Su nombre quedará asociado para siempre al género del teatro musical. Ricard Reguant, que fue antes que nada actor, se enamoró del género gracias a títulos imborrables como Cantando bajo la lluvia que, cosas del destino, terminaría dirigiendo sobre los escenarios en una producción de la que no guarda precisamente un buen recuerdo. West Side Story y Chicago son dos de los espectáculos con los que como espectador y como director ha disfrutado más, dos joyas de la corona del género. Se enfrentó hace unos años a un reto llamado Vuelven las corsarias que por motivos extra-artísticos, Gürtel mediante, ha quedado como una simple comidilla en los cada vez más frecuentes corrillos televisivos. Pretendían recuperar la revista, un género inconcebible en nuestros días si no es con los suficientes cambios producto de los tiempos. El musical infantil ha sido una constante en su carrera con experiencias como La vuelta al mundo de Willy Fogg o El maravilloso mago de Oz, que opta a los Premios BroadwayWorld Spain que se celebrarán el próximo 25 de noviembre en el Teatro Lope de Vega de Madrid. Abierto en canal, Reguant se sincera en esta entrevista en la que admite que si bien «he hecho ganar mucho dinero a los productores», a él le queda mucho tiempo para la jubilación. Será un placer seguir disfrutando de su entregado trabajo de difusión del musical en España. Aquellas luces de neón enfocan hoy a uno de los pioneros del género en España. Siéntense en sus butacas y disfruten de sus palabras. Arriba el telón.
Uno de los pilares de su carrera han sido los musicales infantiles, ¿Qué diferencia encuentra entre trabajar para niños y para adultos? ¿No cree que en el fondo cuando un adulto compra una butaca quiere soñar y creer que otro mundo es posible?
De hecho el género musical es el más completo de los géneros teatrales, se canta, se baila y se actúa, además en muchas ocasiones tiene una dosis de espectacularidad añadida (decorado, vestuario, efectos especiales) que hace las delicias de la gente que no suele acudir al teatro normalmente. Todo ello conforma naturalmente un mundo “no real”, y por muy dramático que sea el argumento o muy aparentemente “realista”, está claro que en el momento en que se canta o se baila entramos en otro mundo más cercano a la fantasía. Yo en realidad no veo demasiada diferencia entre los espectáculos infantiles que hago y los llamados de adultos, quizá solo a nivel presupuesto, pero desde siempre he pensado que un “espectáculo” debería gustar a todo el mundo sin límites de edad. Quizás por esta razón los musicales “familiares” que monto son “distintos” a los de la media que se representan y que efectivamente hablan al espectador como a un niño pequeñito. Yo creo que hoy con la televisión e internet los niños ya nacen sabiendo tanto como los adultos, por eso no se debe hacer ningún tipo de distinción a excepción de las más básicas normas de la educación.
Solo por citar dos de los grandes títulos en los que ha estado: Cantando bajo la lluvia y West Side Story, ¿Cómo fue ese acercamiento a dos de las obras maestras del musical?
West side story es el sueño de cualquier persona que se dedique a este mundo. Es uno de los musicales más completos que existen y sin duda uno de los mejores (otro para mí es Chicago). Por lo tanto el acercamiento fue desde el más absoluto de los respetos. Sin embargo, tuve que hacer algunas modificaciones con el texto original, ya que en España conocíamos el show a través de la película, y en algunos casos difiere bastante. Como por ejemplo es que en la versión teatral el célebre numero: America solo lo cantan las chicas portorriqueñas, y si lo hubiera dejado así el espectador se habría pensado que me había vuelto loco. Otros cambios importantes, y siempre siguiendo con la versión fílmica, fueron el cambio de canción del SARGENTO KRUPKIE o de COOL que estaban colocados en actos distintos a los originales, y que creo ganaban con el cambio, como ocurría en la película.
http://www.youtube.com/watch?v=6TxmXgIqwkY
En cuanto a Cantando bajo la lluvia, es una película que me entusiasma y un espectáculo musical que odio. Nunca me ha gustado la versión escénica. Además creo que simplemente no se puede hacer. La dirigí porque el productor me lo propuso con bastante insistencia después del éxito de 7 novias para 7 hermanos, yo era muy reacio a hacerla pues ya la había visto hasta 3 veces en Londres y nunca me había gustado. Pero en fin la hice y tampoco quedé satisfecho, es de los musicales con los que menos me he divertido dirigiendo.
http://www.youtube.com/watch?v=vEk9tjcKdoY
Y de una revista tan «comentada» por motivos extra-artísticos como Vuelven las corsarias, ¿Qué recuerda?
Yo he sido un gran amante de la revista, crecí viendo las revistas de Colsada, y soñaba con esas mujeres maravillosas que salían en ellas, y me reía con las ocurrencias de Luis Cuenca, Pedro Peña, Juanito Navarro o Quique Camoiras… Intenté hacer un homenaje a este tipo de revistas con algunos números ya probados y añadiendo algunos más acordes a la época. Me gustó hacer Vuelven las corsarias, aunque no funcionó nada bien a nivel de público, creo sinceramente que era una buena propuesta y muy honesta con lo que anunciábamos… Sin embargo los motivos extra-artísticos fueron decisivos en que se acabara al mes de representaciones. Pero si alguien quiere ver cómo era puede encontrar varios números musicales que he colgado en Youtube y juzgar por sí mismo. Me molestó muchísimo que en ciertas tertulias televisivas dijeran que era un espectáculo muy malo, cuando ni siquiera lo habían visto. Pero en fin todo esto forma parte del Celtiberia show del país.
http://www.youtube.com/watch?v=zhnT7gjX_Io
¿Cree que de alguna forma las primeras visitas que hizo como espectador a ese dorado mundo de la revista en el que reinaban actores cómicos como Luis Cuenca y Pedro Peña fueron la llama que encendió la pasión por este oficio?
Es muy posible, aunque me influyeron más las películas de Fred Astaire y Ginger Rogers, o filmes como 7 novias para 7 hermanos, Oliver, La leyenda de la ciudad sin nombre y sin duda West Side Story.
Ángel Fernández Montesinos me comentaba que no creía en la supervivencia del género de la revista, que se había perdido la tradición, ¿Cree que algún día resucitará o es un género producto de otros tiempos?
Como todo, la Revista también ha acabado por transformarse, espectáculos como The hole no son más que una variante moderna del Music-Hall tradicional, y el mismo CHICAGO no deja de ser un gran homenaje al “burlesque” americano (las “variedades” españolas). Pero la Revista tal como la entendíamos hace 30 años ya no puede volver a existir, quizá solo como curiosidad atemporal, pero por desgracia ya murió junto a los grandes cómicos y vedettes que la hicieron posible.
Durante años se ha hablado de que a España le faltaba una «cultura de musicales», ¿Cree que ya hay un público lo suficientemente ‘musicalero’ para apostar por musicales de gran formato que se salgan de los tradicionales Jesucristo Superstar o El diluvio que viene?
Yo pienso, que no hay publico para nada en lo que se refiere a teatro. En todo caso existe una cierta minoría interesada en el hecho teatral, pero incluso esta minoría tampoco está dispuesta a ver todo los musicales. Hemos visto grandes fracasos de musicales excelentes, y grandes éxitos de musicales lamentables. Hoy existe una corriente publicitaria que marca al futuro espectador. Pero ni siquiera los posibles éxitos foráneos son posibles éxitos en nuestro país. Ya ni siquiera grandes nombres que han llenado teatros hoy son una apuesta segura. El espectador teatral es la persona mas infiel que pueda existir. Solo van a ver aquello que creen puede ser de su interés y eso no siempre coincide con las expectativas de productores, directores, artistas en general o especialistas en concreto. Sondheim, por ejemplo solo ha funcionado con el amparo de los teatros públicos y siempre en temporadas relativamente cortas, en cuanto han pasado al circuito comercial se han hundido, y eso también ocurre últimamente en sitios tan poco sospechosos de tradición musical como el mismo Broadway.
Quizás, la mayor efervescencia en el musical español se haya producido en espectáculos off como La llamada, que se ha convertido en todo un fenómeno, ¿Cómo valoraría esta constante de musicales alternativos tan frescos como Pegados?
No conozco La llamada, pero tampoco creo en los fenómenos… a menos que llenen teatros de 1000 localidades. Y eso tampoco ocurre con un musical tan redondo como Pegados que realmente merecía más atención y suerte que el que ya ha tenido y que no deja de ser un mini-éxito minoritario. En un país normalizado Pegados sería un éxito grandioso que ya se estaría haciendo en un teatro grande con una producción más importante. Lo que realmente valoro es que en nuestro país empiecen a existir este tipo de espectáculos creados desde la nada más absoluta y creados por compositores y escritores muy jóvenes concienciados por el género musical con absoluta libertad de acción y no mediatizados por posibles éxitos preexistentes.
Hablando de «cultura de musicales», espacios como Broadwayworld están creando una gran afición por el género, ¿Tiene muchas esperanzas en ganar el premio para El Maravilloso Mago de Oz?
Lamento decir que no me interesan nada los premios. En España solo sirven para cubrir un espacio vacío en los egos personales, y yo ya lo tengo cubierto cada vez que consigo que el publico venga a ver los espectáculos que dirijo. En cuanto a las páginas de internet que se especializan en musicales bienvenidos sean tantas como puedan, poco a mucho siempre hacen ruido, aunque en algunas ocasiones responden más a motivaciones empresariales muy concretas que a unas ganas reales de dar cabida a todos los espectáculos musicales, pequeños o grandes que se creen en España.
Y si miramos hacia el futuro, ¿Qué proyectos tiene y con que proyectos sueña Ricard Reguant?
Sueño con jubilarme y solo asistir al teatro como simple espectador para seguir viendo a mis compañeros jóvenes y no tan jóvenes con los que he tenido el inmenso placer de compartir la pasión por el teatro en general y el musical en particular. Por desgracia, aun tendré que seguir trabajando durante muchos más años, si alguien sigue creyendo en mí, para poder retirarme. Pues nunca he llegado a ganar tanto dinero como para poder apartarme de este mundo… aunque, contradicciones de la vida, si he dado a ganar muchísimo dinero a colaboradores y productores a los que yo di su primera oportunidad… y que ya lo han olvidado. En fin: “c’est la vie”.