Aunque desde que era pequeño, fue algo así como la versión peliculera del ‘Repelente Niño Vicente’, el teatro se cruzaría en la vida de David Serrano de la mano de Animalario. El musical ha ocupado una parte importante de su vida con películas como «El otro lado de la cama» y obras como la exitosa «Hoy no me puedo levantar». Un mundo, el del musical, que ya le apasionaba como espectador disfrutando de dos de sus películas favoritas: «Cantando bajo la lluvia» y «Melodías de Broadway». Hace tiempo que descubrió que los ensayos deben ser un momento agradable para el equipo y que si hay que parar para tomar un café se debe hacer por el bien de la función. Esa sensación, se ha visto corroborada con «La venus de las pieles», en la que los integrantes del equipo creativo se han convertido ante todo en buenos amigos. Y con la vista puesta en «Lluvia constante», que veremos en el Canal a la vuelta del verano, y en una posible película, dejamos a este director con la mirada puesta en su ordenador, donde trabaja incansable para sacar adelante nuevos proyectos que seguiremos con interés DESDE MI BUTACA.
¿Qué elementos atraparon a David Serrano de La venus de las pieles?
La vi en una matinal en Broadway. La disfruté mucho como espectador y tenía claro que también me iba a hacer disfrutar como director. Como director, al transcurrir en un único espacio, no puedes hacer cosas raras, aunque es cierto que hemos añadido elementos a la puesta en escena, que era muy sencilla.
Con el referente de la película de Polanski tan reciente, ¿Cómo definiría David Serrano su versión de la obra de David Ives?
Cuenta la relación entre el autor-director que va a montar La venus de las pieles y la aspirante a actriz protagonista. La historia se entremezcla de una forma muy inteligente con la propia obra que van a representar. Esa relación entre lo escrito y la realidad va evolucionando a lo largo de la obra. Lo interesante con respecto a la película es comprobar cómo con el mismo texto se puede llegar a sitios muy diferentes. La película no me fascinó, lleva una dirección muy diferente a cómo yo la concibo. He hecho pocos cambios en el texto. Quizás el más significativa sea una llamada de teléfono, que la hemos retrasado un par de páginas. Así mismo podría añadir que la adaptación es bastante metateatral, con guiños al espectador y a la propia obra.
¿Qué ha descubierto David Serrano de Clara Lago como actriz en esta Vanda de la que todo el mundo del ‘gremio’ lleva hablando desde su estreno?
Aunque sólo tenga 24 años, hemos descubierto que es una de las grandes actrices de este país. Es su segunda obra, su primer prota, es un espectáculo ver la verdad que tiene en escena. Es atractiva y muy payasa. No es fácil encontrar esas dos cualidades y además con una gran energía y una verdad… Es muy fácil trabajar con ella, coge muy rápidamente las notas. Frescura y locura, eso le da al personaje.
¿Cómo ha sido el proceso de ensayos?
Cuando tienes actores tan buenos todo es muy sencillo. No hemos ensayado horas en exceso en las cinco semanas. Tienen unas parrafadas impresionantes, necesitan ir a casa a ensayar. Monto las obras en una semana y a partir de ahí me gusta profundizar en los personajes. Cuando tienen un dibujo, el actor pierde el vértigo y desde la relajación pueden trabajar mejor.
Teníamos la sensación de ser unos amigos que quedaban para tomar unas cañas. Hemos creado un equipo de gente muy maja. Desde Daniel de Vicente, mi ayudante de dirección, a Alicia Rubio, actriz espléndida que también nos ha ayudado. Era muy sencillo. Tengo la obsesión de que pierdan la percepción de que están en un trabajo monótono. Intento siempre crear un ambiente cómodo y relajado. Si están cansados, pues cortamos antes y si tenemos que alargar un café por una charla interesante, lo hacemos. No perdemos el tiempo charlando en la cafetería, estamos haciendo piña, luego se trabaja mejor. Un actor no creo que más de tres horas de concentración pueda tener y me parece la mejor opción desconectar de vez en cuando.

Según me voy haciendo mayor, he ido comprobando lo poco efectivos que me resultan los juegos de improvisación. Prefiero lo del café, la verdad, suele ser más productivo. Eso sí, si están en ven les pido que estén al 100% el máximo tiempo posible. Diego y yo somos ya casi hermanos y a Clara la hemos acogido como nuestra hermana pequeña.
Aquí y ahora, ¿Por qué el teatro es un buen lugar para contar historias para David Serrano?
En el teatro tienes una libertad creativa absoluta. La inmediatez para levantar el proyecto es maravillosa y me permite centrarme en lo que más me gusta, el trabajo con los actores, sin intermediarios como en el cine. El disfrute que me supone hacer teatro nunca lo ha conseguido igualar el cine.
Te he oído comentar que has tenido varias veces la impresión de que parecía que te ibas a poder ganar la vida con el cine, ¿De alguna forma sientes que ahora te está ocurriendo lo mismo, pero con el teatro, que éste es tu nuevo camino?
Siempre he tenido mucha curiosidad por el teatro, aunque quisiese ser director de cine desde pequeño. Cuando empecé a conocer actores y ver sus obras, me empezó a fascinar el teatro, un mundo que apenas conocía, no iba al teatro nada. Cuando conocí al equipo de Animalario, me fascinó ese mundo. Antes de dirigir Días de fútbol, trabajé de ayudante de dirección de Andrés Lima. Llegué a faltar al montaje de mi película- que no se entere el productor, jeje- para ir a ensayar con Lima. Programé también la Sala 2 del Alcalá con la obra Últimas palabras de Copito de Nieve, experiencia del todo ruinosa económicamente. He producido obras de teatro y cada vez me lo paso mejor en el teatro.

¿Qué significa el mundo del musical en la vida y en la obra de David Serrano?
Soy un apasionado de los musicales. Es el espectáculo total, me fascina desde pequeño. Dirigir teatro musical es un follón, pero es una maravilla tener a un equipo tan grande a tus órdenes.
¿Se puede consolidar una industria a base de musicales jukebox como Hoy no me puedo levantar únicamente?
Estoy de acuerdo en que se deben hacer musicales autóctonos, pero la dificultad reside en que se necesita una inversión media cercana a los 3.000.000 de euros, sin subvención alguna. Es poco factible que un banco te apoye con un proyecto nuevo, que no tiene asegurado una mínima rentabilidad económica. No se puede pagar a una compañía de 40 personas con un 21% de IVA, cuanto más grandes son las productoras más sufren. Mira lo que ha pasado con Sonrisas y lágrimas… Me encantan los pasos que se están dando en los musicales de pequeño formato. Yo me declaro fan de La llamada, que creo que ha sentado un precedente y estoy seguro que en los primeros ‘bolos’ no cobraba el elenco, que lo hacían por amor al arte. Ahora mismo, estamos trabajando en unas condiciones… Ganaría mucho más si me dedicase a otra cosa. Es difícil que la gente ajena a este mundo entienda que estamos currando por amor al arte prácticamente. El musical sin ayudas y con un 21% de IVA no va a poder evolucionar hacia un espectáculo autóctono.
Es muy fácil criticar a los productores por hacer jukebox, pero sólo hay que mirar la cartelera del West End y de Broadway para darse cuenta de que es una fórmula que funciona muy bien. Te diré como curiosidad que Cantando bajo la lluvia o Melodías de Broadway son jukebox. El problema no es la fórmula, sino cómo se materializa esa fórmula. Cuando hay una inversión tan grande detrás, hay muchos intereses en juego, gente que opina creyendo que puede repetir un éxito pasado… Eso complica la creatividad, hay que lidiar con ello como se puede. Es una fórmula peligrosa, pero hay que hacerlo con la máxima dignidad posible. Otra cosa es que por esos intereses, te tengas que enfrentar a situaciones como las que se vivieron con el anterior Hoy no me puedo levantar. Ahora bien, el show actual es más que digno.
¿Has aprendido más de un éxito como Días de fútbol o de un fracaso como la muy reivindicable Días de Cine?
Nadie esperaba el éxito de Días de fútbol, la hicimos sin imaginarnos una reacción tan alucinante. Días de cine era más arriesgada, pero pensamos que parte de los fans de la otra película vendrían a vernos. Lo que hizo el primer viernes en taquilla era para pegarse un tiro. Me sirvió para relativizar. Ni el éxito es para tanto ni el fracaso tampoco. De hecho, tuve más ofertas después de Días de cine.
¿Qué queda del, y cito textualmente, “Repelente niño Vicente del cine” de tus comienzos?
Quiero pensar que soy un poco menos imbécil, menos sabiondo… Supongo que dentro de cinco años, tendré la misma percepción de que hace unos años era peor que en ese momento. Creo que voy sabiendo algo más y relativizando. Me pasaron muchas cosas de golpe y la pena fue que no supe valorar los éxitos que me vinieron de golpe por no haber sufrido antes el lado más amargo de esta profesión, esos momentos en que no hay proyectos a la vista. Si eso se vuelve a repetir- que lo dudo- supongo que lo saborearía con mucho más gusto.
Si miramos hacia el futuro, además de esa Lluvia constante, ¿Qué proyectos le esperan a David Serrano?
Estoy muy orgulloso de la línea de trabajo que estoy llevando a cabo con Cote Soler en el teatro. Se trata de producir un teatro comercial de calidad. Es una satisfacción muy grande dirigir a directores y voy a tener al director del momento en Lluvia constante, Sergio Peris-Mencheta. De hecho a Andrés Lima le he dirigido en 2 películas y a Gerardo Malla también le dirigí en Días de cine. Si eres listo, puedes aprender mucho de ellos. Además, trabajar con Roberto Álamo siempre es un lujo. Voy a seguir viendo obras sin plantearme el género. Sólo busco que me muevan como espectador y así seguro que me moverán como director. Y por supuesto, me encantaría hacer una adaptación de un musical americano sin las imposiciones de la franquicia. Además, el año que viene igual hago una comedia en el cine.
*Podéis descubrir más cosas sobre La venus de las pieles en nuestra crítica y en la entrevista a Clara Lago y Diego Martín.
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