¡Cuánto daño han hecho Los Serrano, Verano Azul y Pesadilla en la Cocina! Eso es lo primero que pensé cuando vi Chiringuito de Pepe. Sí, la serie mete en la coctelera a Bonilla, instalado en una especie de bucle en el que hace siempre el mismo papel, una suerte de Chanquete en voz y carne de la gran Blanca Portillo y, ojo al dato, un trasunto de Chicote en las manos de un Santi Millán cada vez más hecho como actor. En verano, dicen que el consumo televisivo desciende, mundiales aparte. Por eso, las cadenas pasan de programar algo digerible en el estío veraniego. De vez en cuando, sacan del cajón alguna serie que empezaba a estar cubierta por telerañas. A veces funcionan, sólo hay que ver los fenómenos de Los misterios de Laura y La que se avecina, que en efecto se emitieron en tales fechas. Otras funcionan de una forma normalita y algunas se pasan al late-night y son sustituidos por un programa de gran nivel artístico, véase El pueblo más divertido o algo similar…
Chiringuito de Pepe pegó el pelotazo en su estreno. Consiguió un dato que yo creo que ni los directivos de Mediaset podían creerse… En verano les resultará harto difícil mantener la atención de 4.600.000 espectadores, imposible vamos… Creo que con los tres retazos que he dado ya se hacen una idea del percal de la serie. Ahora bien, he de decir que dentro de un orden la serie puede ser hasta entretenida. Sobre todo por la falta de ficción en verano y vamos que la cosa pega en estos meses. Y sí, que está Blanca Portillo y eso ya le da cierto fuste al invento fritanguero. No creo que vaya a ser una serie de larga duración, pero como fritanga veraniega se deja ver con gusto. Seguiremos dándole una oportunidad en las próximas semanas.