Unos Goya entre la emoción y el bochorno

Pocos años he estado tan, sorprendentemente, de acuerdo con el Palmarés de los Goya. Pocos años, por no decir ninguno, me ha provocado tal sopor el espectáculo visto anoche por más de 3.500.000 de espectadores, les superó RED, tiene narices la cosa… Aunque, en realidad, lo comprendo. Si uno ponía puntual, a eso de los 22h, la gala, y veía a un maestro de ceremonias afectado, excesivo e incluso ¡afeminado! haciendo reiterados chistes sin gracia que caían en los tópicos que la gente tiene de nuestro cine patrio, pues lo único que podías hacer es echarte a correr… o pasarte a ver el peliculón de la tercera… Sí, Manel Fuentes se lució ayer y de lo lindo. De poco le sirvió encomendarse a la gran Rosa María Sarda. El guión de la gala fue bochornoso y él entró en el juego del patético texto. Si a esto le añadimos que, un año más, se desaprovechó la oportunidad del número musical…. Sí, señores, en este país hay actores que saben cantar y bailar como los ángeles. Vayan a ver cualquier musical y se darán cuenta. Bueno, sí, que en el numerito hubo dos infiltrados que, imagino, estarían pensando: «Tierra, trágame». Me refiero a Adrián Lastra y Javier Godino, que ellos sí que cantan, bailan e interpretan a la perfección. Corramos un tupido velo, a excepción de los chanantes con Raúl Arévalo como extra de lujo y algún momento de Alex O’Dogherty la gala fue para echarla a la hoguera. Hablemos de los premiados, que aquí sí  que estoy satisfecho. Ha sido el año de la justicia poética, ¿Cómo es posible que Terele Pávez no tuviese un Goya? Y solo por ese momento emocionante en que dedicó el premio a su hijo ya mereció la pena ‘tragarse’ la bochornosa gala. Tampoco me olvido del emocionado abrazo en el que fundió con Javier Bardem, impagable.

Foto: Agencia EFE
Foto: Agencia EFE

Javier Cámara que había soñado muchas veces con subir a ese escenario, que agradeció el premio a todos los que tuviesen una sonrisa en ese momento por su premio, yo era uno de ellos, desde luego. Y no era el único al que por fin reconocieron. Ahí estaba David Trueba, ese director lúcido, inteligente y dotado de una mirada tan especial que merecía por fin un reconocimiento unánime. Una de sus actrices, la bellísima Natalia de Molina, nos regaló una de las frases de la noche: «Nos lo quitarán todo, pero no nuestra capacidad de hacer nuestros sueños realidad». Vivir es fácil con los ojos… abiertos cuando uno puede disfrutar de una película tan optimista, ¡Qué falta nos hace!, como la de un David Trueba que agradeció uno de sus premios a los periodistas que intentamos ‘colar’ el cine en los medios. Gracias por la modesta parte que me toca. Y me gustó ver a un Javier Pereira, nervioso y emocionado. Lleva muchos años y, por fin, le dieron su merecido minuto de protagonismo. Otro nombre que no se me olvida es el de Roberto Álamo, me alegro tanto que se premiase el TALENTO de este inconmensurable intérprete.  Y hasta aquí mi crónica y, sí, he huido de los chistes horrorosos a lo no presencia del ministro que hizo el amigo Manel. Esperemos que la cosa mejore el año que viene. Cualquiera de los anteriores presentadores de los Goya, presentes en un jocoso vídeo, lo podría haber hecho mejor, esa es la verdad, pero tranquilo, Manel, que el Goya a la peor caracterización del año te lo llevas tú este año. Y qué narices, ¡Viva el cine español!

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En este circo está permitido soñar

20 de julio de 1984. Asier lee El correo de Bilbao: «Cuidado con tu capacidad para la fantasía y la ensoñación». Y el sábado en el Price lo volvió a hacer. Nos volvió a deleitar con una noche de ensueño en la que el niño lobo volvió a aullar a la luz de la luna, esa que ya no brilla igual desde que su madre no está. El que sí estuvo fue su padre: «Aita, los curas no me entienden» le dijo tras un inolvidable momento musical y un cálido abrazo. No entendían a esta niño raro que cantaba a sus amigos invisibles noche tras noche. Bilbao, sus orígenes, el viejo cabaré, el primer amor, sus orígenes más presentes que nunca…

«¿Dónde está Alaska?, Quiero montarme una fiesta con ella?» Y se encendieron las luces del escenario y a escasos metros de nuestra privilegiada ubicación-prácticamente metidos en el escenario- apareció Alaska desde el escritorio de Asier, en el que «sus ojos maquillados ven más lejos», para cantar las primeras notas de ¿Por qué a mí me cuesta tanto? Sobre el escenario e incluso sobre el piano derrocharon una complicidad innegable, regalándonos uno de los momentos más inolvidables de la noche.

Y cuando pensábamos que ya no se podía superar tras temas como Puro teatro o Tú te me dejas querer, con la que puso a bailar a todo el público del Price, Asier volvió a sorprender. Con la voz en off de Ramón Langa conocimos a la estrella del rock suicida que siempre ha llevado dentro. Y a ritmo de Pleased to meet you puso a bailar a todo el Price, incluida una embarazadísima Penélope Cruz y una visiblemente recuperada Pilar Bardem.

Javier Bardem y Asier Etxeandia, juntos sobre el escenario… Sí, eso también lo vimos en el Price. El mejor actor del mundo se subió al escenario para marcarse una coreo con Hugo Silva y Chevi Muraday. Y, también nos sorprendió tocando los bongos. Son esos momentos que solo consiguen los GRANDES y Asier sin duda lo ha demostrado durante toda su carrera con esa naturalidad que le llevó a pedir un pañuelo en mitad de la actuación para «limpiarse los mocos».

Una noche en que todos sus «amigos invisibles» nos confesamos devotos de muchas cosas. Devotos de la imaginación, devotos del rock and roll, devotos del ARTE. En definitiva, devotos del actor, del cantante, del INTÉRPRETE.

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James Bond hace parada en Madrid

«Skyfall», un gran homenaje a los 50 años de 007
Daniel Craig: «Me entrego al máximo en cada trabajo, pero está claro que la carga física es extra en las cintas de James Bond»
Craig: «Solo había una opción para hacer este villano: Javier o Javier»
«De pequeño me encandiló Tiburón, me parecía un villano muy cariñoso. Mi personaje es incómodo para el espectador, su ‘look’ va en esa dirección»

"Skyfall": Dios salve a 007

Skyfall  es a 007 lo que Batman Begins a Batman. Es una dignificación del mito nacido de la pluma de Ian Fleming. El agente más internacional cumple 50 años y lo hace a lo grande, con un verdadero prodigio cinematográfico. La cinta, que llega a las salas españolas el 31 de octubre, es un homenaje al personaje en toda regla. Tras un espectacular comienzo por las calles de Estambul, se suceden los viajes alrededor del mundo para seguir la pista de un malo, malísimo que se ha hecho con la identidad de los infiltrados en varias organizaciones terroristas. M es puesta en duda por un nuevo jefazo que tampoco ve con buenos ojos al ‘viejuno’ James Bond.  Acción,  escenas espectaculares, de esas de ‘traca’. Desde luego tiene eso, como marca de la casa. También tiene una buena historia, que atrapa al espectador. Y, como no, unos actores muy british, de esos que cuando aparecen en pantalla la llena con su sola presencia. Daniel Craig es un formidable Bond por ser precisamente… un formidable actor. En esta entrega de la saga toma especial protagonismo M. Judi Dench es una actriz perfecta. La acompaña otro actor de primera: Ralph Fiennes. ¿Se podría hacer un homenaje a 007 sin un malo antológico? Aparece Bardem y por más inverosímil que nos resulte verle de rubio platino, ¿Hay algún actor que consiga helarnos la sangre de esa forma? Aparece imponente, escuchar la voz en versión original es lo más recomendable para valorar su trabajo en esa escena en la que nos habla de  la isla de las ratas e intenta ¿seducir? a Bond. Otra muestra de su grandeza se ve en la escena en que se enfrenta a la gran Judi Dench.

 Dos horas y media de acción, entretenimiento puro, hecho con buen gusto  Muy cuidada la imaginativa cabecera de inicio con la voz de ese prodigio musical llamado Adele. Con un  claro aroma romántico, Skyfall demuestra que los clásicos nunca mueren. Bond recuerda sus orígenes a lo Noland gracias a un soberbio trabajo de Sam Mendes que toma la fórmula Batman– que no copia- y la adapta para deleitarnos con este espectáculo cinematográfico. Dios salve al ‘viejuno’ 007 y por muchos años…