«Cuéntame cómo pasó»: El emocionante final de la serie más nuestra

Empiezo a escribir este artículo unas horas antes del último episodio de un fenómeno televisivo que hace muchos años trascendió lo meramente televisivo. No solamente por la longevidad de la ficción del Grupo Ganga. También por cómo esta familia ha sabido conectar con todas las sensibilidades que marcan el latir de un país como el nuestro. Hasta el último momento han sabido llegar no solo al público adulto que recordaba cómo pasaron los hechos de nuestra historia reciente. También con millones de espectadores jóvenes que se engancharon a la serie cuando estaba ya bien avanzada. Una de las últimas lecciones la volvió a dar Herminia, que nos ha dado los mejores momentos de esta temporada. En la boda de su nieta, el hijo de Tony, interpretado por un joven talentazo llamado Asier Valdestilla, va a presentarle a un ‘amigo’ a lo que Herminia responde con incredulidad anunciando que sabía perfectamente que era su novio. Sin duda, Herminia ha sido el ancla que ha servido a esta familia para tener los pies en la tierra durante estos 22 años y en el último episodio como ya pronosticaban los avances también lo ha sido con su petición a Carlos Alcántara, un estupendo Ricardo Gómez de vuelta, para conseguir que la familia siguiese adelante.

Un final no por anunciado menos emotivo. Sabíamos que tenía que llegar. Después del emocionante programa especial previo llegó el episodio final tras una pequeña temporada que nos ha reconciliado con lo mejor de la serie que, como es comprensible ha tenido altibajos -tramas pandémicas innecesarias mediante- en estos 22 años de emisión. Se ha hecho con una temporada corta, pero intensa y con las emociones que nos suscitaba la serie especialmente en las primeras temporadas. En el último episodio de la serie nos encontramos una brecha en la unión de esta familia. Herminia reclama la presencia de su Carlitos que vuelve al origen de todo: Sagrillas. Retomo este post ahora que acaba de terminar el episodio pasada largamente la medianoche. En el pueblo volvemos a ver a nuestra querida Paquita, uno de los personajes más entrañables de estas dos décadas a la que también echaremos muy en falta. Otra Alcántara por derecho propio la que ha construido Ana Arias.

Herminia al final consiguió llamando a Carlos que la serie tuviera el final feliz que los espectadores merecíamos tener. Los guionistas con la sensibilidad que les ha caracterizado pusieron a ‘bailar’ a la familia haciendo valer como hubiese querido la abuela las risas en los momentos difíciles. Con la voz de Elena Rivera, nuestra querida Karina de vuelta con el Cómo han pasado los años nos puso el alma en un puño en una noche en la que también pudimos escucharla cantar la sintonía de la serie en el especial previo.

Cuéntame cómo pasó se despide dando lecciones de vida a través de sus personajes que nos laten dentro y nos hacen reflexionar sobre nuestra propia vida y nuestras propias familias. Televisión que cuenta, que narra y que aporta al espectador.

Teatro y Periodismo: Historia de una vida a través de la ficción. Cuando Cuéntame, que era el título originalmente, llegó a La 1 allá por 2001 apenas tenía 12 años. Veía la televisión en mi salón familiar en el que viví las primeras 7 u 8 temporadas hasta que fui a la Universidad. Fueron años de aprendizaje también de la mano de una familia que siendo de ‘otro tiempo’ en el fondo conectaba con los usos y costumbres de la sociedad que me ha tocado vivir.

Además introdujo en dos de los miembros de la familia dos pilares que han marcado mi vida: el periodismo y el teatro. Comentaba Imanol Arias en el especial previo al final que «Tony Alcántara es la humanización del archivo de TVE» . Sí, algo de eso hay en un personaje siempre en busca de la fidelidad a sus principios cada vez que acometía un desafío periodístico como ese último medio online del que no era capaz de desconectar ni en el entierro de su abuela. Un trabajo impecable de Pablo Rivero que nos ha ido llevando por los vaivenes del personajes durante estas más de dos décadas. El otro mundo que ha retratado de una forma muy hermosa, en primetime y para el público masivo es el del teatro. Desde aquel primer grupo de teatro que montó el Padre Eugenio, inolvidable Pere Ponce, y que trajo al barrio al director teatral Diego Barrios, personaje de Antonio Valero. Nuestra Inés, en voz y carne mayormente de Irene Visedo y un tiempo de Pilar Punzano, ha sido protagonista en su faceta de actriz en momentos memorables de la serie como aquel en el que pensamos que la ficción echaba el telón con los Alcántara en una gran ovación final. Mucho habrá tenido que ver desde luego la presencia del dramaturgo Ignacio del Moral, que coescribe el último episodio, en esas tramas. Tampoco me olvido de los últimos tiempos de Inés como directora. Teatro y periodismo en una serie que ha marcado muchas vidas, pero quiero pensar que efectivamente la mía especialmente.

Durante estos 22 años he vivido de la mano de los Alcántara momentos históricos que no pude vivir -memorable la recreación del asesinato de Carrero Blanco en mi memoria. También en esta última temporada pude revivir momentos que recordaba vagamente por ser aún un niño -estremecedor el momento Miguel Ángel Blanco en la serie, divertida la conversión en euros con aquellas calculadoras que eran nuestro día a día o el temible Efecto 2000 que no significó absolutamente nada a pesar de los miedos.

Si hay un momento de ficción que recuerdo como impactante, más allá del funeral de Herminia que por supuesto nos impactó sobremanera, fue el desmoronamiento de Antonio Alcántara. Un Imanol Arias derruido ante el espejo por todo lo que tuvo que sufrir con Construcciones Nueva York por el maldito Don Pablo, interpretado por un Pepe Sancho en estado de gracia interpretando al verdadero VILLANO de esta serie al que tampoco olvidaremos. Tampoco lo haremos del Desi de Roberto Cairo, del Tinín de Quique San Francisco, del Cervan de Tony Leblanc, de la abuela Pura de Terele Pávez -su muerte fue otro de esos momentos marcados en la historia de la serie-, incluso de apariciones estelares como las de José Luis López Vázquez, los capítulos iniciales con Fernando Fernán Gómez o un poco más adelante Luis Cuenca que se despediría de la profesión en la serie. Tampoco me olvido de intérpretes históricos como William Miller que volvió después de mucho tiempo a la serie, el inolvidable Miguelón de Juan Echanove, Rosario Pardo como Nieves, Manolo Cal como Ramón, Lluvia Rojo como Pili y Silvia Espigado como Clara. Mención especial merecería la entrañable Alicia Hermida que además de interpretar a su Valentina fue la maestra de actores de la serie que consiguió que esos niños pizpiretos con Ricardo Gómez a la cabeza acompañado por Manuel Dios, que muchos años después sería también guionista de la serie, y Santi Crespo dieran tanta verdad a la serie. Ha querido el destino o la vida que hoy precisamente hayamos sumado otra dolorosa pérdida. Nada menos que la del padre de la serie, Eduardo Ladrón de Guevara, que llegó a hacer un cameo en la serie como recogía RTVE en sus redes.

Un artículo entero merecería la química entre nuestros Antonio y Merche. Lo que han construido Imanol Arias y Ana Duato sobrepasa la pantalla desde hace muchos años y siempre lo llevaremos en nuestros corazones los espectadores. Aunque sea difícil de elegir en estos 22 años un episodio que me haya gustado por encima del resto viene a mi memoria aquel en el que Antonio y Don Pablo viajaron a Moscú: Hello Moscú: Vodka con Martini. Carlos Iglesias interpretaba a un niño de la guerra que me sigue conmoviendo aún a día de hoy cada vez que lo reviso como esta misma tarde justo antes del especial previo al último episodio.

Siento que cuando una ficción te ha tocado tan hondo, su llama, su recuerdo, nunca se apaga y que de vez en cuando tendré la necesidad de volver a los Alcántara como refugio, como hogar y es que hace mucho que dejasteis de ser personajes de ficción para convertiros en FAMILIA.