Una temporada a ritmo de musical (3): Unos CHRISTMAS DREAMS unidos por EL HILO INVISIBLE de aficionar a los musicales a todos los públicos

Aunque nunca se sabe en esta ajetreada temporada, esta será una de las últimas entregas de Una temporada a ritmo de musical -aún faltan por ejemplo Rent en el Fernán Gómez desde el 23 de diciembre o ya en 2026 Ànima en Barcelona y El otro lado de la cama en Madrid. Es por eso que he querido poner en valor los grandes espectáculos de teatro musical familiar y también ampliar el foco más allá de Madrid en una entrega que transita entre los recuerdos, la emoción y la comedia. Como la vida misma… el buen TEATRO MUSICAL es un espejo que nos refleja.

Adultos niños o cuando la verdad teatral supera a la ficción. Tanto en El hilo invisible como enGermans de Sang y Christmas Dreams tenemos intérpretes adultos haciendo de niños y no siempre es fácil, pero las acertadas direcciones de actores hacen que no nos chirríe. Es tan hermoso lo que crean actores como Albert Salazar en Germans de sang, Alfonso Marsán en El hilo invisible y Alba Rodríguez en Christmas Dreams que nos hacen ver en su mirada la ilusión infantil mezclada con una emoción que traspasa el escenario.

Barcelona y Bilbao, cuando el foco también nos lleva a otros puntos fuera de Madrid. En un momento en que la capital de España se ha convertido en la tercera ciudad del mundo en producciones de teatro musical, es importante acercarse también a otros focos de producción. Tras ver este año brillantes producciones provenientes de Valencia como Libre, el musical de Nino Bravo que esperamos volver a ver en Madrid en 2026, me he acercado a Barcelona y pronto lo haré al Euskalduna de Bilbao para el estreno de El mago de oz, del que os hablaré en su momento. Sí, cada vez más puntos de España estrenan producciones de teatro musical y es importante ponerlo en valor.

Christmas Dreams, TEATRO MUSICAL FAMILIAR en el mejor sentido de la palabra. Estamos hartos de ir a ver espectáculos vendidos como «familiares» en los que el adulto aprovecha para echar un vistazo a mensajes o incluso -vaya falta de respeto- echarse una cabezada. Con la inteligencia de quien sabe muy bien que su público es tanto o más el adulto que el niño, Christmas Dreams en el Teatro Rialto de Madrid juega a la baza del humor para llegar a todos. Con un Fabio Arrante lleno de chispa y desparpajo y un reparto que lo secunda brillantemente, el adulto disfruta tanto o más de estos «sueños de Navidad» en los que el pequeño se queda fascinado por el color, el vestuario, las proyecciones inmersivas marca Provocador Producciones y por supuesto las melodías. Además se presentan unas canciones, originales, que conectan con esos musicales que se han quedado en la memoria de varias generaciones y que el público recibe con entusiasmo con ovaciones en pie al final de la representación. Desde luego, el Premio Teatro Musical a mejor musical familiar, recogido por el productor donbenitense Juan Carlos Parejo, no podía ser más merecido y apropiado.

El Hilo Invisible, cuando las emociones traspasan el escenario del Teatro Alcázar. Todos tenemos un hilo invisible que nos une a los que más nos quieren. Bajo esta premisa, presente en el libro en el que se basa, la compañía Viu el teatre articula un espectáculo íntimo, que habla de tú a tú al espectador grande y pequeño -que importante es insisto que se atienda también a los adultos, aunque el público primordial sean los peques. Cuenta con unas canciones dinámicas y potentes -compuestas por Victor Arbelo y Alicia Serrat de la mano de Daniel Anglès en la dramaturgia y letras- también en lo dramático cuando así se precisa- ojo a No sé qué me pasa que trata un tema creo que inédito en el teatro familiar. El doble reparto con nombres como Paula Mori -a la que pude ver además en su maravilloso debut alternándose con la siempre estupenda Nerea Rodríguez, Beth – ahora de nuevo en la producción catalana y sustituida por Maria Virumbrales- se entrega a sacar adelante esta hermosa historia ante un público entregado.

Germans de sang, un verdadero CLÁSICO del género demasiado poco conocido en España. A pesar de las diversas producciones en Cataluña y la que puso en pie en 2001 todo un pionero de los musicales, el desaparecido Luis Ramírez, protagonizada por Marta Ribera, siento que este musical no ha llegado al público del género lo suficiente en nuestro país. Cuando uno ve este espectáculo sabe al acabar que ha visto un título de esos que marcan, con esa historia dramática que llega a lo más hondo del alma humana. Esta producción dirigida por todo un experto en la materia, Daniel Anglés, está emocionando al público catalán en el Teatre Condal tanto que al finalizar la función que vi una joven espectadora no podía parar el llanto descontrolado ante el consuelo de su pareja. Una historia de vida que atraviesa, que toca al espectador con uno de los finales más impactantes, a pesar de que se nos avance desde el comienzo, que he visto en mucho tiempo en un teatro de la mano de una intérprete, Mariona Castillo, que con un dominio vocal increíble sabe llevar la emoción al límite sin perder por el camino la afinación de una sola nota. Simplemente memorable.

Glorious o cuando Marta Ribera se convierte en la mejor peor cantante del mundo. Aunque Glorious no sea un musical como tal, quería incluirlo al contar con todo un referente del género como ella. Además la música está muy presente. Marta Ribera tenía el reto de ‘desaprender’ a cantar para no dar una sola nota. Para alguien que nos tiene acostumbrados a la excelencia desde luego ha tenido que ser un reto. Lo coge con ganas y desde ese texto cómico estupendo de Peter Quilter que es desternillante incluso para una persona que no habla catalán como el que aquí se lo cuenta. Del estupendo reparto que la secunda, incluido el notable debut teatral de Ramon Gener, quiero detenerme en alguien con muchas tablas en la comedia y el musical: Meritxell Duró, digna adversaria de nuestra diva en sus intervenciones bajo la mano maestra de la comedia de Paco Mir. Vayan a verlos al Teatre Polioroma, pasarán una tarde de risas… Gloriosas.

Inclusivo. «Siempre he pensado que las diferencias son lo que nos hace únicos, que podemos hacer las mismas cosas que el resto pero encontrando otras formas de hacerlas» (Ferran Soler)Germans de Sang incluye en su reparto a un actor que quizás no veríamos en un musical hace un tiempo. Siempre voy a poner en valor ver todo tipo de personas en los elencos, solo primando su talento por encima de condicionantes físicos. Felicidades a Daniel Anglés por incluir en su reparto a Ferran, estoy seguro que este cantautor independiente y actor que se autoproduce sus propias canciones va a tener un largo recorrido en los escenarios.

Los Miserables, Madrid pedía a gritar la vuelta a las barricadas. Es emocionante ver brillar de nuevo la marquesina del Apolo- teatro donde se estrenó la primera producción del musical auspiciada por Plácido Domingo- con Los Miserables. En estas tres décadas, Madrid se ha convertido en la gran capital de los musicales en castellano y desde luego el germen estuvo ahí. Sobre el escenario del Apolo podemos disfrutar de un reparto ‘rejuvenecido’ donde brillan desde los protagónicos hasta un emsamble sembrado – qué maravilloso ver de nuevo en escena a Guillermo Sabariegos -vinculado más a la producción en los últimos años con musicales como Stranger Sings– dando la primera línea cantada solista del musical. Los Miserables es por derecho propio uno de los acontecimientos de la temporada. Adrián Salzedo – ese Sálvalo es realmente memorable, tanto como su constancia en este oficio- y Pitu Manubens -no podía haber un Javert con más presencia y derroche vocal a los características Thénardier- lo de Malia Conde y Xavi Melero es química pura con estos «descargos cómicos» que se ganan el cariño del público de principio a fin al igual que el estupendo Marius de Quique Niza, al que hemos visto literalmente crecer como actor desde Grease. Al final, público en pie y butacas llenas a diario, sí, Madrid quería volver a sumergirse en las barricadas y tendré que regresar para ver a Carlos Solano -ya presente en las dos producciones anteriores- como alternante de Val Jean de su hermano Adrián Salzedo.

Foto del número Amo del mesón, original de Danny Kaan

Los padres también pueden disfrutar con un familiar. Sí, señoras y señores, a veces los padres también pueden conectar con los mismos espectáculos que los peques. Da gusto pasarse por el Rialto a ver Christmas Dreams y por el Alcázar con El hilo invisible. Ni un WhatsApp miran -como debería ser siempre-, ¿Cuál es la clave? Pensar en que el niño va con adultos desde la concepción de la obra. Y sí, se puede conseguir. Al final, el aplauso del padre es incluso mayor que el del niño. Un recuerdo compartido que con suerte cuando pasen los años conservarán en la memoria de ambos.

Los Pilares de la tierra afronta su segunda temporada demostrando que se pueden hacer musicales de gran formato marca España. Cuando Beon Entertainment se «atrevió» a hacer una producción como El médico, la incredulidad reinaba en nuestro país ante tamaño reto. Años después, el equipo liderado por Dario Regattieri dobló la apuesta que este Los Pilares de la tierra, una de las producciones más grandes vistas en Madrid en años. De nada serviría la impresionante escenografía de Ricardo S. Cuerda o el siempre impecable vestuario de Marietta Calderón sin un reparto que sepa contar esta historia. Quiero destacar el trabajo de Alba Cuartero como Aliena, impecable a nivel vocal e interpretativo- que de la mano de compañeros como Rodrigo Blanco, el siempre imponente Julio Morales, Angels Jiménez, Joseán Moreno y Alberto Vázquez entre otros nos cuentan esta historia con claridad -gracias a la dramaturgia de Félix Amador y la música de Iván Macías. Lo que ocurre desde sus butacas en una escena primordial -no haré spoiler- lo dejo para que lo averigüen en el Teatro Gran Vía y me lo cuenten a la salida. Lo dicho, sí, podemos hacer grandes formatos made in Spain.

Hoy el público parece que está ‘pintado’. A veces sufro pensando en los actores. No todas las funciones son iguales y es que sí, señores, el público y más en comedia hacen la función. Menos mal que las tablas y el talento de intérpretes como los de Glorious! hacen que los que no estamos ‘pintados’ podamos disfrutar de sus trabajos. Así que ya saben para la próxima que su respiración, su emoción y sus risas construyen también la función.

Oliver Twist, el musical de los niños olvidados: Tras Los Chicos del coro siguen las emociones para todos. La productora detrás de la excepcional historia de los niños cantores repite la fórmula de espectáculo con niños protagonistas, aunque también los adultos brillen y de qué manera. Rubén Yuste encuentra en Fagín un vehículo para demostrar las tablas que lleva detrás un intérprete que es carne de musical. En el amplio reparto demostrando que más vale una frase bien dicha o siendo de esos actores ‘roba escenas’ cual cine de Berlanga quiero destacar el inmenso trabajo de la siempre delicada Marta Malone, Manu Rodríguez, Tomy Álvarez, los temibles Andrés Navarro y Natán Segado y por supuesto Fran del Pino que siempre lo da todo en escena. Esta gran historia está contada de la mano de la dramaturgia de Pedro Víllora, la música original de Gerardo Gardelín, la coreografía de Luis Santamaría y la dirección de escena de Juan Luis Iborra entre otros creativos. No quiero acabar sin destacar la imponente y realista escenografía de David Pizarro y Roberto del Campo -toda corpórea sin la IA campando en detrimento de la creatividad. El trabajo de todo el equipo brilla sobre el escenario del Teatro La Latina.

Sondheim x Sondheim: Gracias Mario Gas por hacerme amar el teatro musical como lo hago. Antes de entrar en la intrahistoria de este pequeño canto de amor a uno de los GRANDES -y aquí no sobra una mayúscula, déjenme que les ponga en un antecedente personal. En 2008, cuando llevaba unos diez años viendo musicales en España, me acerqué al Teatro Arriaga de Bilbao a ver un musical que sin duda cambió mi percepción del género. Ese título era Sweeney Todd con dirección de Mario Gas. Algo cambió en mi interior como espectador, creo que desde ese día amo más profundamente y desde otro lugar el teatro musical. Después pude ver su Follies en el Español. De nuevo Gas y Sondheim, tándem ganador. El otro día en el estreno de este pequeño regalo que nos ha hecho Mario, Sondheim x Sondheim, de repente se abrieron ante mí dos álbumes de recuerdos de esos montajes tan especiales.

En escena, un elenco o mejor una troupe teatral a lo Follies liderada por el propio Gas: Pep Molina, Vicky Peña, Xavier Ribera-Vall, Muntsa Rius, Teresa Vallicrosa, Xavi Fernández, Pep Pladellorens y Alberto Lisinicchia con música en directo. Con la narración del propio director a caballo entre el catalán y el castellano -dependiendo del idioma de la canción- se nos presentan momentos memorables de sus montajes de Sweeney Todd, Follies y A little night music. También hay tiempo para algún ‘regalito’ extra como la recreación de lo que ocurrió con Sunday in the park with George a la muerte de Sondheim, al que dedicamos un amplio reportaje con la participación de Gas y Muntsa Rius -que tiene uno de los momentos más emotivos del espectáculo con Follies– entre otros muchos y que cuenta la intrahistoria de algunos de los momentos que sobrevuelan a este montaje exquisito e íntimo en el recién inaugurado Teatre La Fábrica de Barcelona. Al final de su estreno, volví a recordar que por momentos tan vibrantes como este amo este género como lo hago. Gracias Mario, ojalá pronto los caminos de Sondheim y el tuyo se vuelvan a unir. De momento, tengo el sueño de que este pequeño bombón escénico se vea también en Madrid, aquí lo dejo por si acaso.

Una temporada a ritmo de musical (I): WICKED ha llegado por fin junto a CABARET y CENICIENTA

En esta temporada 2025-2026, probablemente la más llena de estrenos en lo que a teatro musical se refiere, recuperamos una sección que en temporadas anteriores funcionó muy bien: Una temporada a ritmo de musical. Un análisis distinto (de la A a la Z o algo parecido) de las propuestas escénicas que llegan a nuestra cartelera con nombres propios, conceptos y situaciones que no se encontrarán en otros análisis más ortodoxos, un viaje a las ‘entrañas’ de esos espectáculos con los que millones de espectadores se enamoran del teatro. Empezaremos con los tres primeros estrenos de gran formato de la temporada: CABARET, CENICIENTA y sí, por fin, WICKED! Como en años anteriores por supuesto habrá guiños a producciones de pequeño y mediano formato, en este caso a María Callas Sfogatto, hasta el 12 de octubre en el Teatro Amaya.

ATG ENTERTAINMENT, STAGE ENTERTAINMENT, SOM PRODUCE y LETSGO COMPANY. Detrás de estas cuatro siglas se ‘esconden entre cajas’ los responsables de que podamos ver muchos musicales en España. ATG, con Juan José Rivero y Marcos Cámara a la cabeza traerán a España no solo Wicked. También tendremos muy pronto Los Miserables. Por su parte, Stage, con Yolanda Pérez Abejón al frente, prepara además de la recién estrenada Cenicienta la apertura del nuevo teatro en el antiguo Imax de Madrid. Por su parte, los hermanos Iñaki y Gorka Fernández (LETSGO) nos traerán además de Cabaret el estreno, de la mano de BEON ENTERTAINMENT, de Houdini en escasos días.

Briel González. Ya tenemos príncipe en la Gran Vía para nuestra ibérica Cenicienta. El intérprete, curtido durante unos cuantos años en distintas producciones de teatro musical, ha encontrado su vehículo para brillar. Su melodiosa voz y la luz que desprende en cada aparición son la constatación de que el trabajo duro, el camino de fondo que es esta profesión llega a tener su recompensa.

Cabaret, ¿Otra vez? Sí, en tiempos convulsos es necesario recordar lo que ocurrió en el pasado para no caer en los mismos errores. Una nueva producción de esas que aportan una mirada, una forma de contar, esta vez inmersiva, del clásico está en el Teatro Albéniz y sí, Madrid la necesitaba. Nunca es mala idea volver al Kit Kat Klub a exorcizar nuestros demonios con esta nueva Sally Bowles en la voz y la emoción de Amanda Digón.

Carmen Conesa. Es una de nuestras veteranas más avezadas. Su talento, carisma y TABLAS, así en mayúsculas, eclipsan a cualquiera en escena. Su Fräulein Schneider con ese interés romántico materializado en un estupendo Tony River es uno de los grandes alicientes de este nuevo Cabaret.

Clasismo ‘cooltureta’. No deja de sorprenderme, aunque cada vez ocurra menos y hay compañeros que miman con mucho conocimiento de causa el teatro musical, como ciertos compañeros periodistas del sector cultural siguen mirando ‘por encima del hombro’ a estos espectáculos. A veces lo experimento directamente cuando se les ofrece un tema de teatro musical y otras directamente lo veo con mis propios ojos en un patio de butacas. Me parece increíble que un profesional del periodismo que se dedica a la cultura muestre alguna que otra ‘falta de respeto’ hacia lo que está viendo en plena función que finalmente dado su desinterés termina abandonando. Somos una potencia en esto y nuestro país tiene propuestas para todos, pero está claro que algunas cosas cambian a pasos demasiado lentos.

Cristina Llorente. Ha nacido para ser Glinda en Wicked. Su carisma, vitalidad, comicidad y su poderosa voz que lleva a otro nivel en este musical hechizan al público. El match con su partenaire Cristina Picos como Elphaba es automático. Dos bestias escénicas se suben frente a frente a las tablas del Nuevo Alcalá.

David Serrano. Tras el éxito incontestable de The book of Mormon, otro gran reto se suma a su carrera. Nada menos que llevar a escena por primera vez en España y encima con una nueva producción Wicked. El reto, superado con nota, como nos tiene (mal) acostumbrado el director de Días de futbol. Me quito el sombrero.

Eva Marco. En un trasvase entre el teatro musical más sensu stricto y la lírica está María Callas Sfogato, producción creada por Singus Música, que ahora produce ATG ENTERTAINMENT. Marco es la Callas mitológica, la que resuena en la memoria del espectador. La vinculación de la artista con el personaje -y con su alter ego ‘humanizado’ en la superlativa Mabel del Pozo bajo la acertada dirección de Alberto Frías- llega a grandes cotas de emoción por momentos en un espectador que solo puede ovacionar el buen hacer vocal e interpretativo de Marco. Por cierto, podremos verla junto a otra voz superlativa, Sofía Escobar, en BROADWAY MEETS ÓPERA este mismo mes de octubre en el nuevo Teatro Serrano de Madrid.

Federico Bellone. Tras darle una vuelta a la icónica puesta en escena de El Fantasma de la Ópera, el director de escena italiano se ha acercado a Cabaret. Lo ha hecho como nos tiene acostumbrados aportando una mirada personal del clásico con una reinvención de la puesta en escena que rema a favor de la narración con su inmersivo planteamiento. Deseando ver ya su Houdini en el Calderón.

Felype de Lima. Sus propuestas escenográficas y de vestuario nunca dejan indiferentes. Su inconfundible estilo de gran impacto visual casa a la perfección con los personajes y la sociedad que recrea esta revisión de Cabaret.

Gonzalo Ramos y Pepa Lucas. Hay actores que cuando los ves en escena inevitablemente se te van los ojos, independientemente del protagonismo, hacia ellos. Gonzalo Ramos y Pepa Lucas, que ya trabajaron a las órdenes de Bellone en Bailo Bailo, son ese tipo de actores y cuando los tienes en escena en Cabaret no puedes dejar de admirarlos.

Javier Ibarz. Tiene una trayectoria impecable encima de los escenarios con multitud de musicales a sus espaldas. Su elegancia y presencia impecable en escena hacen de Ibarz el Mago de Oz perfecto con un encanto contagioso en Wonderful que nos lleva a Joel Grey, intérprete que originó el personaje en Broadway en 2003. Una de esas elecciones de cast con las que no hay ninguna duda.

Mariola Peña. Muchos musicales a sus espaldas, pero permítanme decir que esta villana antológica de Cenicienta es el papel con el que más la he disfrutado. Ese humor negro con el que impregna cada glamourosa aparición la convierten en la invitada estrella de Palacio y el público la recompensa con una gran ovación.

Música en directo. Puede sonar a perogrullada pero disfrutar de un musical con música en directo ya no es tan habitual como antaño. Por eso quiero aplaudir el trabajo de dirección musical de Julio Awad en Cabaret, Xavier Torras en Cenicienta y Joan Miquel Pérez en Wicked. Un lujo escuchar el piano de Natasha Belanova en la intimista María Callas Sfogato.

Rodgers + Hammerstein. Son los padres del teatro musical norteamericano. Sin embargo, sus nombres no son en exceso conocidos por el público español. Ojalá ver su nombre destacado en el cartel de Cenicienta sirva para despertar la curiosidad de más de un espectador que seguro vio en su día en ese mismo Coliseum su ‘joya de la corona’: Sonrisas y lágrimas.

Ricardo Sánchez Cuerda y Antonio Belart. Sánchez Cuerda desde la (re)imaginación de la icónica escenografía y Belart desde el vestuario han sabido llevarnos a Oz en Wicked con la maestría habitual de estos nombres imprescindibles de nuestra escena.

Stephen Schwartz. El compositor de Wicked es uno de los pocos que tiene legión de fans en España. a tenor de la función previa que pude ver en que muchos espectadores se acercaron a conseguir su firma y su foto. Se da la feliz coincidencia de que también veremos otro de sus musicales esta temporada, Godspell, tanto el Gran Teatro Pavón en Madrid como en el Teatro del Soho de Málaga con actores como el ganador del Premio Talía Aaron Cobos bajo la batuta de Antonio Banderas. Otro de los hitos de este genio musical es ser parte del renacimiento musical de Disney de la mano de Alan Menken con proyectos tan inolvidables como El Jorobado de Notre Dame. Un absoluto privilegio compartir patio de butacas con este referente del género que con su presencia ‘bendice’ esta renovada versión y que se ganó una larga ovación cuando David Serrano lo presentó al finalizar la función del miércoles pasado.

Wicked. El 10 de junio de 2003 llegaba a Broadway este musical spin-off de El Mago de Oz. Tras un intento fallido por parte de Stage de traer el musical hace unos años, por fin es una realidad la historia de Glinda y Elphaba de la mano de ATG. Mañana viernes 3 de octubre tendrá lugar el estreno del espectáculo tras las previas. Un aspecto interesante en que me gustaría pararme es sin duda el diseño que se ha dado de algunos de los personajes zoomórficos como es el caso de los monos voladores, más en la línea de la cinta El Mago de Oz que del largometraje de Wicked. Con una máscara de estas características siempre es difícil que la interpretación resulte natural, pero Esteban Oliver logra dotar de humanidad al Doctor Dilamond con tantos años de oficio que se notan y mucho.

A tenor de lo visto anoche, la historia de Ciudad Esmeralda en esta estupenda nueva producción tiene pinta de que conectará con un público masivo y que será un absoluto rompetaquillas. La espera ha merecido la pena.

La noche en que Bill Murray se acordó de sus amigos de Chinchón

Bill Murray lleva unos días por Madrid con motivo de su actuación en el Teatro Nuevo Apolo este viernes y los distintos bolos que le llevarán a varias partes de España. Podrán verlo aún -y no puedo recomendarlo más- en el Teatro Arriaga de Bilbao el 19 de junio, tendrá doble cita en las islas: el Auditorio Alfredo Kraus (15 de junio) y el Espacio Laurel de Indias (17 de junio) y también pasará por el Teatro del Liceu de Barcelona el 21 de julio. Todo gracias al Festival Veranos del Taoro que nos ha hecho el regalazo de tener a Bill Murray en diferentes partes de España.

Como si de una anécdota de esas inverosímiles que cuentan de él se tratase, tuve un curioso encuentro con él por las calles de la ciudad a primera hora del jueves que me es inevitable mencionar: ¿Cuántas veces te vas a encontrar en tu barrio a una estrella que forma parte de toda tu vida cinéfila buscando una calle en un móvil pre-smartphone? No llevaba patatas fritas encima, así que no tuve la experiencia de que me robara alguna y saliera corriendo, pero se queda para mi recuerdo este imborrable momento. Me preguntó por una calle y encantado atendió al selfie que le pedí con sonrisa a pesar del jetlag. Desde luego no hizo suyo aquello de «never meet your heroes o nunca conozcas a tus ídolos». En su entrevista en El Hormiguero le preguntó Pablo nada más empezar si había andado por Madrid y dijo que poco y que cuando se camuflaba se ponía unas gafas. Casualidad mágica pues que me lo encontrara y sin gafas.

Pero vayamos al tajo… o no, como todo lo que tiene que ver con Murray, ¿Qué relación tiene el protagonista de El día de la marmota con Chinchón? Spoiler: W.A. Para saberlo tendréis que leer esta crónica completa tan anárquica como el propio Bill, aunque admito que sobre el escenario me sorprendió siendo asombrosamente disciplinado y ejemplar.

Se apagan las luces, no se escucha nada durante unos segundos y de repente se cuela el micro de Bill y empieza a echarse una buena risotada. Pero, ¿Qué diablos ha venido a hacer a Madrid este genio y figura? Como comenté en un post anterior: «New Worlds es una preciosa velada de música, literatura y poesía, que Bill Murray interpreta íntegramente en inglés, acompañado en el escenario por el citado Jon Vogler. También participan en el espectáculo la violinista Mira Wang y la pianista Vanessa Pérez». Hasta aquí lo meramente informativo.

El nominado al Oscar por Lost In Translation durante el espectáculo interpreta distintos textos, pero lo que más disfruta seguramente el público es cómo se toma el tema musical. Más aún cuando hace partícipe al público. En sus intentos de ‘chapurrear’ español confesó que la única que se sabía era ¿Qué será, qué será? que el público -ecléctico con parte de ellos que no sabían ni lo que venían a ver y celebrities como Dani Martín, Ara Malikian y María Hervás entre el respetable- coreó con ganas.

Entre los momentos estelares está sin duda cuando Mira Wang -con la que tiene una estupenda química, con algún que otro cuchicheo al oído y baile- junto a Vanessa Pérez y Jon Vogler se dejan llevar por la locura etílica para descubrir que el que estaba bebido era ¡el piano! Momento ideal para sacar la hilaridad de nuestro querido Bill.

Episodio aparte merece el apartado dedicado a West Side Story que comienza con un Somewhere que lleva más a la emoción que a lo meramente vocal. Con I feel pretty el público se encuentra con el Bill Murray que esperaba ver con su expresividad y comicidad en estado puro y ya con América se atreve incluso a hacer algún ingenioso y actual cambio en la letra que el público aplaude. Aún quedaba el momento en que Bill lanzó rosas al respetable cuando bajó del escenario, pero un momento ¿Y Chinchón?

«Hola mis amigos de Chinchón». Seguro que más de uno pensó que era una gracieta sin más como aquella en la que «le doy las gracias a la reina Isabel por pagar a Colón», pero no. Este saludo tenía mucho sentido. Su buen amigo Wes Anderson rodó Asteroid City allí. No lo busques, no está en el cast, pero le pareció una buena idea al bueno de Bill pasarse por allí a acompañar -como si no hubiese suficientes estrellas. Casualmente Sonia Gascón, una actriz española que hace nada se subía a ese mismo escenario con Gypsy, me comentaba que lo había conocido en ese rodaje. Este New Worlds ha sido el primer espectáculo tras acabar el musical de Banderas allí y antes de dar la bienvenido al espléndido Libre el musical de Nino Bravo, favorito a los PremiOFF con 7 nominaciones, que llegará el 9 de julio al mencionado Teatro Nuevo Apolo.

Y hasta aquí puedo leer. Una noche memorable con el genio y figura de Bill, que recomendaría a cualquier espectador de las futuras plazas de esta gira tan especial, ¿Quién sabe si no terminarán protagonizando en su ciudad una de esas míticas anécdotas que sobrevuelan la leyenda de este mito del cine?

El Soho de Banderas toca la canción de vuelta de Miquel Fernández

Fotos: Javier Salas (escena) y Álvaro Guerrero (foto de coloquio)

Muchos espectadores ajenos al género del teatro musical se sorprendieron ante la versatilidad musical de Miquel Fernández, muy centrado en el plano audiovisual en la última década, cuando arrasó en el programa Tu Cara Me Suena que ganó de forma clara. Los que vivimos la trayectoria en el género del artista lo sabíamos y queríamos que el momento de volver a verlo en un musical llegase pronto. El año pasado ya pudimos disfrutar de un regalito con el concierto de Sweeney Todd, que no nos perdimos en el Palau de la Música de Barcelona. Pues bien, Antonio Banderas ha conseguido que el intérprete vuelva al género por todo lo alto con Tocando nuestra canción, la pequeña joya que programa hasta el día 21 de julio el Teatro del Soho Caixabank que ha convertido a Málaga en un pequeño Broadway. Tanto es así que estos días comparte ciudad con el musical El tiempo entre costuras en el Teatro Cervantes.

«Se ha convertido ya en un clásico, pequeño si se quiere, tan pequeño como ese piano encogido por la lluvia con el que Sonia obsequia a Vernom en uno de los momentos más emotivos de la historia, pero tan clásico como los más queridos». José María Pou, que en su día estuvo implicado en una producción anterior del musical, expresa muy bien los motivos por los que este espectáculo es una pequeña gran joya del teatro musical. Quizás no sea el título más deslumbrante ni el que el gran público demanda a las multinacionales productoras de musicales de gran formato, pero tiene un innegable valor y es que es TEATRO, así con mayúsculas. Una historia ‘pequeñita’ o no tanto. Nos pone delante del espejo de nuestros miedos que representan las 3 dualidades de nuestros 2 protagonistas. Así, vemos a ego, pasión y escepticismo que interpretan 6 estupendos intérpretes: Javier Enguix, Diego Rodríguez, Bealia Guerra, Cristina Gallego, Rai Borrell y Georgia Stewart con Silvia Cordero, también dance captain, y Jaume Giró, director residente, como swings, figura demasiado invisible y que siempre es importante reivindicar. Estos alter ego dan un reflejo con sus contradicciones de nuestras emociones, como si se hubiesen adelantado en el tiempo a las exitosas películas Inside Out de Disney Pixar.

Y por fin Miquel Fernández tocó su canción. El que fuera protagonista de musicales como Hoy no me puedo levantar y Jesucristo Superstar ha vuelto a su casa, el teatro MUSICAL, así con mayúsculas. Tocando nuestra canción nos permite disfrutarlo en su máximo esplendor con un personaje tan complejo como Vernon. Un ser brillante componiendo pero incapaz de escribir las letras de su canción y de su propia vida. Hay algo que falla y esa pieza tiene nombre propio y es el amor. Lo que debería ser perfecto, una letrista que puede dar voz a sus canciones y a su propia vida, le llega a plantearse ¿Pueden amor y trabajo estar unidos y no salir escaldados de la experiencia?

María Adamuz repite con Antonio Banderas. La conexión creativa total con el máximo responsable del Soho llega a su súmmum con esta Sonia tan desastrosa como simplemente adorable. La dulzura, ingenuidad y locura de que dota a su personaje María Adamuz hacen un match directo al corazón con el público. La innegable química con Miquel Fernández nos regala algunos de los momentos más deliciosos del montaje. Esta alocada Sonia tiene que lidiar con la tóxica relación con su ex que no le permite unir lazos definitivos con nuestro protagonista. Si triunfa o no el amor, tendrán que descubrirlo en el teatro malagueño.

Tocando nuestra canción vuelve a demostrar que Antonio Banderas nos va a seguir haciendo muchos regalos a los amantes del teatro musical. Dentro de la elegante puesta en escena hay que destacar el impecable trabajo interpretativo, la iluminación, la escenografía que demuestra que no necesariamente más es mejor… No me olvido por supuesto de la música perfectamente interpretada por la Orquesta Larios Pop del Soho con Olga Domínguez como directora de orquesta que tuvo en su proceso previo en Madrid a Gonzalo Fernández como ayudante de dirección musical y maestro repetidor de ensayos. La director musical del Soho vuelve a recaer en Arturo Díez Boscovich. Tampoco quiero olvidarme de mentar que el equipo creativo de este musical tiene a tres leyendas del mundo del espectáculo. El libreto, con tintes biográficos sobre la historia entre Marvin Hamlisch y Carole Bayer Sager, es nada menos que de Neil Simon (La extraña pareja) con música del citado Marvin Hamslich (A chorus line) y letras de Carole Bayer que ha trabajado por ejemplo para Bette Midler o Barbra Streisand. Palabras mayores.

Tras salir del espectáculo, cargado con el estupendo programa de mano de lujo, uno no podrá dejar de tararear el tema principal, deseando que tarde o temprano tengamos la grabación en castellano, y salir con un mensaje vitalista de este musical que se convierte en una pequeña y admito que para mí hasta ahora desconocida joya del género de muchos quilates. Deseando que empiecen a sonar los acordes del Gypsy que a buen seguro me hará acercarme a Málaga de nuevo en unos meses.

El 14 de julio tendrá lugar un nuevo coloquio con el público

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Ramón Fontseré es en alma y presencia ‘El Rey Que Fue’ en un corrosivo montaje de Els Joglars

La veterana compañía catalana vuelve a brillar tras sus últimos montajes haciendo leña del árbol caído con gracia, chispa y consiguiendo que lo podría quedarse en un mero gag alargado se convierta en un solvente espectáculo teatral lleno de risas durante su poco menos de hora y media de duración.

Nuestro Rey Emérito está esperando en un barco. Esperando a…GODOT… Digo al Jeque. Durante su travesía su mayor preocupación es que se haga la paella dónde y cómo él diga. Tampoco se puede, o sí, zarpar sin que él de la orden. Entra en escena un Ramón Fontseré en el que reconocemos en presencia física -esa forma de andar tan atropelladamente lenta-, su tono de voz y hasta sin hacer mucho esfuerzo podemos olvidarnos del intérprete y ver a Juan Carlos. Sí, el actor por momentos se mimetiza de tal forma que el espectador llega a caer en el maravilloso juego del teatro y ve al ex monarca. El capitán de este barco teatral incluso por un momento se convierte en Franco con la misma presteza y se oyen en el patio de butacas más de un «lo hace igual». Especialmente formidable resulta la escena en que en mitad de la tormenta, se le aparecen los fantasmas del pasado a nuestro borbónico Fontseré.

Nuestro (d)emérito teatral se rodea de un séquito muy especial. Entre ellos está la escritora-amante de un libro sobre él sobre el que nadie le ha consultado y que no se ha leído siquiera, la doña Inés cocinera de Sanxenso, el capitán inglés o su querido Palomo. Entre el veterano y estupendo reparto se cuela el bufón de la corte. Una suerte de ‘cayetano’ que le canta las cuarenta con frases de Shakespeare a ratos y de los propios Boadella y Fontseré en otros. Se trata del joven actor Bruno López-Linares, que se convierte sin duda en la revelación de la función Fanta de Naranja en mano.

En definitiva, este El Rey Que Fue es la constatación de la vuelta de la chispa corrosiva de Els Joglars gracias a un personaje al que unos y otros, izquierdas y derechas, le perdieron la confianza desde aquel «lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir». Risas mediante canalizamos la figura de alguien que fue y que sin duda nunca volverá a ser el mismo en este montaje que permanece en el Teatro Infanta Isabel hasta el 31 de marzo.

LA CURVA DE LA FELICIDAD: Un fenómeno de la escena española que cumple 20 años

Era 2004 cuando una obra de teatro se estrenaba en el extinto Teatro Cine Capitol de Santander. Nadie sabía cómo sería la reacción a una función titulada La Curva de la Felicidad. El éxito instantáneo poniendo el cartel de NO HAY LOCALIDADES en cada función en la capital cántabra fue el inesperado preludio de una dilatada trayectoria sobre los escenarios de toda España. 20 años después, vuelve a Madrid, esta vez al Infanta Isabel, con una nueva cabeza de cartel: Gabino Diego. Le acompañarán en escena tres intérpretes que conocen muy bien la función: Antonio Vico, Josu Ormaextxe -también director de escena- y Jesús Cisneros- que afronta un intenso 2024 con su productora Descalzos Producciones, de cuya comunicación se encarga Carlos Rivera Comunicación.

Quino, un personaje al que han dado vida grandes de la escena. Gabino Diego se suma a una amplia lista de intérpretes que han dado vida al protagonista de La Curva de la Felicidad. El propio intérprete reconoce en las entrevistas que ya era un fan del trabajo de sus antecesores en el personaje como el añorado Pedro Reyes que incluso protagonizó la versión cinematográfica. También han estado al frente del reparto de esta comedia Pablo Carbonell, José Ángel Egido, Ricardo Castella y El Monagillo.

La función podrá verse en Madrid entre el 17 de enero y el 25 de febrero de 2024 en el Teatro Infanta Isabel. El elenco encabezado por Gabino Diego cuenta con los citados Jesús Cisneros, Josu Ormaetxe, que también dirige la función, y Antonio Vico. La Curva de la felicidad de Eduardo Galán y Pedro Gómez es uno de los mayores éxitos del teatro español en las últimas dos décadas. En 2024, esta comedia que ha realizado miles de funciones en las distintas producciones de Descalzos Producciones, cumplirá 20 años en los escenarios. Desde luego, todo un hito en la historia del teatro español de las últimas décadas. Las entradas ya están a la venta. 

SINOPSIS

¿Es cierto que los hombres sufren una crisis a los 50? Todos los que han atravesado la crisis de los 50 saben que el hombre es el sexo débil de la pareja: inseguro, indeciso y frágil. Aunque sueñen con irse de marcha, les asusta vivir solos y volver solos a casa después de unas noches locas que nunca son tan locas. En su delirio, llegan a imaginar que su madurez es poderoso imán que atrae a las mujeres de 30 e incluso más jóvenes. Quino, el protagonista, de 50 años, interpretado con humor y ternura por Gabino Diego, guionista de televisión, víctima del trabajo inestable y en plena crisis de los cincuenta, es abandonado por su mujer: “por gordo y por calvo”, asegura que le dijo su mujer al irse. Hasta la fecha ha vivido en un piso amplio del centro de la ciudad, pero su mujer ha abandonado la vivienda familiar y espera que Quino la venda para recibir la mitad de su precio.

La venta del piso le provoca una enorme angustia de carácter estresante porque, entre otras cosas, significa la pérdida definitiva de CARMEN… Y él querría volver con ella por inseguridad, costumbre y dependencia psíquica. Forzado y presionado por su mujer a vender el piso, intenta, en continua contradicción, por todos los medios que no se lo compren: lo desaconseja, asegura que las instalaciones eléctricas y las tuberías son viejas… pero su personalidad frágil, insegura, indecisa y sin voluntad le lleva a firmar documentos de compromiso de venta a cada uno de los tres personajes: Javier, Manuel y Fer , tipos muy distintos de hombres, que irán apareciendo en escena, con lo que se irán creando una serie de conflictos en cadena y vueltas de giro con final sorpresa que nos mostrarán ,en clave de comedia, una reflexión sobre cómo ven y cómo llevan las relaciones con las mujeres unos tipos que ya superan los 50…

La Compañía Nacional de Teatro Clásico apuesta por «Los Bufos Madrileños» para estas Navidades

Fotografías: Sergio Parra

La Sala Principal del Teatro de la Comedia acogerá, entre el 21 de diciembre y el 14 de enero, el estreno absoluto de Los Bufos Madrileños, espectáculo producido por la Compañía Nacional de Teatro Clásico que propondrá al público familiar a jugar, además de con un clásico, con la zarzuela y con la música. El montaje nos trasladará hasta el siglo XIX mediante un divertido viaje dramático-musical orquestado por Rafa Castejón a partir de la figura teatral histórica de Francisco Arderius.

Además de darnos a conocer la figura de este actor, cantante y empresario teatral, se representará una de sus obras más representativas, Los órganos de Móstoles, con música de José Rogel y libreto de Luis Mariano de Larra. Se trata de una zarzuela bufa, de carácter satírico, que entra de lleno dentro del género de la comedia amorosa de enredos. La pieza cuenta las peripecias de Don Abdón que pone un anuncio en el periódico para encontrar pretendientes para sus tres hijas iniciando el cortejo amoroso, lleno de humor y enredo, entre las pretendidas y los pretendientes. Los intérpretes son: Clara Altarriba, Chema del Barco, Rafa Castejón, Antonio Comas, Paco Déniz, Eva Diago, Natalia Hernández, Beatriz Miralles y David Soto Giganto. Mención especial tiene la presencia de un Don Juan, interpretado por Rafa Castejón, que no tiene ninguno de los atributos amorosos que hicieron célebre al mito cuya creación se atribuye a Tirso de Molina.

Los Bufos Madrileños está versionada y dirigida por Rafa Castejón que se ha aliado con Nuria Castejón como directora adjunta y coreógrafa, herederos de una reconocida familia de intérpretes entroncada con el teatro musical español cuyos orígenes se remontan al siglo XIX. Además les acompaña Antonio Comas (dirección musical), junto al resto del equipo artístico: Alessio Meloni (escenografía), Juan Gómez-Cornejo (iluminación), Gabriela Salaverri (vestuario) y Benigno Moreno (diseño de sonido).

Concha Velasco: Memoria emocional de un niño que quiso ser ARTISTA

En días como hoy, tan tristes, tengo sentimientos encontrados. Por un lado, tengo ante mi la pérdida de alguien que gracias al camino que elegido ha sido mucho más que una actriz a la que he visto un montón de veces sobre el escenario. Por otro, pudo decir con orgullo que tuve cierta cercanía con Concha y eso es un privilegio que me ha dado mi trabajo. Aquí no leerán, para eso están las secciones de cultura de los periódicos, un parafraseo de su carrera. Aquí haré un acercamiento a la persona a través de mis pequeñas vivencias con la eterna chica yeyé.

Comienzo haciendo una confesión que no por tópica deja de ser real. Yo sí le dije a mi madre aquello de MAMÁ, QUIERO SER ARTISTA. Desde muy niño canté y participé en concursos emulando a Nino Bravo. Por eso, para mí encontrarme de niño con Concha Velasco fue una auténtica revelación. Tuve la inmensa suerte de que después de quedarme con la boca abierta viéndola en primera fila en Hello, Dolly! -gracias Reyes Magos por las entradas- pude conocerla en su camerino. Era además en un escenario simbólico para mí, la Sala Argenta del Palacio de Festivales de Cantabria donde años después como estudiante de teatro pude hacer el musical Oliver! Recuerdo cada instante de esa postfunción, como Concha abría de par en par las puertas de su camerino para recibir el cariño del público con su inseparable Paco Marsó. Esa noche le confesé que haría mi primera reseña sobre teatro sobre su Hello Dolly! Me dijo que se la mandara por fax y oh, destino, perdí la tarjeta y disgusto al canto- muchos años después en un rodaje de Cine de Barrio le conté la historia a la propia Concha. De esa noche mágica guardo momentos imborrables como esos autógrafos de la propia Concha y de mis queridos Marta Malone, Roberto Saiz y Juan Carlos Martín, con los que muchos años después hice un reencuentro radiofónico.

En este camino del periodismo tuve la suerte de cruzarme años después unas cuantas veces con Concha y desde los dos lados. Como entrevistador en entrevistas tan emocionantes y bonitas como la que la hice en su camerino del Teatro Arriaga cuando estaba ya sufriendo la enfermedad haciendo Hécuba. La artista se preparó para posar para mi modesta cámara. Se puso más guapa aún, si eso era posible y al final de la entrevista me dijo que no olvidara «mandar el enlace para el clipping de prensa». Hasta en eso estaba nuestra querida Concha.

En mi otra faceta profesional, la de agente de prensa, también de alguna forma fue una especie de ‘madrina’. Concha cumplía 75 años y cuando yo andaba dando mis primeros pasos en este camino se me ocurrió proponer que un grupo fuera a Cine de Barrio a cantarla el Cumpleaños Feliz. Bingo, mi primera tele como agente de prensa fue junto a Concha. Un programa inolvidable en el que viví de primera mano la profesionalidad de la artista que esperaba en plató los cambios entre actuación y actuación repasando guion y sembrando buen rollo con sus cariñosas palabras. Volvería un tiempo después al programa, esta vez de promo con mis queridos amigos de Teatro Tribueñe. Como siempre, fue Concha en estado puro. La vida profesional casi nos cruzó en una ocasión, pero no pudo ser finalmente y admito que es una espinita clavada, ese proyecto que iba a comunicar y que al final no pudo ser. Al menos pude coincidir muchas veces con Concha en noches tan bonitas como en la que recibió uno de los Premios del Teatro Musical en el Teatro Sanpol. De nuevo la vida poniéndola en un lugar y en unos premios que tendrían su lugar destacado en mi vida futura.

Hace un par de años quise despedirme de ella en el mejor sitio posible, el Teatro Arriaga. Aunque anunciaría su retirada unos días después tenía la sensación de que sería mi última vez para disfrutarla. Allí que me fui con mi amigo Adrián-«tienes que verla al menos una vez en la vida», para disfrutarla por última vez. No importaba que ya las fuerzas no fueran las de la actriz inmensa que en ese escenario me asombró con La vida por delante o aún a golpe de piernas de escándalo repasando su vida con Mamá, yo lo que quiero es bailar. Simplemente verla y sobre todo escucharla en esa representación de La habitación de María de su hijo Manuel -al que mando un abrazo inmenso en estos momentos- mereció la pena con ese discurso final que difundí en mis redes sociales. Era nuestra despedida querida Concha y ahora que te has ido solo puedo darte las GRACIAS por amar y dar dignidad a este sector que tanto he amado y de lo que tú tienes tanta culpa. Aquella noche a la salida, con mucha gente esperando a pesar del COVID que nos tenía sumidos en la tristeza entonces, quisiste sonreírle a tu público y me acordé de mi querido Juanjo Seoane que siempre me decía «hay pocas actrices que después de una doble función se tiren dos horas atendiendo al público a la salida y una de ellas es Concha Velasco». Dignidad hasta el último momento. Serás eterna en el recuerdo de tu público querida Concha.

Roberto Álvarez: «Como productor soy un conseguidor que quiere arreglar las cosas que van mal»

Como toda buena historia la de DESDE MI BUTACA echa el telón o al menos se pone en modo stand by tras nada menos que casi 18 años en la red para dar voz a los proyectos que comunicamos en Carlos Rivera Comunicación. Para este entreacto o despedida -nunca se sabe- queríamos contar con alguien muy especial. Se trata del actor y productor Roberto Álvarez, que encara las últimas semanas de Equus en el Teatro Infanta Isabel. Con él repasamos una carrera atípica que le ha llevado a experimentar la fama con cierta edad y a lanzarse al vacío como productor o más bien conseguidor que siempre ha luchado por causas como el Teatro Albéniz o por dar el lugar que se merecía al Teatro de la Danza. Desde Okapi sigue apostando por aquello en lo cree con producciones que hemos disfrutado y mucho DESDE MI BUTACA en los últimos años.

Carlos Rivera: Parece mentira, pero una obra que se estrenó en España en los 70 sigue removiendo al público por algo como un desnudo masculino…

Roberto Álvarez: Así es sí. No es solo el desnudo, es la propia obra. Mira que a mí no me parece dura, es una obra muy bella, llena de virtudes con un mensaje final de que la vida es dura pero te puedes ganar la plenitud día a día. Estamos teniendo sorpresas con programadores que le ha parecida dura para su público. No tanto el desnudo como la obra que se mete con muchas sensibilidades de alguna forma. En el Real se desnudan sin ningún sentido y no pasa nada. Aquí en cambio esta obra que habla sobre una persona cuya sexualidad está marcada por la sociedad y la religión ha tocado especialmente a ciertos sectores.

C.R: Afortunadamente, la reacción del público es de lo más catártica…

R.A: Hay una palabra que se repite: «Brutal», nos lo dicen los amigos y espectadores anónimos. Es un thriller que acaba teniendo un disparo final de reflexión para el espectador. Les cuesta aplaudir, se sienten conmocionados por el final. No deja de contar la historia de una frustración sexual de un niño con una terapia que le lleva a catarsis y luego a la regresión final. Todo ello hace que salga muy emocionado. Es una de las obras que más estoy disfrutando como actor la verdad.

C.R: Compartes escenas con un actor muy joven y talentoso como Álex Villazán, ¿Qué has encontrado de especial en su mirada como intérprete?

R.A: Para mí supone la perplejidad de ver que una persona tan joven es absolutamente tan brillante en su trabajo. A veces crees que el oficio es lo que te llevas a metas más altas. Por naturaleza, está hecho para esto. Bebo mucho de él como actor y personaje. Me recuerda a Ángela Molina. Parece que ha nacido para que le pongan la cámara delante y hacer vibrar al espectador. Es un prodigio de la naturaleza. Salta en el escenario, se contorsiona, disfruta, vibra por naturaleza…

C.R: No tenías vocación de actor, pero sin embargo los noes que tuviste en la infancia se quedaron marcados en tus recuerdos…

R.A: Nunca pensé que iba a ser actor. Iba para Ingeniero de Telecomunicaciones. Inconscientemente debió ser que lo tenía ahí guardado entre mis recuerdos. Tengo una memoria muy retentiva y a corto plazo, pero mis grilletes de recuerdos son cosas que han quedado selladas en mi cabeza. Miles de recuerdos ya no están, mi ser no lo has necesitado guardar. Si es curioso que los recuerdos artísticos negativos en la primera comunión, con el hermano Esteban y con la tuna se han quedado ahí. Esas tres vivencias las tengo grabadas y otras muchas no. Por tanto, algún significado inconsciente debe tener guardar esos recuerdos.

C.R: Háblanos un poco de tu faceta como productor o más bien de «conseguidor» como tú dices…

R.A: El primer gran éxito en ese sentido fue el Teatro de la Danza que tuvo un éxito económico para subsistir con una cierta calidad de vida. Venía de que había talento, pero no había reconocimiento económico. Busqué subvenciones, distribución… Mis principales logros no están en lo económico. Más bien están en conseguir cosas como ser la primera compañía residente en España, eso fue un mérito. Lo calqué de otro país. Una de las compañías más subvencionadas llegamos a ser. Hicimos la primera residencia en Valdemoro, teníamos un lugar donde ensayar y allí hacíamos una primera representación gratuita. Recuerdo la reunión con Carme Chacón y el director del Inaem actual, les propuse que los directores artísticos fueran elegidos por concurso público y no a dedo. También estuve en la lucha por el Albéniz y el Matadero, detrás de eso hay una persona que quiere arreglar las cosas que van mal, que quiere optimizar. Con esta experiencia cuando José Velasco se planteó hacer teatro le eché una mano junto a Natalio Grueso y aquí estamos con este Equus y otras producciones como Ser o no ser con Juan Echanove al frente de Okapi Producciones.

C.R: Te he oído recalcar la importancia de un plan de vida antes de enfrentarse a un oficio tan duro como el del actor…

R.A: Fue una cosa que escuché en una entrevista y es que hay dos opciones cuando te plantean que por ejemplo tu hijo quiere ser escritor. Puedes decirle que se va a morir de hambre o empujarlo hacia adelante. Esas dos opciones no funcionan, tiene que plantearse ¿Qué vas a hacer tú ahí? ¿Cuál es tu plan para vivir? Esa ansiedad juvenil de que no te llaman para trabajar en un hecho. Yo veía el Fotogramas con esa sección de El futuro del cine español. Son la leche esas actrices que salían ahí, pero al año siguiente eran otras, ¿Qué fue de las primeras? No las he vuelto a ver, algunas despuntan y otras no, esta profesión es así de terrible. Al final, quedan cuatro de esa foto que también es extensible a los hombres claro. No vale solo el talento, es mucho las oportunidades y hasta el físico. Fíjate yo soy calvo y todo lo que he trabajado. Muchas de esas chicas que eran monísimas y estupendas actrices seguramente ya no están en activo. Yo siempre pienso en un video de Robert De Niro que va a la Academia de Artes Escénicas de Estados Unidos a la entrega de diplomas y les increpa: ¿Cómo se os ha ocurrido meteros en esto? Si hubierais elegido ser médicos estaríais con trabajo… Luego le da una vuelta cuando dice que si tuviese un hijo actor pues bueno, le dejaría serlo.

C.R: Te llegó la popularidad con cierta edad, ¿Cómo crees que lo hubieses digerido si te hubiese pasado muy joven como les pasa a muchos actores?

R.A: Yo siempre he sido un bendito de Dios. Yo creo que lo hubiese digerido bien. Además, cuando yo era joven era muy distinto al no existir toda esta interacción con los seguidores a través de las redes sociales. Era la época de Almodóvar o Trueba, hubiese entrado en un grupo bueno de actores a los que se pagaba mucho a esa gente que se creía que durarían mucho en esta industria. Por mi caracter no creo que me hubiese vuelto muy loco con la fama de joven.

C.R: Como eres una persona muy activa en Instagram, te voy a pedir que cerremos con esa frase con la que ‘venderías’ Equus en tu cuenta…

R.A: Lo que dice todo el mundo al salir: ¡Brutal!

Juan Echanove: «De esta profesión no te retiras, te retiran»

Tras 17 años de entrevistas DESDE MI BUTACA siento que saldo una deuda. Por primera vez, nos ponemos delante de alguien que con su trabajo y pasión por las tablas nos lleva haciendo disfrutar desde hace décadas. Con el recuerdo lejano, pero presente al maestro Antonio Mercero se cuelan en la conversación Robert Mitchum, Juan Luis Galiardo o Gerardo Vera. Este intérprete admite que en su profesión «no te retiras, te retiran», pero se siente un privilegiado comparado con otras oficios como el de los bailarines «que tienen una pronta fecha de caducidad». La suya sin duda es un trayectoria impecable y variada, pero ahora se vuelve a sentir un ‘debutante’. Por primera vez, se enfrenta a la Zarzuela y a tenor por su entusiasmo con el género estamos seguros de que no será la última. Pan y toros se puede ver hasta el domingo 23 de octubre en el Teatro de la Zarzuela y solo podemos desear que este sea el primero de muchos encuentros con nuestro teatro musical y por extensión como entrevistado DESDE MI BUTACA. Siéntense y disfruten de sus palabras, ¡Arriba el telón!

“Tengo la sensación de que todo lo que he aprendido de mi oficio lo he podido volcar en Pan y toros. Juan Echanove se muestra feliz con su primera experiencia como director de una zarzuela. Ha tenido que ir amoldándose a un género que es diferente a dirigir montajes de texto como la reciente Ser o no ser. En esta producción del Teatro de la Zarzuela ha aprendido de los cantantes que “trabajan desde la verdad y desde luego no puedes pretender que asuman laberintos a los que no enfrentarías a un actor”. En ese doble reparto “que ya lo quisieran todos los que dirigen lírica” hay nombres como el de Alberto Frías, cuyas palabras se cuelan al comienzo de nuestra plácida entrevista. Para Echanove “es un cantante que se convierte en actor o un actor que se convierte en cantante con un nivel en ambas áreas verdaderamente importante”. Al final, la pregunta de Frías sobre si volvería a trabajar con cantantes concluye con el director de Pan y Toros lanzándole el órdago a Frías: “¿Estarías dispuesto a volver a trabajar conmigo cuando dirija otra zarzuela? Yo te querría en mi equipo”.

Juan Echanove dirigiendo a Alberto Frías

El gran consejo de Lluis Pascual. Acostumbrado al trabajo de dirección de escena de texto en el que siempre su trabajo acaba el último, se ha dejado llevar por lo que le dijo Lluis Pascual a este ‘novato’ en las lindes de la Zarzuela: “Cuando empiecen los conjuntos aprende a desaparecer”. Así se lanzó a “disfrutar con lo que está ocurriendo en el proceso y tomar muchas notas”. En definitiva, ha tenido que acostumbrarse a que “el director de escena se vaya diluyendo y el ensayo se seguirá haciendo con o sin él”. Estos consejos le han aportado “tranquilidad” en un proceso que admite con una sonrisa que “echaré de menos”. Uno de esos momentos ‘disfrutones’ ha sido cuando por primera vez entró la orquesta en acción: “Me ha elevado a momentos de sensibilidad que nunca había experimentado dirigiendo e interpretando”. Todo ello además con su equipo habitual al que se ha sumado el del Teatro de la Zarzuela.

Una de las escenas de Pan y toros

“En todos los duelos, los españoles acabamos riéndonos en un bar de lo estrambótica que es la vida”. Cuando uno ve una función como Ser o no ser en estos tiempos es inevitable preguntarse ¿Cómo hacer reír cuando ves que el mundo se desmorona a tu alrededor? Echanove necesitaba sumergirse en la comedia en estos tiempos. De hecho, pudo haber estado en Kingdom de Bieito, pero le dijo a Pou que prefería apostar por Ser o no ser. Entonces no sabía que al poco de empezar a ensayar esta obra la realidad terminaría superando a la ficción.

Juan Echanove estaba en una entrevista en La Sexta. De pronto conectaron con la actriz Anabell Sotelo que estaba refugiada en un teatro en Varsovia. Nunca la ficción y la realidad habían estado tan unidas. Cuando pudo venir a ver la función, Sotelo confesó a Echanove que en la escena de la guerra “casi le faltaba la respiración”. En este contexto difícil, el protagonista de Madregilda confiesa que si se puede hacer comedia ahora es por ese espíritu tan genuinamente español de optar por la risa como bálsamo en los momentos más difíciles. Todo ello en su caso como creador teniendo en cuenta que “si haces comedia debe haber momentos que conmuevan”. Sin duda, con Ser o no ser lo han conseguido gracias en parte a haber conseguido consolidar una compañía más o menos estable con nombres como los de Lucía Quintana con la que ha establecido una relación tan buena que “incluso le pedí ser el padrino de su hijo”.

Lucía Quintana y Juan Echanove, pura complicidad en escena en Ser o no ser

“Remember, you aren’t the best, you are only the winner”. Echanove se siente un afortunado por haber recibido muchos premios a lo largo de su carrera. Poco se podía imaginar que uno de los más especiales estuviera marcado por Robert Mitchum. Cuando estaba a punto de recibir la Concha de Plata de San Sebastián, observó que en el lateral del escenario un hombre de riguroso negro con un vaso lleno de vodka lo observaba. Justo antes de subir al escenario, la estrella de Hollywood le espetó una frase que Echanove recibió atónito y que de alguna forma le sirvió para a partir de entonces aprender a relativizar el éxito en este duro oficio.

María Galiana, su ‘otra madre’. Más allá de los rodajes de la longeva Cuéntame cómo pasó, la relación de Echanove con la eterna Herminia televisiva se fraguó aún más en la larga gira de Conversaciones con mamá, cuya parada en el Arriaga aprovechamos para charlar con Galiana. El actor nos admite que “no era el tipo de obra que quería hacer, pero compartir con ella esa gira era mi motor para aceptar el proyecto”. Tras la experiencia, el director de Pan y toros solo pudo sentirse agradecido por cómo se portó con él “cuando en plena gira perdí a mi hermano”. El vínculo es tal que Galiana siente a Echanove como uno más de sus hijos con los que “mantengo un trato excelente”. Además, la actriz de Solas cumple años el mismo día que la madre de Echanove.

“Pasó de ser el niño del balón a uno de mis mejores amigos”. Los rodajes de Cuéntame cómo pasó suponían un auténtico esfuerzo para Echanove que siempre los combinó con funciones teatrales como El verdugo. Tal era el agotamiento que comía muy rápidamente para poder echarse un rato a descansar a la hora de la comida. Un día oyó mucho jaleo y es que los niños actores con Ricardo Gómez a la cabeza estaban jugando al balón y le estaban sacando de sus casillas. Abrió la puerta del camerino y justo pasó el balón que aplastó con furia. En ese momento en que les habían advertido que tratasen bien a los pequeños artistas, Echanove espetó -se recrea en ello-: “¡Vosotros no sois niños, sois actores, así que si queréis jugar al fútbol a la puta calle!”. A pesar del susto, desde ese día Ricardo Gómez y Juan Echanove se hicieron amigos. Para el intérprete la clave del éxito de esa relación es que “nunca he tenido un trato paternofilial con Ricardo por cuyo trabajo siento una gran admiración por su sólida formación escénica y por la impresionante carrera audiovisual que está desarrollando”.

Mercero, la humanidad detrás de un excelente retratista de seres humanos. Cuando Echanove recuerda a su padre televisivo, Antonio Mercero, lo primero que nos dice es que “era muy simpático, un tipo muy cachondo”. Para ilustrarlo nos cuenta lo que ocurrió en el rodaje de Turno de oficio. Grababan una partida de cartas en un bar y sonaba cada dos por tres en las tragaperras el Baile de los pajaritos y se colaba en las tomas. Cualquier director se hubiese cabreado, pero Mercero “paraba la toma y se ponía a bailar”. Esa anécdota le sirve para calibrar que “su humanidad estaba en momentos así”. Más allá de “tener un conocimiento técnico brutal por el cual con una o dos cámaras de 16 milímetros era capaz de hacer magia”, Mercero destilaba esa cercanía que conectó con los espectadores durante décadas. Lamentablemente los caminos de Echanove y Mercero no se volvieron a encontrar y cuando supo por Juan Luis Galiardo del Alzheimer que sufría le dijo: “No vayas a verlo, ya no nos reconoce ni a ti ni a mí”.

“De esta profesión no te retiras, te retiran”. Para Echanove hay dos formas de dejar este oficio al que se sigue dedicando en cuerpo y alma. Una es “cuando el público te baja para siempre del escenario”, cuando no llega ya el calor del respetable tras una vida subido a las tablas. La otra es la enfermedad, muy especialmente cuando la memoria y las fuerzas empiezan a fallar, como le ha pasado al excelente actor Santiago Ramos que vio que tenía que ponerse a un lado, en su caso por el Párkinson.

Aún así, Echanove se siente “un privilegiado comparado con los bailarines que tienen una fecha de caducidad muy temprana”.

Los directores de escena, sus grandes maestros. Echando la vista atrás, Juan Echanove se siente un afortunado por haber aprendido de los mejores directores de escena desde sus comienzos de la mano de José María Morera. Admite que “solo actuando en los ensayos me llego a aburrir, lo que me interesa es absorber conocimientos sobre dirección de escena”. Tal es así que recuerda cómo Gerardo Vera le comentaba las claves por teléfono de la obra Rojo que finalmente no pudo dirigir. Recogió tanto de lo que le contaba en las insomnes conversaciones telefónicas que pudo sustituir al desaparecido director de escena en este montaje que compartiría con su amigo Ricardo Gómez.

Junto a todo un referente como Gerardo Vera

Volviendo a Pan y Toros para acabar vuelve a mostrar entusiasmo cuando afirma que “estoy viviendo un sueño y no busco el camino de baldosas amarillas, pero tengo la sensación de que a través de este montaje he podido volcar todo lo que sé”. Así lo sentirá seguro el público del Teatro de la Zarzuela, donde se podrá disfrutar de este montaje hasta el domingo 23 de octubre.