Se ha convertido en todo un clásico de la actividad cultural estival en Cantabria. El ciclo Talía 2013, cuya programación corre a cargo por primera de la empresa cántabra Palco Tres Gestión, tendrá un pistoletazo de salida de lujo. Nada menos que el estreno nacional de la nueva puesta en escena de Hoy: Diario de Adán y Eva, en la que Miguel Ángel Solá volverá a estar presente. Eso sí, lo hará en calidad de director y no de intérprete como anteriormente. Serán Fernando Guillén y Ana Milán, que ya trabajaron juntos hace escasos meses en Wilt.
Me piden una síntesis de “Hoy: El diario de Adán y Eva, de Mark Twain”,
que es de él, tanto como de González Gil, Oteyza y quien aquí escribe estas
líneas. Yo no sé de síntesis. Quizás “El nombre de las cosas” sería el mejor
título –y explicación real del espectáculo que pronto hemos de gozar todos–,
de esta renovada versión de la más bella obra jamás creada.
Quienes lo hemos hecho ya; quienes lo hagan hoy; quienes jueguen con él
en un futuro, y los espectadores –salvo los muy fundamentalistas–, nos inclinaremos a pensar:¡Cuánto mejor hubiera sido una historia como la que contamos que la maldición bíblica que nos persigue y perseguirá hasta purgar el pecado original de querer soñarnos creación y creadores!
Palabras y actuaciones van dedicados a aquellos que sienten que aún
es posible ver la otra cara de lo que nos acontece.
“Hoy: El Diario de Adán y Eva, de Mark Twain” es también el recuerdo
sonoro de las intenciones con las que el ser humano vive su vida.
Transcurre en dos estudios de radio a los que separa una cincuentena de
años, una diferente calidad de agobios y esperanzas; y un único dilema,
que, a veces, nos atrevemos a abordar como una única certeza: el amor.
Amor: palabra inventada por Eva para definir lo indefinible.
Amor: palabra repetida por Adán para no volver al barro que lo parió.
En cuanto a Felipe y Catalina: nunca se sabrá. Fue un pacto, y es nuestro
deber cumplirlo.Miguel Ángel Solá, Director de la nueva producción.
A la obra que protagoniza una de las parejas de moda, le seguirán montajes plagados de caras reconocibles por el gran público. Desde Anabel Alonso en Lastres a Aurora Sánchez en No te vistas para cenar, Carmen Ruiz en No se elige ser un héroe, José Luis Gil en Una más y nos vamos y Antonio Molero en Una boda feliz. Rostros muy queridos por sus trabajos televisivos. Sí, las caras conocidas acercan el teatro a gente que, de otra forma, no acudiría al encuentro de Talía. Casi todos comenzamos de la misma forma, interesándonos por aquellos actores que sentimos como parte de la familia. Es una buena forma de contagiarse del «veneno del teatro», ¿Quién sabe si este verano no se encenderá la mecha de un joven y futuro espectador teatral? Muchos ‘televisivos’ demostrarán sobre las tablas del CASYC que lo suyo no es solo la televisión, sino puro teatro. Y entonces, el público aplaudirá y dirá : «Esto del teatro no es tan rollazo como me habían contado».