Comenzamos nuestro repaso a un 2013 que nos ha traído un puñado de buenos trabajos interpretativos encima de las tablas. Estos son algunos de los trabajos (femeninos) que más nos han emocionado en este 2013.
Sin duda alguna de la multitud de trabajos en los que hemos visto a Inma Cuevas nos quedamos con La nieta del dictador, sin desmerecer claro está a Cerda o True West entre otros montajes. Así hablamos de su trabajo en La nieta del dictador: «Sobre las tablas de la Kubik Fabrik Inma Cuevas, una actriz de capacidad emocional superlativa. En el tránsito entre la risa y la emoción volvemos a reivindicar a esta actriz como uno de los grandes talentos de nuestra escena. No era fácil encarnar a esta ‘excesiva’ nieta sin resultar precisamente… excesiva. Con el gesto justo y la emoción contenida, Inma Cuevas nos regala generosamente un trocito de su talento interpretativo».
Kiti Mánver nos ha ofrecido este año el que quizás sea uno de los personajes más hondos de su carrera de la mano de Juan Carlos Rubio. Así hablamos de su trabajo en Las Heridas del Viento: «Es el trabajo de esta ACTRIZ un ejercicio de sutileza y buen hacer encima de las tablas. Mánver imprime al personaje un amaneramiento nada forzado, que solo subraya en momentos contados, cual pinceladas de ese gran óleo que es la interpretación de esta gran maga de la escena que llena de emoción y de magia el hall del Lara desde que lo pisa por primera vez».
Blanca Portillo por emocionarnos primero con La vida es sueño y sorprendernos después con un cambio de rumbo teatral de primer orden. De Segismundo a la taxista que va camino de Fisterra junto a una Ángeles Martín también en estado de gracia. La Portillo decidió aparcar por un momento los ‘dramones’ a los que nos tenía acostumbrados y pudimos comprobar que también es una maga de la risa. Y cuando ríe por primera vez en escena, nos contagiamos de su entusiasmo por el teatro… y por la vida.
Irene Escolar por su apuesta decidida y su compromiso por las tablas. Primero en La chunga y después en Capitalismo, Hazles Reír. Independientemente del resultado global de ambas propuestas, Escolar ha vuelto a demostrar este año que por sus venas corre la sangre de una dinastía que lejos de extinguirse encuentra renovación en la mirada de esta actriz magnética a la que no perderemos de vista en El cojo de Inishmann.
Concha Velasco por su extraordinario trabajo como la vengativa Hécuba sobre las tablas del Teatro Romano de Mérida y el Teatro Arriaga de Bilbao entre otros espacios teatrales. Tras contar y cantar su vida en su espectáculo unipersonal, Concha recibió con entusiasmo esta propuesta que la lleva a enfrentarse a un teatro de raíz, a enfrentarse cara a cara con los miedos y rencores del ser humano. Un derroche de energía encomiable a sus 74 años y que llena de emoción a los espectadores allá por donde pasa. Es un lujo que siga encima de los escenarios.
María Garralón por Las Chicas del Calendario. Es una de las actrices más queridas por el gran público desde que la conocimos en Verano Azul. Si la tele ha sido una constante en su carrera, el teatro no lo ha sido menos. Este año la hemos disfrutado sobre las tablas de los Teatros del Canal con una comedia luminosa, que nos da alegría de vivir y ganas de tirar para adelante: «María Garralón es Annie, la mujer que pierde a su marido e incentiva a las chicas a hacer el calendario en memoria de su esposo Jhon. Una actriz maravillosa que construye un personaje con la emoción a flor de piel, emocionante en la última escena junto a su marido enfermo».
María Isasi por Incrementum y Hécuba. Hace unos meses, el Teatro Galileo recuperó esa joyita para ACTRICES llamada Incrementum. En el reparto, una magnética María Isasi en su roll de jefa de departamento. Y en este año también la hemos disfrutado compartiendo escenario con «La Velasco» en unas escenas desgarradoras en la Hécuba que dirige José Carlos Plaza.
Valeri Telechea por Júbilo Terminal. Una revelación en toda regla, una actriz llena de temperamento dramático que pudimos descubrir en El Sol de York en este enfrentamiento entre el presente y el pasado del teatro materializado en un veterano de las tablas en batalla dialéctica con una joven promesa de la escena.
Nathalie Poza por A cielo abierto. Una de las actrices con más presencia en el teatro español en los últimos años, nos regaló otro expléndido trabajo en este montaje en el que compartió escenario con el maestro Pou. Hacían una pareja deliciosa, llena de fisuras, pero que en el fondo no podían comprender el mundo el uno sin el otro.