La comedia tiene que ser un espejo de la vida humana
«El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha» de Miguel de Cervantes Saavedra
En un lugar ronlalero de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho que vivían cinco intrépidos cómicos que decidieron enfrentarse al clásico más universal de nuestra literatura. Una batalla de antemano perdida, pero estos cuatro locos de la palabra cual Quijotes contemporáneos decidieron luchar contra los molinos de la naftalina que suele rodear a los clásicos. Su objetivo, llenar de vida el verbo de Miguel de Cervantes y convertir el humor ronlalero en un espejo de la vida humana.
“Hemos hecho un acercamiento con respeto, pero sin reverencia”. Álvaro Tato e Íñigo Echevarría coinciden en que lo esencial de esta adaptación era ver al clásico como el referente que es, pero no caer en el error de doblegarse ante la palabra de Cervantes. En el fondo, han intentado “ronlalizar al Quijote y creo que nosotros seremos muy Quijotescos a partir de ahora” en palabras de Michael McMuffin. A ese reto de adaptación se une la responsabilidad de hacerlo con el apoyo de la prestigiosa Compañía Nacional de Teatro Clásico: “Nos sentimos como un segunda B jugando la Champions” comenta Álvaro Tato, entre las risas cómplices de sus compañeros. A lo que añade Echevarría: “Al estar ante un clásico de estas dimensiones, el error hubiese sido intentar cubrir las expectativas de todos los espectadores”.
Y todo comenzó en un simposio sobre el Siglo de Oro. Esa alocada aventura llamada Siglo de Oro, Siglo de Ahora nació en el marco de Calderón en Europa, un simposio del director del Instituto del Teatro de Madrid, Javier Huerta Calvo. Su proyecto, con polémico nombre, fue Folla a Calderón, en homenaje al género de la Folía, mal pensados… Ese fue el germen de un espectáculo que les ha valido un Premio Max entre otros destacados reconocimientos.

“Por fin nos han quitado la etiqueta de simples gamberretes graciosos”. Gracias a Siglo de Oro, Siglo Ahora han conseguido que el público y la crítica les viesen como algo más que unos cómicos con atino: “Siempre se ha menospreciado la comedia en este país y parece que por practicar ese género solo se pueden hacer cosas superficiales”, comenta Mcguffin. Según Daniel Rovalher: “Al tocar un tema tan seriote, se nota que la gente te toma más en serio”.
Un humor cítrico-crítico. Varias claves para entender las comedias de estos adictos a las rimas ingeniosas: 1) Es un humor diferente, característico 2) Que invita al espectador a hacerse preguntas 3) Te hace enfrentarte a los males de esta sociedad con una sonrisa 4) La inversión sistemática de los términos, tomarse con humor los temas más serios.

Este es solo el comienzo de esta aventura, amigo Sancho. Nuestros intrépidos caballeros de la triste figura cabalgarán a lomos de la palabra del Manco de Lepanto desde el 19 de diciembre hasta el 5 de enero en el Teatro Pavón. Y seguro que invocarán a Talía en una posterior gira que les llevará a los confines de La Mancha y de toda España.
Un comentario sobre “En un lugar ronlalero”