Esta noche se abre una nueva puerta en El ministerio del tiempo. Esa que nos llevará a una hipotética entrada de España en la 2ª Guerra Mundial. La cita será en La 1 y con nuevo horario: A las 22h. Juan Gea se muestra entusiasmado con el tercer episodio de la serie española que mejores críticas ha tenido en años y en la que tiene uno de los papeles protagonistas. Nos lo cuenta desde su camerino en las Naves del Matadero donde representa El lenguaje de tus ojos con dirección de Amelia Ochandiano. Y si Juan Gea abriese una de esas puertas ¿Hacia qué momento de su vida le llevaría? Si lo queréis descubrir, tendréis que leer esta entrevista con la que damos el pistoletazo de salida al décimo aniversario del blog. Siéntense en sus butacas, la función- digo la entrevista- va a comenzar.
«En esta función la hipocresía va a la cabeza, lo que se dice no es lo que se piensa, una mirada puede decir lo que de verdad se piensa y no se es capaz de decir». En El lenguaje de tus ojos, Juan Gea se mete en la piel de un político corrupto que da sobres como soborno, ¿Les suena la historia? No, no es una historia actual, aunque el autor, la situase en España. En palabras de Gea, esta función refleja una actitud que seguimos teniendo en la actualidad. Esa que nos hace contentar a los otros con palabras que realmente no pensamos.
«Todos los actores deseamos ir cada año a Almagro». El primer recuerdo de Almagro del que fuera compañero de reparto de Paloma San Basilio en My Fair Lady, viene de los primeros tiempos de la CNTC. Con Adolfo Marsillach a la cabeza participó en montajes como La Celestina, El Alcalde de Zalamea y Misántropo entre otros. Con El lenguaje de tus ojos ha vuelto a la cita estival con el teatro clásico más importante de nuestro país. Allí ha podido reencontrarse con compañeros a los que hacía mucho que no había visto y que sólo un lugar tan mágico como Almagro ha podido volver a juntar. Recuerda también de Almagro como se podía disfrutar de los ensayos de la Royal Shakespeare. Otro lugar con especial magia para este montaje fue Cáceres, donde actuaron en un Palacio al aire libre, esa noche tuvieron la mejor escenografía posible para El lenguaje de tus ojos.
El teatro como reflejo o crítica de la sociedad. Para Gea, el teatro además de entretenimiento debe remover conciencias, una idea que sintetiza en una frase: «Debe ser testigo o estar en lucha con lo que está pasando».
Abrimos las puertas de El ministerio del tiempo
«Me gustaría volver a 1973. Estaba trabajando en una Caja de Ahorros en Valencia y, a la vez, estaba ya con un grupo de teatro semiprofesional pensando que mi futuro igual no estaba en la Banca. Era una época de cambios políticos, en los que íbamos contra un enemigo común y los ideales mandaban mucho. Ahora parece que no. Estamos en un momento en el que lo único que importa es el dinero. Las ideas han pasado a un segundo plano parece. En aquella época nos juntábamos a tomar algo y hablábamos de política, de teatro…».
«El ministerio del tiempo es una serie de fondo». Hay que darle tiempo a El ministerio del tiempo en opinión de este intérprete que ha trabajado a las órdenes de directores como Miguel Narros. Una competencia feroz es la que han vivido en los primeros episodios: «Vivimos un momento tan atroz que la gente no tiene ganas de pensar cuando ve la televisión», dice refiriéndose al dato de un programa en competencia que casaba a gente que no se conocía. El dato no está del todo mal, pero tiene una gran esperanza en el episodio que se emite esta noche. Con respecto a si TVE debería guiarse únicamente por la audiencia sentencia: «Como apuntabas en tu crítica, una cadena pública no se debe regir únicamente por la audiencia, deben apostar por el riesgo, la innovación y la calidad«.

Quedan quince minutos para subir a escena y a Juan Gea aún le quedan los últimos retoques antes de subir al escenario, ¿Quién sabe si en el futuro le veremos en la piel del Rey Lear que tanto desea hacer en este momento de su carrera? Le tiembla la pierna izquierda, aunque para él es algo inevitable: «Cuando ese nervio ya no esté, dejará de tener sentido para mi hacer teatro». Y en ese momento, cuando está a punto de subir el telón, revive el juego infantil, ese momento en el que cuando salía del cine quería ser el protagonista de la historia. Siéntense en sus butacas, la función- ahora sí- va a comenzar.