Mira que son molestas las moscas en verano. Y algunas veces también en invierno. ¿De dónde salen cuándo están fuera de temporada? Deben ser transgresoras de las rutinas y de lo que se espera de ellas.
Una mosca puede hacerte compañía. Entre otras cosas más perturbadoras. Como impedirte la siesta, insistir en un punto de tu fisonomía para que se enrojezca a base de tortazos, o hablarla como si entendiera tus preocupaciones o molestias.
Ya Antonio Machado nos advertía de las “cualidades” de las moscas. Y antes, “El sastrecillo valiente” se las daba de multiasesino. Julio Cortázar también tiene un relato de moscas, William Golding escribe “El señor de las moscas”, aunque no sea exactamente ese el tema, “Las moscas” es una obra de teatro de Jean-Paul Sartre sobre el mito de Electra y, desde luego, Slawomir Mrozek, microrrelatos donde pone al retortero hipocresías, consumismo, capitalismo, comportamiento humano, situaciones cotidianas,… que es lo que interpretan en estos momentos, con gran sentido humorístico, Eva Latonda y Maru García en esta ocasión, en el Teatro de Las Aguas.

La mosca cojonera quizás sea el adjetivo más popular para calificarla. Mosca que tiene la propiedad de ser invisible y aparecerse de repente, o viceversa. Mosca de nuestras vidas, mosca de necesidad social imperiosa.
Ejemplos: en boca cerrada no entran moscas, a perro que no conozcas nunca les espantes las moscas, abunda más que las moscas en verano, al hombre que camina no se le paran las moscas encima, amagar y no dar es las moscas espantar, cuando el diablo no tiene nada que hacer… etcétera.
Es decir, sabiduría popular. Y en esta obra a dos, dos moscas, de negro y mil experiencias que contar, ya que están o han estado en todos los sitios, nos van hilvanando, o mejor dicho, zumbando al oído colectivo de todos los espectadores, de manera cómica, las situaciones de hechos históricos, literarios o, simplemente, cotidianos. Entre tanto, nosotros nos las imaginamos esquivando el zarpazo definitivo o cayendo en el recuento victorioso de quien las atrapa al vuelo.
No hace falta esperar al verano para que sean motivo de divertimento. En el teatro, La mosca nos está esperando.
Alberto Morate tiene el teatro como modus vivendi. Durante más de 40 años ha sido profesor de dramatización, ha dirigido grupos de teatro, ha escrito obras y ha interpretado ocasionalmente como actor. Desde el año 2014 también reseña funciones y espectáculos. Realiza sus crónicas con un estilo peculiarmente poético, haciendo hincapié en el tema, y comentando las representaciones desde un punto de vista emocional, social y humano.
