El Puma abre su álbum de recuerdos musicales en un recital con sabor a dulce despedida

Fotografía: Juanjo Martín/EFE

En un tiempo en que la música que copa las plataformas solo se podría tildar de inútil y transitoria, uno tiene la sensación de que «la música de antes» seguirá latiendo durante décadas. De esa música de ayer, hoy y mañana sabe mucho José Luis Rodríguez, El Puma. Poco importaba que cuando pidió levantáramos la mano los que no lo habíamos visto nunca en directo, casi la mitad del Circo Price, se quedó estupefacto ante esa idea de que podríamos no haberlo visto nunca en concierto. Tiene 82 años y ha pasado por el trago del trasplante doble de pulmón. Ahí lo tienen recuperando pero teniendo claro que esta es su gira de despedida, aunque su público, de todas las nacionalidades posibles con mayoría de venezolanas, no querríamos que fuese así.

A eso de las 8 de la tarde pasadas, saltaba al escenario del Price todo un Puma, un animal que aunque no ruge, sí hizo rugir a su público desde la primera nota. En el espacio escénico madrileño se corearon canciones del inolvidable Manuel Alejandro, al que por cierto reivindicó ante millones de espectadores en El Hormiguero junto a la gran VOZ de nuestra música: Nino Bravo. Es la generosidad de los que saben que sin su compositor no podrían llegar a los espectadores. De hecho, muchas de las canciones tuvo a bien nombrar a la persona detrás de la misma.

Un álbum de recuerdos entre amigos. Uno de los momentos más especiales de la noche fue sin duda cuando interpretó Los Amigos. En ese momento en la pantalla fueron pasando Camilo Sexto, Rocío Dúrcal, Julio Iglesias o Rocío Jurado «Hoy su hija está aquí y cuando la abrace será como si estuviera con su madre» Una vida encima en los escenarios generando buenas amistades en la profesión siempre buscando ratitos de felicidad como los que reivindicó con noches tan memorables como la que vivimos ayer en el Price. Siempre agradecido al público por seguir dándole tanto como lo que da el artista sobre el escenario.

Y llegó el Pavo Real y con él, el Puma se marcó unos pasos. La última parte del concierto tras inolvidables baladas nos permitió comprobar que a pesar de los trances de la vida, el artista todavía sigue en pie y puede marcarse unos pequeños bailes. Por supuesto, el momento más esperado fue el Pavo Real, canción que lo hizo muy popular en nuestro país. Así siguió con mucho ritmo hasta los bises finales que su público acogió con entusiasmo tras casi 1h 45 minutos de concierto. Anoche tuvimos una sensación especial, hemos podido ver a un artista que con su constancia y tesón forma parte de la historia de la música universal. Eso que nos llevamos.

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