Vuelve la MAGIA a Almagro, el lugar de la palabra (I): Escondido entre bambalinas

“Trabajar en el Festival de Almagro exige un esfuerzo físico impresionante, pasamos el día entero trabajando”. Me vienen a la mente las palabras de Natalia Menéndez hace un año cuando la entrevisté DESDE MI BUTACA en mi primera visita al Festival. Durante los últimos días, varios periodistas han participado en el I Encuentro de Blogueros y Medios Teatrales. Ha sido el broche de oro a una de las ediciones más exitosas de la historia del Festival de Almagro, llegando al 99% de ocupación algunos días. Y antes de comenzar a contaros lo que han dado de sí estos días le damos la razón a Natalia. Efectivamente, aquí las jornadas empiezan por la mañana y se extienden hasta la madrugada. En los próximos posts os contaremos cronológicamente lo que ha dado de sí esta interesante iniciativa del Festival.

Somos actores, somos máscaras y una de esas máscaras es la que hoy recoge este premio

Vicente Fuentes, Maestro de voz, lenguaje y verso

Vicente Fuentes fue el primer protagonista en estos días intensos. Él ha puesto al teatro clásico en el lugar que merece. Él ha hecho que los versos siguen conservando su magia, pero adaptada a lo que el público actual espera. Para la directora del Festival, Fuentes siempre ha visto el teatro desde el lugar donde el público no llega… Escondido entre bambalinas. Vicente Fuentes es un hombre imprescindible para el teatro clásico. «Ilumina el verso» en palabras de una Helena Pimenta que recordó su estrecha relación desde que trabajaron juntos en La Dama Boba.

«¿Te pasa algo?». Vicente Fuentes estaba ensayando con Julia Gutiérrez Caba su participación en los Cómicos de la Lengua. Fue entonces cuando recibió la llamada del Festival para decirle que había sido premiado. La actriz al ver el cambio del gesto del maestro del verso se extrañó mucho.

Un día, cuando era un niño, su padre le regaló La Metamorfosis y, entonces, brotó su pasión por la literatura: «Fue mi Harry Potter particular» comentó divertido en un acto emotivo, en el que se le saltaron las lágrimas al ver el vídeo que le había preparado su hermano recordando su infancia. Tampoco faltó a la cita en el Corral de Comedias el actor y director Ernesto Arias que destacó el empeño del Maestro del Verso por sacar adelante Fuentes de la Voz. Charo Reina puso la nota musical al homenaje.

encuentroLa primera jornada del Encuentro concluyó con el Ensayo General de La Cena del Rey Baltasar en el propio Corral de Comedias.

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Natalia Menéndez: «Soy ante todo una mujer de teatro»

Actriz y directora, Natalia Menéndez, al frente del Festival Internacional de Teatro Clásico, se define como una mujer de teatro. Una todoterreno del arte escénico, vaya. Nos recibe como directora del festival de teatro clásico más importante del mundo, pero no quiere dar una imagen excesivamente institucional. Prefiere improvisar una foto fuera del despacho y ‘asomarse’ a los clásicos tratándolos de igual a igual. No es el único miedo que se ha quitado ahora en la gestión: «También he aprendido a perder el miedo a la parte económica». El año pasado dejó claro que si hubiese una nueva rebaja en el presupuesto se iría. Para su sorpresa, este año el presupuesto subió ligeramente. Lo disfruta, pero admite que necesita dirigir algún montaje. Echa de menos poner en pie montajes como Realidad, la que supuso la vuelta a los escenarios de Javier Cámara tras una larguísima temporada centrado en el cine y la televisión. Vivió desde pequeña la dureza de este oficio, pero admite que no lo cuentan mucho: «Si lo contásemos se perdería la magia». Cuando esta entrevista termina, esta «olímpica de la escena’ continua su jornada maratoniana en su despacho antes de pasar por el Corral de Comedias donde esa noche disfrutaría de Bobas y Gallegas

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El lema de este año del festival es “Un clásico, un regalo”, ¿Cuál es el mejor regalo que le depara al espectador esta edición del festival?

Los dos certámenes son niños mimados. Almagro Off es una plataforma de investigación y difusión de obras que prácticamente no se han visto en España. Los directores noveles cuentan con una nueva mirada, bajo la cual rescatan en ocasiones textos un tanto olvidados. Con Barroco Infantil traemos al teatro al público de hoy, que no es sólo un público infantil, sino de cualquier edad. A partir del público de hoy, construiremos el del futuro. Hacemos además un jurado con niños y adultos, equiparando la opinión infantil a la de los mayores. A esos tres pequeños miembros del jurado les ofrecemos la oportunidad de ver teatro de una forma distinta. Se llevan una impresión del teatro bien distinta.

Son también esenciales las coproducciones como Los brillantes empeños, Amleto, La Hermosa Jarifa, Bobas y Gallegas, cuatro miradas muy diferentes utilizando todo tipo de autores. Pero la verdad es que te podría justificar la presencia de cualquiera de los espectáculos. Creo que era imprescindible que Misántropo, uno de los mejores espectáculos de teatro clásico de España, cerrara uno de los espacios, Áurea.+

Foto de Guillermo Casas de "Los Brillantes Empeños"
Foto de Guillermo Casas de «Los Brillantes Empeños»

Las lecturas dramatizadas no se me podían escapar tampoco. Algo así como el músico que mira su partitura. Poner sobre el escenario la importancia de la oralidad con textos como El poema del Mio Cid, que lo había leído, pero nunca me había llegado de esta forma. A través de la oralidad, el viaje es muy distinto. Así mismo, me gustaría destacar la parte mística en el festival con autores como Santa Teresa de Jesús, lo que igual nos indica que necesitamos conocernos un poco más íntimamente a nosotros mismos y a nuestro arte.

Como directora de un festival de teatro público, ¿Qué debe y que no debe hacer?

Tengo claro lo que yo debo o no debo hacer. No hay normas genéricas para dirigir un festival. Al final de la edición pasada dije que si me bajaban el presupuesto me iría, pero lo cierto es que nos han subido finalmente un poquito el presupuesto para esta edición. A las Fundaciones antes se nos devolvía el IVA después de pagarlo, pero ahora lo tenemos que pagar. Es un gasto que no tiene retorno, lo que nos produjo un descalabro económico el año pasado, ya que teníamos cerrado el programa en el momento en que lo supimos. Este año, uno de nuestros patronos, el Ministerio de Cultura, ha decidido subir un poco la partida presupuestaria. Por eso hemos conseguido sobrevivir. No voy a contratar ni por un DNI, si no tienen nivel los espectáculos de la zona no tiene sentido que los contrate, ni tampoco voy a dar voz a los montajes amateurs, creo que eso desprestigiaría mucho al festival. Hay muchos profesionales que deberían poder vivir de su profesión. Así mismo, tampoco voy a contratar espectáculos que no me pueda permitir económicamente.

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¿Cuál es el primer recuerdo de Natalia Menéndez en Almagro?

El Corral de Comedias es uno de esos lugares que me sigue estremeciendo cada vez que lo piso. Vine la primera vez en el 81 sin un duro con unos amigos de la RESAD. Vinimos a ver obras de teatro, alquilamos una habitación en la casa de una almagreña. Sobrevivíamos todo el día con los desayunos que nos hacía ella. Nos refugiábamos del calor en la iglesia, que se estaba muy fresquito.

Una de sus experiencias más gratificantes como directora creo que ha sido Realidad con Javier Cámara y María Pujalte como protagonistas…

Javier Cámara y María Pujalte son dos animales escénicos. Javier es un primer actor, el que establece la manera de trabajar en la compañía. Siempre tiene buen humor, es un trabajador nato. De hecho, con él hice mi montaje de Fin de Carrera de Dirección Escénica: La isla de Athol Fugard. Desde entonces no había trabajo con él. María es una gallega con mucha ironía y muy trabajadora, por eso conecta muy bien con Javier. De hecho, es de las pocas actrices a las que he dirigido en varias ocasiones. Me gustó mucho el trabajo emocional del espacio, ayudaba mucho al texto con las proyecciones. Estoy muy agradecida a Gerardo Vera por ofrecérmelo en ese momento.

Dirigió y adaptó un texto de Yasmina Reza, Tres versiones de la vida, ¿Qué cree que hace que conecte con los espectadores de todo el mundo?

Tiene una arquitectura teatral impecable en cuanto a ritmo, los tiempos… Además, conecta con los temas de la burguesía y creo que de alguna forma el espectador de teatro también lo es, por lo que se produce una especie de flechazo instantáneo. Habla de temas como la amistad o la pareja, busca situaciones que pueden ser muy extrañas, pero que están en nuestro imaginario.

Sabiendo por su padre que es un oficio tan duro, ¿Tuvo reparos para decirle que quería dedicarse a este mundo?

Yo me examiné para la Escuela de Arte Dramático sin que mi padre lo supiera de hecho. Estaba de gira y cuando se lo dije, se produjo un silencio esclarecedor. A mi hermana y a mi él nos decía que fuésemos fontaneras, que ahí no se pasaba tanta hambre. Él comprobó de primera mano que éste es un oficio muy duro. Se pasa mal, pero no lo contamos mucho para que no se vaya la magia. Nosotros somos creadores de magia, pero a veces para conseguirlo no se pasa nada bien. Yo he visto a mi padre en paro, cuando era una primera figura. He visto muchos momentos duros en casa. Me ha hecho creerme poco las cosas y saber buscar una dirección y trabajar en ese sentido.

Aquí y ahora, ¿Por qué el teatro es el mejor lugar para contar historias para Natalia Menéndez?

No encuentro otro lugar mejor para contar historias. Creo mucho en el directo, que no va a pasar de moda nunca. Siempre va a estar vivo, necesitamos el directo y creo que es un lugar donde con cierta distancia podemos encontrar una respuesta o un interrogante más sobre la vida. También sirve para divertirse. Hay muchos tipos de teatro, tiene que haber de todo. Me he educado entre vodeviles y teatro institucional. Yo empecé haciendo teatro independiente y no tengo prejuicios con el teatro comercial la verdad, como otros compañeros. Me encanta montar a Yasmina Reza o un montaje de clásico.

Volviendo al Festival de Almagro, con el desgaste que supone, ¿Se atrevería a enfrentarse a otro proyecto de gestión?

Ha cambiado mi visión de un año para otro. Hemos conseguido solventar temas muy peliagudos de un año para otro. He descubierto que me gusta la gestión. Exige mucho esfuerzo físico eso sí. Tienes que estar en pie desde por la mañana hasta la madrugada. Me siento una olímpica teatral. He perdido el miedo a lo económico. Ahora creo que puedo defender algo de muchas maneras. Tienes que estar muy segura de tu proyecto, van a intentar malear tus principios. Tienes que hacerte fuerte y eso te viene bien para tu vida. Eso sí, he perdido mucha ingenuidad alrededor de este mundo del espectáculo. Lo mejor es que he conocido a gente maravillosa, he aprendido mucho de propuestas y gentes que no hubiese tenido la oportunidad de conocer. He entregado a este festival mucho en estas cinco ediciones. De hecho, sólo he dirigido La amante inglesa últimamente y tuve que enfrentarme a la dolorosa muerte de Pepe Sancho. Me estoy ahogando ahora y necesito dirigir ya mismo. Si no pudiese compartir ambas facetas no se si me apetecería seguir en el camino de la gestión.

Si miramos hacia el futuro, ¿Con qué tipo de proyectos le gustaría seguir ‘jugando’ a hacer teatro?

Me gustaría jugar con personas arriesgadas, con vista de pájaro y mirada al detalle. En el fondo, el teatro se hace en equipo. Sí me gustaría dirigir y actuar o incluso gestionar algo más adelante. Lo fundamental es que el teatro es un encuentro entre personas, estás contando algo a otras personas. Me gustaría encontrarme con gente maravillosa por el camino.

Y en ese ‘juego’, ¿Dónde queda ahora la interpretación?

La interpretación no queda lejos, pero siento que de alguna forma me ‘anularon’ como actriz cuando empecé a dirigir. Y ya ni te cuento cuando empecé a llevar la gestión del festival… Soy y me siento actriz, soy ante todo… una mujer de teatro. Me siento todo lo que llevo toda mi vida haciendo. Me encantaría hacer una gran trágica o una gran comedia.

Almagro, el lugar de la palabra

«Trabajar en el Festival de Almagro exige un esfuerzo físico impresionante, pasamos el día entero trabajando». Natalia Menéndez, directora del Festival, ha sido nuestra anfitriona de lujo en este primer año que he cubierto la cita estival almagreña DESDE MI BUTACA. Son las 19:30h cuando me recibe en su despacho, tras una larga jornada de trabajo que se extenderá hasta la madrugada cuando los espectáculos echen el telón: «Hoy estaré en el Corral de Comedias viendo Bobas y Gallegas» me comenta en una entrevista que pronto podréis disfrutar en el blog. Antes de dirigirnos al Corral, hacemos una parada para disfrutar del buen hacer de Rafael Álvarez, «El Brujo». Está dando los últimos retoques a su nuevo espectáculo, La luz oscura de la fe de San Juan de la Cruz, visto el 8 y 9 de julio en el Espacio Miguel Narros de Almagro. Este poeta de la palabra seguirá su camino durante todo el verano con paradas en ciudades como Santander, donde se podrá disfrutar de La odisea los días 18 y 19 de julio en el CASYC.

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Lo bueno que tiene que un festival así se celebre en un espacio tan recogidito es que puedes ir de un espacio a otro sin necesidad de grandes desplazamientos. En cuanto termina el pase de gráfico de «El Brujo», nos vamos directos al Corral de Comedias donde disfrutamos de una buena ración de TEATRO: «Lo que ve el ciego cuando canta los romances». Un dúo cómico procedente de los límites de la delincuencia, Mofa & Befa, fueron detenidos el año pasado en Almagro tras haber infligido dolorosas heridas al inmortal Shakespeare. Puestos en libertad por un error judicial, salen de la cárcel donde los había recluido la crítica y regresan a Almagro para saciar su sed de venganza. ¿Quién es la víctima? El inocente teatro clásico español. Aprovechando su acento, se hacen pasar por criados gallegos y se desgastan cínicamente en genuflexiones y zalemas para ganarse la simpatía del público. En la cárcel han adquirido una enfermedad de transmisión textual que les obliga a hablar en verso. Tanto les da la redondilla como el romance, aunque no les hacen ascos al agridulce sabor de la silva. Y sobre el escenario del Corral, Victor Moqueira y Evaristo Calvo se ganan a un público entregado al arte del verso, que ríe con fervor las ocurrencias versificadas de este trasunto de cómicos de la legua.

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Fotografía de Yohann Felipe Velázquez Gutiérrez.

A primera hora de la mañana, la Joven Compañía presenta La cortesía de España. Se preparan para los diferentes posados que los compañeros gráficos han pensado. Entonces, les toca echar la vista para arriba, desde donde los avispados objetivos les observan. El objetivo de Josep María Mestres, director del montaje, a su paso por Almagro era: «Recuperar las noches de poesía que he vivido en este lugar mágico». El resumen del argumento, entre risas por parte de todo el equipo, era simple y llanamente: «Una tensión sexual no resuelta». De alguna forma embriagados por la magia que se respira en esta acogedora localidad, los pupilos destacados de la CNTC, sonríen entusiasmados ante un lugar que para muchos les evoca lo más profundo de su vocación por el oficio de ‘cómico’.

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El Museo Nacional del Teatro, parada obligada. No se me ocurre un lugar mejor para dar ‘voz’ al teatro. En Almagro se encuentra el museo que celebra el arte de Talía. La exposición permanente, vertebrada por épocas en tres plantas, depara algunas sorpresas al visitante como los tesoros cedidos por Agustín González, Adolfo Marsillach o José Luis López Vázquez. Además, en Almagro se pueden disfrutar de dos interesantes exposiciones temporales. La primera, en el espacio expositivo del Hospital de San Juan muestra una selección de los vestuarios de algunas producciones españolas de montajes de Shakespeare. La segunda, en el Museo del Encaje, muestra El Quijote bajo el prisma del ingenio de Mingote.

Fotografía de  Yohann Felipe Velázquez Gutiérrez.
Fotografía de Yohann Felipe Velázquez Gutiérrez.

Casi entrada la noche, pero aún con un sol de justicia, nos acercamos al acogedor chill out del Hospital de San Juan para entrevistar a Marta Poveda y Natalia Millán. Y alguien nos sigue… Se llama «Chucha» y es una más de la compañía. Si queréis saber quién es, tendréis que leer la entrevista DESDE MI BUTACA muy pronto. Un rato después y bajo un cielo estrellado y de lo más mágico y evocador, la palabra vuelve a primer término con la Compañía Nacional de Teatro Clásico. En Donde hay agravios no hay celos, la mujer toma la palabra y la hace suya. «Mi albedrío es mío» declara con voz decidida una Doña Inés que no quiere esposarse con alguien a quien no ama y que encarna con verdadera convicción Clara Sanchís. En esta comedia de Francisco Rojas Zorrilla, hasta la criada «soliquea» como dice una Marta Poveda en estado de gracia. Tiene esta actriz una cualidad innata. Mezcla una frescura que puede parecer casi iniciática en el arte escénico con una seguridad sobre las tablas casi pasmosa. Bueno… No tanto, se llama talento y aunque no sea lo más habitual, abunda y mucho en nuestros escenarios. ‘Agraviada’ se siente Doña Ana de Alvarado cuando entra con fuerza para contar su mal. La encarna una Natalia Millán llena de sensualidad y rotunda con el verso, que nos regala también un momento musical simplemente delicioso. Que me perdone el, como de costumbre en la Compañía, deslumbrante reparto masculino, pero en esta función las mujeres llevan la voz cantante. La música tiene un papel destacado en esta electrizante, divertida y sensual puesta en escena en la que sólo puedo ver como un verdadero acierto los números musicales a ritmo de tango, que resuelven los apartes de una forma natural. Un sencillo juego de puertas y luces  dan ‘color’ a los espacios, que se han conseguido recrear de una forma dinámica y deslumbrante. Helena Pimenta ha rescatado un texto eminentemente cómico, que provoca la hilaridad del público de principio a fin. Los clásicos siempre son un regalo, pero hacerlos de una forma tan fresca y cercana es la única forma de que nuevos espectadores se enganchen al Siglo de Oro.

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Fotografía de Guillermo Casas.