Convertir el teatro en un Parlamento. Ese podría ser perfectamente el resumen de esta entrevista. José Pedro Carrión aspira a un teatro en que el público juegue un papel esencial: “Mucha mierda, el público es quien realmente hace la función” me dice antes de subirse al escenario. El respetable auditorio cuando aplaude la palabra de Eurípides en Hécuba, de alguna forma da la aprobación a lo que el autor cuenta en su desgarradora tragedia. Y en teatros como el Arriaga, por donde pasó la función hace unas semanas, ocurre algo mágico: “El público y el teatro hacen que la palabra coja una energía especial y el teatro te hace a ti”. Esta temporada ha seguido moviendo sus espectáculos de teatro esencial como Júbilo Terminal, con el que tanto nos emocionamos DESDE MI BUTACA. Hablamos con el actor, pero sobre todo con el ciudadano que ve con ojos críticos la sociedad actual.
¿Qué le dice a José Pedro Carrión como actor y como ciudadano una obra como Hécuba?
Me encanta la palabra ciudadano. No quiero olvidar que ante todo soy una persona ciudadana, lo más importante que somos lo somos con el otro. Lo mejor y lo peor de los seres humanos está reflejado en la historia del teatro. Hécuba habla del presente de una forma poderosa, son palabras eternas que dichas por una actriz de la categoría de Concha Velasco, que aprendió el teatro a base de práctica, cogen un gran sentido en el aquí y ahora. Ella pertenece a una generación muy poderosa, que son dominadores del arte de la palabra bien dicha encima de un escenario. Ansiaba trabajar con ella. Estas palabras tan antiguas dichas por su boca se convierten en unos parlamentos que cuando el público los aplaude, expresa no solo su admiración por una gran artista, sino también su acuerdo con Eurípides. El pueblo encuentra en el teatro un parlamento, en el que expresa sus emociones ante lo que está escuchando, unos principios naturales de acuerdo con los cuales el hombre tendría mejor vida. Y esos principios se están viendo pisoteados por una democracia, cuyas instituciones nos demuestran la gran mentira que son.

El teatro como parlamento, ¿Es ese el verdadero sentido del arte escénico para José Pedro Carrión?
En este terrible contexto que perviva el teatro, que crea una ilusión de la verdad, nos hace mejores personas y mejores ciudadanos. Hécuba se convierte en un acto político para que sintamos que en el teatro nos podemos reconocer. En una época en que hemos hecho tantos teatrillos, es penoso ver que el teatro no esté en la educación de nuestros pequeños. Espero que algún día el teatro se convierta en un lugar para conocerse, reconocerse y para tener una esperanza de que esas posibilidades que tenemos como seres humanos se hagan realidad para conseguir una sociedad más justa y agradable de vivir. Hoy por hoy, el gran público no demanda teatro. Es muy poca la gente que podrá ver por ejemplo Hécuba en el Teatro Español, aunque se llene todos los días. Es lamentable que el teatro sea para las minorías cuando aporta tanto al ser humano. Tiene grandes posibilidades de llegar a muchos espectadores y no lo puede hacer.
¿Qué es el ‘teatro doméstico’ que practicas con Valery Tellechea en obras como Júbilo terminal?
Lo principal para mi en el teatro es que la persona sea la base, llevar el humanismo a primer término. No creo en etiquetas como la de pequeño o gran formato, aunque claro es imposible que nuestros espectáculos lleguen a un teatro como el Arriaga, ya me gustaría a mi… Nuestro ‘teatro doméstico’ es un teatro esencial que vamos a intentar hacer donde nos quieran. Jubilo términal trata sobre las dificultades que os hemos dejado las generaciones anteriores a los jóvenes que estáis empezando. En este caso materializado en el caso de un actor veterano y una actriz joven, pero creo que es extrapolable a cualquier otra profesión. Es complicado ‘colarse’ en los circuitos autonómicos de teatros. En lugar de trabajar unidos, nos ponen barreras para trabajar por ejemplo en un teatro de Alicante. No existe una red nacional de teatros fuerte que cree un cierto intercambio cultural. La generación de Valery ha quemado su vida formándose y ahora se encuentra con la dificultad de conseguir un espacio para poder representar sus proyectos.
Muy bueno el blog, José Pedro!