Siglo de Oro que estás en los escenarios…

Carlos Saura y Els Joglars se han lanzado a la puesta en escena de dos textos procedentes de ese período dorado de nuestro teatro. Lo han hecho eso sí, con versiones totalmente libres, pero a la vez sin faltar a la esencia de los textos. El coloquio de los perros y El gran teatro mundo son dos buenos ejemplos de cómo hacer teatro clásico alejado de convencionalismos. Para el primero ya no queda ni una entrada. Afortunados los que puedan disfrutarla.

el-coloquio-de-los-perrosRamón Fontseré se enfrenta a su primera dirección tras la marcha del alma máter de Els Joglars, Albert Boadella. Lo hace con una novela ejemplar de Cervantes y no con una obra de teatro, recordemos lo poco afinado que estaba en la dramaturgia el autor del Quijote, como muestra la espantosa La gran sultana. Como de costumbre, el grupo catalán hace de su capa un sayo y utiliza la escusa del texto cervantino para criticar la pudredumbre de nuestra sociedad. Hay palos para la clase política imperante y para el pueblo que trata a los perros como si hijos suyos fuesen. Desde luego que no se nota la marcha de Boadella. El coloquio de los perros es un montaje brillante con unos intérpretes, el propio Fontseré se lleva la función de calle, magníficos. Utilizando un juego de máscaras, otra seña de identidad de Els Joglars, los actores se transforman en un buen puñado de estereotipos, que no por serlo dejan de ser acertados, que describen el absurdo que nos toca vivir. Sin miedo a «tocar» el texto, se ha conseguido un montaje totalmente libre que, sin embargo, mantiene la esencia de la novela ejemplar de Cervantes. Tan divertida y ácida como siempre. Larga vida a Els Joglars.

granteatro_fotosergioparra_119_web[1]Leyendo las memorias de Adolfo Marsillach compruebo con estupefacción que sus primeros montajes en la CNTC fueron vapuleados por la crítica por no declamar el verso los actores. Bueno, uno sí lo hacía, José Luis Pellicena, que era el único que salía ‘glorificado’  en esas críticas. Marsillach se empeñó en decir el verso de una forma natural. Esa tendencia ha creado escuela y, menos mal, ya no se declama el verso. Carlos Saura nos regala un gran teatro del mundo que cuestiona, con respeto, el texto de Calderón. Estamos en una suerte de ensayo general de la función que el propio Calderón va a dirigir. Las actores increpan al autor, no entienden el sentido de los versos y, quién mejor que él, para explicarlo. Saura ha creado un espectáculo muy visual, realmente impresionantes las proyecciones en tres dimensiones del comienzo, donde todos los elementos ayudar a meterse en la historia. Curiosamente, tan politicamente incorrecto como es este montaje, en el fondo reivindica de una forma dignísima la obra. Saura ha tomado los pasajes que le han parecido capitales, que los actores dicen de una forma tan natural que parece del siglo XXI, dando la mejor imagen posible de la obra calderoniana. No nos engañamos, una visión historicista del texto en pleno 2013 hubiese sido un peñazo, hablando alto y claro. Se ha rodeado de unos actores a los que dedicaría una ovación cerrada. Empezando por Manuel Morón, uno de los mejores actores que tenemos en España, como mundo, pasando por el televisivo y teatralmente comprometido Raúl Fernández como el rico. Otra mención más: José Luis García Pérez como Calderón. Ya he mostrado mi admiración en varias ocasiones, pero hoy no puedo dejar de volver a hacerlo. Otro grande las tablas. Y así podría mencionarlo a todos: Emilio Buale, imponente rey, Antonio Gil, Fele Martínez… Y además, las licencias de Saura «aligeran» el autosacramental: esa escena de la actriz- bailarina presuntuosa es divertidísima. Esas figuras que retrató Calderón han mutado, pero en el fondo todo sigue igual.

 Pero no cambia mi amor
Por mas lejos que me encuentre
Ni el recuerdo ni el dolor
De mi pueblo y de mi gente

Y el próximo sábado, un nuevo estreno. Se trata de Historia de el loco Cardenio, una de las producciones de este año del  Instituto del Teatro de Madrid. A las  21:00 horas en la nueva sala de teatro Nave 73 con adaptación del texto de Shakespeare y Fletcher a cargo del director del ITEM, Javier Huerta Calvo. Un estreno absoluto en Madrid.

cartel-loco-cardemio

La Historia de Cardenio es un texto tan inquietante como fascinante. Inquietante, porque lleva consigo el enigma de si fue escrito o no por William Shakespeare. Las últimas investigaciones apuntan a que, efectivamente, el bardo de Stratford-upon-Avon se interesó por el célebre episodio que Cervantes relata en la primera parte de El Quijote, y accedió a llevarlo a las tablas con la colaboración de un dramaturgo menor, John Fletcher.
Es un texto también fascinante por mostrarnos lo que pudo ser en aquel tiempo, por encima de las distancias geográficas y lingüísticas, la relación entre los dos escritores más universales y acaso más decisivos y trascendentes de la historia de la literatura: Cervantes y Shakespeare, Shakespeare y Cervantes, unidos, además, por la hermosa leyenda según la cual murieron el mismo día.

Traducida al inglés en 1612, la primera parte de El Quijote debió causar honda impresión en Shakespeare. La originalísima traza de una historia difícil de encasillar en ningún género de la época, la no menos original personalidad de su protagonista, el genial sentido del humor, especialmente apreciado por los ingleses que pronto lo harán suyo (Sterne, Fielding, Dickens…), fueron, sin duda, atractivos irresistibles para un dramaturgo como Shakespeare, a la búsqueda siempre de temas que tuvieran el suficiente impacto para funcionar sobre las tablas.

Uno de esos temas es la locura. Shakespeare lo había llevado ya a algunas de sus tragedias: Hamlet, El rey Lear… El personaje del loco -el gracioso del teatro español- no falta tampoco en casi todas las comedias. De la historia cervantina de Cardenio no sólo pudo atraerle la locura, sino la relación que esta tenía con el amor y, sobre todo -y esto era más novedoso- con la amistad, pues que de una amistad traicionada surge el desvarío del protagonista.
Locura, amor, amistad… He aquí los tres componentes básicos en que se fundamenta la comedia. La versión que de esta obra -que se estrena por vez primera en España- ha realizado la compañía ITEM/SIGLO DE ORO añade a esos componentes el humor y, sobre todo, el entusiasmo con el propósito de alcanzar la fórmula perfecta del verdadero teatro.

Javier Huerta Calvo

Autor de la versión.

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