LINA: La actriz que jugaba para escuchar la lluvia

“Ver a Lina me recuerda que me dedico a esto por cómo jugaba”. María León es una de las muchas profesionales que se sinceran sobre Lina Morgan en la serie documental que ha estrenado Movistar +, Lina: La mujer espectacular.

Los ingleses dicen to play y para Lina la comedia tenía mucho de eso, de juego. Ella empezó a jugar como nadie para escuchar la lluvia y es que la primera cascada de aplausos de su vida se le asemejó al ruido de una lluvia intensa. A partir de ahí comenzaría la vida artística de una persona que se convertiría en un absoluto icono de la cultura popular de nuestro país.

«Piensa en la cantidad de compañeros míos que han muerto». Quizás el único testimonio vivo de la primera compañía en la que estuvo Lina sería su primer (e infantil) primer amor, el legendario Manolo Zarzo que es sin duda uno de los testimonios más valiosos de esta apasionante serie documental. Eran unos tiempos difíciles para los cómicos pero según reflexiona la propia Lina en una entrevista de archivo contenida en el documental para ella era fascinante formar parte desde adolescente del mundo del espectáculo.

Las otras Linas. Aunque Lina en el fondo era inimitable por esa capacidad de captar la atención y las risas del respetable, en el documental se salpican las notas biográficas con momentos de recreación de algunas escenas de su carrera. Desde el ‘chanante’ y desternillante Joaquín Reyes a Goizalde Núñez pasando por la emotiva recreación de La Barraca del Amor con unos poéticos Anabel Alonso y Pepe Viyuela haciendo las veces de Lina y el inolvidable Paco Valladares.

El perfil más completo de un icono hasta la fecha. Aunque el documental tenga un tono respetuoso con la figura que trata no por ello deja de tocar temas de los que poco o nada hablaría ella misma en vida. Me refiero por supuesto a los que conciernen sobre su vida personal y de los que en este medio de caracter cultural no entraremos por no ser nuestro ‘negociado’.

Lo que sí nos importa es reivindicarla como empresaria teatral, como la primera mujer que compró un teatro en Europa, como la artista ‘revientataquillas’ que tras un pase de su obra en televisión conseguía que aún más gente fuera a su querido Teatro La Latina a verla. A ello contribuye mucho el hecho de tener perfiles entre los testimonios tan variados como Jesús Cimarro, propietario actual del Teatro La Latina, Dani Mateo, Silvia Abril, Nacha La Macha, Juan Andrés Araque, productor de Un chico de revista precisamente en La Latina o incluso el chófer de la artista, Daniel Pontes.

Viendo el documental soy consciente de qué forma se han quedado anclados en mi memoria emocional personajes como Lina Morgan. Para mí, Lina Morgan era la protagonista de esas comedias teatrales televisadas tan divertidas -tenía especial devoción por Vaya par de gemelas que tenía en VHS, pero ante todo fue la protagonista de una serie que me marcó como televidente. Sin duda, Hostal Royal Manzanares es el icono televisivo por el cual Lina será recordada en mi generación. Esa cercanía que imponía esa televisión hecha con público al más puro estilo teatral quien sabe si marcaría incluso mi pasión por el teatro. Lo pensaba viendo la serie.

Quiero pensar que de alguna forma gracias a la memoria esa tonta del bote, esa chica de revista poco convencional, esa empresaria teatral, esa mujer barbuda de la que tanto se enorgullecía y esa Reme de ‘taytantos’ enamorada de Joaquín Kremel seguirá jugando para que al final de cada función sigan llegando las lluvias… de aplausos.

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