Javier Cifrián: "Cuando pisé el teatro por primera vez…Cupido me lanzó una flecha"

 “Me preguntaron que si eras famoso y yo les dije que no veía la tele”. A la orilla del mar, en una terracita costera de Santander, el camarero desconoce la identidad de nuestro entrevistado cuando unas jóvenes y su madre se acercan a Cifrián para pedirle una foto. Y eso que se ha convertido en una cara conocida no solo de la televisión, sino también del cine. En la pequeña pantalla nos ha hecho reír con Agitación + IVA y nos ha hecho sacar el Sherlock Holmes que llevamos dentro con Hermanos y Detectives. Esta historia de una pasión comenzó la tarde en que este cántabro descubrió El tartufo de Moliére y entonces el veneno del teatro se le quedó clavado en lo más hondo. Televisión, pero también cine. El próximo Oriente le abrió las puertas del Séptimo Arte de la mano de nada menos que Fernando Colomo. Aunque admite que hace menos teatro de lo que le gustaría por compromisos familiares, evocó recientemente sus tiempos de estudiante con la obra Roma en la Sala Azarte de Madrid. Ahora, le veremos por partida doble. En Vive cantando desde el próximo martes en Antena 3 será un futbolista retirado por una lesión. Una serie que ha conseguido emocionar al protagonista del cortometraje Oxitocina. Y solo un mes después vivirá una gran aventura evocando los tebeos de Zipi y Zape. 

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¿Cómo ha sido trabajar a las órdenes de Óskar Santos en Zipi y Zapi y el club de la canica?

Ha sido una experiencia fantástica. Aquí los protagonistas son los niños y Javier Gutiérrez. Mi personaje es de apoyo, pero a los actores nos gusta decir que no hay personaje pequeño. Trabajar con él ha sido una gran experiencia, tenía muy clara la película. Enriqueció muchísimo su dirección la idea que tenía yo sobre el personaje y la puesta en escena de cada secuencia de la película. 

Haces de un profesor de gimnasia tartamudo, ¿Ha sido difícil huir de los clichés?

Hemos huido de buscar la comicidad a través de su tartamudez. No queríamos que se convirtiese en un motivo de chufla. Tiene ese defecto debido a una timidez casi enfermiza, tiene sus motivos. Me preparé con un logopeda y con la ayuda de algunos amigos intenté encontrar la verdad del personaje. Falconetti impone un régimen carcelario en el colegio y mi personaje apuesta por un modelo de educación muy diferente. Él quiere que los niños crezcan en un entorno sano, lleno de valores. Como es muy diferente su punto de vista al de las altas instancias de la institución, de alguna forma chocará con ese sistema y, por ello, será relegado a un segundo plano.

Me comentaba Javier Gutiérrez que más que una adaptación fiel al espíritu de los tebeos era una traslación de ese universo al género de aventuras y misterio de películas familiares como El club de los cinco o Los Goonies...

Totalmente. Es importante señalar que no es una adaptación de ninguno de los tebeos, es una historia totalmente nueva. Una historia familiar llena de misterio y muchas aventuras.

Vive cantando es más que una comedia… una tragicomedia como la vida misma en donde has tenido la oportunidad de interpretar un personaje, Mariano, con el que por fin vas a explotar tu vena más dramática…

Es una comedia dramática. Pretende reflejar un estrato de la vida social de nuestro país. Vemos cómo afrontan los problemas en un barrio bajo el prisma de un director que imprime su alma en cada proyecto, Miguel Albadalejo. Mariano es un hombre noble venido a menos. Es un ex jugador del Rayo Vallecano que tuvo que dejarlo todo por una lesión. Entonces, cambiará su vida completamente cuando monte el “Bar El Caño”. Empieza a ver la vida de otra manera. El triunfo nubla a la gente, pero él se ha dado cuenta de que la vida real es muy difícil de llevar. Tengo que dar las gracias por esta ‘golosina’ de personaje. Es una suerte tener un personaje dramático… sin abandonar la comedia eso sí. Esta serie me gusta por reflejar que no todo en la vida es drama ni todo es comedia. Y la guinda a esos guiones lo pone que nos hacen cantar… 

Precisamente, ¿Es el karaoke se convierte en el punto de encuentro de los personajes verdad?

Sí, desde luego, aunque en mi caso yo tengo mi propia localización que es el bar. El karaoke, el bar y las casas de los vecinos del barrio van a ser las principales localizaciones.

Hablaba hace unos días con toda una veterana de las tablas como Aurora Sánchez que decía que era difícil a veces que la vieran en otro tipo de papeles, ¿Has tenido miedo al encasillamiento?

Para nada, ¿Alguna vez le dijeron a Humphrey Bogart que estaba encasillado? Lo dudo. Por esa regla de tres, un fontanero también lo está. Yo creo que lo importante son los guiones. Si estás especializado en comedia, bienvenido sea. A mi de todas formas, me gusta más la comedia. Me lo paso muy bien la verdad. Y si haces drama al final sufres. De todas formas pienso que los actores que somos capaces de hacer reír podemos hacer llorar más fácilmente. Estoy seguro que va a sorprender al público mucho si logro conmoverlos con mi personaje en la serie, aunque es un placer que me reconozcan por ser un actor que les hace pasar buenos momentos. 

Volviendo a Vive cantando en el reparto se encuentran veteranos como Manuel Galiana que se mezclan con una debutante como Roko, ¿Va a ser una mezcla explosiva de intérpretes?

Desde luego y Roko va a ser la revelación de la serie. Tiene cierta formación como intérprete y eso se nota en cada una de las canciones que interpreta. Lo ha trasladado a la interpretación y hace un trabajo realmente bueno en la serie. 

Y si te ocurriese como a Mariano y tuvieses que dejar tu profesión, ¿Podrías entender tu vida sin este oficio y ‘conformarte’ con otra cosa?

Está claro que algo muy trágico le tiene que pasar a un actor para que deje su oficio. La verdad es que nunca me lo he planteado y espero no tener que hacerlo nunca. Sería algo realmente duro para mi. 

"Vive cantando", una de las grandes apuestas de Antena 3 para esta temporada.
«Vive cantando», una de las grandes apuestas de Antena 3 para esta temporada.

Previamente tuviste dos experiencias reseñables en la pequeña pantalla, Hermanos y detectives y Agitación + IVA, ¿Cómo recuerdas esos dos trabajos televisivos?

Agitación + IVA ha sido mi niño pequeño, mi primera experiencia en el primetime. Tengo un recuerdo maravilloso de esa época llena de grandes compañeros y amigos. Es un producto que habla por si solo. Nos divertíamos mucho grabándola. Me levantaba todos los días con una sonrisa por ir a pasármelo bien con mi trabajo. La verdad es que soy un afortunado. Nunca he tenido la sensación de ir a trabajar. Intento que cada experiencia sea un juego. En el programa la clave del éxito estaba en que nuestros sketches llegaban a todo tipo de públicos. Una persona se podía ver identificado con uno y otras con otro. Me siento muy orgulloso de que la gente la siga recordando con cariño gracias a las reposiciones de La 7. Con Hermanos y Detectives tuve mi primer gran trabajo en televisión, tengo un gran cariño a esa serie y a mis compañeros. 

Saltamos al cine donde debutaste con El próximo Oriente, ¿Cómo fue trabajar a las órdenes de uno de los grandes de nuestro cine, Fernando Colomo?

Trabajar con él ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Como es arquitecto, tiene la película pensada a la perfección. Como vivíamos muy cerca, nos íbamos juntos al rodaje. Todos los días le preguntaba si le había jodido la película y él me contestaba que estaba muy bien. Lo que pasa es que yo tenía muy poca confianza. Mi experiencia había sido televisiva y el cine es un medio mucho más lento, pero me gusta mucho poder preparar el personaje con detenimiento. En televisión solo se repite por motivos de fuerza mayor, pero el cine es mucho más detallista. 

Y del cine al cortometraje donde has participado en trabajos como Oxitocina de José Luis Santos, ¿Crees que el cortometraje es el mejor campo de pruebas de los jóvenes talentos?

Desde luego, no hay un director de cine que no haya hecho cortometrajes. Es fundamental que reciban apoyos. Deberían saber algunos de los que mandan que apoyar la cultura es sinónimo de buena imagen de un país fuera de nuestras fronteras. El mundo del cortometraje es muy diferente al del cine solo a nivel de medios. Yo venía de rodar Zipi y Zape, una superproducción, y, de repente, pasar a un corto con 600 euros de presupuesto es algo mágico. Entonces salir a pagar la OLA del coche se convierte en la principal preocupación. Es un contraste maravilloso. Estoy abierto a cualquier tipo de proyectos, son los guiones lo que me atrapa. Eso me pasó con José Luis. Me llegó el guión por alguien al que tengo muchísimo cariño como es mi amigo Paco España de Sotocine y al leerlo no pude decir que no.

Y del corto al teatro, medio en el que has participado recientemente en la obra Roma, donde una sala como Azarte os llevaría a un contacto directo con el público, ¿Cómo fue respirar con el público?

Me llevó a otro tiempo. Recordé la época en que hice teatro bar durante la carrera de Arte Dramático. Es casi otro género. Estar en una sala alternativo es algo que no tiene comparación. Oyes la respiración y, si tienes los sentidos bien agudizados, puedes escuchar los latidos de su corazón. Tiene una magia muy especial. 

Me imagino que tus comienzos estarían ligados precisamente al teatro aquí en Cantabria, ¿No?

Te sorprenderá, pero nunca me he subido a un escenario en Santander. Un amigo me invitó al teatro y a los cinco minutos ya sabía qué hacer con mi vida. Quería ser actor. El veneno del teatro se quedó muy dentro de mi. Con El Tartufo de Moliere, Cúpido me lanzó una flecha y aún hoy la tengo clavada en el corazón. Cuando llevo tiempo sin trabajar, me doy cuenta de que lo necesito, es algo totalmente vocacional. Después de esa función, me apunté a la escuela del Palacio de Festivales y comencé con el curso ya empezado. Al acabar el año académico, me apunté a la escuela de Arte Dramático de Canarias, ideal para trabajar con profesores de toda Europa. 

Y si miramos hacia el futuro, ¿Con qué sueña Javier Cifrián?

Mi sueño más inmediato es que el público disfrute como yo lo hago con Vive cantando. Es la primera vez en mi vida que me emociono leyendo un guión. Se me caían las lágrimas cuando me llegaron los dos primeros capítulos a casa. Y por supuesto espero que funcione Zipi y Zape, ya que tiene una factura que parece una película de Hollywood. Estoy superorgulloso de haber participado en esa película. 

Mi sexta "Gran Noche"

Una familia al completo a mi lado observa el concierto. La hija adolescente parece que es contagiada por el entusiasmo de la madre desde los primeros acordes de Mi gran noche que llegaría tan solo cinco minutos después de comenzar el concierto. En un segundo plano, permanece el pequeño de la familia, de unos 10 años, que mira discreto y apoyado en los hombros de su padre a Raphael.

Y se presenta ante su público «Feliz de cantar hasta que ustedes quieran». Y gracias a ese excelso repertorio, la noche del pasado domingo en Torrelavega fue, una vez más y en mi caso ya van seis, una GRAN NOCHE… Unas 10.000 personas abarrotaron el Boulevard Demetrio Herrera de la ciudad cántabra para disfrutar de, ojo al dato, 160 minutos de espectáculo, pocos lo hacen en un tiempo en que los 90 minutos e incluso menos se han convertido en el estándar de los conciertos. «Vaya repertorio que tengo, ¿Cómo he podido aprendérmelo?» lo dice el de Linares en uno de los conciertos de la gira Mi Gran Noche, que le llevará a su espacio talismán, el Teatro de la Zarzuela, del 10 al 15 de septiembre. Y comienza un espectáculo que es pura «provocación» y es que «sigue siendo aquel» que un 11 de noviembre de 1999 me convirtió al raphaelismo… por así decirlo.

Entrada de aquel 11 de noviembre de 1999.
Entrada de aquel 11 de noviembre de 1999.

14 años después sigue conservando una fuerza que es un verdadero «escándalo». Ahora que el tiempo ha pasado él no ha dejado de lado la competición. Sigue siendo el más competitivo o, mejor dicho, sigue siendo el ARTISTA por antonomasia en nuestro país. Y un tema como La canción del trabajo se convierte en uno de los más coreados de la noche, ¿Alguna vez había sido más pertinente cantar esta canción que en esta apestosa crisis? Trabajaremos con fe y esperanza por conseguir un mundo mejor, muy utópico desde luego, pero con la música de Raphael al menos conseguiremos un momento de solaz esparcimiento. Un artista que, cual ave fénix, se ha reinventado una y otra vez… sin dejar de ser él mismo. Se adapta a un mundo muy distinto al que conoció en sus comienzos, ahí le tienen presente en redes sociales como Facebook o Twitter (@RAPHAELartista) con una interacción directa con sus fans.

Raphael mostró a sus seguidores en Twitter su "imoprovisado" camerino en Torrelavega.
Raphael mostró a sus seguidores en Twitter su «improvisado» camerino en Torrelavega.

Al igual que yo me «enganché» a la fuerza de Raphael aquella noche de hace 14 años, el domingo pasado también se ganó unos cuantos adeptos. Entre ellos, el niño que miraba el recital entre los hombros de su padre. Su hermana le pregunta si le está gustando y el chavalín solo puede responder con un entusiasta movimiento de cabeza. Esperamos tener pronto una entrevista DESDE MI BUTACA con este titán de la música al que, aún lo recuerdo con cariño, conocí una tarde en un teatro madrileño.

*Extra, por primera vez uno de los artículos DESDE MI BUTACA traducido al ruso:http://raphaelspaceclub.com/rafael-novosti/moya-shestaya-velikaya-noch.html. Gracias a Raphael Space Club por la difusión.

Notas desde la Menéndez Pelayo: "Treinta años y un día"

Quererte, sí, y creerte. ¿Tú me esperas?
¿Me quieres Tú? ¿De veras que yo existo?
¿Tú me crees, Señor? Yo creo y quiero
creer en Ti, quererte a Ti y contigo.

Gerardo Diego

Hace treinta años José María Pou pisaba el ‘improvisado’ escenario de los Jardines de la Biblioteca Menéndez Pelayo de Santander. Lo hacía para homenajear al ilustre poeta Gerardo Diego. Y de nuevo volvieron a salir de la voz imponente del catalán treinta años y un día después esos versos llenos de alma. Lo hizo como ‘propina’ a una noche en la que deleitó al público con el estreno en castellano de El Gallitigre de Javier Tomeo tras descubrir la efeméride en un libro que le habían regalado a su paso por la capital cántabra. Una noche ‘mágica’ en la que la rotundidad del protagonista de A cielo abierto hizo que no se oyese ni un solo sonido en esta representación al aire libre. Ni siquiera los ladridos del perro de un vecino cercano que, a menudo, suelen hacer acto de presencia durante las representaciones del ciclo Noches de la Biblioteca de la UIMP, decidieron molestar al maestro de las tablas. No hubo tiempo tampoco para los dichosos silbidos del Guasap ni mucho menos para sonoras sintonías a ritmo de canción montañesa. Metido en la piel de un payaso, con nariz roza incluida que confesó haber comprado por solo unos céntimos en Santander, presentó este monólogo como homenaje al autor de Amado Monstruo. Pou habla a su público y le cuenta un cuento que sin el bagaje de contador de historias que lleva el actor a sus espaldas no no creeríamos. Pero él saca sus armas de gran intérprete y nos sumerge en ese mundo circense en el que comprendemos que el gallitigre difícilmente superará las barreras de un mundo incapaz de comprender al diferente, al que se sale de la norma establecida. Y lo hace con un tono sobrio sin entrar en la estridencia ni en lo bufonesco, lo que le da una gran verdad y humanidad a este personaje. Y esa noche que dedicó a Tomeo el aforo estuvo a reventar, ¡Qué alegría ver que el TEATRO sigue interesando! El actor pasaba por Santander en un descanso de sus múltiples proyectos. Dirige ahora mismo Los hijos de Kennedy y se prepara para medirse sobre las tablas con otro GRANDE como es Lluís Homar. Estrenan en Barcelona, pero en enero pasarán también por el Matadero de Madrid con Tierra de nadie de Harold Pinter, una obra que no se ha representado nunca en España . Y muchos más proyectos tiene entre manos, pero eso lo contó off the record

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De charla con Pou tras la representación.

Y el teatro volvió a ser protagonista el miércoles en la Menéndez Pelayo con la representación de La lozana andaluza, una pieza que adelanta los cánones de la picaresca española. Esta lozana, entre celestina, curandera y prostituta, es una buscavidas sin complejos, una pícara que intenta sobrevivir en tiempos revueltos… como le pasa a nuestro teatro. Lo hace una compañía que adapta novelas clásicas que no suelen ponerse en escena. Y es que ante la crisis, toca agudizar el ingenio y por eso han montado esta obra que solo necesita 3 intérpretes. Un libro perdido durante siglos y que en los 70 fue adaptado al cine, siendo uno de los primeros desnudos de nuestro cine. Anécdotas aparte, la compañía ha revivido este montaje, cuyo ciclo pensaba ya extinto, por petición expresa de teatros de medio mundo. Aunque no tienen el poder de «comunicación» de la CNTC, su director admite que el clásico pasa por un buen momento en España, dentro de las limitaciones que siempre tiene ese enfermo perpetuo que es el teatro. Buen testimonio de ello lo dan montajes como El perro del Hortelano que la compañía 300 Pistolas representó recientemente en las salas Garaje Lumiére, desaparición que lamentaron los miembros de la compañía Morfeo Teatro, y Nave 73. Un clásico sin aderezos, sin escenografía ni vestuario rimbombante. Para Francisco Negro, director y protagonista de la obra,  «Lo importante es que se respete  al autor. Si adaptan la historia y el vestuario a la actualidad es lo de menos si se hace bien».

Francisco Negro y Mayte Bona en el Palacio de la Magdalena.

Y el teatro seguirá siendo protagonista en los próximos días. Juan Mayorga presentará La lengua en pedazos en los Jardines de la Biblioteca  el lunes y  el martes recibirá el Premio La Barraca que otorga anualmente la universidad a una personalidad del mundo de las artes escénicas.

Aurora Sánchez. Una ACTRIZ… más allá de la comedia.

“Graciosa, viva y pintoresca Aurora Sánchez”. Aunque el gran público la descubrió por la televisión, Aurora Sánchez ya era referida en una crítica de Lorenzo López Sancho en 1987. En aquella época, la actriz ya había superado el primer obstáculo de su carrera. En su casa, su familia tenía claro que la joven quería ser actriz. Eran los tiempos del teatro independiente andaluz, de su paso por la compañía Esperpento “cuando en el sur no había nada”. Y es que, a pesar de todo, la protagonista de Arizona no puede entender su vida sin este oficio tan vocacional. Ha sido su particular camino de conocimiento que la ha llevado a subirse sobre las tablas con textos de García Lorca y Valle Inclán entre otros. Una actriz con una personalidad marcada, única, irrepetible, que se mete en el bolsillo al público nada más salir al escenario. Para ella fueron buena parte de los “bravos” que recibió la obra No te vistas para cenar en el CASYC de Santander. Siéntense y disfruten de Aurora Sánchez, una ACTRIZ… más allá de la comedia.

 

¿Cuáles son los ingredientes de No te vistas para cenar?

La base son situaciones equívocas que llevan a la risa al espectador. Los ingredientes son maridos, amantes y  confusiones de nombres. Todo un tinglado para divertirse muchísimo.

Una compañía en la que los actores son los empresarios como se hacía en tiempos pretéritos…

Si, la verdad es que de alguna forma recuperan la forma de hacer de hace varias décadas. Es muy agradable, ellos son maravillosos, te hacen sentir muy a gusto. Han conseguido que seamos una compañía muy bien avenida.

El ritmo en el vodevil es la clave para que funcione esa perfecta maquinaria de carpintería teatral precisa, ¿Verdad?

Exacto, es esencial que esté todo muy medido. Nos hemos reído muchísimo y hemos conseguido una maquinaria teatral perfecta desde el primer día de representaciones. El ritmo, las situaciones y unos personajes tan bien definidos han atrapado al público.

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Foto original de Carlos Rivera Díaz.

Viene de otro exitazo como El apagón, ¿Qué balance haces de esa experiencia junto a Yllana?

Es otro tono de comedia, mucho más clownesco, más bufonesco. Ellos son expertos en este juego de gags llenos de expresión mezclado con un texto maravilloso. Yllana ha creado un un sello propio, una marca.

Aurora Sánchez, sorpresa de la noche, encarna a una primogénita de voz irritante y andares cómicos, ganso en un corral de gallinas” rezaba una crítica de Javier Vallejo de uno de los dramáticos que has hecho, La casa de Bernarda Alba, ¿Cómo fue ese acercamiento a la obra de Lorca junto a Amelia Ochandiano?

Amelia posee una mirada muy especial. Tenía muchas ganas de volver a hacer La casa de Bernarda Alba, que representé cuando era una principiante, casi una simple aficionada. Lo más emocionante fue tener un cara a cara con una actriz de la talla de Margarita Lozano. Lamentablemente, tengo muy pocas oportunidades de hacer dramáticos como éste de Lorca.

Me gustaría remontarme a los tiempos del teatro independiente, ¿Cómo recuerda sus años en la compañía Experpento?

Son años inolvidables, de mucho curro y nada de dinero. También fue un tiempo en el que lo pasábamos muy bien y eso que teníamos que teníamos nuestras inseguridades por la poca experiencia que teníamos sobre las tablas. Había un plus de crítica constante, intentábamos superarnos trabajo a trabajo. Tengo un recuerdo muy entrañable de aquella época, en la que ya había superado el primer obstáculo con el que me crucé en mi carrera, que fueron mis padres. Tuve que dejarlos claro que éste iba a ser mi camino.

Si le nombro a Juan Carlos Rubio…

Trabajar con Juan Carlos Rubio ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Creo que su Arizona es el trabajo más emocionante y más redondo en todos los aspectos. Estaba dirigido por el autor y tenía muy claro  el enfoque. Me parece que tiene una cabeza privilegiada y espero que no pare de escribir. No me quejo de hacer comedias como Tres , aunque lo parezca. En el fondo, me río tanto con gente como Kiti, Octavi y Nuria que experiencias como esas solo puedo elogiarlas.

El reparto femenino de "Tres" junto a Juan Carlos Rubio en una foto de Sergio Parra.
El reparto femenino de «Tres» junto a Juan Carlos Rubio en una foto de Sergio Parra.

Tras una larga carrera sobre las tablas, ¿Por qué  piensa que el teatro es un buen lugar para ti para contar historias?

El espectáculo en vivo y en directo no tiene comparación con nada, aunque nos atrape el cine de esa forma. Hay que tener un gran temple para subirse a un escenario. Creo que el que es capaz de subirse a un escenario puede sin problema adaptarse a los otros medios.

Y precisamente tras muchos años haciendo teatro de la noche a la mañana te hiciste- me permito el tuteo por la familiaridad y la cercanía con la que habla- una más de la familia gracias a la televisión por tu Manuela en Ana y los 7, ¿Fue difícil adaptarse a un medio tan dinámico como el televisivo?

Cuando llegué a Ana y los 7 pensé que aquel ritmo de trabajo era una verdadera locura, luego ya te acostumbras y te adaptas. Además, el personaje no estaba nada definido. Ten en cuenta que no se ensaya nada. Para mi era un verdadero absurdo, se hacen capítulos como churros. Parece que, a veces, se repiten los mismos tipos de serie. Y si el equipo entra en esa dinámica, puede llegar a ser muy peligroso. Lo cierto es que tampoco se puede dar más, hay demasiado poco tiempo de elaboración de cada capítulo. Fue magnífico por permitirme seguir enganchando trabajos, pero tiene un contra muy claro. Por ese papel creo que se me está encasillando como actriz. Todo el mundo me ve en comedia, ya me gustaría a mi poder medirme como actriz en un drama.

 A partir de ahí, ¿Te sientes de alguna forma encasillada?

Un poco sí, pero bueno en cierto modo es una percepción falsa. Me va muy bien con la comedia, lo de hacer drama es para medirme como actriz. Lo que sí es cierto es que cuando llevas mucho tiempo haciendo comedia, me doy cuenta que la gente es como si viese en mi frente tatuado que soy actriz exclusivamente de comedia.

¿Sigue conservando la pasión por este oficio?

Desde luego que hay momentos de altibajos, pero mi propósito ha sido tener una carrera de fondo. Quiero permanecer. No creo ni en los grandes éxitos ni en los grandes fracasos. Creo en sacar partido a cada personaje. No lo vivo con menos pasión que en mis comienzos, pero de alguna forma estoy un tanto desencantada. Empecé hace muchos años en el sur, donde no había nada y llegar hasta aquí y ver cómo está todo ahora mismo da mucha pena. A pesar de todo, no puedo entender mi vida sin este oficio. El teatro es mi forma de vivir y mi camino de conocimiento.

Un placer compartir este ratito de confidencias y solo nos queda reivindicar a Aurora Sánchez como una ACTRIZ… más allá de la comedia

(Suelta una larga y cálida carcajada a la que es inevitable sumarse)

La ilusión nunca se pierde desde luego.  

Josep Maria Pou recupera "El Gallitigre" en Santander

Pou sale a un escenario vacío, agarra una silla, y le basta encasquetarse una narizota roja durante unos segundos para convencernos de que es un payaso y de que reventará si no nos cuenta lo que le pasa. Las frases hechas me traicionan: si he dicho que «le basta» encasquetarse esa nariz, es porque detrás hay un rostro, y en el centro una voz, y más abajo un cuerpo, y todo eso está al servicio de una sola y poderosa idea del personaje.

Marcos Ordóñez en «ABC» el 20 de marzo de 1.991, a propósito del estreno de «El Gallitigre» de Javier Tomeo en el Teatro Romea de Barcelona.

22 años después de su estreno, el veterano actor catalán recupera este monólogo en lo que supondrá su estreno en castellano. Lo hace en el marco de las Noches en la Biblioteca  en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo que cada año reúne en la capital cántabra a destacadas figuras de la escena española. Juan Diego Botto, Emilio Gutiérrez Caba, José Sacristán, Alberto San Juan o Luisa Martín han sido algunos de los nombres que han pasado por este ya clásico ciclo escénico. El próximo lunes 19 a las 22h en los Jardines de la Biblioteca Menéndez Pelayo, el protagonista de A cielo abierto hará su particular homenaje al escritor Javier Tomeo, fallecido el pasado mes de junio, con este monólogo que le valió el aplauso de la crítica hace dos décadas.

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Al amanecer todo habrá acabado.

Espero que Los días no vividos encuentre su lugar. El director, Alfonso Cortés Cabanillas, tiene un espíritu ochentero  maravilloso, que bebe de Spielberg o Zemeckis. Mueve mucho el corazón esta película. Mi personaje es maravilloso, en las peores circunstancias saca lo mejor de si mismo.

Javier Godino, protagonista de Los días no vividos.

Un grupo de ancianos celebra que todo se acaba, ya no son los únicos condenados. Es como si, de alguna forma, el fatídico destino de la humanidad les hubiese inyectado un chute de energía. Cuando todo está a punto de acabar, las calles se quedan desiertas. Nadie sabe cómo ocurrirá todo, pero lo cierto es que parece poco probable que la situación pegue un giro inesperado en el último momento. Obama ya ha comparecido ante los medios. Las comunicaciones son cada vez más escasas, no hay cobertura y sin internet el pueblo vive en un aislamiento absoluto. Solo algunos escépticos no creen que todo vaya a acabar como un hombre que desde la barra de un bar cerrado por el fin del mundo, apura sus últimas monedas en una máquina tragaperras acompañado de unos cuantos copazos y es que a partir de la segunda ya todo deja de tener importancia. Héctor Colomé se desgarra emocionalmente para interpretar a este alcohólico atormentado que pasa sus últimas horas entre el ruido incesante de una hipotética combinación que le permita ganar el premio gordo de la maquinita. Y son en esos momentos de último aliento cuando el ser humano tiene necesidad de redención. Eugenio (Mariano Venancio) es empujado por su hijo Jaime (Asier Etxeandia) a vivir esas últimas horas junto con algunas de las personas más queridas de su vida. Juntos podrán purgar sus penas y pensar en los momentos no vividos. En una relación sentimental, la de Jaime, que termina en lo más alto. Etxeandia vuelve a demostrar una vez más qué clase de actor es con este Jaime que pone buena cara cuando las cosas van mal. Pero, en el fondo, es el más inseguro, el más débil. Se derrumba ante su amigo del alma cuando le dice «Me he preguntado ¿Qué es lo que quería hacer? Y solo se me ocurría llorar». Y la rabia y la impotencia corren por sus venas en el último encuentro con su ninfa que se entrega a él en cuerpo y alma. El actor que ha enamorado esta temporada con El intérprete, proyecto en el que también ha colaborado La Caña Brothers,  vuelve a hacer una construcción de personaje con aristas, lleno de recovecos emocionales, que vuelve a cautivar. Así hablaba con pasión sobre este proyecto DESDE MI BUTACA: «Es una de las cosas más bonitas que he hecho en mi carrera. Teníamos un equipo que me ha sorprendido mucho y me ha hecho creer que todo es posible. Gente que se dedica al cine solo por amor uniendo fuerzas en una especie de factoría, hecho todo con mucho amor y una honestidad alucinante. Estoy muy orgulloso de haber trabajado en ese proyecto de La Caña Brothers».

Javier Godino y Asier Etxeandia en una escena.
Javier Godino y Asier Etxeandia en una escena.

Su mejor amigo, su cómplice es David que en manos de un actor de un sobrado talento como es Javier Godino coge una hondura que vuelve a emocionar al público. Les acompañan en este último día actores como el maravilloso Mariano Venancio, Ingrid Rubio, una actriz cada días más  emocionalmente sobresaliente, y Ruth Díaz, intérprete a la que sigo la pista desde hace ya unos cuantos años y que trabajo tras trabajo sigue demostrando su valía interpretativa. Es esta una película de una atmósfera asfixiante, hecho al que de alguna forma ayuda el escaso presupuesto con el que contaron para este proyecto, haciendo de la necesidad virtud. Todo un ejercicio de estilo, de cine de autor, que vuelve a demostrar que los nuestros se desenvuelven con soltura en todo tipo de géneros. Actualmente en emisión exclusiva para Canal +, esperamos que pronto se pueda disfrutar Los días no vividos en plataformas digitales y en formato físico.

Una temporada teatral DESDE MI BUTACA en 20 flashes: Los "monstruos" de la temporada (Inédito)

Seguimos repasando la temporada teatral madrileña parándonos en esta ocasión en algunos engendros teatrales que hemos ¿disfrutado? esta temporada. Curiosamente, los dos tienen elementos musicales. Uno se las daba de musical de gran formato y el otro pretendía ser una especie de confidencias familiares alrededor de un piano-bar.

Con toda la buena voluntad del mundo, una compañía pequeña, Butaca Vacía, se lanzó a la aventura de presentar su criatura escénica en la capital. Me acerqué con recelo y cierta curiosidad a ver el espectáculo hace unas semanas. Es cierto que hay maravillosas compañías de corte amateur-escolar que hacen producciones muy decentes de musicales, pero el «monstruo» que aún presentan en el Nuevo Apolo da mucho qué pensar. Un elemento básico falló la noche del estreno desde el comienzo de la representación: La microfonía. Sí, se escuchaba el ruido del micro en toda la representación y, de remate, en un momento dado se cortó el micro del solista y ¡zas! tuvo que cantar sin microfonía, pobrecillo. Si a esto le sumamos, fallos técnicos aparte, un reparto en el que solo el protagonista se salva, parecería que era imposible que el cóctel de horror acabase ahí. El libreto es confuso, aburrido y tiene tiempos muertos… La música no vuela nada alto y encima la escenografía es, por momentos, absurda con elementos que distraen al espectador, ¿Qué decir de los continuos cambios escenográficos con actores entrando y saliendo continuamente del escenario? Y mientras, el monstruito, por decirlo de alguna forma, nos da un recital interpretativo a ritmo de «ujums» y memeces varias. No se lo que ocurrirá en el resto de las funciones, pero el día que estuve la mitad de la platea salió ‘escopetada’ antes de los saludos finales. He tardado en escribir sobre ello, pero tenía ganas. Con una manita de arte, el resultado podría haber sido hasta pasable, pero bueno…

Otro espectáculo del que también pasé de hablar a su debido momento fue una cosa vista en el Teatro Fígaro. La «cosa» en cuestión se llamaba… déjenme que lo consulte, ya me acuerdo, De par en par… Les pongo en situación. Montaje entorno a relaciones familiares, originalísima la cosa, alrededor de un ¡Piano bar familiar! Se programó en una especie de ‘golfas’ del citado teatro y el resultado fue cuanto menos espeluznante. El único aliciente que tenía era ver a la gran Julia Trujillo, que cumplía su papel a la perfección. Por lo demás, un despropósito de monólogos en los que se mezclan homosexualidad, alcoholismo y perturbaciones familiares varias. Un gusto eso sí escuchar a Ana Ruíz, en la que descubrí a una buena cantante. Llena de topicazos y sin gracia alguna, otro «monstruo» oiga…

Otras obras que también me hicieron querer abandonar la sala por vergüenza ajena fueron Mitad y mitad, Wilt y la única obra del siglo de oro que he visto que me halla horrorizado, Celos y agravios. Y seguro que se me escapó algún que otro monstruo de la temporada, pero bueno es que a veces la intuición no me falla…

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Ara Malikian, Aurora Sánchez y Antonio Molero, protagonistas de las últimas citas de Talía 2013

El tradicional ciclo escénico Talía, celebrado en el  CASYC de Santander, ha superado ya el ecuador de su edición actual. Tras pasar con gran éxito títulos como Hoy: El Diario de Adán y Eva y No se elige ser un héroe, las últimas citas tendrán a la música y al vodevil como principales protagonistas. Esta semana habrá doble ración escénica con Pagagnini y No te vistas para cenar. Y el broche de oro lo pondrá Una boda feliz, que pasará por la capital cántabra justo antes de hacer temporada en el madrileño Teatro Marquina desde el 29 de agosto.

Su estudiada imperfección siempre está al servicio de la comedia, incluso tratándose de música clásica. Consiguen que el publico joven les escuche atentamente a través de la risa.

Laurel Graeber, The New York Times

La próxima cita con el ciclo de teatro estival santanderino unirá el talento creativo de Yllana y Ara Malikian en Pagagnini. Reúne en un mismo plano el humor y la locura de Yllana y la música. A través del virtuosismo de cuatro grandes músicos, capitaneados por el maestro Ara Malikian, Pagagnini repasa algunos momentos cumbre de la música clásica fusionados con otros estilos musicales, consiguiendo un divertido y sorprendente des-concierto, con el que pretendemos reinventar la manera de concebir un recital, llegando al gran público que descubrirá en los pasajes musicales una mirada diferente. Un espectáculo reconocido con premios como el de Mejor Espectáculo del Fringe 2008 y que hará una única parada en Santander este jueves 15 a las 20 y 23h. Después hará temporada en el Teatro Calderón de Madrid a partir del 22 de agosto.

El viernes 16 a las 21h y el sábado 17 a las 20 y 23h será el turno de la comedia de enredos No te vistas para cenar. Fernando aprovechando que su mujer,Marina tiene que ir a visitar a su madre ,invita a su amante ,Susi a pasar el fin de semana con él, y también a un amigo suyo -Carlos- para tener una coartada. Todo es perfecto, incluso ha contratado una cocinera Susana para que no les falte de nada. Pero las cosas no le salen como él espera y la velada romántica se acaba convirtiendo en una noche muy movidita en la que todos fingen ser lo que no son para evitar ser descubiertos. No te vistas para cenar cuenta con un reparto excepcional formado por Yolanda Arestegui, Aurora Sanchez, toda una superdotada para la comedia como demostró en las exitosas El apagón y Tres, Cuca Escribano, Antonio Vico y Jesus Cisneros. Es una pieza de pura carpintería teatral, un auténtico metrónomo de las risas que ha sido representada en todo el mundo y en multitud de idiomas. La obra es fruto de la pluma de un auténtico maestro del género como es Marc Camoletti, que imprime a todas sus dramaturgias un ritmo frenético e hilarante que de alguna forma repite la fórmula del anterior éxito de esta compañía, Se infiel y no mires con quién.

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Una boda feliz cerrará Talía 2013 los días 23 (21h) y 24 de agosto (20 y 23h). Roberto, un soltero empedernido, va a heredar de una lejana tía. Pero para poder acceder a la herencia ella le ha impuesto la condición de que se case en el plazo de una año con la intención de que siente cabeza de una vez. Como él no quiere renunciar a su vida de mujeriego, le propone a su mejor amigo, Lolo, casarse con él y así cubrir el expediente. Ese matrimonio de conveniencia, para lo bueno y para lo malo, se va a convertir pronto en una pesadilla. La comedia junta a nombres muy queridos por el público como los ‘televisivos’ Antonio Molero y Agustín Jiménez. Las risas están aseguradas en este montaje dirigido por el omnipresente en la cartelera madrileña Gabriel Olivares.

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Una temporada DESDE MI BUTACA en 20 flashes: Los Max entre cajas (Inédito)

Carlos Hipólito y Asunción Balaguer muy cariñosos en su reencuentro tras "Follies".
Carlos Hipólito y Asunción Balaguer muy cariñosos en su reencuentro tras «Follies».
Carlos Hipólito, a punto de estrenar "El Crédito", es ya por méritos propios uno de nuestros actores más premiados y queridos.
Carlos Hipólito, a punto de estrenar «El Crédito», es ya por méritos propios uno de nuestros actores más premiados y queridos.
La naturalidad de una GRANDE de la escena, Asunción Balaguer.
Su "En la luna" puso a Alfredo Sanzol en la primera línea de la escena española.
Su «En la luna» puso a Alfredo Sanzol en la primera línea de la escena española.

 

Los cántabros Escena Miriñaque, Max revelación.
Los cántabros Escena Miriñaque, Max revelación.
Un 'victorioso' Mario Gas antes de hacer suyo a Julio César.
Un ‘victorioso’ Mario Gas antes de hacer suyo a Julio César.
Juan Mayorga concedió unos minutos en exclusiva a DESDE MI BUTACA.
Juan Mayorga concedió unos minutos en exclusiva a DESDE MI BUTACA.

Extra: Entrevista a Juan Mayorga en la Noche de los Max.

Carmen Ruiz: "La magia del teatro está en la respuesta del público"

Señores directores de casting, queremos ver a Carmen Ruiz con un bombín al son del jazz en un espectáculo que emule los musicales de Bob Fosse. Currículum intachable. Televisión con series de éxito como Mujeres o Con el culo al aire. En teatro ha trabajado en montajes como La cantante calva. Y hasta tiene experiencia en cine. La han podido ver, por ejemplo, en Fin, compartiendo escenas con Maribel Verdú. Actriz versátil y de una naturalidad expresiva que siempre emociona, camaleónica, es capaz de adaptarse a cualquier medio sin pestañear. Si quieren verla en directo, no se pierdan No se elige ser un héroe, una brillante tragicomedia de David Desola que dirige Roberto Cerdá.

Llevabas un tiempo sin hacer teatro, ¿Qué te atrajo de No se elige ser un héroe?

Así es, llevaba unos dos años sin hacer teatro. Era imposible combinarlo con Fin y Con el culo al aire. Me ofrecieron este proyecto hace tiempo, pero quedó paralizado. Me gustó que eran personajes muy reales, que en un momento dado daban un giro a lo que aparentemente son. El conflicto sobre lo que llegarías a hacer por dinero también me atrajo. Con la crisis, este tema pasa aún más a primera plana. Otra cosa que me encanta es la construcción de los personajes. Ni los buenos no son tan buenos como parece ni los malos son tan malos. Es una comedia con un toque dramático muy potente. Además, he tenido la suerte de poder ensayar sin problemas. Los ensayos me coincidieron con un descanso del rodaje de la serie. Si he dicho que no a otros fantásticos proyectos teatrales ha sido por no tener tiempo material para el proceso de ensayos. Además, el equipo artístico y humano ha sido fantástico. Hemos tenido un director, Roberto Cerdá, que nos ha hecho enfrentarnos a nosotros mismos como actores. Ha sido un proceso muy enriquecedor.

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Roberto Cerdá os ha dirigido, pero habéis contado también con Carlota Ferrer para definir los movimientos…

Carlota ha sido un apoyo muy importante para nosotros. Son personajes muy ‘físicos’ especialmente en el caso del personaje de Mirta, para el que se trabajó el movimiento de una emo con la muñeca rota. Yo interpreto a una actriz soberbia, y esa actitud física ante la vida y ante los demás la he tenido que trabajar junto a ella. Todo este trabajo ha ido muy unido al de Roberto. Ellos se entienden muy bien. Nos ha hecho estar conectados como equipo. Hemos trabajado tanto con ella que antes de cada representación hacemos ‘carlotismos’, ejercicios de preparación en grupo para adentrarnos en esta historia tan asfixiante. Tenemos una asfixia interna, no se trata de una materialización física en el sentido de sudar mucho, sino de sentimientos reprimidos que llevamos dentro.

Casi casi comenzaste con La Cantante Calva, una obra de Ionesco con nada menos que Yllana…

Se me ponen los pelos de punta de recordarlo. Conservo muy buenos amigos de aquella experiencia y, además, fue mi primera gran experiencia profesional. Yo estaba muy nerviosa. Hice de la Señora Martin y al casting se presentaron más de 300 personas. Pensaba que no me iban a coger, pero la experiencia con Yllana fue tan divertida… Con el director, Joe O’Curneen, lo pasamos muy bien. Fue una verdad aventura, conseguimos unir formas de trabajo muy distintas, aprendimos mucho los unos de los otros.

Y de repente, tu cara se hace conocida gracias a la serie Mujeres, ¿Crees que ha sido la clave del éxito de tu carrera?

Se empezó a emitir a la vez que Yo soy Bea, pero lo cierto es que me cogieron para hacer el serial gracias a Mujeres. Tengo mucho que agradecerle a ese maravilloso equipo con Dunia y Félix a la cabeza. Es una serie que llevo en mi corazón, fue mi primera experiencia televisiva. No había hecho ni un episódico, supuso para mi un máster en el campo del audiovisual. Luego llegó una serie diaria como Yo soy Bea e ¡Imagínate la mili que hice yo con esa serie! Desde entonces, he tenido parones, pero me ha sonreído esta profesión de una forma impresionante la verdad.

Has encadenado diversos trabajos televisivos como Con el culo al aire, llena de personajes tan propios de la picaresca española…

Desde luego. Son personajes que parecen sacados de la picaresca española. Son personajes que se buscan la vida, muy reales. Me encanta mi personaje, Eli, y sobre todo por la oportunidad que supone después de un personaje tan distinto como el de Elena en Cuestión de sexo, cuyos guionistas son los mismos que los de esta serie. Es muy segura, macarra. Me pareció un caramelo de personaje que no podía rechazar. Ese buen rollo que transmiten los personajes, lo tenemos también entre nosotros en el rodaje. Somos muchos y bastante bien avenidos. Somos un equipazo.

Supongo que grabar en un camping real convierte a la experiencia en algo muy especial…

Desde luego. Hemos parado la grabación el 25 de julio, pero nos faltan cinco capítulos de la temporada por grabar. En agosto, el camping tiene overbooking con las vacaciones. En julio hemos tenido de espectadores a los turistas que pasan unas semanas allí. Depende mucho de las inclemencias del tiempo. Pasamos muy mal el frío del invierno. Hemos estado a dos grados bajo cero con manga corta, pero bueno son gajes de este oficio que te hace grabar las escenas de verano en pleno invierno. El calorazo del verano lo soportamos un poco mejor la verdad.

Y has vuelto a coincidir con Raúl Arévalo en el cine y nada menos que en la Gran Manzana con La vida inesperada, ¿Cómo ha sido ese rodaje?

Ha sido una experiencia muy bonita. Hemos tenido cinco semanas de rodaje en Nueva York. A Raúl le conozco hace unos 15 años, desde que estudiamos juntos en Cristina Rota. Hemos hecho mucho teatro juntos, pero nunca pensamos que nos ‘liarían’ en el audiovisual. Encontrarnos en esta película ha sido como un sueño. Nos hemos dado cuenta de lo afortunados que somos por poder vivir de un oficio que amamos tanto.

Con sus compañeros de reparto en "La vida inesperada".
Con sus compañeros de reparto en «La vida inesperada».

De nuevo, te ha vuelto a dirigir Jorge Torregrosa tras la experiencia en Fin…

Lo conocía desde Mujeres, donde dirigió algunos episodios. Sabe mucho de la parte técnica, pero también del trabajo con los actores. Sabe lo que necesita y cómo transmitirlo. Lo quiero mucho y es un director estupendo.

Mutis a escena es una empresa pequeñita que ha apostado por un proyecto tan complejo como No se elige ser un héroe, ¿No es una verdadera locura en estos tiempos tan difíciles?

Es una gente maravillosa, muy apasionada del teatro. Han hecho un gran esfuerzo para sacarla adelante. Nos tratan muy bien. Si está en pie es gracias a su tesón y a su lucha. Tengo muchas ganas de hacer temporada en Madrid. Es un trabajo muy bonito, del que estamos muy orgullosos.

¿Por qué el teatro es un buen lugar para contar historias para Carmen Ruiz?

Es el que hace al actor. Cada día te enfrentas a un público nuevo y no se puede cortar ni repetir. El aquí y ahora es lo que da sentido a nuestro trabajo y eso solo lo consigues con el teatro, que es la raíz de esta profesión. Te hace estar abierto a cualquier tipo de medio. Creo que los actores no debemos ser encasillados en un medio concreto, sino adaptarnos. El que se adapta es que el sobrevive como actor. La magia del teatro reside en la respuesta del público. El teatro está vivo, es como la vida.

¿En qué momento se te metió el veneno del teatro dentro del cuerpo?

Desde pequeña he sido muy teatrera. Estaba siempre en las funciones del colegio. Luego la vida me llevó por otros derroteros. Lo que si es cierto es que un día me di cuenta que no podía seguir con un trabajo rutinario metida entre cuatro paredes mirando la pantalla de un ordenador. Empecé a formarme entonces y no he dejado de hacerlo, pienso que un actor debe estar reciclándose constantemente. Necesitamos buscar sucursales expresivas diferentes. Para mi los actores ingleses son el ejemplo a seguir, en constante reciclaje de su talento.

Con Juanjo Artero en "No se elige ser un héroe".
Con Juanjo Artero en «No se elige ser un héroe».

La televisión te da la oportunidad de entrar en las vidas de millones de espectadores todas las noches, ¿Ha sido la popularidad algo negativo para Carmen Ruiz?

La verdad es que no, solo encuentro muestras de cariño. Lo más curioso de la popularidad es que hay gente que me recuerda por todo lo que he hecho. Mi nombre no se lo saben, pero me enumeran todos mis trabajos. La gente es muy cariñosa. El papel de Eli gusta mucho, es muy gamberra y muy libre.

¿Te ha cambiado en algo tener una carrera a tus espaldas?

Desde luego que no, pienso que soy la misma que dio sus primeros pasos en la escuela de Cristina Rota. Eso sí, ahora me doy cuenta de todo lo que me queda por aprender. A medida que avanza mi camino en la interpretación, soy más consciente de mis carencias.

¿Con qué proyectos sueña Carmen Ruiz?

He tenido mucha suerte de encadenar proyectos maravillosos. En octubre empiezo a rodar la nueva película de Vicente Villanueva que se titula Móstoles no es lo que parece o la importancia de llamarse Encarna. Mi triunfo sería no dejar de trabajar nunca. Me encantaría hacer algo tipo Bob Fosse, un trabajo muy completo, dándolo todo en escena. Estaría dispuesta a prepararme musicalmente a tope. Me encantaría hacer una película de época, del siglo XVIII que me parece interesantísimo. Incluso estaría encantada de hacer algo muy friki, ¿Por qué no hacer una película de artes marciales? En definitiva, algo que me divierta y que me suponga todo un reto. No hay nada más maravilloso que esos musicales en los que el público está contigo bailando y cantando al unísono. Desde luego tendría que ponerme mucho las pilas, pero soñar es gratis.