Catalina es una mujer que desde niña tiene a Julie Andrews como su amiga imaginaria, explorando temas como la pérdida de la inocencia y la nostalgia en un viaje lleno de canciones de musicales clásicos. Este es el punto de partido del multipremiado espectáculo argentino Una película sin Julie. La actriz Lucila Gandolfo viaja desde Argentina para presentar esta bella celebración de la vida y la obra de la icónica actriz en dos únicas funciones en el nuevo Espacio Mistral los días 19 y 20 de diciembre con entradas ya a la venta.
¿Qué es en pocas palabras Una película sin Julie?
«Es un cuento de vida, es una historia que le ha podido pasar a cualquiera y es que a muchos les ha pasado que de pequeños ven una película que les influye de por vida. Después vamos viendo todo el recorrido de esos sueños de infancia y como por un hecho traumático pueden quedar por el camino.
En mi caso, Mary Poppins no me marcó tanto, quien me marcó fue Julie Andrews, la actriz detrás del personaje. Es inolvidable su trabajo como esa institutriz que con magia, con su manera tan divertida, consiguió que los niños pudieran divertirse incluso ordenando».
Las melodías de los hermanos Sherman y Rodgers and Hammerstein marcaron el inicio estelar de su carrera, ¿De qué manera crees que conectaban con Julie Andrews?
«Los Sherman Brothers y Rodgers and Hammerstein representan una época en la que se canta con una voz muy clara y a la vez liviana, se decía, no se gritaba. Se interpretaba con una voz cristalina y clara particularmente en la voz de Julie Andrews que encajaba perfectamente con ella».
¿Cómo es la minimalista puesta en escena del espectáculo?
«Julio Panno fue el director responsable de esta obra, agarramos el texto de Fernando Albinarrate que explicaba la historia de este personaje, Catalina, y fue Julio el que decidió que interpretara todas las etapas de este personaje, no solo contándolo. Con un vestuario único y tres pares de zapatos se construyó la presencia de este personaje, elementos que salen de un bolso cual Mary Poppins en el que transito en un personaje que va de los 6 a los 60 años acompañada por una mesa, unas sillas y un paraguas al final».

¿Con qué conectó especialmente de una mujer que tuvo que luchar al principio con esa etiqueta «dulce «almibarada» que le pusieron Mary Poppins y Sonrisas y lágrimas?
«De niña conecté muchísimo con Sonrisas y lágrimas y ya de adolescente con Victor o Victoria que para mí fue muy revolucionario tras sus dos personajes icónicos tan blancos. Aquí está más atrevida y distinto, a la par que entrañable».
«Julie Andrews hizo de todo especialmente cuando se casó con Blake Edwards con películas como Star y ya en los 2000 hizo Princesa para sorpresa. Tiene la capacidad de reinventarse una y mil veces, escribe libros infantiles, hace doblajes… Ella nunca dejó de reinventarse, más allá de la etiqueta «azucarada» que se la puso en sus comienzos. Al final ha conseguido llegar a los corazones de todas las generaciones«.
A las canciones de Julie se suman retazos musicales de la época y también canciones originales…
«Se narra con trocitos de canciones no solo de Julie. La protagonista cuenta que le encantaba disfrazarse también de Judy Garland o Barbra Streisand, representando la época de oro del cine musical de los 70. Para hilvanar todo ello, Fernando Albinarrate escribió dos canciones preciosas. Al principio de la obra, la niña cree que Julie Andrews es su mejor amiga con la canción And old new friend. En ese momento aparecen la evocación de Julie cantando y la niña contestándole usando las cortinas y el paraguas como disfraces. De esa forma, fue creando un vínculo de amistad imaginario con Julie e incorporándola a su vida. Al final de la obra hay otro tema, Pasa un día más, donde la vemos ya madura lamentándose de que la vida se le pasó y ella no hizo lo que quería hacer. Eso nos pasa muchas veces, que la vida se nos pasa y uno se da cuenta de que tenía sueños que nunca llegó a cumplir ya que la vida no se lo permitió y esto es lo que le pasó a Catalina».
Reestrenaste la obra en Buenos Aires el 1 de octubre por el 90 cumpleaños de Julie justo antes de enfrentarte al público de Madrid, tercera ciudad del mundo ya en teatro musical
«Hicimos una hermosa celebración por el 90 aniversario de Julie Andrews. Se reestrenó rodeada de compañeros de teatro musical argentino, gente muy querida que fueron haciendo canciones representativas, estábamos muy felices y emocionados.
¿Cómo te enfrentas a Madrid que ya es la tercera capital mundial del teatro musical?
«Me enfrento a Madrid con mucha ilusión, siempre hay un poquito de incertidumbre, pero tengo la fantasía de que puede seducir tanto como al público argentino«.
Uno de los nombres argentinos que han llevado el teatro musical argentina a España y al mundo es Gerónimo Rauch, ¿Qué se siente desde Argentino ante triunfos como el suyo?
Se vive con mucho orgullo, yo conozco a Gero desde antes de que viniera a Madrid, habíamos hecho una gira justo antes. Verlo ahora triunfando en Japón con Los Miserables es un orgullo. Gerónimo Rauch es un gran embajador nuestro, llevando su arte a Madrid, a Londres y al mundo entero, demostrando su talento y la gran persona que es.
¿Cómo animarías al público a ver la obra?
«Es una obra muy emotiva, hay mucha gente que se siente interpelada por ella, muchos vibraron con las canciones de Sonrisas y lágrimas. Especialmente los docentes se ven tocados por lo que le ocurre al personaje cuando decide ser maestra. Además durante la obra se tratan muchos temas como el acoso escolar y todos esos momentos más allá de la fantasía y la diversión que presenta por momentos el personaje. En el espectáculo hay momentos dolorosos, pero aparece la esperanza y hay un hermoso y esperanzador mensaje final. Creo que es una obra que la gente disfruta mucho al pasar por muchos estados emocionales. Así, pasamos de la risa al llanto, pero al final vas a salir feliz y contento».

