Alberto Vázquez: «Los que estamos encima de un escenario solemos ser unos tímidos enfermizos»

Alberto Vázquez cuenta y canta su vida junto a Marta Valverde y Natalia Millán por los escenarios de España. Mañana estarán de hecho en la bella localidad cántabra de Laredo. Su referente infantil fue su hermana, Helena Bianco, toda una estrella de la época, sin la que quizás no se habría dedicado a un oficio por el que sentía una pasión irrefrenable. Su primer trabajo profesional fue con 17 años, My Fair Lady, pero hasta que no firmó su primer contrato en Argentina, donde ha desarrollado buena parte de su carrera, no tuvo la percepción de que se podía dedicar definitivamente al mundo artístico. Aunque muchos lo conozcan por su faceta de actor de musicales, Vázquez ha participado en series de tanto éxito como Cuéntame cómo pasó, donde tuvo una particular Hada Madrina: Ana Duato. Con el protagonista de musicales tan recordados como Mamma Mia charlamos en exclusiva. Y ya sabéis, esta semana ¡HACEMOS UN MUSICAL DESDE MI BUTACA!

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¿Cuál es tu momento favorito de ¿Hacemos un trío?, Algo más que un cabaret?

El trío de Sondheim. Es el más complicado de hacer y muy bonito. Cuanto más escuchas a este autor, más le admiras. Seria muy bueno descubrir algunos de sus musicales de pequeño formato, que son muy desconocidos en España.

Habéis estado un tiempo sin hacerlo, ¿Nervios ante esta vuelta a los escenarios?

Tengo muchas ganas de ver de nuevo si la gente entra en nuestra historia. Siento los mismos nervios que cuando estrenamos en el Nuevo Alcalá.

¿Es ese desgarrador padre de Ana Frank el momento más mágico que has vivido encima de un escenario?

Absolutamente. El diario de Ana Frank era un gran musical que tuvo muy mala suerte, estuvo muy mal gestionado. Todos los que lo vieron lo sintieron de una forma muy fuerte. Para nosotros, poder conocer a algunos de los protagonistas de la historia fue algo muy especial. Estuvimos en los sitios reales de la historia, conocimos a amigos de Ana e incluso a la persona que ocultó a la familia durante tanto tiempo… Poder bucear una historia que conoces desde pequeño de una forma tan increíble y ponerla en pie fue una gozada. Una experiencia inolvidable.

El musical en España va ampliando sus miras con nuevas propuestas de pequeño formato como la vuestra…

Me encanta que se pueda ver también a los artistas que solemos actuar en musicales de gran formato, en producciones chiquititas, muy cercanas al público. En España, llegamos tarde a casi todo. Esto es el Off de Broadway o Buenos Aires que está ofreciendo espectáculos de gran calidad desde hace muchos años. Esto no quiere decir que me guste el tema del microteatro, que se hace en cualquier parte y en unas condiciones paupérrimas… Me parece que nuestro trabajo debe tener un recorrido más amplio la verdad.

Da la impresión de que a veces los actores que no hacen musicales miran por encima del hombro a los que se han curtido en el género del teatro musical, ¿Has tenido esa sensación alguna vez?

A los artistas de musicales es cierto que se nos ha mirado a veces te diría que por encima de los dos hombros… En mi caso, es un poco distinto. Yo antes de hacer Mamma Mia, ya había hecho unas cuantas series… La gente que se da a conocer en musicales lo tiene muy difícil para dar el salto a la televisión o al cine. Es curioso que cuando un actor de teatro da el salto al musical le llueven las alabanzas, pero cuando un artista curtido en musicales brilla sobre el escenario nadie viene a buscarle y eso es algo que nunca entenderé.

¿Cuánta culpa tiene de que Alberto Vázquez se dedicase al mundo artístico que su hermana fuera Helena Bianco?

Sin tener un referente como ella, no creo que hubiese seguido por este camino. Yo tenía claro que quería cantar. Mi vida era cantar, quería estar en un escenario. Cuando mi hermana se separó, nuestros caminos digamos que fueron cada uno por un lado, cosa que vista con el tiempo creo que ha sido muy positiva. Ahora disfruto tanto cada vez que me subo a un escenario con ella o cantamos en un disco…

Al tener ese referente cerca, ¿Fue más fácil decir aquello tan tópico de “Mamá, quiero ser artista”?

Yo era un niño timidísimo. Los que estamos encima de un escenario solemos ser unos tímidos enfermizos de pequeños. Todos los niños nacen actores. Todos nos disfrazamos queriendo ser otro. Yo siempre dije que quería ser artista, pero no tenía muy claro que se pudiese realizar. Cuando me di cuenta de que lo estaba consiguiendo fue en Argentina con mi primer contrato grande. Luego di el salto a España y de alguna forma tuve que demostrar mis dotes encima de un escenario de nuevo, pero la verdad es que no me puedo quejar de la carrera que he tenido desde entonces.

Y entre las experiencias televisivas más gratificantes destaca Cuéntame cómo pasó...

Me convocaron a una audición en un lugar tan frío como es el despacho de una directora de casting. La sorpresa vino cuando me dijeron que Ana Duato dijo que quería hacer la prueba conmigo cuando terminase de rodar ese día. Vino vestida de Señora Alcántara y fue algo mágico. Para mi ella es una DIOSA absoluta. Fue como mi hada madrina. Entró y me quitó todos los miedos de golpe. Me dijo que la mirara a los ojos, que la cogiese de las manos y la hablase de verdad… La dije que no me iba a ser nada difícil decirle que era una mujer hermosa y que estaba enamorado de ella… Y en ese momento, nos echamos los dos a reír. Fue precioso. Gracias a la mano de Ana y de Imanol fue un regalo del cielo ser parte de esa serie.

Hace unos meses hablaste en una entrevista que serías parte de un gran musical de producción española, ¿Qué ha pasado con ese proyecto?

Se ha caído lamentablemente. Estaba todo el elenco y ha habido un problema de concesión de derechos entre el autor y la empresa. Me da mucha pena no solo por mi, sino por el equipazo que había detrás. Ahora intento mirar hacia adelante con posibles nuevos proyectos. Estoy leyendo un par de cosas, quizás en enero ponga en marcha algo nuevo.

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Natalia Millán, Marta Valverde y Alberto Vázquez nos proponen un trío en Santander

El ciclo de teatro estival Talía de Santander tendrá un broche de oro. Sin duda será la cita más especial del verano en el CASYC. El próximo viernes 22 a las 21:00h y el sábado 23 de agosto a la misma hora podremos disfrutar de tres estrellas indiscutibles del musical: Natalia Millán, Marta Valverde y Alberto Vázquez que contarán y cantarán sus vidas artísticas en ¿Hacemos un trío?, Algo más que un cabaret.

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Ellos debutaron juntos en My fair lady.  Son tres actores de personalidades magnéticas, distintos, que se complementan a la perfección. La fuerza de Marta Valverde, la voz sensual de Natalia Millán y el toque de galán que pone Alberto Vázquez. Se nota que son amigos, eso tan difícil en una profesión tan competitiva como es la de actor. Durante hora y media se hilvanan las anécdotas con un puñado de buenas canciones que profesionalmente y personalmente han marcado sus carreras. Incluso hay momentos emotivos. Y también para la risa, esa escena de la radionovela es uno de los momentos cumbre del espectáculo. Cantan y cuentan una vida entre cajas desde las primeras pruebas con un «Me cogerán a mi?», a laureados éxitos como Mamma MiaCabaret. Una cita imprescindible para los amantes del musical en Santander.

De la Gran Vía a Guadalajara: ¿Hacemos un cabaret?

Dos noches de cabaret en Madrid. Dos noches de música. Dos visiones muy distintas de un género que en plena crisis parece resurgir de sus cenizas para hacer disfrutar al público. El lunes nos planteamos ¿Hacemos un trío? y el martes pasamos por La procesión de la Santa Mentira. Dos espectáculos con sello personal, muy distintos, pero que comparten un elemento esencial: El talento de sus intérpretes y mentes creativas.

El lunes, con un montón de celebrities entre el cómplice público, se estreno ¿Hacemos un trío?, el íntimo espectáculo de tres monstruos del teatro musical: Natalia Millán, Marta Valverde y Alberto Vázquez. Ellos debutaron juntos en My fair lady. En realidad, Marta hizo con 14 años el recordado El diluvio que viene con el laureado trabajo de su padre Lorenzo Valverde, como ella repite en varias ocasiones con ese ímpetu que la caracteriza. Son tres actores de personalidades magnéticas, distintos, que se complementan a la perfección. La fuerza de Marta Valverde, la voz sensual de Natalia Millán y el toque de galán que pone Alberto Vázquez, una voz especial, con duende, de esas que reconoces siempre que pones el cd del último musical en el que ha participado. Se nota que son amigos, eso tan difícil en una profesión tan supuestamente competitiva como es la de actor. Durante casi hora y media se hilvanan las anécdotas con un puñado de buenas canciones que profesionalmente y personalmente han marcado sus carreras. Incluso hay momentos emotivos como el que protagoniza Marta, que en la noche del estreno fue pura emoción. Y también para la risa, esa escena de la radionovela es uno de los momentos cumbre del espectáculo. Cantan y cuentan una vida entre bambalinas desde las primeras pruebas, ¿Me cogerán a mi?, a laureados éxitos como Mamma Mia y Cabaret. Una cita imprescindible para los amantes del musical que, de momento, solo se repetirá el próximo lunes 27 a las 21h en la Sala 2 del Nuevo Alcalá.

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Y de Guadalajara (México) llega un espectáculo de un tinte muy distinto que Copatzin Borbón presentó anoche en Nave 73. La procesión de la Santa Mentira viene abalado por el éxito en el país natal del artista mexicano. Allí, se ha convertido en todo un referente en el cabaret con un espectáculo que bebe del mejor cabaret político. Borbón sale a escena y nos invita a ser nosotros mismos. Me reconocía ayer que desde que vio El intérprete tiene a Asier Etxeandia como referente de lo que le gustaría llegar a conseguir como artista. Desde luego, es un referente acertado. La procesión de la Santa Mentira es un espectáculo desenfadado, divertido y lleno de, maravillosos, localismos mexicanos. Por supuesto, sale en un momento dado con el famoso gorro mexicano y se arranca con una ranchera, ¡Cómo no! Para la puesta en escena presentada ayer a modo de «previa», ha incluido unos cuantos guiños a España, desde los sobres a el cura de Murcia, que le hacen conectar con el público español. Algunas de las cosas que cuenta y canta están «documentadas», han ocurrido realmente en su tierra. Esa tierra donde hay beatas que rezan a «La Santa Papita» y políticos que se llenan los bolsillos a  espuertas, ¿Les suena de algo? La procesión de la Santa Mentira es un grito a la tolerancia en el que una diosa mexicana conversa  amistosamente con Cibeles. Y Borbón lo consigue, nos hacemos creyentes. Creyentes de su talento superlativo, de su fuerza, de su magnetismo y de las cosas que cuenta y ¡Cómo las cuenta! Un espectáculo para pasarlo bien, tequila incluido, pero también con momentos de reflexión. Verán que cuando se pone «serio» descubrirán a un actor camaleónico capaz de abarcar todos los registros. Señores programadores, no pierdan la oportunidad de dejarse hipnotizar por el influjo de esta procesión, por su colorista vestuario y escenografía, por este grito a la tolerancia. En definitiva, no dejen de apoyar el talento de este artista mexicano que merece hacer temporada en Madrid.

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