Sergio Peris Mencheta: Las renuncias en pos del sueño americano

«Te queremos volar a Los Ángeles, Sergio». En junio, hace una prueba para una serie americana. Para el director de Continuidad de los parques es una más: «He hecho unas 20 en los últimos cuatro años». Cuando estaba en el Festival de Almagro- donde se quedó literalmente afónico por el calor extremo del paraje manchego- recibió una nueva llamada. Querían que hiciese una nueva prueba. Ya de vuelta en Madrid, con la ayuda del actor Mario Tardón, grabó una escena que entusiasmó a los responsables de la serie Snowfall. Y entonces, llegó la llamada que cambió todo: «Cuando pienso que estoy dentro de la serie me doy cuenta del marrón que tengo encima con tantos proyectos teatrales en marcha en España». Hablamos con el actor y director en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, donde participó en el ya clásico ciclo «Noches de la Biblioteca».

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Lluvia Constante en los Teatros del Canal, el primer escollo. Sergio Peris Mencheta lleva una temporada intensa: «Inconscientemente, me he hecho un sitio como actor, creador y director en España». Entre los proyectos que más alegrías le han dado está este texto en el que ha compartido escenario con Roberto Álamo bajo la dirección de David Serrano. Cuando se retrasó el rodaje del piloto de la serie, Peris Mencheta lo tuvo claro y decidió renunciar a la serie. Fue Jorge Culla, el intendente de los Teatros del Canal, donde se iba a reponer la obra, quien le hizo cambiar de opinión: «Suspendemos, no puedes renunciar a la oportunidad de tu vida». Fue entonces cuando el actor y director decidió escribir una carta al espectador que ha sido un éxito viral sin precedentes:

Querido Espectador.

En octubre de 2014 estrenamos LLUVIA CONSTANTE en la Sala Verde de los Teatros del Canal. Un viaje maravilloso en el que me embarqué junto a Roberto Álamo y David Serrano. Y el camino ha sido un goce, entre gente que entendemos el TEATRO como un vehículo para cambiar las cosas, dentro y fuera de uno. Hacer reír y llorar, pero también hacer reflexionar y cuestionarnos. Tratamos de elegir las obras que muestran nuestros ángulos muertos, que nos ponen al borde del acantilado, que nos alertan como seres humanos sobre nuestro comportamiento, nuestros valores, nuestros miedos, nuestros deseos, y en definitiva sobre el camino que vamos haciendo al andar en este mundo que vivimos y en este momento que nos ha tocado vivir. Y siempre me pregunto si la elección responde al afán de intentar que tú –Espectador- te veas en las mismas y te hagas preguntas; o simplemente recurrimos a ella con un afán psicoterapéutico más “onanista”…

Elegí ser actor por dos razones:

1-para contar historias que mejoraran el mundo

2-para que papá y mamá me quisieran más

Más allá del miedo evidente de saber si podría comer de esto, estas 2 razones desde el principio dibujaron ante mí 2 caminos.

El primer camino es el más divertido. Es el que te recuerda al niño que fuiste, que «jugaba a que era», y que jugaba en general. Que se ponía el mundo por montera y encontraba a todos en uno mismo. Sin pudor. Sin miedo al fracaso. Sin buscar el éxito. Y lleno de mí. El investigador y el investigado. El preguntador y la respuesta. El «mundo en pelotas», como me gusta pensar. La vida en el escenario de la misma vida. Momento a momento.

El segundo camino es el que me empuja a estar a la altura (no sé muy bien qué altura). A ser un “buen” actor. A pensar en mi “carrera”. A compararme con otros. A mitificar. A estar guapo. A brillar. A ir a fiestas, estrenos, festivales, show-rooms, alfombras… El segundo camino es el que está lleno de necesidad de reconocimiento, de halagos, de googlear mi nombre, de disfrazar mis carencias… Y en definitiva, de soñar con recoger el premio y llorar dando las gracias a papá y mamá por engendrarme. Ese camino está repleto de flashes, de opiniones, de guiños, en el mejor de los casos. O al menos está lleno de la búsqueda de todas esas cosas. Y ese camino en realidad está asfaltado y se llama “autovía”. Y pretende llevarme más y más rápido a un lugar que no existe. De hecho siento que ese camino me pone todo el rato fuera de mí: “qué dirán, ya no me llaman, ya no gusto, me ven gordo, me criticaron, salí parpadeando en la foto”,… etcétera, etcétera…¡Mucho etcétera!… En ese camino me vacío de mí, y me lleno del personaje que los demás crearon a partir de aquella frase que dije, de aquel personaje que interpreté, de aquella novia que tuve, o de aquel polémico discurso… Y ese camino de búsqueda del éxito (o sea: de insatisfacción permanente), inevitablemente, yo lo relaciono con Hollywood. Huelga decir por qué. Estos dos caminos, lejos de ser compatibles, son como aceite y agua, y cuanto más poder toma uno, más desaparece el otro. (Este capítulo da para mucho, pero no me enrollo más al respecto.) Y huelga decir también que ambos caminos son de paso obligado. Y de la cantidad de kilómetros que recorra en uno y en otro depende mi carrera, mi éxito, mis premios, mi dinero, mis portadas, mis seguidores en redes,… pero también mi entrega, mi conexión con lo que pasa en el mundo, mi conexión con lo que me pasa a mí, y creo que mi felicidad. Entre otras cosas, ser actor me obliga, consciente o inconscientemente a combinar estos dos caminos. Y uno trata, denodadamente de encontrar la fórmula para que aceite y agua congenien.

En este momento de mi vida el TEATRO se ha terminado de convertir en el vehículo sobre el que viajo por el mundo. El camino que elegí. Como actor, allí me toca vaciarme de mí un buen rato para dejar entrar al personaje que escribió el autor. Y como director, allí pongo en juego mi punto de vista y mis ganas de compartir la vida contigo, Espectador. Y hace rato que esto me hace plenamente feliz.

Hace una semana recibí una llamada «del otro lado del charco» con una proposición de trabajo como actor de esas que uno «no puede dejar pasar». El problema es que las fechas de rodaje coinciden de lleno con las fechas de LLUVIA CONSTANTE en el Canal. He estado peleando con producers, showrunners, managers, agents y Studios para tratar de hacerles entender que yo, antes de que me “descubrieran” ellos, ya existía. Y que tenía mis compromisos. Que muchos podían caer, pero que había que respetar esos 4 días que ya estaban anunciados en los Teatros del Canal. Finalmente hablé con Jorge Culla (Intendente de los Teatros del Canal), y le conté lo que estaba pasando. Tanto él como Albert Boadella (Director de los Teatros del Canal) entendieron que no podía dejar pasar esa oportunidad, y hablaron ellos mismos con los producers, showrunners, managers, agents y Studios de marras, y decidieron, ante la imposibilidad absoluta de aplazar el rodaje, anular las funciones para que pudieran contar conmigo y no buscaran a otro. Mi infinita gratitud hacia ellos.

En estos 7 días de estrés y negociaciones para defender que respetaran «mi» TEATRO, me he dado cuenta de que mi “ahora” (antes de la llamada de EEUU) es el mejor momento de mi vida. En lo personal y en lo profesional. Me gano la vida haciendo TEATRO. Es más: me la gano haciendo el TEATRO que yo quiero hacer, rodeado de la gente que lo entiende como yo, y a la que quiero. A bordo de un Barco Pirata pequeño pero matón, cuento las historias que me laten como director, y me meto en la piel del personaje que me late como actor. Y a ti, Espectador, la propuesta, por lo general, te gusta. Y disfruto el camino (que es el secreto de la felicidad, dicen).

Te escribo esta carta para despedirme de ti. Por un rato.

También para darte las gracias por vivir el TEATRO. Por comprar esa entrada. Por confiar.

Pero sobre todo para pedirte disculpas por haberte “traicionado” y haber tomado ese tren del que tantos hablan. Ese tren que “no se puede NO coger”. Y no tener que arrepentirme en el futuro de no haberme subido cuando tuve la ocasión. Ese tren que estoy seguro que no me hará más feliz de lo que me hacen, hoy, las tablas, y cuyas vías discurren por el segundo camino, claramente.

Espero que al menos sí me sirva para seguir haciendo camino y, en el mejor de los casos, no pierda de vista por la ventanilla el sendero de la alegría. Te aseguro que no cesaré en mi empeño de mezclar aceite y agua.

Disculpa, una vez más. I owe you one.

Hasta pronto.

Sergio Peris-Mencheta

En Montgat, a 28 de julio de 2015.

La Joven Compañía de Teatro Clásico, la gran renuncia: «Para mí, el gran sacrificio es no poder hacer el proyecto de la Joven Compañía de Teatro Clásico. No lo voy a poder hacer. Creo que entienden, pero no comparten mi elección. Me va a dar pena esa renuncia». El actor y director que siente el teatro como algo que le «alimenta el alma» siente que traiciona a su parte más creativa con esta renuncia. El que llegara a ser Capitán de la Selección Juvenil de Rugby y que comenzó en el teatro por una chica, vivió las mieles del éxito desde bien joven con la serie Al Salir de Clase, aunque ahora sea el teatro su gran amante artística y vital. También por el camino ha tenido que renunciar a dos películas: Que Dios nos perdone, cinta de Rodrigo Sorogoyen con Antonio de la Torre y Roberto Álamo y a la película interactiva francesa L’ Araignée Rouge (La araña roja), en la que los espectadores eligen el final mediante una aplicación de móvil.

Love Ranch, el otro sueño americano de Peris Mencheta: «Es algo así como lo que le ha pasado a Óscar Jaenada con Cantinflas«. El actor hizo una película con Hellen Mirren que nunca llegó a España. En sus palabras: «Tiene que ver con los paquetes de compra de las majors. Si entras en uno se estrena, si no no». En este sentido, el también director tiene la espinita clavada de que las 6 películas que ha hecho en Francia como actor no hayan llegado a España: «Tienes que tener un golpe de suerte para que se estrene el trabajo que haces fuera aquí.  Parece que la marca España sólo sirve para el fútbol y no para el arte».

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Barco Pirata sigue con viento en popa y a toda vela. Está ensayando La Puerta de Al Lado como director y en cuanto termine de grabar el piloto volverá justo a tiempo para terminar de dirigirla y estrenarla. La serie no retomará el rodaje hasta marzo, por lo cual en noviembre estrenará en Avilés la obra: «Me lo mandó Julián Quintanilla, me encantó y lo traduje». Como actor le veremos también en un episodio de la celebrada El Ministerio del Tiempo.

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Un puñado de interesantes propuestas escénicas vistas en la cartelera madrileña

Se acumulan las propuestas en la cartelera madrileña y eso es tan buena señal como mala. Buena por ver cómo a pesar de los palos que le ponen a las ruedas de las artes escénicas, los ‘teatreros’ tienen ganas de seguir contándonos historias. Mala por la imposibilidad de dedicarle el espacio que merece a algunas propuestas que pasan completamente desapercibidas en medios de comunicación. Hoy DESDE MI BUTACA os propongo una selección de espectáculos que he visto en las últimas semanas. Algunos siguen en cartel, pero otros lamentablemente ya han echado el telón. Siempre os quedarán las giras…

  • LLUVIA CONSTANTE

Uno de los acontecimientos teatrales de la temporada que consolida a David Serrano como todo un referente en el panorama escénico actual. Dos bestias escénicas, Roberto Álamo y Sergio Peris Mencheta, han sido hábilmente perfilados por la batuta del director de La venus de las pieles. Exitazo en los Teatros del Canal y ahora les toca empezar a girar por toda España. Serrano tiene también en cartel el montaje que puso en primer término a Dani Muriel. Agonía y éxtasis de Steve Jobs se puede ver este viernes a las 22h y el sábado a las 23h en el Lara. Estremecedor es ver cómo el público pasa de la carcajada a la reflexión sobre el telefonito que llevamos en nuestros bolsillos en cuestión de segundos. También en el Lara los lunes de noviembre se puede disfrutar de Versus de José Pascual Abellán, autor de la celebrada Locas.

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Dos montajes de David Serrano han pasado por la cartelera madrileña en las últimas semanas.
  • LA CALMA MÁGICA

La felicidad está en la realidad y en los sueños. A partir de esta premisa, Alfredo Sanzol, uno de nuestros autores más fascinantes e imaginativos, dota de personalidad propia a este montaje mágico que podemos en la Sala Francisco Nievo del Teatro Valle Inclán. Un reparto sembrado da voz y carne a la nueva criatura de Sanzol que ‘remata’ con un emotivo monólogo que dedica a su padre, con el que buena parte del público se sentirá identificado y llegará a la emoción más profunda. No se lo pierdan.

    • PRISCILLA, EXCÍTAME y 50 SOMBRAS, Madrid con aroma a musical

Más allá de la apabullante y espectacular producción de Priscilla, reina del desierto, el gran atractivo de este musical drag es la presencia de Mariano Peña en el papel protagonista. Yo vi a un correctísimo José Luis Mosquera en su papel, por lo que no puedo opinar a ese respecto. Lo que sí puedo decir es que la obra tiene una energía enorme, que llega a un patio de butacas que sólo se puede entregar a melodías pegadizas, imborrables en el imaginario colectivo. Reparto sembrado del primero al último, electrizante Christian Escuredo, emotivo en el maravilloso momento Elvis el actor Jaime Zatarain y gran actor característico David Muro, demasiado tiempo alejado del mundo del musical. Priscilla es un derroche de buen rollo, ¿Falta nos estaba haciendo no? De 50 sombras, el musical lo mejor es que es una parodia del fenómeno editorial del momento. Si hubiese sido ‘en serio’ creo que la carcajada hubiese surgido de forma inconsciente. La historia es contagiosamente divertida, aunque haga aguas por momentos. Lo mejor sin duda María Blanco que levanta la función desde el primer gorgorito, un prodigio de derroche vocal. Sergio Arce, con unas pocas palabras en la piel del hermano del protagonista, se gana el cariño del público de inmediato. Hay números musicales realmente divertidos y a nivel global es una producción dignísima. Una pena que quizás no encuentre su lugar en la cartelera. La competencia es muy dura en este comienzo de temporada. Y de postre musical ponemos a EXCÍTAME, una de las revelaciones de la temporada. Turbador musical de pequeño formato que vimos en la Sala Pequeña del Fernán Gómez. Harán gira. Estad muy atentos.

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Las impresionantes voces de las divas nos regalan algunos de los grandes momentos del musical.

El cabaret más transgresor se cuela en los Max

El próximo lunes 26 de mayo, el Teatro Circo Price se vestirá de gala para acoger la XVII edición de los Premios Max, que este año pretende ser una celebración del propio ritual escénico, cuando el público entra a la sala y se encuentra con esas historias que le hacen reírse, emocionarse. En definitiva… Sentir que se es parte de una emoción compartida. Si hacemos un repaso por los nominados corroboraremos el buen momento creativo de Sergio Peris Mencheta y Juan Diego Botto que con Un trozo invisible de este mundo tienen todas las papeletas, con permiso del resto de nominados, de llevarse ‘el gato al agua’ este año. Están nominados en categorías como mejor espectáculo de teatro, mejor dirección de escena, mejor autoría revelación… En el campo interpretativo destaca quizás la categoría de mejor intérprete femenina en la que se verán las caras dos grandes de nuestra escena: Julieta Serrano y Kiti Mánver, que comparten ‘pódium’ de las tres mejores actrices del año con Emma Vilarasau. Parece que, y me uno al clamor popular, Mánver se podría llevar el reconocimiento por su trabajo emocionalmente milimétrico en la deliciosa Las heridas del viento, que aprovecho para decir que debería tener más presencia en estas nominaciones, ahí lo dejo… Otros nombres que no faltarán en la cita escénica del Price serán Ron Lalá, que tras su periplo londinense podrían llevarse el premio al mejor espectáculo de teatro musical con su ronlalera versión del Quijote, Carles Alfaro, Paco Azorín y Rodolf Sirera entre otros… El Premio Max Aficionado 2014 ha sido otorgado por unanimidad a la Confederación de Teatro Amateur  ESCENAMATEUR. El comité ha destacado “su labor de apoyo, impulso y fomento del teatro aficionado en todo el territorio español y por su difusión de la creación española contemporánea y de autor”. Tendrá también premio asegurado el Teatro Central de Sevilla, Premio Max a la Contribución de las Artes Escénicas 2014, que ha sido otorgado por unanimidad  “por su magnífica programación de artes escénicas contemporáneas bajo la dirección artística de Manuel Llanes”. El Max de Honor será para la maestra y bailarina María de Ávila por ser una figura clave en la historia de la danza. El comité decidió a comienzos de este año, antes del fallecimiento de la artista, la concesión del galardón. Su hija, Lola de Ávila, recibirá el galardón el próximo 26 de mayo dentro de la ceremonia de entrega de la XVII edición de los Premios Max de las Artes Escénicas. 

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Si hablamos de la gala las señas de identidad serán las de un cabaret trasgresor y contemporáneo donde «habrá pinchos de metal como metáfora de la lucha por la supervivencia, la mejora y la excelencia del arte» como comenta su director, Mariano de Paco. Un espectáculo en el que los artistas tomarán las riendas capitaneados por un maestro de ceremonias de lujo, Jimmy Barnatán, que ha mostrado su entusiasmo por la gala en las redes sociales. Un año más, DESDE MI BUTACA os contará todos los detalles de una gala que se podrá ver a través de LA 2 y del Canal Internacional de TVE a partir de las 21h el lunes 26 de mayo. 

Actor, cantante, escritor y este año MC de los Max.
Actor, cantante, escritor y este año MC de los Max.

Un vistazo al teatro que viene (II)

Seguimos avanzando en exclusiva algunos de los estrenos de la próxima temporada. En este segundo post serán protagonistas Roberto Álamo, Sergio Peris Mencheta, Natalia Millán y Blanca Portillo entre otros…

David Serrano, director de la exitosa La venus de las pieles, dirigirá a Sergio Peris Mencheta y Roberto Álamo en Lluvia constante el próximo mes de octubre en los Teatros del Canal. Un éxito teatral del dramaturgo  Keith Huff que estrenaron sobre las tablas de Broadway dos estrellas del calibre de Hugh Jackman y Daniel Craig. Dos antiguos policías, amigos desde la infancia, enfrentan en pocos días una serie de acontecimientos que afectarán sus vidas para siempre. No sólo su amistad es puesta a prueba, sino su escala de valores, sentido del honor y lealtad. Los dos personajes nos dan su particular definición de lo que es la familia, así como de las cuestionables decisiones morales que toman en su nombre. Pero el recuerdo de cada uno sobre lo que realmente sucedió en aquellos pocos días en los que esa lluvia constante no cesó de caer, no necesariamente pareciera ser el mismo…

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Natalia Millán protagonizará para la Compañía Nacional de Teatro Clásico Donde hay agravios no hay celos del 3 al 13 de julio en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro y a partir de septiembre en el Teatro Pavón de Madrid. Para la directora del montaje, Helena Pimenta: «Como directora de escena y como responsable de la CNTC considero imprescindible abordar este título que contrapone el honor a los celos, por tanto, al amor; que sitúa frente a frente a un rígido orden social y a la naturaleza que, mediante el juego del intercambio de identidades y del teatro en el teatro, trastoca la vida de los que realizan el intercambio, de los que los observan y participan de sus peripecias y de nosotros mismos, público de hoy que miramos a través de pequeñas rendijas lo que ellos son y lo que nosotros somos. La risa es nuestra aliada en este viaje por un Madrid decadente heredero de una época de exaltación, donde un sentido del honor exacerbado impide que germinen la razón y los sentimientos. La maestría teatral de Rojas Zorrilla, su gran habilidad para crear comedia nos conduce, como en un encantamiento, al lugar donde habita el amor, al lugar donde pudiera renacer la inocencia».

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Blanca Portillo será protagonista como directora de una ambiciosa revisión de Don Juan Tenorio. La adaptación correrá a cargo de Juan Mayorga, que ya se encargó de perfilar al Segismundo que interpretó Portillo. La productora de la actriz, Avance Producciones Teatrales, coproducirá el montaje junto a la Compañía Nacional de Teatro Clásico y el Teatro Calderón de Valladolid. El montaje se estrenará el 6 de noviembre. Como actriz podremos disfrutar de Portillo en la obra Testamento de María, en el que se pondrá a las órdenes del director Agustí Villaronga  y con producción de Javier Pérez Santana y Carles Manrique para el festival Grec de Barcelona , El C.D.N y el Teatre Lliure. La obra está basada en la novela El testamento de María del escritor irlandés Colm Tóibín, se estrenará el 17 de julio en el Festival Grec de Barcelona, donde permanecerá hasta el día 20. Ya en el mes de noviembre la obra estará en cartel en el CDN desde el 19 de noviembre hasta el 21 de diciembre.

La cartelera madrileña se ‘refresca’ con nuevos estrenos (III)

Última entrega de este avance de los estrenos teatrales que llegarán a la cartelera madrileña antes del verano en el que nos encontraremos con algunas reposiciones de éxitos pasados.

Vuelve una obra que siempre estará ligada a la figura de Emilio Gutiérrez Caba, La mujer de negro. En esta nueva producción de la obra, el veterano intérprete también dirige a un reparto que encabeza junto a Ivan Massagué. Arthur Kipps, abogado de mediana edad, alquila un teatro y contrata los servicios de un actor profesional para que le ayude a recrear un suceso irreal, fantasmagórico, que le sucedió años atrás con resultados trágicos para él y su familia. Desde el destartalado escenario lleno de muebles, papeles y otros objetos, Kipps comienza a leer su historia. Al principio lo hace de forma dubitativa, dolorosa, cohibida… pero,  poco a poco, aconsejado por el actor y con la ayuda de los efectos teatrales, va creciendo en él la confianza y la capacidad de actuación, mientras vemos como va asumiendo diferentes papeles y la obra va pasando de la narración a la actuación teatral. En algún momento de la trama aparece la Mujer de negro, el espectro de la difunta Señora Drablow, que busca venganza por la muerte de su hijo, se le aparece a Kipps varias veces y, por fin, desata una macabra secuencia de sucesos que culmina en un giro de acontecimientos verdaderamente sorprendente. Se podrá ver del 8 de mayo al 1 de junio en la Sala Guirau del Fernán Gómez. En la otra sala del espacio escénico madrileño se contagiarán de la fiebre por revisionar La casa de Bernarda Alba con el montaje Adela. Una propuesta escénica que profundiza en Adela, el personaje más rebelde y temperamental de La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca. Una sorprendente dramaturgia y una puesta en escena simple pero impactante, con la calidad actoral que aseguran las nuevas generaciones de la RESAD. Se podrá ver del 7 de mayo al 1 de junio.

Saltamos a las golfas del Lara con la reposición de uno de los mejores montajes de Sergio Peris Mencheta: Incrementum, que protagonizan María Isasi y Lorena Berdún. Un montaje lleno de ironía e imaginación. Incrementum nos sumerge en el vertiginoso periplo de un empleado en busca de un aumento de sueldo, un objetivo que se dilata a lo largo del tiempo en una circularidad repetitiva y disparatada. La impecable interpretación de las protagonistas es el sello que marca la diferencia. A medida que la escenificación avanza descubrimos la fisura de los personajes, que transitan todos los estados de ánimo al quedar enredados en sus propias especulaciones mentales. Estarán los martes a las 22:00h del 20 de mayo al 24 de junio. Berdún también protagoniza otra de las recién estrenadas propuestas del Lara, Verónica, que se podrá ver el miércoles 7 de mayo. La acompañan en escena Ana Villa, Cecilia Solaguren y Silvia de Pé en este montaje que ha dirigido Gabriel Olivares con Carlos Molinero.  En 1988 Verónica murió con unas tijeras clavadas en las tripas en la fiesta de 3ºE para el viaje de fin de curso. Un suicidio inexplicable para todo el mundo excepto para sus cuatro mejores amigas. Ellas sabían que esa muerte estaba relacionada con una sesión de espiritismo realizada días antes. Pero muertas de miedo no se atrevieron a decir nada y siguieron con su vida como pudieron. 25 años después vuelven a donde ocurrió todo. Pero Verónica no ha vuelto. Ella nunca se fue. 

http://www.youtube.com/watch?v=GHc9Wpe7Yys

Nos vamos al Barrio de Usera para seguir disfrutando de la actriz de la temporada, Inma Cuevas. Fernando Soto la dirige en Constelaciones, en la que comparte protagonismo con Fran Calvo. Constelaciones habla de dos seres humanos. Ella es Marianne, una física cuántica, él es Roland, apicultor, se encuentran en una barbacoa, a partir de ahí las posibilidades en su relación son infinitas. Surgirán situaciones en las que se pondrán en juego el amor, la amistad y el libre albedrío. Se desarrollarán historias en universos paralelos, donde cada decisión tomada nos lleva a un futuro diferente. Se podrá ver en la Kubik Fabrik los días 8, 10, 17, 24 y 31 de mayo

http://www.youtube.com/watch?v=gwhD3tT_eLg

El Teatro de la Guindalera, todo un referente de excelencia artística, presenta La bella de Amherst, una historia de amor con el lenguaje, una celebración de todo lo que es bello y doloroso en la vida. Un apasionante encuentro con la poetisa estadounidense más grande de todos los tiempos, Emily Dickinson, que protagoniza María Pastor con dirección de Juan Pastor. 

Cerramos este post hablando de los dos montajes de la compañía Teatro de Poniente que se podrán ver este mes de mayo en Madrid. Por un lado, podremos disfrutar de la reposición de Secundario que dirige Fran Calvo en un nuevo espacio escénico, El Umbral de la Primavera. Se podrá ver los viernes a las 20:30h. Y en Nave 73 estrenan El último vuelo de Saint- Exupéry el 11 de mayo. El último vuelo de Saint-Exupéry presenta el último viaje (vuelo) en la vida de Antoine de Saint-Exupéry, después de que su avión sea derribado en un misterioso desierto. Durante esas horas el piloto y escritor pasa revista a toda su vida, así como a sus relaciones más importantes con las personas a las que amó. Antonio Velasco y Ana Parra protagonizan esta propuesta los días 11,18 y 25 de mayo con dirección de Iria Márquez. 

Roberto Álvarez: «El teatro de Peris Mencheta es mágico»

 El director del grupo de teatro de su colegio no supo ver en él cualidad interpretativa alguna en este niño que miraba con cierta envidia a sus compañeros. Ni el Catecismo le dejaban leer. Pero la vida le tenía guardada muchas sorpresas. Cuando pensaba que la interpretación no iba a ser su camino entró en el Teatro de la Danza y ahí comenzó en una profesión en la que espera seguir jugando con proyectos como «Continuidad de los parques», que se podrá ver hasta este domingo en las Naves del Matadero de Madrid. 

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¿Qué le atrajo de un proyecto como Continuidad de los parques?

De base lo que me atrajo fue el nombre de Sergio Peris Mencheta, yo quería trabajar con él. Yo provengo de la compañía Teatro de la Danza que sentó todo un precedente al bailar los textos teatrales. En aquellos espectáculos había algo de sorpresa, de espectáculo total y eso lo veía en los montajes de Sergio. Propuestas inéditas, mágicas, que llamaban mucho la atención como fueron Tempestad e Incrementum.

¿Qué tiene de especial trabajar a las órdenes de un creador como Sergio Peris Mencheta?

Quizás lo más característico que tenga es su capacidad para jugar con todos los elementos que tiene en sus manos. Y en los ensayos también me encontré que escondía una filosofía detrás de ese trabajo práctico. Creo que entiende el proceso como algo terapéutico y esto se entiende muy bien cuando cuento que empezamos el proceso con un curso de clown y algunos juegos entendiendo el teatro como algo ceremonial. Y ese espíritu ha estado presentado durante toda el montaje. Se nota muchísimo la preparación previa que supongo que ha tenido en distintas escuelas a la hora de abordar el trabajo de una forma tan concienzuda.

En la obra se mete en multitud de personajes…

Los ensayos han sido duros por tener que transitar entre las emociones de tantos personajes, pero ahora es una gozada poder mutar cada noche en tantos personajes. Como espectador pienso que es muy entretenido vernos cambiar de personaje en este juguete escénico que le estamos ofreciendo.

Aquí y ahora, ¿Por qué el teatro es un buen lugar para contar historias para usted?

La televisión ahora está marcada por determinados estándares comerciales y algo parecido ocurre en el cine que ha perdido el carácter experimental y se ha vendido al mercado, pero todo ello lo digo sin menospreciar ninguno de estos dos campos desde luego. En el teatro se conserva la capacidad de jugar y eso es muy gratificante.

¿Cómo llega a este oficio Roberto Álvarez?

Yo iba a un colegio de curas y me encantaba ver a los niños actuar. El cura no me veía cualidades artísticas y no me permitió entrar en el grupo de teatro. Me rechazaron incluso para leer el catecismo. Yo nunca pensé que me dedicaría a esto. De hecho, estudié Ingeniería de Telecomunicaciones. Cuando estaba estudiando la carrera, hice un curso de pantomima y de ahí pasé al Teatro de la Danza, del que ya te hablé antes. Creo que la profesión me eligió a mi de alguna forma. Me comentó un psicólogo, al que he ido sólo dos veces en mi vida, que sobre los 22 años vivimos una etapa de indefinición personal que nos lleva a tomar un camino determinado por circunstancias familiares. Y quizás, de alguna forma, el hecho de que algunos familiares hubiesen cultivado su vena artística aunque no fuese de una forma profesional, potenció en mí la posibilidad de ser actor. Así, entré en Teatro de la Danza, me cogieron para hacer Mefistófeles y comenzó mi vida profesional en la interpretación.

Hace poquito se ha estrenado Dos francos, 40 pesetas, ¿Cómo fue ese rodaje?

Fue un lujo poder rodar en Zúrich. Por curiosidad, quise informarme de cómo se abría una cuenta en Suiza, en aquellos años que era ‘la moda’ ir a poner allí a buen recaudo el dinero. Entré a una oficina y me mandaron a otro imponente edificio para poder abrir una cuenta. Cuando entré, me metieron en una habitación y vino un mayordomo a atenderme. Me sentí como mi personaje que iba con su maletín a llevar sus dineros a Suiza. La escenografía real era impresionante. Había un montón de salas de reuniones vacías.

Una escena de la película de Carlos Iglesias.
Una escena de la película de Carlos Iglesias.

En cuanto al rodaje fue una gozada. De hecho, yo le había pedido directamente a Carlos Iglesias que me escribiese un papel cuando vi su primera película, Un franco, 40 pesetas. Lo que más me sorprendió era la verdad que había sacado de los actores. Sirva como ejemplo el hecho de que yo estaba convencido de que las protagonistas eran alemanas y cuando conocí a una de ellas en el estreno me dijo que era ¡De Móstoles!

¿Cómo viviste un éxito tan arrollador como el de Ana y los 7?

Llegaron a verla once millones de espectadores, pero nunca me ha molestado la fama. El 99% de las personas se acercaban con un gesto agradable y eso es muy gratificante. Es cierto que pierdes intimidad, pero cuando pones en la balanza las cosas buenas y malas de este oficio te das cuenta de que merece la pena. Aún me siguen reconociendo por ese personaje supongo que por las continuas reposiciones y sólo puedo estarle agradecido a esta serie.

¿Se te cayeron los ‘mitos’ del personaje que se ha creado Ana Obregón al rodar con ella?

En la época de Ana y los 7, yo tenía varias ofertas para televisión. Era ‘mi momento’, había hecho muchas películas y tenía bastante curro. Antes de aceptar pregunté a un par de amigos por ella y me dijeron que era encantadora y así es. Es una mujer con un gran sentido del humor y una gran sensibilidad. Trabajaba con un gran respeto por el equipo. Es muy vitalista, muy dulce y trabajadora.

Un éxito que TVE quiso seguir explotando con esa secuela que nunca vio la luz…

Ana quería dejar la serie en un punto álgido, no quería que se quemase y dijo que no a una posible continuación. Yo también estaba saturadillo del éxito también la verdad. Así que decidieron hacer una segunda parte en la que nuestros personajes morían en un accidente de avión y continuaban el resto de personajes. Se rodaron cuatro capítulos y esta historia es mucho más complicada de lo que pueda parecer…

¿Qué proyectos tiene y con qué proyectos le gustaría seguir soñando a Roberto Álvarez?

Me gustaría que todo lo venga tenga la calidad de Continuidad de los parques. Mi gran motivación ahora mismo es mi mujer para la que me encuentro escribiendo ahora mismo. Quiero hacer obras que sorprendan, en la línea de las experiencias que he tenido en Microteatro. La estructura del montaje será similar a la de Continuidad de los parques.

Luis Zahera: «Espero que siga sonando el teléfono»

Aunque el gran público le conozca por sus trabajos en la pequeña y gran pantalla, Luis Zahera se «envenenó» de este oficio viendo teatro e incluso guarda el programa de mano de aquella primera vez. Tres décadas después de esa primera ‘llamada’ de la vocación, picotea trabajos en los distintos ámbitos, lo que le permite ser rotundo cuando afirma sentirse un afortunado en esta profesión de actor. Ahora su prioridad única es que el teléfono siga sonando como lo hizo con jugosos personajes como los de «Celda 211″ o los distintos rolles que le han tocado en suerte en el nuevo acontecimiento teatral de Sergio Peris Mencheta, «Continuidad de los parques»
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Zahera(derecha) posa junto a su compañero Roberto Álvarez al que tendremos pronto DESDE MI BUTACA.

¿Qué fue lo que le atrajo de un proyecto como Continuidad de los parques?

En la primera lectura me di cuenta de que era un proyecto francamente raro, un tanto infantil, un tanto naíf, pero si te llama un creador al que admiras tanto como Sergio no puedes decir que no. Está gustando.

Me imagino que al meterse en tantos personajes se ha resucitado el espíritu casi natural del juego que lleva implícita la interpretación…

Desde luego, es un privilegio poder mutar a una velocidad así, es muy buena señal. Por el condicionamiento del tiempo de ensayos supimos desde el principio supimos qué personajes tendríamos que hacer, aunque Sergio hubiese preferido que hubiésemos rotado.

¿Cómo es la mirada del Sergio Peris Mencheta director?

Tiene un toque-estilo especial, un duende que pocas veces se puede ver. Al ser actor también sabe relacionarse muy bien con nosotros, conoce nuestra problemática y es muy jugón, nos hace jugar en escena.

¿Cree que el público hace de alguna forma la función con sus reacciones?

Desde luego, es una obra particular que tiene un recorrido particular con el público. Al público le cuesta entrar en la propuesta, pero una vez que se meten de lleno se desmelenan y juegan con nosotros. Lo que más me llama la atención es que el público no se ríe al unísono.

¿Por qué el teatro es un buen lugar para contar historias?

Es la pureza de este oficio, te enfrentas al fuego a diario, tiene algo hipnótico…

Acaba de participar en la serie Alatriste

Nunca había estado en un plató de esas dimensiones, una superproducción en toda regla. He hecho un capitular de un atontado, que se aleja de los papeles de malote para los que me suelen llamar.

¿Hay un momento en el que te diste cuenta de que éste iba a ser tu camino?

El 14 de febrero de 1981 comenzó mi pasión por este oficio. Fue la primera vez que fui al teatro- aún conservo la entrada de hecho. La obra fue Angelica en el umbral del cielo de Blanco-Amor. Me quedé alucinado al ver ese montaje de la compañía Zascandil.

Tus comienzos están muy ligados a los cortometrajes de Alber Ponte…

Desde luego, hice unos diez cortos con él. Me alegro de que le vaya tan bien y que esté ahora de lleno con su largometraje. Era algo especial hacer un corto en una época en que no se hacían más de 40 o 50 al año. Ahora, esa cantidad se ha multiplicado por 10. No tengo muy claro si entonces ya tenía claro que me podría dedicar a esto, pero el interés por este oficio ya estaba ahí.

¿Qué proyectos tiene y con qué proyectos le gustaría seguir jugando a Luis Zahera?

Una tv-movie sobre el robo del Códice Calixtino y un papelito en la película de Gerardo Herrero. Voy picoteando trabajos en distintos ámbitos y ahora solo espero que siga sonando el teléfono. Hay que ser realistas en estos tiempos tan difíciles.

Cuando las luces se apagan…

images (1)Cuando las luces se apagan y el escenario se ilumina, el espectador espera vivir una aventura, que le cuenten una historia que le haga viajar gracias al poder de su imaginación. Muchas veces se puede llevar un chasco, pero cuando surge la magia es algo inolvidable, algo que te llega muy hondo y que solo el teatro gracias a sus recursos de arte vivo puede conseguir.

Sergio Peris Mencheta se tiró a la piscina con doble tirabuzón y posibilidad infinita de estrellarse en un acercamiento a una de las obras maestras de Shakespeare, La tempestad. Aquí torna en una Tempestad muy personal y esa es la clave del éxito del espectáculo que ahora se puede ver en el Teatro Galileo hasta el 2 de junio . Tempestad se encuadra en el ensayo de una nueva producción de la obra del autor bardo. Sí, es puro teatro. Los actores paran la representación cuando ven que les han cambiado el pie o cuando están excesivos en algunos pasajes. La versión va a la esencia del texto, coge aquellos elementos y aquellas partes del texto que cree que son esenciales para contar este cuento. En realidad, todo es un juego. El teatro es un juego, donde los espectadores pagan para ser engañados en un pacto previo que haces al pasar por taquilla. Los actores juegan a ser otros y aquí todos los actores interpretan varios papeles, subrayando ante el público este hecho, y nos resulta más creíble que en otros montajes con una veintena de actores. Se crea la magia. Se acepta el pacto espectador-actor y nos creemos en mitad de la tempestad, ¡Qué belleza de imagen se ha creado para recrear tal momento inicial del montaje! Tras un montaje de mujeres, Incrementum, Peris Mencheta se enfrentó a un montaje de hombres. Sí, como en la época del autor de Hamlet, es un hombre el que toma el roll femenino. Y de nuevo, la sensación de ser parte de un maravilloso juego infantil, ¿Quién no ha soñado alguna vez con surcar el mar en un barco y vivir una y mil aventuras? Por supuesto, sin un trabajo interpretativo colosal no sería posible conseguir la magia, que el espectador entrase en este juego de convenciones teatrales. Del excelente reparto de 8 intérpretes que interpretan  la friolera de casi veinte personajes, me quedo con el  trabajo superlativo de Victor Duplá y Javier Tolosa. El esclavo deforme de Javier Tolosa, mitad fragilidad mitad irracionalidad, es una de las mejores construcciones de personaje de la función, solo hay que ver las transiciones entre este Calibán y  el ‘racional’ Alonso. Qué decir del Próspero y Antonio de Victor Duplá. Difícil adjetivar su extraordinario trabajo.

Y las luces se encienden al final del cuento, pero la sensación de haber sido parte de una experiencia tan emocionante permanecerá en el imaginario colectivo de los afortunados espectadores…

Esperando un Incrementum…

Esperando a Yolanda, ese podría ser el título de la función que repone Sergio Peris- Mencheta estos días en el Galileo, o bien podríamos titularla Esperando un incrementum. Tu jefe de departamento te comprende. Te puede abrir la puerta o bien no abrirte la puerta. Puedes darte una vuelta por el resto de departamentos mientras tanto y en otra ocasión puede que la fortuna te sonría ¿Qué le preocupa a tu jefe de departamento? ¿Qué será de estas empleadas cuando Yolanda se jubile? Seis actrices magnéticas sin escenografía alguna nos sumergen en el absurdo mundo de la empresa. Se repite el mismo texto una y mil veces con emociones diferentes. Puro absurdo que se acentúa con ese guiño a la obra maestra de Ionesco, La cantante calva: «»Coge un círculo, acarícialo y se hará un círculo vicioso». Sin desmerecer al resto de actrices, maravillosas, María Isasi lleva el peso de la función, especialmente brillante cuando se convierte en jefe de departamento.  Al igual que en la citada obra de Ionesco, a la que muchas veces se ha tachado de estática y de que no ocurre nada, ocurren muchas cosas y el brillante reparto no para en este particular calvario por conseguir un incremento. El reivindicativo final, del que no desvelaré nada, es uno de los puntos álgidos de una función que estará solo hasta el 28 de abril en el Galileo. Después llegará la Tempestad de Sergio Peris- Mencheta,  ese actor reconvertido en brillante director que con trabajos como Incrementum demuestra un compromiso firme por un teatro que cuenta, que dice cosas al espectador. Un descubrimiento, desde luego.

Mientras tanto en el Valle Inclán siguen esperando a Godot en un «físico» montaje que en manos de Alfredo Sanzol se convierte en una experiencia escénica mágica gracias a la creación de unas imágenes muy bellas, muy poéticas. A ello contribuyen unos actores brillantes, especialmente Juan Antonio Quintana, un veterano de la escena que dota a su Lucky de una fragilidad animal que torna en lucidez cuando nos da el discurso filosófico con asombrosa entereza. En este mundo «absurdo» que nos ha tocado sufrir seguiremos esperando montajes tan brillantes en las próximas semanas que, seguro, la rica cartelera madrileña nos facilitará. Volveremos a hablar de Sanzol y de Peris- Mencheta, sin ninguna duda.