Nació en 1964. Comparte año de nacimiento con el personaje y el director que le han dado la fama. Rompetechos, el célebre personaje nacido de la pluma de Francisco Ibáñez, llegó al mundo el mismo año que Javier Fesser, uno de los directores más personales de nuestro cine. Gavira estudia desde entonces piano, canto y no deja de formarse para mejorar en la interpretación. Una profesión que le apasiona y en la que admite que su 1,28 metros no han sido un problema. El protagonista de Orquesta de Señoritas, que actualmente recorre España, es una persona optimista. Si no fuese por su particular físico no hubiese podido acudir al casting que Javier Fesser anunciaba como “solo para físicos extraordinarios”. Desde entonces, ha entablado una relación muy especial con el director de Camino. Tal es así, que se presentó vestido de Rompetechos “con un traje alquilado y un bigotito” a un casting que hizo el director. Desde entonces, a Rompetechos se le asocia directamente con este actor: “He hecho las dos películas e incluso el musical”. La suya podría ser perfectamente una de esas historias de superación personal que tanto gusta en el cine norteamericano. Quizás, esa hipotética película daría mayor visibilidad social a una enfermedad que parte de la sociedad ha decidido ignorar. Gavira ve positivo que se vea a “enanos” en puestos de trabajo normales y gente como Galindo han ayudado a que estén presentes en los medios de comunicación. “Seguro que no harían tantos chistes con minusválidos ni negros”. Las expresiones a veces no son las correctas. Piensa Gavira que “expresiones como ‘me crecen los enanos’ son totalmente vejatorias contra nuestro colectivo”. Las cosas parecen haber mejorado, pero aún queda mucho camino por recorrer.
Vive a caballo entre Alcázar de San Juan, su pueblo natal, y Madrid. Al llegar a la capital tuvo que adaptar su casa a su tamaño. Odia subirse a una escalera para tener que hacer cosas cotidianas. Hizo una nueva cocina, a su medida. Con todo a mano para poder disfrutar de la cocina. “Estamos creando una sociedad que es la escusa perfecta para los que menos tienen tengan menos todavía, eso me preocupa” . Gavira como buen ciudadano está preocupado por este momento incierto que nos ha tocado vivir. Además, se preocupa por la falta de árboles en la zona de la Meseta. Según comenta el actor : “Solo haría falta que cada uno pusiésemos nuestro granito de arena, si reforestásemos un árbol cada uno,el mundo sería un poquito mejor”
UN MENSAJE OPTIMISTA
“Siempre es difícil hablar para los demás. Todo se supera, hay más gente buena que mala en este mundo. Solo se vive una vez. Por el hecho de medir menos que los demás, no tienes que dejar de hacer las cosas que te apasionan. Que no se queden en casa por medir menos que los demás, se trata de que prime la calidad por encima de la cantidad. Que nada te impida que tus sueños se hagan realidad. Hay que salir a la calle a disfrutar de lo que realmente te apasione. Me siento feliz desde mi 1’28 en la medida en que cualquiera puede ser feliz”.
Con solo siete años ya se dio cuenta que lo suyo era “puro teatro”. En sus años del colegio disfrutó encima de un escenario, pero también fueron los años más duros. En aquel tiempo “veía como los demás crecían y yo me quedaba atrás”. Gavira supo sobreponerse al grito de “Lo que no te mata, te fortalece”. Ha desarrollado una carrera impecable en cine, teatro y televisión y admite que aún le quedan muchas historias que contar como esa Blancanieves muda que le ha dado por fin una nominación al Goya. DESDE MI BUTACA es nuestro favorito, se lo merece por una carrera llena de constancia y dedicación a un oficio al que demuestra que ama desde lo más hondo de su alma en cada trabajo.