Actor, director y productor teatral, Tristán Ulloa ha tocado todas las facetas de su oficio con notable éxito. Director de la película Pudor, combina su trabajo como actor en la obra Julio César con proyectos tan interesantes como En Construcción, uno de los grandes éxitos de la sala de teatro de nuevo cuño Teatro del Arte. Hoy más que nunca, el teatro se convierte para él en un parlamento en el que cuestionar los errores del ser humano. Su Bruto es un peldaño más en una carrera artística que, estoy seguro, dará aún mucho que hablar.
¿Qué ha atrapado a Tristán Ulloa de un texto como Julio César?
El texto ya es lo suficientemente atractivo como para aceptar un proyecto así, pero si encima tienes ante ti un personaje que es “Pre- Hamlet” era imposible decir que no. Hamlet tiene mucho de Bruto. El mítico ser o no ser tiene mucho del “remedio está en su muerte” de mi personaje, que se cuestiona si matar o no matar a Julio César. Plantea el dilema de si es un magnicidio o un tiranicidio matar a César. Era justo o era un tirano a derrocar. Son preguntas que el público debe responder. Es una obra escrita hace 400 años y parece escrita hace dos semanas. La historia del hombre nos enseña poco… o más bien aprendemos poco de ella. Siempre nos encontramos ante la misma gentuza. Estaría bien no repetir los mismos errores.
Uno de los momentos clave de este montaje ha sido su paso por el Festival de Mérida…
Es una experiencia realmente mágica. Cualquier actor que le guste su oficio sueña con actuar en Mérida. Actuar ante 3000 personas a la luz de la luna con un Shakespeare es algo maravilloso. Ojalá que un festival así perdure en el tiempo.
La última experiencia televisiva ha sido Gran Reserva, ¿Con qué se queda de esa serie?
Hace un año que terminamos de rodar y lo mejor han sido los compañeros. Es una etapa más en mi vida, pero es cierto que ha sido muy gratificante compartir escenas con gente como Emilio Gutiérrez Caba, Francesc Garrido, Ana Risueño…Gente con la que estás a gusto y de la que encima aprendes muchísimo.
En Construcción se convirtió la pasada temporada en uno de los éxitos de crítica y público más reseñables, ¿Qué destacaría de ese montaje?
Es una de las experiencias más hermosas que he vivido en mi carrera. Ha salido de una forma muy natural y muy pequeñita, que ha ido creciendo hasta convertirse en un gran espectáculo. Hemos tenido una grandísima recepción de la crítica y el público ha aplaudido mucho el montaje. Hemos llenado a diario, pero por culpa del IVA no he podido amortizar la obra. De la recaudación el 50% va para la sala y del resto va el 21% para el IVA y el 10% para los autores. La compañía trabaja con un 19%, no salen las cuentas para pagar los sueldos… En la Feria de Programadores de Huesca hemos recibido el premio a mejor montaje, lo que nos ha abierto la posibilidad de que nos programen en varios sitios. Estamos realmente satisfechos y orgullosos del trabajo realizado. Ya estamos preparando la gira.
¿Por qué el teatro es un buen lugar para contar historias para Tristán Ulloa?
El teatro, como decía Arthur Miller, es el único formato que no puede morir, habla del espíritu del hombre. Mientras siga habiendo personas en este planeta, el teatro no morirá. Independientemente de que se pague o no se pague. Nuestra obligación es convertir el teatro en un parlamento. Debemos invitar a la reflexión a través del teatro.
Y si miramos hacia el futuro, ¿Hay nuevos proyectos a la vista?
No te puedo avanzar nada. Nos hemos convertido en un país incierto. Yo siempre he convivido bien con la incertidumbre que te provoca esta profesión, pero ahora mismo no soy muy optimista. Eso sí, no voy a dejar de luchar por trabajar en algo en lo que realmente crea.
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