Si algo me interesa de Grand Piano más allá de la inevitable comparación con el cine del maestro del suspense es su inconsciente, o no tanto, reflexión sobre el miedo escénico. Eugenio Mira nos presenta a un pianista que se enfrenta de nuevo a la pieza imposible. A la dificultad de la propia partitura se le añade un factor externo, un francotirador invisible a los ojos del músico que le disparará si no llega a tocar con acierto las últimas notas. Y nada más empezar me viene a la cabeza la reciente Última Llamada con la que comparte un similar punto de partida, pero esta nueva cinta va mucho más allá del simple entretenimiento.
Mira pone en escena a un artista que se plantea si ser uno más o convertirse en una leyenda de la música. La diferencia entre arriesgar por conseguir tus sueños o quedarse estancado en la mediocridad, esa máxima en el arte que el director lleva a primer término en esta cinta. Para el roll protagonista cuenta con el ex habitante de la Tierra Media Elijah Wood. Este inseguro pianista saca lo mejor del actor al que veremos pronto en otra producción española, Open Windows de Nacho Vigalondo. Sí, resulta que esta película es española, aunque a algunos les parezca increíble. Una pena que el final desluzca lo que, hasta el desenlace, era un desasosegantemente entretenido thriller que se resuelvo de una forma abrupta y tirando de ‘fuegos artificiales’. A pesar de ese decepcionante final, Grand Piano se deja ver con gusto y te dejará pegado a la butaca. Mucha suerte en taquilla, sería bonito ver otro filme de producción nacional entre las más vistas. Eso sí, tendréis que esperar hasta el 25 de octubre, fecha de estreno en salas comerciales.