a nuestra música con la que nos hemos educado y que llevamos en el inconsciente colectivo».

Juanma Cifuentes, también director y autor del montaje- pone en boca de los personajes conflictos que viven actualmente los intérpretes líricos: Desde si dejarlo para dedicarse al musical pasando por el hecho de qué hacer con el género y reflexiones varias con el público que -como han podido comprobar en Aranjuez y Zamora- responde con sus ocurrencias.

Para este espectáculo se ha contado con un repertorio bien conocido por el público, esos temas que al menos hemos escuchado en alguna ocasión sin saber que pertenecía a una Zarzuela. Es significativo como por ejemplo una compañía de seguros ha usado música del género en sus últimas campañas publicitarias. En las tablas de del EDP GRAN VÍA se podrán escuchar un variado repertorio que va de El Barberillo de Lavapiés a un final arrevistado que nos hará pensar que «tomar la vida en serio es una tontería» como comenzó a cantar Lanza durante la presentación a los medios.

Podéis conocer un poco más sobre el espectáculo en la entrevista que hicimos a Juanma Cifuentes y Beatriz Lanza.

Como siempre, agradecemos a los medios presentes en este Pase Gráfico por apoyar nuestras convocatorias. Estaremos muy atentos a las publicaciones de medios como RNE, LA GAVETA DE MIL COSAS, A GOLPE DE EFECTO, MADRIDTEATRO, ONDA MADRID, TELEMADRID y todos los medios que nos están acompañando dando difusión a este maravilloso espectáculo.

Juanma Cifuentes y Beatriz Lanza nos presentan ANTOLÓGICA DE ZARZUELA

Durante las últimas décadas, la supervivencia de nuestro teatro musical parece estar centrada en buscar nuevas fórmulas para mantener el innegable tesoro musical que esconden las zarzuelas, un género al que es necesario dar una vuelta para atraer nuevos públicos. Para ello es imprescindible contar con profesionales que amen el género, pero no tengan miedo a desempolvar un género que debe permanecer como parte de nuestro patrimonio cultural. Reunimos a Juanma Cifuentes y Beatriz Lanza para charlar sobre ANTOLÓGICA DE ZARZUELA, que presentan los domingos 20 y 27 de octubre y el 3 de noviembre a las 12:30h en el Teatro EDP Gran Vía.

¿Cómo nace este espectáculo?

J.C: Beatriz me llama para que hagamos algo juntos y llevábamos muchos años sin trabajar juntos. Fue muy rápido, me puse con la idea, hice el texto y me pasó el repertorio. Los que hemos hecho zarzuela nos planteamos desde hace tiempo si este género se está quedando obsoleto. A partir de ahí, surgió todo. Los temas que me mandó los metí en una licuadora y desde ahí hablo de lo que representa la zarzuela. Tenemos a los talibanes del género que consideran que no se debe tocar y otros que hay que modificarlo todo. Parece que el término medio no existe en este tema. He intentado normalizar un género que está en un punto muy particular. Nos encontramos a las compañías de toda la vida, que lo hacen como cuando se estrenó, y en el otro extremo tenemos las propuestas más modernas que se pueden ver a veces en el Teatro de la Zarzuela. Ahora mismo, cantar «De España vengo, de España voy» se considera facha. Nadie lo puede ver de una forma más normal. La vía media, la de la tranquilidad… Nuestro espectáculo contradice el género, pero a la vez reivindica la zarzuela que es igual de válida que los musicales o la ópera.

Uno de los grandes problemas es que no hay relevo generacional en los espectadores, ¿Cómo atraernos al género chico?

JC: Tengo una visión muy particular al respecto. Creo que el Teatro de la Zarzuela se ha renovado a base de esnobismos. Está claro que Pan y toros no se puede representar tal cual. El libreto es un panfleto de la época, pero considero que no es necesario sacar a gente en pelotas. Todas estas extravagancias se hacen para alejarnos lo máximo posible de todo lo casposo que puede resultar este género. Opto por el término medio, insisto y esto no se ha conseguido. Damos bandazos en un género que no se ha normalizado a pesar de trabajos tan destacados como los de Jesús Castejón. Hay que modernizar el género, pero esto no significar hacer algo vanguardista. Debemos encontrar una fórmula en contacto con el público de ahora, mucho más naturalista. Si no se rectifica, los nuevos espectadores al ver a los actores interpretar como un chulapo, piensan que esos personajes son extraterrestres. Otro tema importante y aquí ¡Sálvese quien pueda! es que algunos intérpretes se piensan que solo hay que cantar, pero no, esto es teatro. Se te tiene que entender, hay que emocionar. Tengo compañeros que solo les importa que se les escuche por encima de la orquesta. Ellos se olvidan de que el texto lírico tiene que tener una expresión, una emoción, es lo que más le ha apartado creo.

B. L: No podemos olvidar que, como dice Juanma en el texto del montaje, la zarzuela era la voz de la calle, un reflejo de la sociedad. Te das cuenta de que en el fondo, estas obras que dan voz al sentir de la gente en un momento siguen siendo muy actuales. Y es que como dice El Barberillo, son los mismos perros con distintos collares. Es interesante la propuesta de La Gran Vía que hizo el Teatro de la Zarzuela. Se consiguió trasladar la problemática de la creación de esa gran calle a la actualidad. Así es como creo que atraes al público. De alguna forma agarras la esencia de la obra y la traes a la actualidad. Como ejemplo tenemos el Teatro Clásico que se ha adaptado muy bien. Aparte de estas obras que reflejan el latir de la sociedad de un momento, nos encontramos también con las zarzuelas de conflictos amorosos. La ópera ha conseguido adaptarse en ese sentido y la zarzuela debería también ir en esa dirección.

J.C: El problema es que se sigue pensando en la zarzuela como un género ‘de repertorio’. En la manía de hacer esto como se hacía antes, no permite reinterpretaciones. Marcos Redondo no sería el mejor barítono del momento, pero cantaba desde un sitio muy particular. En los personajes cómicos lo he vivido mucho. A mí me decían que lo hiciera como Miguel Ligero.

Un último llamamiento para ver vuestra Antológica de Zarzuela, ¿Cuáles son vuestros momentos favoritos?

B.L: Mis momentos favoritos son aquellos en que canto lo que no me han dejado cantar en toda mi vida. Yo siempre le he pedido a Emilio Sagi hacer la Clarita en La del manojo de Rosas y me decía que tenía que hacer la Ascensión. Me encanta también poder interpretar el número de El año pasado por agua, La corte del Faraón o el final que es pura revista. Eso es lo que más me divierte y me aporta. Juanma le ha dado una visión muy interesante y necesaria. Tenemos muchos complejos a la hora de hacer Zarzuela. Tú te vas fuera de España y te piden que la cantes gracias a Elina Garanca y su marido que son los mejores embajadores del género fuera de España. No se ha entendido que la Zarzuela tiene una forma de cantarse – marcada además por el uso del español- que es diferente al de la ópera. Se ha querido hacer de una forma demasiado pomposa y debería ser algo mucho más fresco. Incluso dentro del género no puedes cantar igual Sorozabal que otro compositor.

J.C: Se empezó imitando de alguna forma a las óperas italianas y eso se va modificando hasta llegar al género chico, que es el más conocido con su tono frívolo. Por supuesto, hay excepciones como La tabernera del Puerto que tiene una gran seriedad. En cuanto a lo que me gusta cantar en este montaje pues es hacer algo más que los números cómicos que suelo hacer. Me encanta poder hacer El Caserío, El Barberillo de Lavapiés Lo que más me interesa destacar es el texto y es que hay un juego constante de poner en entredicho y a la vez alabar el género. Este espectáculo nace del respeto más absoluto por el género. En la Escuela de Canto nos decían que no cantáramos Zarzuela. A Beatriz y a mí nos repetían que hacía daño a la garganta… Yo, la verdad, cuando descubrí el género me enamoró. Creo que lo tenemos demasiado olvidado y a veces se interpreta mal, pero bien hecho es algo maravilloso.