César Camino es uno de los protagonistas de El nombre, el gran éxito del verano en el Teatro Maravillas de Madrid.
¿Qué te atrajo de El nombre?
El reparto y los productores implicaban un producto de calidad asegurado. Vi la película en su día y me encantó, así que era maravilloso poder formar parte de este proyecto además con Gabriel Olivares, que es un currante nato, que no para desde que se levanta por la mañana. Lanza una honda expansiva de talento que llega hasta los productores. Irradia trabajo.
Aquí y ahora, ¿Por qué el teatro para ti es un buen lugar para contar historias?
El teatro te permite contar historias más especiales. En la tele, se hacen productos demasiado generalistas. Por ejemplo, El nombre tiene una ironía y una sarna sobre las relaciones personales que en la tele no podríamos mostrar.
¿Qué aprendiste de tu experiencia en Japón haciendo teatro musical?
Aprendí a bailar jotas aragonesas allí. El aliciente era vivir allí. Era un musical de cosas españolas. Lo que rescato es vivir allí, fue maravilloso.
Y en tu trayectoria teatral, ¿Alguna vez te has quedado en blanco en escena?
Me pasó con Burundanga en Bilbao después de un año en Madrid. Me puso nervioso creo que el hecho de interpretar a un vasco. No había repasado el texto y Rebeca Valls me tuvo que tirar el texto. Pasé unos sudores fríos…
¿Ha sido una losa un personaje tan mediático como “El moñas” a la hora de avanzar como actor?
Para nada, aunque es cierto la gente me sigue recordando por “El moñas”. Empecé a trabajar en Hospital Central y tuve que dejar a ese maravilloso personaje. En ese momento me apetecía hacer drama. Al final, he podido hacer cosas muy diferentes la verdad, aunque el público es cierto que siempre me recuerda por ese personaje y yo estoy encantado.
¿Qué es lo que más te gusta de una serie como Los Misterios de Laura?
Es una serie de formato clásico como las que yo veía de pequeño. Es para toda la familia y te engancha por los capítulos autoconclusivos. Las tramas principales se alargan, pero los misterios se resuelven en cada episodio. Además hemos tenido el lujo de poder conocer a actores episódicos del nivel de Miguel Rellán, Fernado Cayo, Fernando Guillén…
La serie ha sufrido un maltrato constante de TVE, que la tenía guardada en un cajón, ¿Cómo vive esas esperas un actor?
He intentado olvidarme de ese tipo de problemáticas, es la única forma de tirar para adelante en esta profesión. Si renuevas lo celebras y si no intentas pensar en el siguiente proyecto.
Tu camino en principio no iba dirigido hacia el mundo de la interpretación…
Empecé a trabajar con 16 años en Publicidad. Con 20 ya tenía mi vida hecha. De repente, me fui ilusionando con el teatro casi sin darme cuenta y claro a mis padres les asombró un poco el tema, pero yo era entonces ya un hombre hecho y derecho.
¿Con qué tipo de proyectos te gustaría seguir ‘jugando’ a esta profesión?
Ahora mismo estoy muy contento con la familia de los Larrañaga y con Gabriel Olivares. Espero seguir teniendo oportunidades en todos los medios. Tienes que estar muy implicado en un proyecto y quiero que el equipo que esté detrás me de las suficientes garantías para poder llevarlo a buen término.