El Theatrum Mundi de La Cubana

Campanadas de boda es el nuevo montaje de la compañía catalana La Cubana. Llevan treinta años haciendo espectáculos del mismo corte con una premisa clara: Sacar la teatralidad de lo cotidiano. En esta ocasión, se centran en las bodas, ese teatrillo que montamos alrededor del supuesto día más importante de las vidas de los cónyuges. Ahora, la gente no se casa por la iglesia por muchas Tías Franciscas «con teja y mantilla» que haya en la familia, pero en el fondo la representación sigue funcionando de la misma forma. El primer actor y la primera actriz son los novios. Y a partir de ahí se asigna un roll a cada uno de los invitados. Con o sin iglesia, el protocolo nupcial sigue su curso. Todo tiene que estar a punto para el matrimonio, no deseado, entre Violeta, una actriz amateur, y Vickram, una estrella del cine indio. Sí, la compañía sigue jugando con el tópico literario de que todos cumplimos un papel en el teatro del mundo hasta en la definición de sus personajes protagonistas. Y desde esa sencilla premisa dramática desplieguen sus recursos habituales: Humor, música y un pequeño aldabonazo de crítica social. Con sus espectáculos, aún recuerdo la primera vez que les vi hace diez años con Mamá, quiero ser famoso, nos reímos «a pierna suelta», pero dejan un cierto poso de reflexión, ¿Es necesaria tanta parafernalia para un día así o son pura apariencia de cara a la galería? ¿Querremos pregonar todo tipo de bodas de forma tan explícita y grandilocuente o a parte de nuestra sociedad aún le pueden ciertos prejuicios?

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Y la compañía sigue ganándose al público con los localismos. Los espectadores de cada ciudad de España disfrutan con las referencias a  sus particulares «Confiterías Gómez». Así, siguen ganándose a un público que entregado ríe constantemente, interrumpiendo el curso de la representación en varias ocasiones. Y el público se vuelve a sorprender aún más cuando traspasan la cuarta pared de una forma ingeniosa y nada comprometida para el público, cosa que muchos espectadores «timidillos» agradecerán enormemente. Todo ello con un nivel de producción a destacar. Once inmensos actores que, en algunos casos, interpretan hasta cinco personajes bajo la dirección de Jordi Milán. Es una alegría ver compañías privadas de esta envergadura girando por España, aunque claro ellos ya juegan sobre seguro. Tienen una legión de incondicionales que esperan ávidos sus nuevos espectáculos. Casi dos horas y media sin descanso, pocas compañías se atreven a hacerlo, de diversión asegurada. Resume muy bien el ideario de la compañía uno de los números musicales de este vodevil arrevistado: Como nos gusta hacer teatro. Y en esa teatralidad que encuentran en lo cotidiano nos damos cuenta que todos llevamos dentro un gran actor en el theatrum mundi

*No les pierdan de vista en las siguientes plazas de la gira: Teatro Jovellanos de Gijón del 1 al 11 de agosto, Teatro Arriaga de Bilbao del 15 de agosto al 15 de septiembre y en el Teatro Nuevo Alcalá de Madrid a partir del 20 de septiembre.

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De la Gran Vía a Guadalajara: ¿Hacemos un cabaret?

Dos noches de cabaret en Madrid. Dos noches de música. Dos visiones muy distintas de un género que en plena crisis parece resurgir de sus cenizas para hacer disfrutar al público. El lunes nos planteamos ¿Hacemos un trío? y el martes pasamos por La procesión de la Santa Mentira. Dos espectáculos con sello personal, muy distintos, pero que comparten un elemento esencial: El talento de sus intérpretes y mentes creativas.

El lunes, con un montón de celebrities entre el cómplice público, se estreno ¿Hacemos un trío?, el íntimo espectáculo de tres monstruos del teatro musical: Natalia Millán, Marta Valverde y Alberto Vázquez. Ellos debutaron juntos en My fair lady. En realidad, Marta hizo con 14 años el recordado El diluvio que viene con el laureado trabajo de su padre Lorenzo Valverde, como ella repite en varias ocasiones con ese ímpetu que la caracteriza. Son tres actores de personalidades magnéticas, distintos, que se complementan a la perfección. La fuerza de Marta Valverde, la voz sensual de Natalia Millán y el toque de galán que pone Alberto Vázquez, una voz especial, con duende, de esas que reconoces siempre que pones el cd del último musical en el que ha participado. Se nota que son amigos, eso tan difícil en una profesión tan supuestamente competitiva como es la de actor. Durante casi hora y media se hilvanan las anécdotas con un puñado de buenas canciones que profesionalmente y personalmente han marcado sus carreras. Incluso hay momentos emotivos como el que protagoniza Marta, que en la noche del estreno fue pura emoción. Y también para la risa, esa escena de la radionovela es uno de los momentos cumbre del espectáculo. Cantan y cuentan una vida entre bambalinas desde las primeras pruebas, ¿Me cogerán a mi?, a laureados éxitos como Mamma Mia y Cabaret. Una cita imprescindible para los amantes del musical que, de momento, solo se repetirá el próximo lunes 27 a las 21h en la Sala 2 del Nuevo Alcalá.

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Y de Guadalajara (México) llega un espectáculo de un tinte muy distinto que Copatzin Borbón presentó anoche en Nave 73. La procesión de la Santa Mentira viene abalado por el éxito en el país natal del artista mexicano. Allí, se ha convertido en todo un referente en el cabaret con un espectáculo que bebe del mejor cabaret político. Borbón sale a escena y nos invita a ser nosotros mismos. Me reconocía ayer que desde que vio El intérprete tiene a Asier Etxeandia como referente de lo que le gustaría llegar a conseguir como artista. Desde luego, es un referente acertado. La procesión de la Santa Mentira es un espectáculo desenfadado, divertido y lleno de, maravillosos, localismos mexicanos. Por supuesto, sale en un momento dado con el famoso gorro mexicano y se arranca con una ranchera, ¡Cómo no! Para la puesta en escena presentada ayer a modo de «previa», ha incluido unos cuantos guiños a España, desde los sobres a el cura de Murcia, que le hacen conectar con el público español. Algunas de las cosas que cuenta y canta están «documentadas», han ocurrido realmente en su tierra. Esa tierra donde hay beatas que rezan a «La Santa Papita» y políticos que se llenan los bolsillos a  espuertas, ¿Les suena de algo? La procesión de la Santa Mentira es un grito a la tolerancia en el que una diosa mexicana conversa  amistosamente con Cibeles. Y Borbón lo consigue, nos hacemos creyentes. Creyentes de su talento superlativo, de su fuerza, de su magnetismo y de las cosas que cuenta y ¡Cómo las cuenta! Un espectáculo para pasarlo bien, tequila incluido, pero también con momentos de reflexión. Verán que cuando se pone «serio» descubrirán a un actor camaleónico capaz de abarcar todos los registros. Señores programadores, no pierdan la oportunidad de dejarse hipnotizar por el influjo de esta procesión, por su colorista vestuario y escenografía, por este grito a la tolerancia. En definitiva, no dejen de apoyar el talento de este artista mexicano que merece hacer temporada en Madrid.

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Risas, música y hemoglobina en "Evil Dead El Musical"

13649946268915-0-680x276Jugando continuamente con los tópicos del cine de terror made in usa, Evil Dead es un refrescante musical que se representa en la Sala 2 del Teatro Nuevo Alcalá tras su éxito en el Kinépolis madrileño. En esta ocasión, Rubén Yuste se convierte en el protagonista de este espectáculo propio del Off-Broadway que nos hace pasar un buen rato con su humor gamberrote y malencarado. Niños pijos, rústicos aldeanos e incluso ¡árboles! desfilan por este musical. Evil Dead juega con las convenciones teatrales, nos lo pasamos ‘pipa’ sabiendo que es todo una ficción: desde el supuesto puente a la sangre que brota de un cacharrito que llena a los espectadores de la llamada splatter zone de hemoglobina. Eso no quita para que haya otros efectos realmente creíbles como la mano cortada o el arce que habla. Hay números musicales particularmente brillantes como Nos vamos de excursión. Está claro que los musicales, en todos sus formatos, ya son una, feliz, realidad en nuestro país.