Elena Rivera: «Compatibilizar los estudios y la interpretación me ha hecho ser más responsable»

Hace una década que irrumpió en el barrio de los Alcántara como un soplo de aire fresco  la  que se convertiría en la novia de Carlitos, Karina. Entonces, Elena Rivera era solo una niña que jugaba en el plató de «Cuéntame cómo pasó», aunque siempre con la vista puesta en sus estudios. Un día, ese «juego» se convirtió en algo más y nuestra protagonista empezó a sobresalir en las tramas de la longeva serie. Y esa presencia cada vez más protagonista llamó la atención de otros creadores. Y llegaron otros proyectos como «Los Quien» y «Toledo». Y, por fin, el teatro, donde ha redescubierto la pasión por este oficio. Pero tiene otra pasión… por si las moscas. Ya de niña jugaba con sus muñecos a ser profesora y ahora combina su faceta interpretativa con los estudios de Magisterio Infantil. «El arte de la entrevista», en el Teatro María Guerrero, es su debut sobre las tablas.

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¿Qué es lo más le atrae a Elena Rivera de una obra como El arte de la entrevista?

El texto desde luego y mis compañeros. Es cierto que en una primera lectura parece una obra sencilla, pero cuando ensayas te das cuenta de que tiene muchas capas. Mayorga tiene muy claro lo que quiere contar y cómo lo quiere contar. Cuenta nuestro director que si le cambiásemos una coma de lugar, se cambiaría el sentido de la obra por completo.

Además debutas en el escenario del María Guerrero al igual que en su día Luisa Martín y Alicia Hermida…

Si, me siento una afortunada por poder compartir un escenario como éste cada noche, que transmite una sensación muy especial.

¿Qué ha aprendido Elena Rivera de una compañera de viaje como esa maestra de actores que es Alicia Hermida, primero en Cuéntame cómo pasó y ahora en el teatro?

Tengo una confianza total con ella. De hecho, el motor de que yo me animase a estar en esta obra es en parte el hecho de que hubiese alguien conocido en el reparto. En la serie, estaba muy encima de nosotros, buscaba las intenciones que teníamos que darle a una frase y nos hacía huir de los soniquetes habituales en los niños cuando se aprenden un texto. Todo lo que sé de esta profesión lo he aprendido de ella y ahora es un placer compartir escenario con ella y con otra actriz del calibre de Luisa Martín, de la que también aprendo cada día.

¿Cómo fueron los ensayos de El arte de la entrevista?

Pocos directores dejan participar tanto al autor como el nuestro, Juan José Afonso. Además, es muy receptivo. Como has visto hace un momento, siempre está atento a nuestras sugerencias y hace un momento a Alicia se le ocurrió una cosa nueva y la vamos a incorporar a la función. Es un director muy abierto al diálogo. Invitó a conocidos ajenos al mundillo a los últimos ensayos y toma nota de sus percepciones. Con Alicia ya te he dicho que ha sido un viaje maravilloso y con Luisa, ¡Para qué contarte! Es la madraza de la compañía, siempre pendiente de todos los detalles. Cuando ve que fallo en algo, enseguida me da las herramientas para subsanar el error. Y por supuesto también de Ramón Esquinas voy absorbiendo como una esponja todo lo que puedo. Y siento de verdad cada vez que se levanta el telón que el teatro tiene veneno y engancha…

Sabes que uno de los problemas del teatro es lo difícil que es acercar a la gente joven, ¿Se te ocurre alguna fórmula para cambiarlo?

Mis amigos me dicen que es muy caro, pero no es cierto. Hay muchos descuentos y por ejemplo aquí en el CDN si tienes menos de treinta años y vienes 30 minutos antes te hacen un 75% de descuento. Yo creo que entienden que esto del teatro es algo ‘antiguo’, que lo asocian con obras del Siglo de Oro… Sí que se me ocurre algo, deberíamos sacar el teatro a las calles para que viesen lo que es sentir la emoción de un actor de cerca. Si se acercasen a vernos, podrían vivir por ejemplo una escena que tengo con Alicia en la que en más de una ocasión nos hemos deshecho en el escenario, éramos emoción pura. Y eso solo lo da el teatro.

La actriz en su camerino del Teatro María Guerrero
La actriz en su camerino del Teatro María Guerrero

Precisamente, ¿Por qué el teatro crees que te ha ‘envenenado’ de esa forma?

A veces tengo la sensación de que contando la misma historia, logramos hacer cosas nuevas en cada representación. Eso lo noto mucho con Luisa, que cada día me tira las frases de una forma y entonces, tú como actriz, te tienes que retar para saber responderla en la dirección correcta. Me gusta mucho poder jugar todos los días con la obra, que vaya creciendo paso a paso.

¿Hasta qué punto cree Elena Rivera que ha crecido antes que los demás niños por estar rodeada de adultos desde pequeña en la televisión?

Desde luego que sí, pero creo que va también ligado un poco con cómo tú te enfrentes a las responsabilidades. Yo siempre he tenido claro que iba a compatibilizar las grabaciones con los estudios, en eso he sido inflexible. Tener la responsabilidad de combinar las dos cosas, te hace madurar antes. Además, trabajar con gente adulta también te da una percepción de las cosas un tanto adelantada a tu edad. Empiezas actuando como si fuese un simple juego, pero llega un momento en que te das cuenta de que esto es un oficio en el que tienes que estar en permanente alerta y, por supuesto, en constante aprendizaje.

¿Hubo un momento en el que te diste cuenta de que ese ‘juego’ se convertiría en tu profesión?

Creo que no, pero bueno… Bueno, sí… Cuando empezaron a darme más protagonismo en la serie podría ser una especie de punto de inflexión desde luego. Aún así, no estoy segura del todo, la verdad. De hecho estoy estudiando algo completamente diferente, Magisterio Infantil. Desde pequeña he sentido algo especial por los niños. Yo cogía a mis muñecos y jugaba a ser su profesora. Cuando hice prácticas, me di cuenta de que si por algún casual no puedo dedicarme a la interpretación tengo una opción b por la que siento una especial debilidad.

“Esto es un juego, si no te diviertes, nos vamos” te decían tus padres…

Sí, veían que me lo tomaba como un juego y que combinándolo con los estudios les parecía bien que lo hiciese. Siempre me decían que cuando la chica, como  me llaman, sufriese con la interpretación, que lo dejase sin pensarlo ni un momento.

Has combinado Cuéntame con otras dos series, Los Quien y Toledo, ¿Cómo han sido esas experiencias?

Los Quien fue una experiencia corta, pero intensa. Teníamos que estar todos los actores siempre en plató y creamos una gran familia. Me encantó probar el registro de la comedia después de tantos años en Cuéntame. Toledo no lo pude disfrutar mucho, pero fue una gran experiencia para seguir aprendiendo.

La música es otra de tus pasiones, hasta participaste en el mítico Lluvia de estrellas, ¿Qué lugar ocupa ahora en tu vida?

La música me ha acompañado siempre. Siempre estoy cantando la verdad. Si bien es cierto que ahora no lo tengo como una prioridad, no se puede abarcar todo. Eso sí, a su debido momento no pienso desaprovechar la oportunidad de seguir creciendo en este campo.

Si Elena Rivera pudiese practicar el arte de la entrevista, ¿Qué pregunta se haría?

¿Crees que podrás vivir de esto dentro de unos años? En cierto modo sí que tengo esa incertidumbre… Es cierto que me encantan los niños, pero si finalmente no puedo dedicarme a esto, creo que sería una espinita clavada.

Si miramos hacia el futuro, ¿Qué proyectos tienes y con qué proyectos sueñas?

He hecho una pequeña intervención en una película de Nacho G. Velilla, Perdiendo el norteSin duda me encantaría hacer un musical. La música es tan importante en mi vida que poder juntarlo con la faceta interpretativa sería un sueño hecho realidad. Y el musical de mis sueños sería Grease, soy una auténtica fan. Fui a ver el montaje de teatro con visión crítica, comparándola con la película que tanto me gusta.

La Firma Invitada: Carlos Iglesias

Hace varias décadas que descubrimos el talento interpretativo de Carlos Iglesias, pero con 1 franco, 14 pesetas también demostró su valía para hacer cine. Repitió como director, guionista y actor en Ispansi y ahora retoma su primer éxito con una secuela que llegará a los cines el 28 de marzo con el título de 2 francos, 40 pesetas. Para celebrar los nueve años DESDE MI BUTACA tenemos el placer de contar con él como «Firma Invitada». 

Cada película tiene su color, sus sensaciones, y su perfume. Ésta nace de mis propios recuerdos de adolescente, confrontados con otros que me ayudaron a organizar los míos. El 70% de la película está inspirada en sucesos reales, y curiosamente, la mayoría de éstos, son los más estrambóticos y peculiares de la película. Aunque muchos de sus protagonistas han fallecido o les he perdido la pista, a otros los sigo viendo y mantengo una fuerte amistad con ellos. La película se ambienta en plena crisis del petróleo en 1974, en unas circunstancias similares a las que estamos padeciendo hoy.

Iglesias junto a Javier Gutiérrez en un momento del rodaje.
Iglesias junto a Javier Gutiérrez en un momento del rodaje.

La derecha suiza, también quiso en aquel momento cerrar sus fronteras a los inmigrantes, pero al final no ganaron el referéndum por muy poco y los emigrantes siguieron allí. El tono, pese a todo, es la comedia, en ella me siento cómodo y se puede hacer crítica sin heridas innecesarias. Las localizaciones se dieron principalmente en el cantón de St. Gallen y Appenzell, en escenarios de una gran belleza paisajística y con un alto grado de colaboración por parte de las autoridades y particulares de la zona. Pasamos siete semanas deliciosas en unas localizaciones de ensueño, alternando días de fortísimos calores, hasta 40º, con ligeras nevadas a 1.000 mts de altura… y tremendas tormentas alpinas. Pretende trasmitir un mensaje de esperanza en un futuro mejor y nos tranquiliza contándonos que ha habido otras crisis, y que de todas hemos salido…

Luz Valdenebro: «Mi Pepito Grillo me dice que no me conforme»

Luz Valdenebro se convirtió en actriz el día que descubrió que esto del teatro se podía estudiar. Ella estaba estudiando danza cuando vio el cartel de «Escuela de arte dramático de Córdoba» y se lanzó a la aventura. Desde entonces, la hemos visto en series de éxito, en teatro y con algún coqueteo con el cine, que confiesa que es su asignatura pendiente. Ella no quiere quedarse con nada que decirle a los suyos, como su Chelsea de En estanque dorado. Sincera, divertida y llena de vibrante emoción desgrana para DESDE MI BUTACA algunos bonitos momentos que le han deparado esta función y su paso por el televisivo Gran Hotel, al que de alguna forma volvía el pasado fin de semana al regresar a Santander, donde se rodaron los exteriores de la serie. Ese día su Whatsapp echaba humo, sus compañeros televisivos querían saber cómo estaba siendo la experiencia de volver a la ciudad. Habrá larga vida para En el estanque dorado. Por de pronto, pueden disfrutarla en el Teatro Bellas Artes de Madrid. 

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En la obra En el estanque dorado compartes escenario nada menos que con Lola Herrera y Héctor Alterio…

Ha pasado volando desde que estrenamos y ya llevamos más de cincuenta representaciones. El día del estreno, se me acercó Lola Herrera, respiró hondo y me dijo que ella también lo pasaba mal. Y entonces, pensé que si alguien como ella se pone nerviosa, es algo normal esto de las cosquillas en el estómago. Ellos son maravillosos, simplemente con verles actuar es un deleite, siempre aportan algo nuevo a la función, eso te da una gran confianza. Que ellos estén en escena al principio de la obra te da seguridad para salir a escena, eso sí que es estar a favor de obra.

¿Cómo es la irrupción de Chelsea en la vida de nuestra pareja protagonista?

Cada día entiendo cosas nuevas de Chelsea. Puede parecer un personaje que viene a perturbar la paz de los protagonistas, pero viene por petición de la madre. Ella viene marcada por haber sido el blanco de los macabros chistes de un padre que en el fondo quería tener un hijo y no una hija. Viene a echárselo en cara con un niño, para que vea la guerra que dan los varones, pero contra todo pronóstico, se convierte en el centro de atención del padre. De alguna forma, él quiere recomponer los lazos afectivos entre ellos a través de este adolescente. Lo que me atrae de este personaje es que sabe decir lo que le duele, por qué le duele, sabe reconocer sus errores y pedir perdón. Está abierta a arreglar las cosas, a continuar dando pasos para esa plausible reconciliación.

Aquí y ahora, ¿Por qué el teatro es un buen lugar para contar historias para ti?

La gente tiene miedo a expresar lo que piensa y a nosotros muchas veces nos toca ser su voz encima del escenario. Nuestro objetivo principal es que el público salga con un tema del que hablar, que se genere el debate. Se echa de menos el ambigú, donde la gente comentaba la obra y se generaba conversaciones muy interesantes. Si conseguimos ese debate, nuestra misión está más que cumplida. Con En el estanque dorado me pasó una cosa muy fuerte…

Y de repente, la emoción se instala en su rostro…

Una señora se me acercó después de la función y me dijo que se había sentido muy ‘tocada’ por la obra. Ella no le pudo decir a su padre todo lo que sentía y ahora estaba muerto. Entonces me di cuenta de que yo no quiero caer en ese error. Yo no quiero irme sin decirle a mis seres queridos todo lo que siento. En el fondo, creo que el teatro sirve para despertarte algo que estaba dormido, algo que no te habías atrevido a decir hasta ahora.

¿Es el laboratorio la mejor seña de identidad del trabajo con una compañía como Animalario?

Desde luego. Las obras se preparan con mucho tiempo. Hicimos un taller un año antes de Urtain, pero sin saber si íbamos a estar en la obra. De hecho, muchos que no participaron finalmente en el montaje vieron reflejadas algunas de sus aportaciones sobre el escenario. Además, me encanta que sean tan inconformistas, no se callan, dicen lo que piensan. Animalario es mi cuna. Ya los admiraba de antes, fue un sueño hecho realidad poder trabajar con ellos. Ahora me estoy acordando de cuando vinimos a Santander con Marat- Sade, la que se lió… Un señor no me pegó de puro milagro. Alberto San Juan fue mi salvador. Me parece increíble que la gente vaya al teatro sin informarse, sin saber lo que se significan los actores de Animalario… Yo cuando voy a ver algo que me desagrada, pues me voy, pero discretamente, no montando el numerito. En el fondo, generó debate y eso le vino bien a la función. Se generaron dos corrientes de opinión, los partidarios de Marat y los de Sade. 

¿Con qué recuerdo te quedas de una experiencia como Gran Hotel?

Pues el recuerdo que se ha quedado grabado en mi mente es la última escena que rodé con Fele Martínez en el Palacio de la Magdalena. Los marqueses dejaban el Gran Hotel para siempre y, en ese momento, se fundieron realidad y ficción y nos dimos cuenta en la última secuencia de la escena de que esta aventura terminaba. Ahí fuimos conscientes de que se terminaba la serie. Miramos por última vez a la que había sido nuestra casa durante estos años y, acto seguido, Fele y yo fuimos conscientes de lo bonito que había sido ser parte de esa serie.

Y en esos recuerdos me imagino que también está Juan Luis Galiardo, que compartió su último trabajo con vosotros…

Coincidí con Juan Luis en su último viaje a Santander y la verdad es que es, lo ves aún le tengo presente, un tipo muy enérgico y carismático. Era un tipo arrollador, he conocido pocas personas así. Son las oportunidades que te da trabajar con Ramón Campos y toda la gente de Bambú.

Desde luego que los repartos de primera fila son una seña de identidad de Bambú…

Sí, de hecho, yo en la serie pude trabajar con alguien a quien admiraba tanto como Adriana Ozores. Cuando el primer día se me acercó y me dijo que yo era su favorita de Hispania, no me lo podía creer. El día de la despedida pedí una llave dorada que simulaba la llave maestra que llevaba Doña Teresa y se la entregué a Adriana. En ese momento, me dio un abrazo y me dijo que la habían preguntado por el mejor recuerdo que tenía de la serie. Ella había dicho que lo mejor había sido el beso que nos dimos el día en que nos conocimos. No me lo podía creer… Es una compañera excepcional y un ser humano maravilloso. Es mi ejemplo a seguir.

¿Qué proyectos tiene y con qué proyectos sueña Luz Valdenebro?

Todos los días me levanto con un pequeño Pepito Grillo que me dice que no me conforme, que siga luchando y trabajando para conseguir vivir de esta carrera de fondo que es la interpretación. Cuando tienes una gira tan larga, los productores no te llaman para hacer otras cosas. Tienes que decirles que estás aquí y que se puede compaginar con otros proyectos. Quizás, el cine sea mi asignatura pendiente. Quiero hacer algo de acción y si me tengo que rapar el pelo… Pues casi que mejor. (Risas)

Beatriz Carvajal: «De mayor quiero ser ministra de cultura»

Lo tenía claro desde que con siete añitos disfrazaba a sus hermanos y amigos para ‘jugar’ al teatro. Y aunque casi desde entonces ya tenía claro que ese iba a ser su camino, no consiguió convencer a su familia y amigos hasta el día en que pisó por primera vez las tablas del María Guerrero con sólo quince años. Desde entonces, se han sucedido en su carrera personajes que permanecen ya en el imaginario colectivo del espectador. Desde el mítico 1,2,3 a Compañeros, Lleno por favor o la reciente y tristemente desaparecida Bienvenidos al Lolita. A pesar de sus 49 años de profesión, siente que aún le queda parte del camino por recorrer en la interpretación, donde lo más importante es “ser una esponja” para aprender de compañeros como Miguel Rellán, por el que siente especial devoción. Una devoción que, seguro, sienten los espectadores de Los Misterios de Laura cada martes en La 1 viéndola cómo se inmiscuye en los casos de la Inspectora Lebrel. Siéntense en sus butacas y disfruten de Beatriz Carvajal en estado puro. 

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Foto de Pipo Fernández

¿Qué la atrae a Beatriz Carvajal como espectadora de una serie como Los Misterios de Laura?

Ya era fan desde antes de incorporarme. Me encantan las series de misterio. Es sencilla, familiar, tiene suspense, comedia, drama…

Ahora, pasados casi dos años desde su rodaje, ¿Cómo recuerda Beatriz Carvajal el rodaje de esta temporada?

Hice la segunda y la tercera temporada de la serie y para mí es la felicidad plena. Me lo he pasado muy bien. Me encantan los rodajes en plató, pero sobre todo los exteriores. Es una serie muy sencilla, pero con grandes exteriores.

Uno de los momentos álgidos de esta temporada sin duda ha sido el reencuentro con Miguel Rellán, ¿Qué ha aprendido a nivel personal y profesional durante tantos años como pareja artística en proyectos como Cuentos del burdel, que pude ver en el Maravillas, Compañeros o Paco y Veva?

En esta profesión, quien se crea que lo sabe todo está muy equivocado. Yo procuro aprender de compañeros como Miguel. La gente joven también te enseña. Hay que ser una esponja para seguir aprendido. Lo que pasa con Miguel es que nuestra relación es tan larga y tan fructífera que ya lo único que nos planteamos es disfrutar del trabajo juntos.

¿Cómo ha vivido esa cruenta batalla a la que han sometido a las dos series en las que participaba?

De entrada, fue muy triste. Sentía que estaba engañando a una serie con la otra. Me sentía muy mal por competir con el amor de mi vida, Los misterios de Laura. Es una pena esta lucha feroz por la audiencia. Yo creo que hay cabida para todos, están empeñados en concentrar los series en lunes y martes. Hay días que no sé qué ver con tanto cotilleo. Parece que no son capaces de tomar una decisión como hicieron en su día con Aída, que la pusieron en domingo, donde ha estado bastante protegida. Con Los Misterios de Laura creo que debería hacer lo mismo. Merece un lugar especial en la parrilla una serie que gusta al público y que encima tiene el reconocimiento de la crítica a nivel internacional.

A pesar del punto agridulce de este final anticipado, ¿Con qué se queda de Bienvenidos al Lolita?

Hemos trabajado mucho, pero el rodaje ha sido tan especial… Todo el equipo ha estado volcado con el proyecto. Da mucha pena que haya terminado así la verdad.

Creo que Robert Deniro es uno de sus referentes, pero ¿Con qué actor con el que ha trabajado ha sentido una especial admiración cuando ha tenido la oportunidad de actuar frente a él?

Antonio Ferrandis sin ninguna duda. Fue mi padrino artístico. Eran otros tiempos, entonces yo era mera figuración. José Bódalo, Amparo Soler Leal… Una vez ya profesionalizada, sin ninguna duda con Miguel Rellán, no me he entendido jamás con un actor de la forma en la que lo hago con él.

Comenzó en la interpretación muy jovencita, ¿Qué cree que la llevó a elegir este difícil camino?

No había otra. Con 7 añitos me bajaba con un amiguito a la calle y jugábamos al teatro. Soy la segunda de un montón de hermanos y siempre los tenía disfrazados. Mi entretenimiento favorito era jugar a ser actriz. Lo tenía tan claro que con 14 años empecé a ensayar mi primera función y con 15 debuté en el Teatro María Guerrero.

¿Fue esa puesta de largo en el María Guerrero el momento en el que cree que pasó de ser un juego a un trabajo, a una vocación que hasta entonces permanecía soterrada?

La verdad es que no. Yo lo tenía muy claro desde antes, pero había que convencer a la familia y a la propia profesión. También depende mucho de la actitud con la que te enfrentes a los proyectos. Yo tuve la suerte de debutar nada menos que al lado de María Dolores Pradera. Yo estaba convencida de que quería estar en esta profesión, pero tenía que convencer a mucha gente y parece ser que con el tiempo los he convencido.

Muchos personajes la han acompañado en este viaje artístico, pero creo que Compañeros tiene una especial significación para usted…

Es difícil encontrar proyectos en los que comulgues tanto en la forma de tratar los temas espinosos como el aborto, las madres solteras… Tenían un criterio progresista en los guiones que realmente me encantaba. Sin duda es el personaje televisivo con el que más he disfrutado.

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Rellán y Carvajal a su paso por «Compañeros»

Creo que tiene ‘entre manos’ una nueva función de teatro, ¿Qué nos podría avanzar sobre este proyecto?

Es posible que haga una comedia en efecto, pero aún hay que darle forma al proyecto.

Aquí y ahora, ¿Por qué el teatro es un buen lugar para contar historias?

El teatro es la verdad de esta profesión. Me gusta el cine y la televisión, pero el escenario es la pureza de esta profesión, puro oficio. En el teatro se abre el telón y tienes que convencer a un público que está a escasos metros de ti. Sin duda, el teatro es la pureza de esta profesión.

Y con casi cinco décadas de carrera ¿Con qué proyectos sueña Beatriz Carvajal?

Solo sueño con seguir en esta profesión hasta que mi salud me lo permita. Podría ser una espinita clavada el cine, pero lo importante es mantenerse en esta profesión. Igual el futuro me depara un personaje en la pantalla grande, nadie lo sabe… Tiene mérito tantos años sin tener que dedicarme a otra cosa. La profesión ha sido muy generosa conmigo.

Al principio de la entrevista le pedimos que se pensase una autopregunta para cerrar la entrevista

¿Qué le gustaría ser de mayor?

Esa no me la han hecho nunca, me han debido ver ya entrada en años. Yo no me siento muy mayor, me queda mucho por vivir. Y en eso que me queda por vivir me gustaría ser… ¡Ministra de cultura! Así podría arreglar un poquito las cosas.

Héctor Alterio: «El teatro fue una terapia para mí»

Esta entrevista es más corta de lo habitual. El tortuoso tiempo del norte hizo que nuestro protagonista llegase empapado a la cita y eso perturba a cualquiera, pero él, todo un señor dentro y fuera del escenario no dudó un momento en atender a DESDE MI BUTACA a pesar de todo. Con él compartimos unos minutos antes de una nueva representación de En el estanque dorado, que hoy volverá a poner el cartel de «No hay localidades» en el Palacio de Festivales y que llegará la próxima semana al madrileño Teatro Bellas Artes. Una entrevista corta, pero intensa. Disfrútenla.

héctor alterio

¿Qué le cautivó a Héctor Alterio de En el estanque dorado?

Podría resultar a priori un hándicap la imagen que tenía de esta historia el público por medio de la película, que todo el mundo recuerda, pero realmente no lo fue. Es una función de teatro que en su traslación al cine no convenció al propio autor. Creo que la obra es mucho más profunda, incisiva y con un humor negro muy punzante. Tiene además unos diálogos muy realistas. Si a eso le añadimos la presencia de Lola Herrera esta obra es el regalo de cumpleaños perfecto. Lo que resulta más interesante de esta obra es que nos pone al límite, en esa frontera que está entre vivir y no vivir. Tenemos casi la misma edad que los personajes y eso hace que exista cierto paralelismo con nuestras vidas. Tal y como está tratado, el público se identifica mucho. Todos tenemos una abuela, un suegro o alguien en nuestra familia con características similares… Eso se hace más creíble por la forma en que el autor, Ernest Thompson, creó unos diálogos que esculpen a la perfección a los personajes. Todo ello hace de esta función algo lleno de verdad, muy creíble. Al final, el público sale satisfecho, agradecido por el montaje que le ofrecemos, como he podido comprobar en las 55 representaciones que llevamos hasta ahora.

Empecé en esto para protagonizar, destacarme en algo y superar la inhibición”, ¿Considera que el teatro le ayudó a sobrellevar mejor su niñez?

Esa máscara me ayudó a sobrellevar esa timidez, ese apocamiento, esa cosa casi enfermiza que tenía de quedarme ensimismado mirando a la nada… Todo eso se superaba con el disfraz. El teatro fue una terapia para mí. Además de entretenerme y entretener al público despertó en mi de alguna forma mi vocación. Creo que esa máscara ligó ese, en principio, entretenimiento a mi futura profesión.

Junto a Julieta Serrano en una foto de archivo de DESDE MI BUTACA.
Junto a Julieta Serrano en una foto de archivo de DESDE MI BUTACA

¿Se ha quedado alguna espinita clavada, alguna asignatura pendiente en su profesión?

Siempre, eso es inevitable. Tengo 150 películas y 80 funciones de teatro, pero no todas son buenas desde luego. Para compensar aquellos en los que me he equivocado, me enfrento a futuros proyectos en los que no reincidir en el error y poder subsanar los errores del pasado. Lo que si te puedo decir es que los fracasos no me tiran para abajo, me hacen superarme en mi trabajo. 

*Muy pronto DESDE MI BUTACA tendremos a otra de las protagonistas de En el estanque dorado, Luz Valdenebro

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Sinfonía nazi en dos movimientos

En 1946, en un Berlín destruido, en mitad de la desnazificación, el comandante Steve Arnold recibe el encargo de investigar las implicaciones del director de orquesta Wilhem  Furtwängler con el régimen nazi. En esas investigaciones se basó el dramaturgo inglés Ronald Harwood para escribir Tomar partido, una obra que se puede ver hasta el domingo en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao.

Es ésta una obra llena de interrogantes, que invita a la reflexión del espectador, no esperen conclusiones cerradas ni personajes traslúcidos. En el trascurso de esta suerte de thriller político, estructurado en dos actos, vamos conociendo datos que posiblemente nos hagan cambiar de opinión sobre la controvertida figura del celebrado director de orquesta y su posición ante el régimen de Hitler en que esta vertebrado este escenificado juicio. Y mientras navegamos por la palabra de Harwood se pone en escena un dilema al que el arte se ha tenido que enfrentar en infinidad de ocasiones: ¿Se puede separar la política del arte? o, quizás sería más correcto cuestionarse ¿Se DEBE separar la política del arte? El autor no hace juicios de valor y, de nuevo, deja en la inteligencia del espectador tan difícil respuesta. Somos nosotros los que tenemos que tomar partido por esta historia y sus personajes. Unos personajes que están interpretados por un reparto elegido con asombroso atino. Antonio Dechent, sin lugar a dudas uno de los mejores actores de este país, es un comandante rígido, inquebrantable, que no cede ante los argumentos del célebre director de orquesta. Este actor de imponente voz y presencia escénica vuelve a demostrar que su trabajo nace de la verdad más absoluta, esa que da el oficio y el buenhacer encima de las tablas durante tantos años. Su Comandante Steve Arnold, en otro tiempo agente de seguros, nos da ciertas claves para entender esta historia y es que los argumentos repetitivos, suelen llevar algo oculto como acierta a decir este hombre marcado por el olor a carne quemada. Y es que ésa es la particular maldición que le persigue, la hipernexia, que le hace acordarse de todo y no poder borrar de su memoria tantas escenas de odio y latrocinio. Se enfrenta a él el joven e idealista David Wills, lleno de fuerza en voz y carne de José Manuel Poga. Él no deja de ver en el director al maestro que una noche cuando era un niño le contagió la pasión por la música. Son dos posturas enfrentadas la del comandante y su subalterno y, a medio camino entre ambas, se encontrará seguramente la posición del espectador que acude a estos juicios. Roberto Quintana es un Wilhem Furtwängler lleno de matices. Vive absorto en su propia realidad en la que el arte debe prevalecer por encima de cualquier condicionamiento político, pero cuando el Comandante le pone contra las cuerdas tiene que ceder y admitir un poquito de la implicación que tuvo en el asunto. Completan el reparto con acierto Emilio Alonso, José David Gil y Rocío Borralo con dirección de Pedro Álvarez- Ossorio y coproducción de La Fundición con Focus. Una muestra de teatro necesario hoy más que nunca, una producción de gran nivel que debería verse en algún teatro nacional. De momento, vayan a verlo al Campos Elíseos hoy o mañana, de verdad que merece la pena tomar partido por la cultura.

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MTUM o cómo un reparto puede levantar un musical

Tenía curiosidad por ver el nuevo musical jukebox de la cartelera madrileña, Marta tiene un marcapasos. Sí, también las canciones de Hombres G parece ser que merecían un musical en este frenesí de generar musicales como churros a partir de éxitos del pasado. Hasta de la copla hemos tenido musical… Como digo tenía curiosidad, pero no precisamente ganas… Desde el privilegiado asiento que tuve, pegadito a la orquesta, disfruté con el espectáculo. Y no, no es que el libreto me pareciese gran cosa, emula con descarado entusiasmo a Mamma Mía, sino que me quedé prendado de la energía, de la fuerza y del TALENTO de unos cuantos intérpretes del mismo. Siento verdadera debilidad por la forma de enfrentarse al escenario de Leo Rivera, con el comparto únicamente apellido, lo digo por si había alguna posibilidad de que algún lector pensase que es primo mío o algo… Es estimulante ver a un actor que se entrega tanto en cada función. Voy a ser sincero, era lo único que me atraía realmente de este montaje la verdad. Tiene la capacidad de conectar con el público, le he visto ya en unos cuantos musicales, y cuando está en escena te hace un poquito más feliz con esa energía tan especial que nos regala. Tiene esa capacidad, una comicidad que transmite al público. También me encanta ver encima del escenario del Compac Gran Vía a Nando González, eso se llama tener elegancia encima de un escenario con ese timbre de voz tan reconocible y especial. Y me quedé prendado, más en la parte musical que en la ‘chirriante’ parte hablada, de Rocío Madrid. En definitiva, no está entre lo mejorcito de la cartelera, pero tiene algunas coreografías acertadas, una efectivísima escenografía de Ana Garay, un reparto destacable y una historia que, dentro de lo previsible y de lo fútil del asunto, resulta divertida por momentos. Este musical-karaoke seguirá entusiasmando en la Gran Vía y me alegro por un puñado de actores de primera, de esos que hacen que el musical español al menos tenga artistas equiparables a las grandes potencias. 

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¿Cuántos cadáveres televisivos habrá esta temporada?

Han pasado ya unos cuantos años desde que Los serrano se convirtiesen en el ‘arma arrojadiza’ con la que Telecinco hundió a series como Lex o Casi Perfectos. Con Aquí No Hay Quien Viva no pudo, la única que se libró de la quema. Ahora tienen en sus manos El príncipe, un bombazo en toda regla que, esperemos, no vuelva a utilizar de la misma forma, aunque en realidad ya empiezan a llegar las primeras víctimas. Bienvenidos al Lolita no renovará, se ha hundido en el fango en términos de audiencia. Una pena por el equipo artístico que compone esta serie, desde Luis Varela a Carlos Santos, Beatriz Carvajal o Roberto Álamo. La serie no ha cumplido las expectativas, no solo en términos de audiencia, sino también en las tramas, que repiten cánones ya vistos en ficciones anteriores de Globomedia, la productora reina derrocada que necesita un cambio de rumbo urgente como atestiguó anoche su otro estreno, Byb. Una serie que transcurre en una redacción de una revista de moda, muy original, con personajes estereotipados y situaciones que de manidas aburren. Es una pena que se desperdicie el talento de un puñado de actores fantásticos, ahí están por ejemplo Adolfo Fernández, Carlos Iglesias o Jorge Usón, con productos tan limitados, tan poco ambiciosos y sobre todo tan poco NOVEDOSOS en los que se limita a actores fantásticos a actuar haciendo el registro de siempre.

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Es una pena para la industria televisiva de nuestro país que parece despegar con propuestas como El tiempo entre costuras. Anoche, tenían una competencia leonina, Velvet, un producto con el que no se puede ni siquiera comparar a la ficción de T5. La serie ambientada en unas glamurosas galerías, tiene el sello de Bambú Producciones y eso se nota. En primer lugar por el nivel de producción, muy por encima de los decorados ‘de cartón-piedra’ con el que nos siguen sorprendiendo en algunas ficciones españolas. En segundo lugar por el reparto. José Sacristán llevaba tanto sin hacer televisión y si ha aceptado la llamada del equipo que lidera Ramón Campos por algo será. Y también están Natalia Millán, Manuela Vellés, Aitana Sánchez Gijón… Palabras mayores. Y sí, la trama de época engancha más que el costumbrismo arcaico que asola a algunas de nuestras series. Si le pones en el menú al espectador jamón de bellota o salchichón, lo que ocurre es que se decanta, casi siempre, por el jamón de bellota. Velvet se llevó el gato al agua con más de 4.800.000 espectadores y la ficción de la 5 se queda con dos millones menos. Seguro que ya están pensando en cómo hundir el barco de época que acaba de estrenarse en Antena 3.  A las cadenas no les gusta perder y seguro que algún cadáver televisivo más habrá esta temporada. Me temo que la siguiente víctima también tendrá lugar en la noche del martes. Los misterios de Laura también se está resintiendo y, espero equivocarme, pronto veremos la (no) renovación de la serie.

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El FETEN se llena de magia con «Aladín, un musical genial»

La Feria Europea de Artes Escénicas para Niños y Niñas, FETEN es un espacio que promueve los intercambios y la cooperación entre los distintos sectores de creación y distribución de las artes escénicas. La importancia y el realce adquirido por el teatro para niños/as en España y en, prácticamente, toda Europa, hace surgir la necesidad de un lugar o espacio donde conjugar, intercambiar, compartir y posibilitar intereses, experiencias, conocimientos y vínculos directos entre programadores, compañías y profesionales del medio; tratando entre todos de elevar y dignificar una, cada vez mayor, calidad de las artes escénicas hechas para y por los menores. En esta edición que tiene lugar entre el 16 y el 21 de febrero, Aladín, un musical genial, actualmente en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid, se podrá disfrutar el próximo jueves 20 de febrero en el Teatro Jovellanos de Gijón. Todo un logro para este montaje de Trencadís Produccions que ya ha recorrido media España. Analizamos los aspectos que DESDE MI BUTACA creemos han sido claves en este éxito teatral que les llevará a estar presente en esta feria, referente europeo en las artes escénicas para público infantil.

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Estamos acostumbrados a ver espectáculos infantiles-familiares con una economización de los recursos que, en mi modesta opinión, roza a veces lo amateur o, peor aún, la función de fin de curso. Con una escenografía consistente en un libro gigante pretendieron que nos creyésemos la historia de El mago de oz hace bien poco… Por eso, los padres que vayan a ver Aladín, un musical genial con sus hijos, se sorprenderán para bien. Empezando por la escenografía fija, diseñada por Luis Crespo, que se adapta a los diferentes espacios con sumo acierto. Siguiendo por las partituras originales de José Domenech que no puedes dejar de tararear cuando sales del teatro, muy especialmente ese número al más puro estilo del Broadway clásico, El genio vuelve a actuar. Y una diferencia esencial, es un espectáculo para todos los públicos, no un infantil. Me explico: El libreto de Josep Mollá tiene sus guiños al público adulto y más de un padre sale con una sonrisa después de ver el espectáculo y rememorar la magia de su añorada infancia. Aladín, un musical genial cubre un hueco en las propuestas de teatro musical actual. Un musical de formato medio para toda la familia, creo que sería una buena definición.

Y no, no me olvido del reparto jovencísimo y talentosísimo. Lidera el reparto Naím Thomas, consagrado ya como una de las figuras de nuestro teatro musical, compone un Aladín lleno de energía (ojo a las piruetas que se marca) y con un amplio registro vocal como demuestra en Hoy ha cambiado mi vida. Su dulce y  menos ñona que en el cuento partenaire es Erika Bleda, de cuya voz solo podemos enamorarnos, ¡No sabes cómo te entendemos Aladín! Aitor Caballer es un Jafar con una imponente presencia escénica, Mariño Muñoz es un divertido Sultán, Víctor Lucas se lleva una gran ovación del público con la comicidad que transmite su Yago, Fátima Gregorio es una entrañable Aya de la que solo puedes encariñarte y Ángel Crespo se mete con asombroso tino en los diferentes personajes que le tocan acometer. Y no, no me he olvidado del Genio. Carles Montoliu es un mágico ser lleno de estilo que brilla con luz propia en su número estrella, El genio vuelve a actuar. Y además, la alfombra vuela, hay números de magia y ¡un elefante gigante en escena! Elementos que no hacen más que asentar la idea de que este musical que ha ideado y dirigido Jose Tomás Cháfer debe tener un largo recorrido por delante. De momento, este jueves en Gijón y los fines de semana hasta nueva orden en el Nuevo Apolo de Madrid. Vayan, tengan o no hijos, lo pasarán genial. Igual hasta les conceden tres deseos. Palabrita de Genio.

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*Tienes toda la información del espectáculo en Twitter y Facebook.

Hoy comienza «El viaje a ninguna parte» de Tamar Novas

Hoy parece más que nunca pertinente reivindicar la figura del cómico, en estos tiempos en que el teatro y el cine parecen (no) ser una prioridad para unos cuantos. Hoy más que nunca es necesario poner en escena, en su primera traslación al escenario, «El viaje a ninguna parte» de Fernando Fernán Gómez. Fue gracias a su trabajo con el maestro en «La lengua de las mariposas» como nuestro protagonista consiguió su Goya hace ahora una década. Tras una intensa carrera en el cine, el año pasado se unió a la «Comedia y Sueño» de Corazza, su debut en el teatro. Solo unas horas antes de que se suba el telón del Teatro Valle Inclán nos atendió «nervioso, pero no preocupado» ante la cita que le llevará a un Viaje a ninguna parte en el que, de nuevo, parecen sumidos nuestros actores en la actualidad.

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¿Cómo han sido los ensayos con Carol López y el resto del equipo entre los que se encuentra un actor de toda la vida, un cómico del calibre de Miguel Rellán?

Desde la prueba que hice con Carol tuve muy buenas sensaciones, y la verdad es que ha sido un proceso de ensayos inmejorable. Carol me ha dado muchísima confianza, me he sentido bien acompañado y con mucha libertad. He aprendido mucho con ella, con el personaje y con la historia. No puedo estar más contento. Y de Miguel Rellán, pues ya lo dice todo el mundo, es un compañero fantástico, lleno de generosidad y franqueza, ha sido un lujo ser su “nieto”. Al igual que el resto de compañeros: Andrés Herrera, Antonio Gil, Olivia Molina, Amparo Fernández, Jose Ángel Navarro, Camila Viyuela. Creo que hemos hecho familia.

¿Muchos nervios ante el esperado estreno?

Mi estómago lleva días inquieto… Pero estar nervioso y no preocupado creo que es buena señal.

¿Cómo es la adaptación que ha hecho Ignacio del Moral?, ¿Hasta qué punto se puede ser fiel a una película como El viaje a ninguna parte encima de un escenario?

Ha sido un placer conocer a Ignacio, es siempre interesante escucharle, y la versión que ha hecho, junto con el trabajo sobre el texto también de Carol durante los ensayos me parece muy complejo. Creo que la historia se cuenta de una forma ágil, llena de humor y verdad,  dejando que se muestren los personajes de la novela.  Con respecto a la fidelidad al original, en mi caso concreto, he vivido acompañado de la novela durante los ensayos. No he tenido en cuenta la película, para no ser condicionado por otras imágenes y otras interpretaciones, que recuerdo que en la película eran brillantes. Creo que el espíritu y los personajes de Fernán Gómez están en esta versión.

Foto de David Ruano.
Foto de David Ruano.

Ahora más que nunca, parece imprescindible reivindicar la figura del cómico. En tu caso, ¿Qué es lo que llevó tu camino a este viaje a ninguna parte en el que parecéis sumidos en estos tmpos los actores?

Pues a mí, en primer lugar, los azares de la vida. Me he ido enamorando de este oficio, pero las primeras oportunidades no fueron buscadas.

Coincidiste con Fernán Gómez en La lengua de las mariposas, ¿Con qué recuerdo te quedas del autor de El viaje a ninguna parte?

Me quedo con una imagen. Yo tenía 11 años, era mi primer día de rodaje en un monte al lado de un río, yo salía de la caravana de vestuario, y Fernán Gómez, estaba sólo y tranquilamente en un descampado, sentado en una silla plegable, con la barba recién recortada, sombrero y bastón. Es la primera imagen consciente que tengo de un actor de carne y hueso.

Recientemente pudimos disfrutar de tu trabajo en Comedia y sueño, ¿Qué ha aprendido del trabajo junto a Juan Carlos Corazza Tamar Novas con esta experiencia?

Con Juan Carlos llevo trabajando varios años y, al igual que Manuel Morón, ha sido fundamental en mi aprendizaje. Sigo trabajando con él, afortunadamente. No sabría poner en palabras todo lo que me aporta el trabajo con Juan Carlos, es un maestro y director con el que espero trabajar muchas veces. En Comedia y Sueño he aprendido y debutado en el escenario como actor, pero me ha hecho interesarme por la dirección, la dramaturgia, la puesta en escena… y en especial con la música, que tenía un poco apartada de mi vida hasta ese momento. A Juan Carlos le estaré siempre agradecido.

¿Dónde queda en la memoria de Tamar Novas el momento Goya?

Fue una buena inyección de confianza para mí, que los compañeros de profesión valoren tu trabajo es de gran ayuda para seguir esforzándose. Pero cuando recibí aquel premio yo aún no estaba claramente orientado hacia este trabajo, me dio muchas alegrías, pero me quedaba lo más importante, que era conocer más este oficio, y es a lo que he dedicado mis esfuerzos estos últimos diez años que han pasado desde aquella bonita experiencia.

Aquí y ahora, ¿Por qué el teatro es un buen lugar para contar historias para ti?

Porque es un lugar donde, como actor y espectador, he experimentado sensaciones diferentes a cualquier lugar. Creo no sólo en el componente de entretenimiento que tiene el teatro, que también me parece importante, sino en la capacidad de transformación que puede tener. Como dice el personaje de Miguel Rellán en El viaje a ninguna parte: “El teatro tiene veneno, es un misterio”.

Si miramos hacia el futuro, ¿Qué proyectos tiene y con qué proyectos sueña Tamar Novas?

Ahora disfrutar de este viaje a ninguna parte al máximo. Además sigo trabajando con Juan Carlos Corazza y parte de la compañía de Comedia y Sueño en otro proyecto, y espero rodar en abril una película que se llama La playa de los ahogados, de Gerardo Herrero, basada en la novela de Domingo Villar.