«Cuéntame cómo pasó»: El emocionante final de la serie más nuestra

Empiezo a escribir este artículo unas horas antes del último episodio de un fenómeno televisivo que hace muchos años trascendió lo meramente televisivo. No solamente por la longevidad de la ficción del Grupo Ganga. También por cómo esta familia ha sabido conectar con todas las sensibilidades que marcan el latir de un país como el nuestro. Hasta el último momento han sabido llegar no solo al público adulto que recordaba cómo pasaron los hechos de nuestra historia reciente. También con millones de espectadores jóvenes que se engancharon a la serie cuando estaba ya bien avanzada. Una de las últimas lecciones la volvió a dar Herminia, que nos ha dado los mejores momentos de esta temporada. En la boda de su nieta, el hijo de Tony, interpretado por un joven talentazo llamado Asier Valdestilla, va a presentarle a un ‘amigo’ a lo que Herminia responde con incredulidad anunciando que sabía perfectamente que era su novio. Sin duda, Herminia ha sido el ancla que ha servido a esta familia para tener los pies en la tierra durante estos 22 años y en el último episodio como ya pronosticaban los avances también lo ha sido con su petición a Carlos Alcántara, un estupendo Ricardo Gómez de vuelta, para conseguir que la familia siguiese adelante.

Un final no por anunciado menos emotivo. Sabíamos que tenía que llegar. Después del emocionante programa especial previo llegó el episodio final tras una pequeña temporada que nos ha reconciliado con lo mejor de la serie que, como es comprensible ha tenido altibajos -tramas pandémicas innecesarias mediante- en estos 22 años de emisión. Se ha hecho con una temporada corta, pero intensa y con las emociones que nos suscitaba la serie especialmente en las primeras temporadas. En el último episodio de la serie nos encontramos una brecha en la unión de esta familia. Herminia reclama la presencia de su Carlitos que vuelve al origen de todo: Sagrillas. Retomo este post ahora que acaba de terminar el episodio pasada largamente la medianoche. En el pueblo volvemos a ver a nuestra querida Paquita, uno de los personajes más entrañables de estas dos décadas a la que también echaremos muy en falta. Otra Alcántara por derecho propio la que ha construido Ana Arias.

Herminia al final consiguió llamando a Carlos que la serie tuviera el final feliz que los espectadores merecíamos tener. Los guionistas con la sensibilidad que les ha caracterizado pusieron a ‘bailar’ a la familia haciendo valer como hubiese querido la abuela las risas en los momentos difíciles. Con la voz de Elena Rivera, nuestra querida Karina de vuelta con el Cómo han pasado los años nos puso el alma en un puño en una noche en la que también pudimos escucharla cantar la sintonía de la serie en el especial previo.

Cuéntame cómo pasó se despide dando lecciones de vida a través de sus personajes que nos laten dentro y nos hacen reflexionar sobre nuestra propia vida y nuestras propias familias. Televisión que cuenta, que narra y que aporta al espectador.

Teatro y Periodismo: Historia de una vida a través de la ficción. Cuando Cuéntame, que era el título originalmente, llegó a La 1 allá por 2001 apenas tenía 12 años. Veía la televisión en mi salón familiar en el que viví las primeras 7 u 8 temporadas hasta que fui a la Universidad. Fueron años de aprendizaje también de la mano de una familia que siendo de ‘otro tiempo’ en el fondo conectaba con los usos y costumbres de la sociedad que me ha tocado vivir.

Además introdujo en dos de los miembros de la familia dos pilares que han marcado mi vida: el periodismo y el teatro. Comentaba Imanol Arias en el especial previo al final que «Tony Alcántara es la humanización del archivo de TVE» . Sí, algo de eso hay en un personaje siempre en busca de la fidelidad a sus principios cada vez que acometía un desafío periodístico como ese último medio online del que no era capaz de desconectar ni en el entierro de su abuela. Un trabajo impecable de Pablo Rivero que nos ha ido llevando por los vaivenes del personajes durante estas más de dos décadas. El otro mundo que ha retratado de una forma muy hermosa, en primetime y para el público masivo es el del teatro. Desde aquel primer grupo de teatro que montó el Padre Eugenio, inolvidable Pere Ponce, y que trajo al barrio al director teatral Diego Barrios, personaje de Antonio Valero. Nuestra Inés, en voz y carne mayormente de Irene Visedo y un tiempo de Pilar Punzano, ha sido protagonista en su faceta de actriz en momentos memorables de la serie como aquel en el que pensamos que la ficción echaba el telón con los Alcántara en una gran ovación final. Mucho habrá tenido que ver desde luego la presencia del dramaturgo Ignacio del Moral, que coescribe el último episodio, en esas tramas. Tampoco me olvido de los últimos tiempos de Inés como directora. Teatro y periodismo en una serie que ha marcado muchas vidas, pero quiero pensar que efectivamente la mía especialmente.

Durante estos 22 años he vivido de la mano de los Alcántara momentos históricos que no pude vivir -memorable la recreación del asesinato de Carrero Blanco en mi memoria. También en esta última temporada pude revivir momentos que recordaba vagamente por ser aún un niño -estremecedor el momento Miguel Ángel Blanco en la serie, divertida la conversión en euros con aquellas calculadoras que eran nuestro día a día o el temible Efecto 2000 que no significó absolutamente nada a pesar de los miedos.

Si hay un momento de ficción que recuerdo como impactante, más allá del funeral de Herminia que por supuesto nos impactó sobremanera, fue el desmoronamiento de Antonio Alcántara. Un Imanol Arias derruido ante el espejo por todo lo que tuvo que sufrir con Construcciones Nueva York por el maldito Don Pablo, interpretado por un Pepe Sancho en estado de gracia interpretando al verdadero VILLANO de esta serie al que tampoco olvidaremos. Tampoco lo haremos del Desi de Roberto Cairo, del Tinín de Quique San Francisco, del Cervan de Tony Leblanc, de la abuela Pura de Terele Pávez -su muerte fue otro de esos momentos marcados en la historia de la serie-, incluso de apariciones estelares como las de José Luis López Vázquez, los capítulos iniciales con Fernando Fernán Gómez o un poco más adelante Luis Cuenca que se despediría de la profesión en la serie. Tampoco me olvido de intérpretes históricos como William Miller que volvió después de mucho tiempo a la serie, el inolvidable Miguelón de Juan Echanove, Rosario Pardo como Nieves, Manolo Cal como Ramón, Lluvia Rojo como Pili y Silvia Espigado como Clara. Mención especial merecería la entrañable Alicia Hermida que además de interpretar a su Valentina fue la maestra de actores de la serie que consiguió que esos niños pizpiretos con Ricardo Gómez a la cabeza acompañado por Manuel Dios, que muchos años después sería también guionista de la serie, y Santi Crespo dieran tanta verdad a la serie. Ha querido el destino o la vida que hoy precisamente hayamos sumado otra dolorosa pérdida. Nada menos que la del padre de la serie, Eduardo Ladrón de Guevara, que llegó a hacer un cameo en la serie como recogía RTVE en sus redes.

Un artículo entero merecería la química entre nuestros Antonio y Merche. Lo que han construido Imanol Arias y Ana Duato sobrepasa la pantalla desde hace muchos años y siempre lo llevaremos en nuestros corazones los espectadores. Aunque sea difícil de elegir en estos 22 años un episodio que me haya gustado por encima del resto viene a mi memoria aquel en el que Antonio y Don Pablo viajaron a Moscú: Hello Moscú: Vodka con Martini. Carlos Iglesias interpretaba a un niño de la guerra que me sigue conmoviendo aún a día de hoy cada vez que lo reviso como esta misma tarde justo antes del especial previo al último episodio.

Siento que cuando una ficción te ha tocado tan hondo, su llama, su recuerdo, nunca se apaga y que de vez en cuando tendré la necesidad de volver a los Alcántara como refugio, como hogar y es que hace mucho que dejasteis de ser personajes de ficción para convertiros en FAMILIA.

El gran abrazo de Liz Callaway a Sondheim en una noche estrellada en el Real

Un artículo de Carlos Rivera Díaz con fotografías de Javier del Real

Agradecimientos: Inés Tostón (Departamento de Prensa del Teatro Real)

El pasado jueves el Salón de Baile del Teatro Real acogía en 3 únicos días la posibilidad de disfrutar de cerca de Liz Callaway, una de las artistas que mejor han sabido captar el alma de las canciones de Stephen Sondheim. Era su primera vez en Madrid como nos hizo saber enseguida en una noche mágica bajo el estrellado techo de esta sala en la que pudimos ver a la artista de la mano de la Fundación Amigos del Real.

La de Liz es una historia de amor por el compositor de Company fraguada a fuego lento. Precisamente fue ese el título con el que comenzó a amar al compositor. El primer musical que vio junto a unos padres que en el segundo, Follies, se removieron tanto en sus butacas que terminaron abandonando la sala. El poder de las letras de Sondheim sin duda. En poco tiempo estarían divorciados. Estos dos musicales precisamente ocuparon unos cuantos minutos del exquisito repertorio que partiendo del disco nominado a los Grammy To Steve with Love: Lizz Callaway celebrates Sondheim, ofreció también alguna sorpresa a modo de bonus track como el Being Alive que dedicó al exitoso Company de Antonio Banderas que admitió la hubiese gustado disfrutar en una noche en la que el malagueño fue precisamente premiado en los Latin Grammy. En el cercano escenario del Salón del Baile la acompañó al piano Alex Rybeck.

El delicioso Broadway Baby de Follies nos ayudó a desentrañar los primeros detalles de cómo la artista dio sus primeros pasos en el mundo del espectáculo como camarera cantante «y era una horrible camarera, pero había que pagar el alquiler». Y llegó el momento de su primera audición y para un musical de Sondheim y con dirección de Hal Prince. Marry me a little era su primera gran oportunidad y lo consiguió, pero tendría que esperar. Prince tenía que dirigir una ópera. Durante esos 9 meses la compañía se hizo una piña en unas fiestas en las que de vez aparecía el mismísimo Sondheim, para ella Steve un tiempo después, se ponía al piano y ella creía «estar en una película». El hombre que la había hecho dedicarse al teatro musical estaba junto a ella. Tras el estreno, el musical solo duró 2 semanas en cartel: «Como muchos no lo pudisteis ver, os lo voy a recrear». Y esa ‘recreación’ duró solo las 2 líneas solistas que tenía ante las risas del público. Poco se imaginaba la artista que mientras ella repasaba las líneas de la protagonista desde el patio de butacas, soñando quizás con ser ella la estrella en el futuro, le observaba y escuchaba el mismísimo Sondheim, el que se terminaría convirtiendo en su ‘old friend’.

Sunday in the park with George, su musical de Steve favorito. Ante esta confesión, una parte importante del público presente manifestó su aprobación. Para cantar la siguiente canción tenía un problema y es que era un dúo y ella actúa solo. Entonces pensó en alguien muy especial. Alguien que al igual que sus padres hicieron con Lizz ha ‘mamado’ desde niño el amor por Sondheim. Un entonces niño que adoraba la nana de Sweeney Todd, sí del brutal barbero de Fleet Street, ante la incrédula risa del respetable. No podía ser otro que su propio e imponente hijo, Nick Callaway Foster, que demostró con su intervención en Move on que ha heredado el talento de la madre para interpretar las partituras del genio Stephen Sondheim. Al final de la intervención, un gran abrazo que de alguna forma representa lo que hace la artista con el legado de un compositor que sigue moviendo y emocionando a las nuevas generaciones, gracias a la voz y la emoción con las que impregna Liz Callaway cada tema.

En el variado repertorio no faltaron canciones icónicas como la emocionante Send in the Clowns ni tampoco temas más desconocidos como I remember que levantaron dos de las grandes ovaciones del respetable. Uno de los momentos más divertidos de la velada fue cuando recordó la canción What Do We Do? We Fly? que unió al alimón el talento creativo de  Richard Rodgers y Stephen Sondheim que sigue ejemplarizando incluso hoy lo que supone volar para ella. Otro momento memorable fue cuando con la bendición del propio Sondheim interpretó la parodia de lo que supone cantar canciones del compositor con el título Another Hundred Lyrics. Aunque los nombres que más se repitieron durante la noche fueron los de su amigo Steve y el del director Harol Price, no faltó mención a la inolvidable Angela Lansbury con la que compartió proyecto hace varias décadas. El final, con el citado anteriormente Being Alive de Company, puso en pie al público ante una noche memorable. La guinda del pastel la puso para unos cuantos privilegiados la charla que mantuvo la artista con todo un experto en el legado de Stephen Sondheim: Alberto Mira. En resumen, una noche memorable para los amantes del teatro musical que esperamos tenga continuidad de alguna forma en la programación del Teatro Real y de la Fundación de Amigos del Teatro Real.

Dolly Parton llega a los cines españoles de la mano de Versión Digital

No todos los días se tiene la oportunidad de disfrutar de un icono como Dolly Parton en pantalla grande y la próxima semana podremos vivirlo también en España. Las entradas ya están a la venta.

Es una superestrella mundial, una estrella del cine, una estrella del country, una estrella del pop, y ahora Dolly Parton es una indiscutible ROCKSTAR, ya que invita a sus fans a unirse a ella en los cines de todo el mundo para Dolly Parton ROCKSTAR: The Global First Listen Event, una experiencia cinematográfica única presentada por Trafalgar Releasing el miércoles 15 de noviembre (con bises selectos el jueves 16 de noviembre que incluyen el madrileño Cine Embajadores Río).

El evento mundial de fans ofrece una primera escucha de selecciones del próximo álbum ROCKSTAR de Dolly, junto con una entrevista exclusiva con Dolly. El evento reunirá a los fans de Dolly en un anticipo musical de uno de los álbumes más esperados del año. Las entradas para Dolly Parton ROCKSTAR: The Global First Listen Event están disponibles a partir de hoy en DollyRockstarEvent.com. El álbum ROCKSTAR estará disponible el 17 de noviembre.

Este evento único para los fans también incluirá una actuación inédita de la canción navideña «Circle Of Love», además de una actuación poco habitual de su éxito clásico «9 to 5», lo que lo convierte en una experiencia imperdible para las legiones de fans de Dolly.

«Me emociona saber que mis fans de todo el mundo podrán reunirse y ser los primeros en escuchar un adelanto de mi álbum Rockstar», dice Dolly Parton. «Estoy muy orgullosa de esta música, y me siento humilde por todos los maravillosos artistas que se han unido a mí. No puedo esperar a que la gente lo escuche».

En consonancia con el compromiso de Dolly de siempre de devolver a la sociedad, una parte de los beneficios de la venta de entradas se destinará a Music Will y a sus organizaciones asociadas en todo el mundo. Music Will es el mayor programa musical sin ánimo de lucro del sistema escolar público de Estados Unidos. Además, Music Will trabaja con organizaciones hermanas de todo el mundo para magnificar el poder de la educación musical.

«Dolly Parton es un icono en el mundo de la música y ser de los primeros en escuchar sus nuevas colaboraciones con la música rock es algo que estamos muy emocionados de ofrecer a los fans. Desde trabajos con artistas legendarios como Sir Paul McCartney, Sir Elton John, Steven Tyler y otros amigos, esta será una noche mágica con Dolly; nuestro querido icono musical ganador de un Grammy», dijo Kymberli Frueh, SVP de Adquisiciones de Contenido y Programación de Trafalgar Releasing. «La gran pantalla es una forma maravillosa de reunir a la gente para que experimente el poder de la música».

Para el próximo álbum ROCKSTAR, Dolly Parton ha unido fuerzas con algunos de los artistas más legendarios de la música rock junto con las mayores estrellas actuales para su primer álbum de rock. Inspirada por su ingreso en 2022 en el Salón de la Fama del Rock and Roll, Dolly se ha unido a un elenco de estrellas de la música para la colección de 30 canciones, que incluye nueve temas originales y 21 himnos icónicos del rock. El álbum ROCKSTAR saldrá a la venta en todo el mundo el 17 de noviembre a través de Butterfly Records, con distribución de Big Machine Label Group, y estará disponible en cuatro discos, dos CD, descarga digital y en todos los servicios de streaming.

Listado de cines:

CINESA MAX OCIO VIZCAYA Barakaldo
CINESA DIAGONAL BARCELONA Barcelona
CINESA PARC VALLES BARCELONA Terrassa
CINESA BAHIA DE SANTANDER CANTABRIA Santander
CINESA NUEVA CONDOMINA MURCIA Churra
CINESA INTU ASTURIAS ASTURIAS Paredes – Oviedo
CINESA BONAIRE VALENCIA Aldaia
CINES ARAGONIA Zaragoza Zaragoza
KINEPOLIS FULL BARCELONA BARCELONA Cornellà de Llobregat
KINEPOLIS GRANADA GRANADA Pulianas
KINEPOLIS MADRID MADRID Pozuelo de Alarcon
KINEPOLIS VALENCIA VALENCIA Paterna
KINEPOLIS PLAZA MAR Alicante Alicante
EMBAJADORES RÍO Madrid Madrid

«The Producers» explota los aciertos de los musicales de Àngel Llàcer

Un artículo de Carlos Rivera Díaz con fotos de escena de David Ruano

Corría el año 2006. Stage Entertainment se atrevía a traer a España un musical al que quizás le faltaban unos años para que los aficionados al género de nuestro país pudiesen degustarlo en su justa medida. No fue el éxito que merecía Los Productores de Mel Brooks. Este montaje de Stage Entertainment incluía en su elenco a unos superlativos Fernando Albizu, tronchante su nazi bailongo, Ángel Ruiz, Miguel del Arco, en su último papel en musicales haciendo de director teatral pasado de vueltas, Dulcinea Juárez, ninguna actriz española podría encajar mejor en el papel de la sexy Ulla, un más que correcto José Mota y como cabeza de cartel Santiago Segura. Era cuestión de tiempo que este musical volviese a nuestros escenarios y desde que supe que Àngel Llàcer estaría al frente del equipo las expectativas fueron muy altas. Tras verlo en el Tívoli de Barcelona desde luego vuelve a cumplir con sobresaliente.

The Producers tiene una estética e iconografía muy marcadas. Aunque esta producción no se trate de una réplica del original de Broadway, está claro que determinados elementos debían estar por el amor que siente el público más ‘musicalero’ a este brillante espectáculo y deduzco que también el propio Llàcer que se implica en cada musical al 1000%. Es verdad que Llàcer se toma licencias -como incluir en The King of Broadway al cuerpo de baile caracterizados de musicales fácilmente reconocibles por el gran público-, pero todo lo que el amante de esta joya del género espera ver está ahí.

Aunque en esta ocasión Llàcer se ha reservado un papel secundario -aunque ‘bombón’ cual Bialybombones- el intérprete se lleva buena parte de los aplausos y de la atención del respetable. Es inevitable pensar -en tanto en cuanto los personajes además pueden ir en la misma línea- que este Roger DeBris parece una extensión natural del Zaza que con tanto acierto interpretó en La jaula de las locas. Más aún en momentos como el divertido casting con intervención del público o en el Keep it gay aquí traducido como Ponle pluma en el que se coló entre las elucubraciones del personaje incluso Sweeney Todd que el día anterior habíamos disfrutado en Barcelona. Su alocado director llega al punto máximo de desenfreno con su Flores a Hitler que desata las carcajadas del público. No me quiero olvidar del estupendo y desternillante trabajo de Bittor Fernández como su inseparable Carmen Age-à-Trois. Toda una revelación desde luego.

Desde luego, el peso de la función recae como siempre en los dos productores protagonistas. Para la ocasión, Llàcer se ha rodeado de dos viejos conocidos de sus producciones y con tablas para levantar este y cualquier musical. Armando Pita brilla en la melancolía de ese pasado que es y nunca volverá en El rey de Broadway y nos regala un dominio absoluto de la repetición y la comedia cuando le cuenta a su partner in crime que para poder ponerse el sombrero de productor tiene que estrenar un show en Broadway. El desgarro emocional llega cuando recuerda cómo era esa gran amistad que ahora siente traicionada y ‘enrejada’. Otro de los momentos estrella de su pícaro Max Bialystock es su relación con sus particulares mecenas que llega al summum con su visita a Reumalandia.

Dejo para el final a Ricky Mata. Tras convertirse en la absoluta revelación de La Jaula de las locas, Mata nos hizo sonreír en Cantando bajo la lluvia y ahora le ha tocado por derecho propio el papel coprotagonista. Dotado de la inseguridad del personaje con esa ternurita tan entrañable, su Leo Bloom es una de esas creaciones que le hacen seguir creciendo en su trayectoria en el teatro musical. Es un absoluto disfrute verlo compartir escenas con Pita y el resto del reparto con nombres como los de Mireia Portas como Ulla y José Luis Mosquera como Franz Liebkind. Todo ello con el sello de estilo Llácer que nos llevó a recordar por momentos a sus producciones precedentes que tanto nos hicieron disfrutar.

En definitiva, The producers es una producción impecable para un musical icónico que el tándem Àngel Llàcer- Manu Guix resuelven como de costumbre con gran acierto gracias también a las impecables coreografías de Miryam Benedited. Deseando repetir cuando vengan a Madrid, sin duda.

El Palau de la Música Catalana se rinde ante un memorable «Sweeney Todd»

Un artículo de Carlos Rivera Díaz

Fotos: Mario Wurzburger

El 31 de octubre no era una noche cualquiera en el Palau de la Música Catalana. Por primera vez se representaba un musical completo. No era cualquier título ni compositor. Era sin duda la cumbre del recientemente desaparecido Stephen Sondheim, al que le dedicamos un amplio especial. Era un reto desde luego con el precedente de las producciones dirigidas por Mario Gas, ambas protagonizadas por Vicky Peña y con Constantino Romero -versión en catalán- y Joan Crosas -en castellano tanto en el Español como en espacios como el Arriaga de Bilbao, donde pude disfrutarla yo allá por 2008. El propio Gas y Vicky Peña se dejaron ver en una noche memorable a la que no faltarían nombres de la escena como Ángel Llácer, que interpretó en el 2000 A little night music con dirección de Gas, o Carlos Latre, protagonista del Golfus de Roma que vimos en La Latina y del que nos habló en el citado especial sobre Sondheim.

Tras el animado preshow con personajes fantasmagóricos como Tita Tarántula con su risa de villana que parecía sacada de una película de Tim Burton, llegó el momento esperado. Sonaron las primeras notas de Sweeney Todd y el público, con un imponente Palau lleno hasta la bandera, concentrado en esta inolvidable velada.

Miquel Fernández vuelve a los musicales. Uno de los grandes alicientes de la noche no tardó en hacer su entrada en escena. Tenía muchas ganas de volver a ver a Miquel Fernández al frente de un musical tras tantos años en que el audiovisual nos le ha robado un poquito a los ‘teatreros’. Nadie como él podía cantarle con esa sutileza a su cuchilla en uno de los momentos más inspirados de la noche. Demostrando su habitual destreza vocal, el intérprete se volcó en su encarnación del brutal barbero de Fleet Street y uno solo puede fantasear con la idea de que la próxima vez que se monte el musical, que sea pronto por favor, podamos ver a Fernández al frente del reparto.

Una pareja con gran química. Otro reto importante le tocó a su partner in crime y nunca mejor dicho. Para mí, la Mrs Lovett de Vicky Peña, a la que tantas veces he escuchado en esa joya de disco que se editó en su momento y que atesoro como joya de colección, es algo simplemente irrepetible. La actriz ha nacido para dar vida a este personaje en mi cabeza. La elección de Anna Moliner que en principio no me terminaba de encajar, se solventa con una matrícula de honor. De hecho, es el mejor trabajo de los que he podido disfrutar de ella sobre los escenarios. Anna Moliner dota de una comicidad macabra al personaje que conecta con el público desde el primer momento. Impecable. Fernández y Moliner forman una gran pareja protagonista de TEATRO MUSICAL, así en mayúsculas. Ojalá pronto de nuevo juntos y si es con Sweeney Todd mejor claro.

Un elenco de altura. No me quiero olvidar del resto del elenco. Uno de los primeros personajes que aparece en escena es el misterioso personaje encarnada brillantemente por María Santallusia. A medio camino entre la ternura de un pasado que fue o quizás pudo ser y la locura que la ha llevado a ese estado. El esfuerzo de adelantarme a la barandilla por poder ver sus intervenciones en los laterales del escenario por la localización de mi asiento, mereció la pena. No me quiero olvidar de la melodiosa pareja de enamorados que forman unos siempre estupendos Ana San Martín y Eloi Gómez, que repiten con Sondheim (y como pareja) tras Golfus de Roma. Curioso fue lo que me pasó con Xavier Fernández. Su parecido físico con Xavier Ribera Vall, que interpretó el personaje con Gas, me hizo que la comparación fuera inevitable. Afortunadamente, su maestría escénica hizo brillar a este victoriano villano. Para el papel de Tobías Raff se ha optado por el jovencísimo Jan Gavilan que con desparpajo y simpatía interpretó a un personaje que en España suelen interpretar mujeres adultas como haría en su día Muntsa Rius. No me olvido del Beadle Bamford de Jordi Vidal al que imprime una alta dosis de comedia en momentos como el delirante ‘tocamiento’ del órgano del pianista. Dejo para el final a uno de los personajes bombón de la función. Me refiero claro a Pirelli. Hace solo unas semanas veía a Ivan Labanda como el mejor Billy Flint que he visto en España -olvidemos que alguna vez hizo ese personaje Carlos Lozano por favor. El intérprete salió del brete -ahí se ven las tablas- del fallo técnico con un gran aplauso del público sin dejar de ser el amanerado Pirelli. Una constatación más de la versatilidad vocal de este intérprete que hasta nos regaló un doblaje estupendo del protagonista de El retorno de Mary Poppins.

Un coro de lo más ‘juguetón’. Uno de los grandes aciertos de esta versión semiescenificada del musical ha sido el uso del coro. El coro joven del Orfeón Catalán -dirigido por Pablo Larraz y Oriol Castanyer- no solo narra la historia, también participa de la representación de la misma lo que va en consonancia de la propia concepción de la obra. Se convierten en dulces jilgueros, en locos del manicomio y participan en la representación -máscaras mediante- del pasado oscuro de los protagonistas.

La Orquesta Camerata Penedès, con dirección musical de Andreu Gallén, sonó precisa en cada nota pudiendo disfrutar del lirismo que impregna esta partitura de Sondheim. La puesta en escena quiso hacer partícipe de alguna forma al público y convirtió la batalla de los dos barberos en uno de los momentos más divertidos de la noche. Al final, público en pie para esta noche noche tan especial que contó con dirección de escena de Jordi Prat y Coll y las históricas e impecables traducciones de Roser Batalla y Roger Peña- lo bien que sigue sonando ese Dolces Dones del original Pretty Women. Ojalá más musicales en este espacio con equipos artísticos tan inspirados como el que pudimos ver en la noche del 31 de octubre.