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Haciendo suya la máxima de que el teatro también se lee tres amantes del teatro y la filosofía montaron Ediciones Antígona, que en poco tiempo se ha convertido en la editorial de referencia para la dramaturgia española contemporánea. Una de sus creadoras, Concha López Piña, hace un repaso a su interesante labor de difusión teatral. Sí, el teatro también se lee.
¡QUE SÍ, QUE SÍ!, QUE EL TEATRO TAMBIÉN SE LEE
Este lema, que acuñamos junto a la Asociación de Autores de Teatro (AAT) refleja claramente lo que hacemos en Ediciones Antígona, una editorial especializada en teatro y filosofía ubicada en pleno centro de Madrid. Son casi diez años los que han pasado desde que estos tres amantes del teatro y compañeros en la Facultad de Filosofía (Ignacio Pajón Leyra, Isaac Juncos Cianca y Concha López Piña) decidiéramos montar una editorial especializada. Desde entonces, hemos ido creciendo poco a poco y hemos luchado por darle al texto teatral la visibilidad que se merece. Gracias a este esfuerzo recibimos el Premio a la Mejor Labor Editorial 2012 de manos de la AAT. Si tuviera que destacar un rasgo común en todos los autores que firman nuestro catálogo teatral diría que todos sus textos tienen como marca una dimensión literaria, con independiencia y al margen de su puesta en escena, que los hace valiosos y dignos de perdurar en el tiempo y que los convierte en el testimonio cultural de la dramaturgia de una época, nuestra época. Esta es, sin duda, la seña distintiva de Ediciones Antígona. De esta forma conviven en armonía bajo nuestro sello obras que comenzaron su recorrido en el circuito off —»Tour de force» de Fernando J. López, «Praga» de Javier de Dios o «Cordón umbilical» de Daniel de Vicente—, éxitos de taquilla y referentes en la escena contemporánea —»El crédito» de Jordi Galcerán, «Juicio a una zorra» y «Deseo» de Miguel del Arco, «Tres», «100m²» y, puede que próximamente, «Las heridas del viento» de Juan Carlos Rubio, «La Llamada» de Javier Ambrossi y Javier Calvo, «Microporno por dinero» de Pablo Álvarez…— y dramaturgos nuevos y no tan nuevos que, aun sin el espaldarazo del estreno, todavía, sus obras son icono y paradigma de dramaturgia de nuestro siglo —Santiago Martín Bermúdez (Premio Nacional de Literatura Dramática), Alberto Conejero (Premio Ricardo López Aranda 2013), Pablo Iglesias Simón (Finalista del Premio Born de Teatro en 2008 y 2011), José Manuel Corredoira, Carlos J. Álvarez…. A todo esto se suman, además y para nuestra felicidad, muchas empresas y personas que también creen en el poder del teatro escrito y con las que colaboramos para conseguir difundir el texto dramático. Desde la agencia y productora teatral QdeQuintanilla (con la que tenemos un acuerdo de edición de las obras de los autores que representa), pasando por la AAT (fomentando la lectura del teatro en centros de enseñanza), la RESAD (con la que editamos una colección de estudios teatrales y obras de teatro en digital) y el Teatro Alfil (editando algunas de las obras más relevantes que pasan por su escenario). Y vendrán más, y seremos más, y habrá más colaboraciones, más autores, más proyectos, más textos, más teatro, en definitiva…, de los que hablaremos en el segundo acto.
El equipo de Ediciones Antígona recoge el Premio a la Mejor Labor Editorial. Foto de Rubén Sintes.
Cuando Rosa Casuso acabó su etapa como profesora en la escuela de teatro del Palacio de Festivales de Cantabria se dio cuenta de que solo podía seguir apostando por aquello en lo que creía, en su forma de vida hasta la fecha. El teatro había sido su macropasión desde que en los comienzos de la escuela solía quedarse a ‘fisgar’ los ensayos del reconocido director cántabro Román Calleja. Un día, Calleja la preguntó que quién era y desde entonces comenzó a profesionalizarse, dando sus primeros pasos como ayudante de dirección de Calleja. De un día para otro, con solo 20 años se plantó en el Teatro de La Latina como ayudante de dirección en una obra, Es mi hombre, en la que participaba Sazatornil y dirigía Juan Carlos Pérez de la Fuente. Tras su paso por el CDN y varias compañías independientes volvió a Santander, donde ahora se enfrenta a un nuevo reto. Rosa Casuso, Estudio de Actores no es sólo una escuela de interpretación convencional, sino que los jueves en sesión doble (20:30h y 22h) se convierte en microsala. En este encantador espacio escénico para 25 espectadores se ha planteado una sesión continua de microteatro. A diferencia del conocido espacio Microteatro por dinero de Madrid, aquí estamos ante un teatro a la italiana, en el que el público asiste a la representación cómodamente sentado y no tiene que cambiar de sala para ver las ‘microfunciones’. Ha sido toda una pionera en la ciudad, donde el público se sorprende ante la iniciativa de ver a los actores ‘de cerca’. DESDE MI BUTACA compartió con Casuso y todo el equipo una de las últimas funciones.
Información útil
Dirección: José Ramón López Dóriga 7, Bajo Izqda, Santander.
Puedes reservar tu entrada en reservas@rosacasuso.com y en el teléfono 689719616
Sus carreras se han desarrollado en buena medida en el cine y en la televisión, pero la función teatral Todos eran mis hijos fue el punto de encuentro de un equipo creativo con vocación de compañía teatral a la antigua usanza. Ellos eligen el texto y se encargan de todos los aspectos de la producción, que se convierte en algo de unión colectivo. A sabiendas de que es difícil que otros les dejen contar las historias que realmente les interesan, decidieron montarse en esta suerte de empresa teatral que podríamos etiquetar a medido caballo entre las coproducciones habituales y una especie de cooperativa teatral, en la que todos hacen de todo. El primer hijo de esta unión ha sido una de las mejores funciones teatrales de la pasada temporada, Feelgood, una sátira política que bebe sin duda del David Mamet más lúcido. Han conseguido sacarla de gira gracias al apoyo de una distribuidora que les hará recorrer en 2014 buena parte de la geografía española. Con dos de sus protagonistas, Fran Perea y Manuela Velasco, hablamos Tras la emoción compartida en el último bolo de la gira hasta ahora, que tuvo lugar en Villena.
¿Qué fue lo que los atrajo de esta sátira política?
Manuela: Después de leer muchas obras, lo que que me enamoró de Feelgood es su estructura dramática. Tiene una estructura teatralmente engrasada. Se nota que Alistair Beaton es un hombre de teatro. Tiene un ritmo y una mala leche que desde el principio hizo que me enganchase este proyecto.
Fran: Me atrajo la manera en que mezcla el humor con la política. Estamos acostumbrados a que nuestros gobernantes nos hagan llorar. En Feelgood, nos vamos a reír un rato, aunque sea de situaciones que, fuera de este contexto, nos darían mucha rabia. Ésa es la magia de esta función, y la gran habilidad de Alistair Beaton, el autor.
Uno de los aspectos que hacen especial a esta función es el tipo de producción en el que os habéis embarcado, con los medios justos, pero con una pasión que se nota encima de las tablas, supongo que habrá supuesto un plus de aprendizaje extra, ¿No?
M: Empezamos por lo bien que nos compenetramos el equipo de Todos eran mis hijos. Desde que comenzamos esta aventura, cada día nos enfrentamos a nuevos retos, es un aprendizaje continuo. Estamos aprendiendo no desde cero, pero la relación entre nosotros es muy diferentes al también productores. Ahora nos hemos comprometido como ‘padres de la criatura’ y todos compartimos responsabilidades. Cada día tenemos que buscar e inventar soluciones a los problemas que nos van surgiendo. Cuando algo sale mal, hablamos y aprendemos de nuestros errores.
F: Por supuesto. Estamos aprendiendo muchísimo. De hecho, cada día lo hacemos. No es fácil poner a tanta gente de acuerdo en algo. Somos diez productores, que, además, formamos parte de todos los departamentos, como quien dice. Cargamos, descargamos, actuamos, vamos al banco a firmar, hablamos con abogados… Es toda una aventura. Pero, la verdad, es muy reconfortante saber que estamos generando empleo.
Este proyecto nace de otro, Todos eran mis hijos, ¿Creéis que participar en ese montaje ha sido un punto y aparte en vuestra carrera?
F: Sí, totalmente. Es verdad que antes dimos los pasos necesarios, creo, para llegar a Todos eran mis hijosen condiciones óptimas… Y, efectivamente, enTRAMAdos le debe mucho, mucho a Ana Jelín, a PTC, a Claudio Tolcachir y a Timbre 4. El germen de todo estuvo en aquel montaje y en la gira posterior.
M: Es el regalo más bonito de mi carrera. Es un punto de inflexión en mi carrera. El grupo humano que nos juntamos en ese montaje estábamos muy a gusto trabajando juntos. Creó en mí una necesidad de ser parte de todo el proyecto artístico montando nuestros propias aventuras escénicas.
En «Todos eran mis hijos» se comenzó a fraguar el proyecto de «Feelgood».
En estos tiempos difíciles, ¿cómo os las estáis arreglando para conseguir ‘bolos’?
M: En Madrid invitamos a los distribuidores a vernos en el Matadero. Queríamos repetir la experiencia tan maravillosa que habíamos tenido con Todos eran mis hijos en la gira. Había que sacar el espectáculo fuera de Madrid. Nos encanta ver diferentes públicos y sus formas de reaccionar. Hay que destacar que la mitad de la obra es el público, que reacciona ante lo que ocurre en escena. Traspasos Kultur se interesó por nuestra obra y está interesando mucho el proyecto quizás por la temática que trata.
F: Fuimos muy prudentes a la hora de empezarla, porque no sabíamos si íbamos a poder asumir el gasto que supone cada ‘bolo’, ya que, desgraciadamente, hay muchos ayuntamientos que tardan en pagar, o, directamente, no te pagan. Al final las ganas que teníamos de sacarla de gira pudieron más y gracias a Traspasos Kultur podremos anunciar muy pronto las fechas de la gira de 2014.
Los actores toman notas en los ensayos en una foto de Charo Guerrero.
¿Cómo os sentís «Tras la emoción compartida» en Feelgood?
F: Muy orgullosos de lo que hemos ido construyendo paso a paso. Y, además, sabiendo que lo que hemos hecho, gusta. La gente nos dice cosas estupendas y participa durante toda la función. Una maravilla.
M: Mi personaje, Elisa, va a contracorriente de este mundo del gabinete del presidente que reflejamos en la obra. Yo personalmente acabo hecha polvo, me enfrento a aspectos tan cruciales como si sería capaz de renunciar a mis valores. Nada más terminar la función, necesito quedarme un poquito sola conmigo misma para tener un rato de camerino y soltar. Eso sí, cuando salgo del teatro y me encuentro con el público, me da un subidón de energía. Veo que la obra llega y le hace pensar. El público se ríe mucho, pero a la vez salen removidos por haberles puesto un espejo delante que refleja un sistema político tan podrido. Genera mucho debate esta función. Me voy muy llena al saber que hemos removido conciencias.
Y a pesar del iva y de lo «heroico-suicida» que tiene hacer teatro en estos tiempos, ¿Por qué para vosotros el teatro es un buen lugar para contar historias?
F: Porque el teatro se desarrolla ‘aquí y ahora’. Es irrepetible. Cada espectador ve un espectáculo nuevo y para nosotros es nuevo cada día también. Esa novedad facilita que desconectes de lo de fuera. Que entres en la historia que se está contando, que no quieras perderte ningún detalle.
M: El teatro es el lugar con mayúsculas para contar historias. Es verdad que repites el texto, pero lo que sucede en escena y con el público es muy diferente. Es un acto que sucede en comunión con el público. Implica además una atención total. Vas y te metes en una historia que, además, en este caso te hace cuestionarte los valores establecidos.
Cine, teatro, pero también televisión, ¿Qué habéis aprendido de vuestra profesión gracias a la ficción televisiva?
F: Mucho. La importancia del trabajo en equipo, de cumplir unos plazos, de trabajar contrarreloj, de reducir el proceso creativo sin que el resultado se vea afectado…La televisión en este país crea ‘industria’. Hay mucha gente que vive del audiovisual gracias a la ficción televisiva, que aprende un oficio y lo puede llevar a cabo en un plató de televisión. Ahora, estoy grabando de nuevo una serie para Telecinco con la productora Globomedia: B&B. De boca en boca, con un magnífico grupo artístico y técnico de los que sigo aprendiendo mucho.
M: En la televisión se aprende técnica y oficio. Se graba muy rápido, tienes que aprender a coger oficio. También debes tener una gran ejercicio de trabajo previo, hacer los deberes en casa. No tienes tiempo de ensayo, hay que hacerlo bien directamente. Sirve para ejercitar la memoria y poner en práctica todos tus recursos interpretativos.
¿Hubo un momento en que Manuela y Fran dijeron aquello de Mamá quiero ser artista o no sabéis muy bien cuando la interpretación se cruzó en vuestras vidas?
M: Por mi padre y mi tía he vivido en contacto constante con el mundo del cine y del teatro. El teatro me fascinaba desde pequeña, esa es la verdad. Creo, eso sí, que fue el cine el que me hizo plantearme que me podía dedicar a esta profesión. Cuando terminé La ley del deseo con 8 años, yo le dije a mi madre que no quería al colegio, que yo lo que deseaba era seguir rodando la película…
F: En mi caso, sí. Mientras estudiaba en el instituto, ya hacía teatro en una escuela de Málaga. Cuando terminé la secundaria e hice la selectividad, les dije a mis padres que quería estudiar la carrera de Arte Dramático. Al principio no les terminó de hacer gracia, pero, al final, cedieron y, mira, aquí estoy…
Jorge Usón junto a Perea en uno de los ensayos en otra imagen de Charo Guerrero.
Manuela, me es inevitable preguntártelo y más con los ‘piropos’ que te hace cuando hablo con ella, ¿Cuánta culpa de tu pasión por tu oficio tiene Concha Velasco?
M: A lo dicho anteriormente, habría que sumar la suerte de poder ver las obras de mi tía Concha desde todos los ángulos posibles: Desde el palco, ‘entre cajas’, en el gallinero… Me encantaba estar con la gente del teatro, debían ver en mi a la niñita pequeña a la que mimar. No me aburría nunca de ver la función. Cada día veía cosas nuevas sobre el escenario. Esa alegría y energía que se respiraba fue el motor de que me dedique a esta profesión.
Si miramos hacia el futuro, ¿Qué proyectos tenéis y con qué proyectos soñáis?
F: La verdad es que este presente que tengo, me gusta bastante. Si pudiera pedir algo… Quizá poder seguir compaginando el teatro con el audiovisual, y, además, poder seguir haciendo música. Casi nada. También me encantaría, en el futuro, poder ir a Argentina a trabajar con los compañeros de Timbre 4, durante un tiempo. Y, por supuesto, me encantaría que enTRAMAdos, la compañía que hemos creado para representar Feelgood, siga viviendo con nuevos proyectos teatrales.
M: Rec: Apocalipsis y Galerías Velvet de Bambú Producciones son las dos cosas más inmediatas. Coincido con Fran en que espero que el proyecto enTRAMAdos no se quede en Feelgood, que haya mucho más proyectos. Estoy leyendo con Alberto, el director, otras obras para ver qué es lo próximo que se nos ocurre.
Se tiende a etiquetar mucho a los actores. ‘Actor cómico’ o ‘ Ese actor que hizo una serie de éxito y que no logra pasar de eso’. Dani Muriel consiguió ‘colarse’ en millones de hogares con su trabajo en Escenas de matrimonio y, durante un tiempo, tuvo que enfrentarse a ello. Un día, llegó un proyecto como La mecedora y, a partir de ahí, su carrera teatral comenzó a subir como la espuma. Su gran reto llegaría encarnando al archiconocido Steve Jobs en un monólogo en el que interpretaba decenas de personajes. Solo ante el público. Ahora se enfrenta de nuevo a los espectadores junto a una actriz que inauguro nuestro Tras la emoción compartida, Kiti Mánver. Unos minutos antes de empezar la función de Las heridas del viento pillamos a Dani ‘entre cajas’ para charlar sobre este gran momento de su carrera DESDE MI BUTACA.
¿Qué le evoca a Dani Muriel un espacio como el hall del Lara?
El hall del Lara tiene un punto muy teatral. Es el mejor decorado que podríamos tener. Ha pasado tanta gente por aquí con este maravilloso espejo, esa escalera… Todo ello me hace embarcarme en un viaje muy acorde con nuestra función.
Habéis tenido unos ensayos abiertos al público, ¿Cómo ha sido la experiencia?
Hablamos continuamente con el público y nos vino muy bien. Ya no hay ese salto al vacío que suele suponer un ensayo general con público. Las miradas te hacen cambiar tu trabajo. Además, te hacen medirte como actor constantemente. Queremos hacer delicatessen del teatro, que haga un viaje de verdad con nosotros. Soy un afortunado por poder contar esta historia con una compañera de viaje tan generosa como Kiti. Cuando acaba la función, el público se encuentra ‘tocado’ y te agradece de verdad que hayan puesto en escena esta obra que les hace reflexionar sobre ellos mismos.
Has encadenado proyectos teatrales sin parar durante el último año, ¿Cómo has vivido estos frenesí teatral?
Me siento muy afortunado por poder trabajar en tantos proyectos. Hay que reinventarse en cada trabajo. Jobs fue eso, me tuve que lanzar a la piscina con un monólogo. Acomodarse es lo peor que puede hacer un artista. He llegado a ensayar cuatro obras en el mismo día. Te pone en un punto como actor que te ves capaz de enfrentarte a registros dramáticos muy diferentes. Te convierte en un actor muy activo. Entro mucho en cada espectáculo. Espero tener muchas temporadas así.
Además, este año ha venido acompañado de críticas muy buenas…
Si las críticas son buenas, me siento muy halagado. Si hablan mal, también me interesa que me lo digan. Descubrí hace ya tiempo que es imposible gustar a todo el mundo. Me gusta mucho mostrar diferentes versiones de mi mismo como actor. Disfruto mucho de experiencias como Las heridas del viento. Además, creo que ha servido para quitarme esa etiqueta que me pusieron durante mucho tiempo de ser únicamente el chico de Escenas de matrimonio. No lo menosprecio, pero es cierto que era difícil que la gente me viese en otros registros. Creo que hacer tantos personajes en tan poco tiempo hace que me redescubran continuamente en cada obra.
¿Es Jobs el punto de inflexión en tu carrera?
La mecedora no tuvo la visibilidad suficiente, pero yo creo que es el punto de inflexión total en mi carrera, que rompía con todo lo que había hecho hasta entonces. Ahora bien, es cierto que el trabajo de Jobs sorprendió incluso a algunos que me habían contratado en el pasado. Es maravilloso conseguir que te vean con otros ojos.
¿Qué le une a Dani Muriel con dos creadores como Kiti Mánver y Juan Carlos Rubio?
Los dos somos del 11 de mayo, es cuanto menos curioso. Estar en un trabajo tan bonito y tan personal con alguien con quien compartes cumpleaños es muy especial. Juan Carlos me vió en La mecedora y confió en mí en La monja alférez. Que me haya vuelto a llamar para trabajar con él me da una energía renovada para seguir adelante con mi carrera.
Lleva una temporada teatral frenéticamente atareada. Ya hablamos DESDE MI BUTACA de sus brillantes trabajos en Cerda y La nieta del dictador. Ahora hace doblete una vez más con dos montajes que nos enseñarán seguro nuevas facetas de esta actriz de aristas interpretativas sorprendentes. Uno en el hall del Lara y el otro en el Alfil, para muchos el templo del musical Off en Madrid. True West y No son maneras de tratar a una dama son los montajes en los que podremos disfrutar del talento de esta actriz con mayúsculas, ¿Qué mejor que abrir con esos dos espectáculos esta ventana a los espectáculos alternativos que va a ser «Lo tuyo es puro teatroff»?
True West se podrá ver sólo los martes 12 y 26 de noviembre en el hall del Lara. Estrenada en 1980, está etiquetada dentro de la obra de Sam Shepard como “drama familiar” y pone en alza la cuestión de la identidad, tanto individual como cultural. Escrita durante la época en la que el dramaturgo trabajó como autor residente en el Magic Theater de San Francisco, la obra ayudó a consolidar su prestigio como escritor en la escena norteamericana. Será con El Auténtico Oeste cuando Shepard alcance su plenitud como autor aunando su estilo más subversivo e imaginativo con otro más poético y formal. Para ello, el autor sitúa la acción a 40 millas a las afueras de Los Ángeles, donde dos hermanos que hace 5 años que no se ven y cuya relación anterior dista mucho de ser buena, se encuentran en la casa materna donde por diferentes razones se verán forzados a resolver sus diferencias y sus identidades mientras intentan “analizar la escritura de un guión cinematográfico que podrá cambiar sus vidas para siempre. Mezclando un lenguaje directo, imaginativo, y musical con una prosa poética, Shepard hace que tanto la historia como los personajes tengan una complejidad y riqueza a la altura de los grandes dramas americanos. El texto está lleno de humor, violencia o sátira y transita de lo que llamamos el “naturalismo americano” al “realismo mágico”. Un montaje que dirige todo un nombre propio de la escena española, José Carlos Plaza. Acompañan a Cuevas en escena Alberto Berzal, Joaquin Abad, Israel Frías, Daniel Gallardo, Luis Rallo.
El otro proyecto en el que anda sumergida nuestra protagonista es un musical de la prestigiosa compañía Tela- Katola, cuyos musicales ya hemos aplaudido en más de una ocasión DESDE MI BUTACA. No son maneras de tratar a una dama es una comedia musical que cuenta la historia del Detective Morris Brummell (Jorge Gonzalo) y Christopher «Kit» Gill (David Ordinas), un actor de publicidad en paro que se vuelve loco y se convierte en un asesino en serie obsesionado con la fama y el reconocimiento social al igual que con su difunta madre Alexandra Gill (Inma Cuevas), una famosa y muy reconocida actriz. Están los domingos a las 18:00h en el Teatro Alfil en un montaje en el que también participa Laura Castrillón.
Este artículo nace de las entrañas. Nace del malestar que me provoca que me digan que no llegan algunos espectáculos a los 30 espectadores sin ser precisamente de pequeño formato. Nace de la rabia contenida por los salvajes datos de la caída de recaudación en el cine y el teatro. Nace de que tengamos un gobierno que está matando a la cultura. El cierre de Alta Films es solo el comienzo de una hecatombe cultual en la que tiene mucho que ver la crisis, claro, pero también el maldito 21%.
¿Qué somos sin cultura? Animales irracionales, sin seso ni juicio, ¿Qué podemos esperar de un país que no apoya lo suyo? ¿Qué podemos esperar de un gobierno que ataca a la marca España, esa que tanto se llena la boca defendiendo? Pobreza no solo económica, sino intelectual. Dicen que las crisis aguzan el ingenio, pero sin una respuesta institucional, sin una bajada del IVA, señores del gobierno, nuestra industria cultural se va a pique. Luchar por la cultura siempre ha sido una batalla a contracorriente, pero en estos tiempos SALVAJES es casi una osadía montar un espectáculo o rodar una película. «Solo quiero monólogos», es lo que más suelen querer los programadores en provincias. Barato y, a poder ser, con una estrella mediática. Si ni las grandes empresas de producción, que se de buena tinta que no van nada bien, consiguen superar este huracán mezquino, ¿Qué podrán hacer esas producciones que a modo de cooperativa están llenando las programaciones de teatros de toda España? ¿Y las agencias de comunicación que tan bien comunican el teatro que se ven pisoteadas también por la situación lamentable del teatro?
Hay un pequeño pozo de esperanza que son las salas alternativas, por supuesto. Son el germen de una revolución cultural que ya está en la calle, pero nunca se podrá «vivir» de una sala para 10 0 20 espectadores. Eso se llama «amor al arte», aunque para llenar la nevera haya que hacer otros trabajos.
Siento no arrojar un poco de esperanza, pero esta marea es imparable. Solo nos queda cruzar los dedos para que se rectifique esta absurda situación YA MISMO, aunque por el camino los ‘muertos’ van a ser muchos… y los que quedan por caer.
Ayer se celebró el Día Internacional del Teatro y para celebrarlo nos acercamos a algunos de los actos conmemorativos en los Teatros del Canal, donde pudimos disfrutar de un avance de El pimiento verdi y una visita teatralizada, y La casa museo de Lope de Vega, donde se leyó el Manifiesto y Ron Lalá divirtió al mismísimo Fénix de los Ingenios. Para cerrar la jornada pasamos por el Teatro de la Abadía para disfrutar de una de las últimas funciones de El café.
11:30h, comienza el ensayo de «El pimiento verdi»«El pimiento verdi»«El pimiento verdi»12:30 horas Visita teatralizada en los Teatros del CanalAsí se quedó el apuntador cuando supo que DESDE MI BUTACA estaba en los Teatros del Canal17:00h, Ron Lalá, tan incombustibles como siempre en la Casa de Lope de Vega.Ron Lalá y autoridadesA las 20:00h disfrutamos de una Venecia en gris llena de arquetipos que podemos encontrar en nuestra sociedad. «El café» presenta a unos personajes acuciados por deudas económicas y morales. Un empeño de sacar adelante un proyecto arriesgado por parte de un equipazo de actores en el brilla con luz propia ese camarero que vivió mejores días en Arizona, Jesús Barranco. ¡Hasta el domingo en La Abadía, que nadie se lo pierda! Foto de Ros Ribas.
La Federación Estatal de Asociaciones de Empresas de Teatro y Danza (FAETEDA) ha presentado esta mañana en el Teatro Coliseum de Madrid los resultados de asistencia y recaudación del último trimestre de 2012, en los que el alarmante gravamen impuesto a la cultura ha hecho que se destruyan solo en el sector de las artes escénicas unos 600 empleos.
No es fácil ver en un mismo espacio a los grandes ‘pesos pesados’ de la producción teatral en España, pero la acuciante crisis que sufre el sector escénico, provocada no solo por el IVA, sino también por el nuevo sistema de contratación de los ‘bolos’ impuesto por los ayuntamientos, ha permitido que esta mañana se pudiese ver en el céntrico teatro de la Gran Vía madrileña a Juanjo Seoane, Jesús Cimarro, Tricicle, Pedro Larrañaga, Enrique Cornejo, Daniel Martinez, a la sazón portavoz de los productores como presidente de FAETEDA que es, José Luis Gómez, Petra Martinez, Juan Margallo y un largo etcétera.
Algunos datos significativos:
–El número de espectadores ha descendido un 31,43%, 1.800.000 espectadores menos que en el último cuatrimestre de 2011
–Se han perdido600 puestos de trabajo directos
–La recaudación ha descendido un 32,98%, lo que supone 33.297.278 euros
–Ha tenido un impacto negativo sobre la recaudación global de impuestos y Seguridad Social, estimado en 2.978.151 euros
«Este IVA nos ha apartado de Europa«. Daniel Martinez recalca que tres países europeos como Francia, Portugal y Holanda decidieron dar vuelta atrás cuando vieron las penosas consecuencias que tuvo la subida de impuestos a la cultura. Desde FAETEDA han creado un plan de choque que presentarán al gobierno en unas semanas. Actuando «con pies de plomo», Martinez ha avanzado que existe cierto diálogo con el Ministerio de Cultura, aunque sin entrar en detalles. España cuenta actualmente con el tipo de IVA para el teatro más alto de la Eurozona. Noruega lo grava con un 0% y Portugal con un 13 % por poner solo dos ejemplos.
Una problemática ya anterior a la subida del IVA ha sido la viabilidad de las giras teatrales. «No podemos aceptar que no se programe en las provincias«. Muchas compañías pequeñas y medianas dependen de los ‘bolos’ y si no se contrata, su supervivencia será imposible y «se negará a miles de españoles que no pueden trasladarse a Madrid la posibilidad de disfrutar del teatro». Además, el nuevo sistema de contratación » a cuenta y riesgo» de las compañías no facilita que esos ‘bolos’ sean rentables en muchos casos.
«Poner esperanzas en la Ley de Mecenazgo sería un error». Preguntado por la hipotética Ley de Mecenazgo de la que lleva hablando el gobierno desde hace tiempo, el representante de los productores advirtió que «es anormal que no tengamos Ley de Mecenazgo», pero «lo más seguro es que beneficie especialmente al sector público». Lo esencial sería que existiese una mesa de diálogo también con el sector privado para llevar la iniciativa a buen puerto para ambas partes.
Una vista de la Sala Pereda del Palacio de Festivales de Cantabria. Foto original de Carlos Rivera.
LLega un nuevo número de EL NUEVO DILUVIO MAGAZINE cuando está a punto de cumplir cuatro años en la red. En este número nos hemos rodeado de un reparto de lujo. El director teatral del momento, Miguel del Arco nos presenta su versión de «De Ratones y Hombres» que triunfa en el Español. Junto a él pasarán por este diluvio Irene Escolar, Fernando Cayo y Roberto Álamo, protagonistas de la función.
Otro de los protagonistas de este número será Nacho Vigalondo, uno de los directores del cine español más polémicos, acaba de estrenar «Extraterrestre» y ya prepara «Windows».
Otros nombres protagonistas serán el dramaturgo Paco Bezerra y Carmelo Gómez que está viviendo un momento dulce gracias al teatro. Julieta Serrano, Emilio Gavira, Gemma Cuervo y Tomaz Pandur serán también protagonistas de este número tan especial.
Érase una vez un país en el que la gente acudía al teatro «en masa», se llenaban los teatros y las compañías recibían sus generosos honorarios por parte de unos ayuntamientos encantados de culturizar a su pueblo.
Colorín, colorín colorado, este cuento es más falso que la nariz de la «Princesa del Pueblo»
Es cierto que los teatros municipales se llenan, pero otra cosa es que los ayuntamientos paguen, que sería lo normal en cualquier caso. Miguel del Arco que sorprendió con «La Función por Hacer» ha decidido no llevar su espectáculo a León por incumplimiento de contrato. El ayuntamiento no ha pagado por adelantado, que era lo acordado. Por supuesto, el dinero que recaudan los espectáculos que se representan en los teatros municipales y que «pasan por taquilla» como es obvio, no se queda en el limbo. El dinero lo utiliza el ayuntamiento de turno para pagar sueldos de funcionarios y cosas así, nunca para pagar de una manera más o menos inmediata a la compañía que ha llenado el teatro. Si se paga, se hace mal y tarde. Esa es la sangrante situación que ha llevado a unas cuantas compañías a decidir no ir a tal o cual plaza-como en el caso citado- o directamente a no poder sobrevivir. Recordemos que las compañías si pagan a sus trabajadores y si los ayuntamientos no pagan, el sostenimiento de los sueldos, las dietas y la Seguridad Social entre otros gastos, resultan inabarcables para las compañías. Se proponen soluciones desde el sector: 1) No ir a los ayuntamientos morosos a actuar 2) Si no se cobra a mitad de representación, largarse explicando la situación al público 3) Cobrar por adelantado, cosa realmente complicada, para que nos vamos a engañar.
Por supuesto, los presupuestos culturales siguen y siguen mermando. Está claro que hay que apretarse el cinturón, pero las cifras cantan en casos como los de la Consejería de Cultura de Cantabria. Cuando el descenso global del presupuesto de la consejería de Cultura, Turismo y Deporte apenas se acerca al 1% (-0,79%), sumando un total de 556.793.708 euros, es llamativo el recorte aplicado a Cultura, un 8%. Esto, entre otras cosas, significará que el Palacio de Festivales las va a pasar «canutas» para programar espectáculos de cierto precio entre otras cosas. Su presupuesto pasará de 4.868.000 euros en 2011 a 4.211.853 en 2012.
El sector ya se ha empezado a movilizar, pero las cosas no pintan nada bien. El público, más que nunca, demanda teatro, demanda la verdad de la escena y eso los políticos, por lo que se ve, no lo tienen en cuenta. LLega un nuevo gobierno del PP, ¿Qué pasará con Cultura?.
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Un profesor que utiliza las canciones de los Beatles para enseñar inglés en la España de 1966, se entera de que John Lennon está en Almería rodando una película. Decidido a conocerle, emprende el camino y en su ruta recoge a un chico de 16 años que se ha fugado de casa y a una joven de 21 que aparenta estar también escapando de algo. Entre los tres nacerá una amistad inolvidable.