Han creado unos personajes humanos, a los que terminas cogiendo cariño y esa es una de las claves del éxito del espectáculo. El espectador empatiza con unos personajes que no resultan nunca excesivos.
Un éxtasis musical en el hall del Lara (8 de mayo de 2013)
He querido empezar con la cita de mi crítica a La Llamada, mucho antes de que ‘Los Javis’ fueran un fenómeno de nuestra escena, hace ya siete años por lo pertinente que me parece tras ver el episodio piloto de Veneno. Al igual que cuando vi la función en el hall del Lara, tengo la necesidad, acertada o no, de escribir sobre lo que acabo de ver en la plataforma de Antena 3.
De entrada, un proyecto como Veneno podría parecer una ‘marcianada’ o podría haberse convertido en una serie sensacionalista propia de la cadena del circo, pero la gran diferencia es que sus autores creen en el personaje y en lo que representa para un colectivo entonces invisible y ahora, aún demasiado, invisible. Dicen que el momento que estamos viviendo confinados nos va a transformar, nos va a hacer más empáticos. Quizás es el mejor momento para que algunos vean Veneno. Ahí lo dejo.
Todo fluye en Veneno, nada nos suena histriónico ni paródico y en eso tiene la culpa una vez más la mirada de Javier Calvo y Javier Ambrossi. Dentro de su particular universo, los personajes que a ojos de una mayoría del público podrían parecer excesivos se convierten en personajes humanos, entrañables. La pareja creativa defiende a sus personajes y es imposible no emocionarse con la última etapa de Cristina cuando conoció a la persona que escribiría sus memorias. Y es que Veneno no es solo la historia de Cristina, sino también la de Valeria Vegas para la que la estrella del Missisipi era todo un referente en su propia vida. En la serie también es importante señalar la presencia en la dirección de algunos episodios de Álex Rodrigo, el responsable de esa joya incontestable de la que ya os hemos hablado llamada El último show.

El primer episodio, que aunque funciona por sí mismo a modo de prólogo nos deja con ganas de más, nos retrata esa primera vez en televisión con el Pepe Navarro que interpreta un estupendo Israel Elejalde a la vez que nos presenta la historia de Valeria Vegas. Dos historias que se unen en los años finales de Cristina Ortiz. Por cierto que en esa primera vez televisiva aparece el personaje de una periodista, Machús Osinaga, que los ‘teatreros’ conocemos muy bien. La interpreta la estupenda Ester Expósito. Y ojo al cameo de Micky Molina, a ver si lo encuentran en el episodio.
Además de las espléndidas actrices que interpretan a ‘La Veneno’ en las distintas etapas de su vida, ‘Los Javis’ se rodean de un reparto de altura que va de Lola Dueñas a Elvira Mínguez o Maite Sandoval pasando por un personaje real que se interpreta a sí misma, Paca La Piraña que se combina en la serie con una ex concursante de GH que la retrata en su juventud. Esta mezcla de reparto que es pura… fantasía! funciona y encaja muy bien.
Como ya hicieron con su Paquita Salas, a la que todos queremos a pesar de sus defectos, estoy seguro que de esta serie nacerán nuevos fans de ‘La Veneno’. En el primer episodio de la serie se lanza una buena reflexión sobre la televisión: ¿Se aprovechó la tv de la vulnerabilidad de Cristina o fue su verdadera salvación? Tendremos que ver el resto de capítulos para saberlo… cuando se pueda retomar el rodaje tras esta pandemia.
Bueno, dejo el post aquí que después de comer me toca seguir con la jornada televisiva imprescindible de hoy. Además del nuevo episodio de la excelente La Valla, a las 15:45h estaré pegado a la pantalla de TNT para disfrutar del maratón de Vamos Juan. En fin, qué buena ficción se hace en España. Días como hoy lo demuestran en que es tan necesaria para sobrellevar este difícil momento.
2 comentarios sobre “Luces y sombras de La Veneno, un icono por fin ‘humanizado’”