Esperando un Incrementum…

Esperando a Yolanda, ese podría ser el título de la función que repone Sergio Peris- Mencheta estos días en el Galileo, o bien podríamos titularla Esperando un incrementum. Tu jefe de departamento te comprende. Te puede abrir la puerta o bien no abrirte la puerta. Puedes darte una vuelta por el resto de departamentos mientras tanto y en otra ocasión puede que la fortuna te sonría ¿Qué le preocupa a tu jefe de departamento? ¿Qué será de estas empleadas cuando Yolanda se jubile? Seis actrices magnéticas sin escenografía alguna nos sumergen en el absurdo mundo de la empresa. Se repite el mismo texto una y mil veces con emociones diferentes. Puro absurdo que se acentúa con ese guiño a la obra maestra de Ionesco, La cantante calva: «»Coge un círculo, acarícialo y se hará un círculo vicioso». Sin desmerecer al resto de actrices, maravillosas, María Isasi lleva el peso de la función, especialmente brillante cuando se convierte en jefe de departamento.  Al igual que en la citada obra de Ionesco, a la que muchas veces se ha tachado de estática y de que no ocurre nada, ocurren muchas cosas y el brillante reparto no para en este particular calvario por conseguir un incremento. El reivindicativo final, del que no desvelaré nada, es uno de los puntos álgidos de una función que estará solo hasta el 28 de abril en el Galileo. Después llegará la Tempestad de Sergio Peris- Mencheta,  ese actor reconvertido en brillante director que con trabajos como Incrementum demuestra un compromiso firme por un teatro que cuenta, que dice cosas al espectador. Un descubrimiento, desde luego.

Mientras tanto en el Valle Inclán siguen esperando a Godot en un «físico» montaje que en manos de Alfredo Sanzol se convierte en una experiencia escénica mágica gracias a la creación de unas imágenes muy bellas, muy poéticas. A ello contribuyen unos actores brillantes, especialmente Juan Antonio Quintana, un veterano de la escena que dota a su Lucky de una fragilidad animal que torna en lucidez cuando nos da el discurso filosófico con asombrosa entereza. En este mundo «absurdo» que nos ha tocado sufrir seguiremos esperando montajes tan brillantes en las próximas semanas que, seguro, la rica cartelera madrileña nos facilitará. Volveremos a hablar de Sanzol y de Peris- Mencheta, sin ninguna duda.

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