La única caricia: Se despide de los escenarios LAS HERIDAS DEL VIENTO

`Las Heridas del Viento´ se despide en una última función en el Teatro Lara

Tras su representación en el Instituto Cervantes de Nueva York el pasado 9 de diciembre, la obra de Juan Carlos Rubio más aclamada por la crítica y el público se despide de los escenarios el próximo 11 de enero a las 20.30hs

Tras su estreno internacional en el Instituto Cervantes de Dublín y de Nueva York, así como de una extensa gira de más de dos años por toda la geografía nacional, Las Heridas del Viento se despide de los escenarios el próximo 11 de enero a las 20.30hs en el Teatro Lara de Madrid. La obra más exitosa de Juan Carlos Rubio,producida por Bernabé Rico para TayCual Producciones,  cuenta con la rotunda ovación de la crítica, los premios y el público. Su actriz protagonista, Kiti Manver, ganó el Premio Ceres 2013 a Mejor Actriz, elPremio de la Unión de Actores 2013 como Mejor Actriz de Teatro y fue Finalista de los Max por este papel, así como el aplauso de los medios y los espectadores junto a su compañero de reparto Dani Muriel.

En 2013 ya auguramos  DESDE MI BUTACA al montaje de Juan Carlos Rubio un largo recorrido. Así vivimos este emocionante montaje.

Empecé a conocer a mi padre el día en que murió…

En Las heridas del viento, David se enfrenta a la muerte de su padre en busca de respuestas, ¿Quién fue realmente ese gran desconocido? Y, de repente, encuentra unas cartas que le descubren una realidad que no sabe si está dispuesto a aceptar. “A mi padre por todo lo que no se de él” reza la emotiva y sencilla dedicatoria que Juan Carlos Rubio hace en esta gran carta de amor teatral. Su David, sumido en la perplejidad, no puede entender al hombre que le dedicó una sola caricia, que hoy parecer estremecerle. El texto de Juan Carlos Rubio, aplaudido en medio mundo, está dotado de un lirismo y una poesía, nada cargantes ni excesivos, que sumergen al espectador en el teatro más puro, el que dota a la palabra de emociones, sin ningún tipo de artificio. Solo las cartas, unas sillas y la música de un smartphone acompañan a nuestros protagonistas en este viaje a la emoción más pura. Para dar voz y carne a los dos protagonistas, Rubio se rodea de dos actores, cuya emoción maneja a la perfección. Dani Muriel está viviendo una etapa dorada en su carrera y eso es gracias a la variedad de trabajos que ha ido encadenando en los últimos meses. Las heridas del viento es un paso hacia adelante en su carrera. Muriel se enfrenta cara a cara a un texto que exige el 200% de implicación del intérprete y él pasa la prueba con nota, muy especialmente cuando se crece ante la emoción compartida de su partenaire en escena, Kiti Mánver. Es el trabajo de esta ACTRIZ un ejercicio de sutileza y buen hacer encima de las tablas. Mánver imprime al personaje un amaneramiento nada forzado, que solo subraya en momentos contados, cual pinceladas de ese gran óleo que es la interpretación de esta gran maga de la escena que llena de emoción y de magia el hall del Lara desde que lo pisa por primera vez. Poco más que añadir, solo invitarles a que no dejen de pasar ‘Los lunes al hall’ con este montaje que, estoy seguro y es justicia divina, tendrá un largo recorrido.

LAS HERIDAS

Esta historia podría acabar aquí, pero en esta nueva etapa os mostraremos el después de la función de algunos intérpretes, ¿Cómo se sienten justo después de que el telón caiga? En ese momento en que aún permanece la emoción compartida en escena. Nadie mejor que Kiti Mánver para abrir esta sección titulada Tras la emoción compartida

“¿De verdad vas a salir a la calle así con el pelo mojado?” le pregunta Juan Carlos Rubio a nuestra protagonista. Está frenética tras compartir con los espectadores a su Juan. Aún así, para un momento para contarnos DESDE MI BUTACA sus impresiones sobre este montaje, el quinto que hace con Rubio, en el mágico hall del Lara. Gracias, Kiti.

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¿Cómo se siente Kiti Mánver Tras la emoción compartida?

Ahora, aún con la emoción por esta katarsis en escena, solo puedo decir que me siento muy afortunada por esta experiencia. Tras más de cuarenta años de carrera me parecía imposible poder hacer un trabajo así. Juan Carlos ha insistido en que no le pusiese una energía parecida a la de mis trabajos anteriores. Me ha puesto en un lugar en el que me siento comenzando de nuevo. La incomodidad es muy buena para algo tan creativo como la interpretación. No hay que instalarse ni quedarse en lo fácil.

La gran cualidad de tu interpretación es la sutileza con la que afrontas el “amaneramiento” del personaje…

Eso estaba en la propuesta de dirección de Juan Carlos, solo le hemos puesto dos toquecitos en momentos concretos . Él quería hacerlo de una forma muy sajona, por así decirlo.

¿Qué le evoca a Kiti Mánver un espacio como el hall del Lara?

Es maravilloso trabajar en un espacio así. Descubres varias cosas. La gente tiene muchas ganas de reír, pero también de llorar un poco.  Son los sentimientos lo principal en esta historia que contamos al público. Esta obra hace que el público se plantee si ha dicho lo suficiente ‘te quiero’. Te pone en lugares de una gran sensibilidad. En un lugar tan mágico como éste me he dado cuenta que el público también necesita sentir ese tipo de emociones. Siempre se vende como lo máximo la comedia, pero una función como ésta demuestra que el público también viene a emocionarse al teatro.

Por último, ¿Qué le une a Kiti Mánver con sus dos compañeros de viaje?

Es mi quinto montaje con Juan Carlos, estoy a fuego con él. Me lleva de éxito en éxito y está sacando cosas maravillosas de mi como actriz. Es mi ángel de la guarda particular.  De Dani destacaría que he descubierto a un actor joven de estos que tienen una preparación de lo más óptima. Es un compañero de viaje estupendo. Para llevar a buen término este texto se necesita de un compañero con una sensibilidad parecida y que sea capaz de meterse contigo en esta particular burbuja emocional. Los trabajos con una química como la que tenemos nosotros dos son simplemente la bomba.

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El doble ‘plan’ de Ignasi Vidal pasa por Los Teatros del Canal y La Pensión de las Pulgas

Ignasi Vidal es algo más que uno de los nombres indiscutibles de nuestro musical. El actor y cantante también es autor de sus propios textos teatrales que en los próximos meses ‘invadirán’ la cartelera madrileña. De hecho, ya podemos ver en La Pensión de las Pulgas su obra El plan, que él mismo dirige.

Tres amigos desempleados se reúnen para ejecutar un plan y, mientras esperan a que se arregle la avería de un coche, asistimos a la caída de sus máscaras, a su último carnaval juntos.

Los personajes de El plan podrían parecer sacados de una película de Woody Allen; pero los diálogos (trepidantes e ingeniosos) recuerdan más a Tarantino: de la pequeña intrascendencia se crea una bola que amenaza con desbaratar la precaria armonía entre los protagonistas.

Y ante eso, la hecatombe: ¿somos ejecutores o víctimas de nuestro destino?

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El 8 de abril estrenará Dignidad, obra que ha escrito y que protagoniza junto a Dani Muriel. El componente del grupo Póker de Voces y actor en musicales como Los Miserables estará dirigido por Juan José Afonso en una obra que permanecerá en los Teatros del Canal del 8 al 26 de abril. Este montaje es una producción de Vaca Estudio y Excéntrica Producciones.

Un despacho en la sede de un partido político. Francisco, líder del partido, esperanza de cambio para la sociedad, invita a Alejandro, su mano derecha y amigo, a degustar un estupendo whisky. Lo que empieza siendo una charla amigable acabará por destapar aspectos inesperados que amenazarán el equilibrio de una relación de amistad y colaboración de muchos años.

Primera imagen con el recién incorporado al equipo: Dani Muriel. Foto de Natalia Echeverría.
Primera imagen con el recién incorporado al equipo: Dani Muriel. Foto de Natalia Echeverría.

Lo mejor de un año DESDE MI BUTACA (III): Los actores

Seguimos repasando un año DESDE MI BUTACA y en esta ocasión serán los actores los protagonistas. En papeles protagonistas o secundarios, los actores también han destacado en un 2013 que ha estado lleno de TEATRO.

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Fernado Guillén Cuervo, el Adán ideal

Poner en marcha un proyecto tan ligado a Blanca Oteyza y Miguel Ángel Solá como Hoy: El Diario de Adán y Eva parecía un reto titánico, pero otra pareja, Ana Milán y Fernando Guillén han conseguido «el milagro». El Adán de Guillén Cuervo se instala entre la melancolía por un tiempo pasado que ya no volverá y la comicidad que desprende en la representación del Adán con peluquín, Fernando Guillén construye el que quizás sea el mejor personaje de su carrera. Ha conseguido una hondura en la construcción de este entrañable personaje que solo los grandes pueden conseguir. En su voz apesadumbrada y dolorida de la senectud se ven en él atisbos de la grandeza de su padre. 

José Pedro Carrión, historia viva de nuestra escena

En Júbilo Terminal nos ofrece un recital interpretativo de primer orden, donde la palabra y el actor pasan a primer término para conseguir emocionarnos. Y vaya si lo consigue este actor que fue rey, bufón y espadachín. Un trabajo en este 2013 al que se suma su paso por Hécuba, que podremos disfrutar en 2014 en el Teatro Español de Madrid. Un lujo verle por partida doble en este año.

Recibimos la llamada de Richard Collins Moore

Así hablamos del trabajo del actor en La llamada: «Él es Dios. Un ser todo poderoso que canta a la Houston. Su primera y sorprendente aparición deja prendado al público. Desconocía que detrás de ese grandísimo actor característico se escondía un chorro de voz de ese calibre,  de ovación el número de I have nothing».

Las mil caras de Dani Muriel.

Este año le hemos visto en Microteatro, en el Hall del Lara, en el Teatro María Guerrero y ¡Hasta inaugurando El Sol de York!  Si sigues la actualidad teatral de Madrid es imposible que no te hayas topado con él en alguno de los montajes que ha protagonizado. El último reto ha sido Las heridas del viento de Juan Carlos Rubio: «Dani Muriel está viviendo una etapa dorada en su carrera y eso es gracias a la variedad de trabajos que ha ido encadenando en los últimos meses.Las heridas del viento es un paso hacia adelante en su carrera. Muriel se enfrenta cara a cara a un texto que exige el 200% de implicación del intérprete y él pasa la prueba con nota».

Carlos Hipólito, un imprescindible.

Pocos actores tan versátiles y comprometidos con el teatro como el protagonista de El crédito. Este año le hemos visto de nuevo dando el do de pecho en Sonrisas y lágrimas en el Coliseum antes de volver a sumergirse en el mundo del dramaturgo Jordi Galcerán. Se convierte en el, aparentamente, inquebrantable director de la sucursal a la que pide un crédito Luis Merlo. Él también entra por méritos propios en esta particular lista por sus dos trabajos sobre las tablas: Deseo y la citada obra del autor de Carnaval.

Antonio Dechent, por fin en Madrid

Llevaba años queriendo ver sobre el escenario a Antonio Dechent. Este año, por fin, lo conseguí. La voz interior, espectáculo concebido para una pequeña sala andaluza, llegó al Teatro Bellas Artes de Madrid. El actor no defrauda en las tablas con ese frágil enamorado que se desgarra ante una desasperada última llamada a su enamorada. Un personaje que se aleja de los ‘malotes’ que este actor de mirada  y voz imponentes ha retratado en el cine.

Jorge Usón nos hizo «sentirnos bien»

En unos días pude ver a Jorge Usón por partida doble. Primero en Feelgood y después en Cabaré de caricia y puntapié. Resultado: Un verdadero descubrimiento del que os dijimos a su paso por el Matadero: «Es un camaleónico actor con una vis cómica innegable. Con cada palabra, el público se ríe a pierna suelta».

Asier Etxeandia por «su año»

No podía faltar en este ranking el actor, el cantante, el intérprete Asier Etxeandía que no solo ha «cantado» su vida en su unipersonal, sino que se instaló en el Sagrado Corazón 45 y se sumergió en el universo de Vargas Llosa con La chunga. Ha sido su  gran año, sin ninguna duda.

Sergi  López, ponga un poco de absurdo en su vida

El actor, que acaba de estrenar en cines Ismael, sorprendió al respetable en 30/40 Livingstone, «un espectáculo de humor, tenis y antropología» que pudimos ver en el Teatro de la Abadía. Un ejercicio interpretativo colosal a la altura de uno de nuestros actores más internacionales.

El cuarteto de Israel Elejalde

Y cerramos este particular repaso a los actores de 2013 con Israel Elejalde que demostró su talento para la comedia con Maridos y mujeres y se tiró a la piscina con La Fiebre: «Un tour de force interpretativo que en manos de un actor de superlativo talento como Elejalde coge mucha altura. Un recital in crescendo que acaba con un Elejalde que se desgarra emocionalmente antes de entrar en caída libre». Volvió además con La función por hacer y ya ha estrenado Misántropo, que estamos deseando ver.

Juan Carlos Rubio: «El teatro es el mejor espacio para contar sentimientos inmediatos»

Se abre la puerta y nos indican «Quedan 30 minutos para la representación». Estamos metidos ‘entre cajas’ justo antes de comenzar la representación de Las heridas del viento.  Han tenido una tarde frenética, acaban de grabar la función y Juan Carlos Rubio busca un momento para atender a DESDE MI BUTACA.  La que es sin duda su experiencia teatral más personal seguirá emocionando al público del hall del Lara unos cuantos días más. Han prorrogado, pero no es la única buena noticia para Rubio. El lunes que viene estará presente en los Premios Broadway World Spain donde su obra No estoy para nadie, el musical opta a cuatro categorías.  Este gran transmisor de la emoción humana, ha sido capaz de alternar comedias alocadas como Tres con montajes tan hondos como esta maravillosa Las heridas del viento o Humo con el tristemente desaparecido Juan Luis Galiardo. En un espacio tan querido por él como el Lara ha sabido exprimir el ‘jugo emocional’ de dos actores que pasan por uno de los mejores momentos de su carrera. Insisto, todos lo que amen el teatro, no deben perderse por nada del mundo esta delicatessen emocional.

¿Por qué has querido contar la historia de Las heridas del viento en este momento de tu vida?

Me pedía el cuerpo hablar de sentimientos después de unos años centrado en la comedia. Mi padre está muy mayor y esta función tiene un punto de melancolía al hablar de las deudas pendientes, de la capacidad de perdonar y seguir hacia adelante… Me apetecía hacer un balance de mi vida a través de esta función. Además, en España solo había estado el montaje de Miami, que yo traje como productor. Es la primera vez que se ha montado este texto en España. Lo he querido hacer con una mirada muy particular. Es un ejercicio teatral desnudo, quería que  los actores se desnudasen emocionalmente en escena y yo les sirvo de apoyo en cada función.

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¿Es difícil desligarte de tu faceta de autor cuando diriges tus propios textos?

Como director, corrijo las cosas de mis textos que veo que no me funcionan. Como director me planteaba problemas que por la noche, cuando dormía con el autor, resolvía. Han sido un mínimo de modificaciones, pero las justas para adaptarlo a este traje a medida que he construido para Dani, Kiti y yo mismo.

¿Qué le une a Juan Carlos Rubio a sus dos compañeros en la obra?

A Kiti me unen ocho años de trabajo, de admiración, de cariño y de entrega. He encontrado en ella el mejor vehículo para contar mis historias. Es una actriz capaz de enfrentarse con el mismo atino a la comedia, el drama e incluso es capaz de ponerse a cantar. Con Dani ya trabajé en La monja alférez y pensé que era el actor ideal para este personaje. Estoy muy feliz de que decidiese aceptar este proyecto.

http://www.youtube.com/watch?v=pZJfbTNykOU

¿Cómo fue esa experiencia de La monja alférez en el María Guerrero?

En este país echamos muy pocas miradas atrás a nuestra propia historia. Domingo Miras fijó su mirada en un personaje histórico muy rico. Cuando me ofrecieron dirigir el texto me sentí un privilegiado por poder contar la historia de un ser tan gigantesco como fue esta mujer. Además, Miras es amigo desde hace un montón años y eso le daba un plus de interés a la experiencia. Fue realmente divertido montar este circo escénico.

¿No tuvo miedo de ‘dar el cante’ Juan Carlos Rubio con Esta noche no estoy para nadie, el musical?

La verdad es que no, sobre todo por los actores de los que me he rodeado: David Ordinas, Naim Thomas y Gisela (nominados a los Premios Broadway World), Bruno Squarcia… Solo Kiti no había hecho musicales y ha estado un año recibiendo clases de Ángel Ruiz. Ella se lanza de cabeza en cada proyecto. Canta muy bien la verdad. He querido contar una historia en la que tenemos el plus de las canciones fantásticas que han compuesto Raúl Gama e Isabel Montero. 

¿Qué le evoca a Juan Carlos Rubio un espacio como el hall del Lara?

Me siento como en casa. Es la cuarta función que hago en los últimos dos años y medio. La gente que trabaja aquí ama el teatro. Se trabaja muy bien en este hall que tiene una vida pasada, pero una efervescencia tal que tiene asegurado su futuro.  

¿Por qué el teatro es para ti el mejor lugar para contar historias?

El teatro es el mejor espacio para contar sentimientos inmediatos. Me encanta la comunicación con el público y más en una función como Las heridas del viento, en la que se les habla directamente. Es un espacio de reunión en vivo. Cuando ríen y lloran lo hacen al unísono. Es algo mágico que hace que cada noche sea una experiencia irrepetible.

Dani Muriel: «Hay que reinventarse continuamente»

 Se tiende a etiquetar mucho a los actores. ‘Actor cómico’ o ‘ Ese actor que hizo una serie de éxito y que no logra pasar de eso’. Dani Muriel consiguió ‘colarse’ en millones de hogares con su trabajo en Escenas de matrimonio y, durante un tiempo, tuvo que enfrentarse a ello. Un día, llegó un proyecto como La mecedora y, a partir de ahí, su carrera teatral comenzó a subir como la espuma. Su gran reto llegaría encarnando al archiconocido Steve Jobs en un monólogo en el que interpretaba decenas de personajes. Solo ante el público. Ahora se enfrenta de nuevo a los espectadores junto a una actriz que inauguro nuestro Tras la emoción compartida, Kiti Mánver. Unos minutos antes de empezar la función de Las heridas del viento pillamos a Dani ‘entre cajas’ para charlar sobre este gran momento de su carrera DESDE MI BUTACA.

¿Qué le evoca a Dani Muriel un espacio como el hall del Lara?

El hall del Lara tiene un punto muy teatral. Es el mejor decorado que podríamos tener. Ha pasado tanta gente por aquí con este maravilloso espejo, esa escalera… Todo ello me hace embarcarme en un viaje muy acorde con nuestra función.

Habéis tenido unos ensayos abiertos al público, ¿Cómo ha sido la experiencia?

Hablamos continuamente con el público y nos vino muy bien. Ya no hay ese salto al vacío que suele suponer un ensayo general con público. Las miradas te hacen cambiar tu trabajo. Además, te hacen medirte como actor constantemente. Queremos hacer delicatessen del teatro, que haga un viaje de verdad con nosotros. Soy un afortunado por poder contar esta historia con una compañera de viaje tan generosa como Kiti. Cuando acaba la función, el público se encuentra ‘tocado’ y te agradece de verdad que hayan puesto en escena esta obra que les hace reflexionar sobre ellos mismos.

Has encadenado proyectos teatrales sin parar durante el último año, ¿Cómo has vivido estos frenesí teatral?

Me siento muy afortunado por poder trabajar en tantos proyectos. Hay que reinventarse en cada trabajo. Jobs fue eso, me tuve que lanzar a la piscina con un monólogo. Acomodarse es lo peor que puede hacer un artista. He llegado a ensayar cuatro obras en el mismo día. Te pone en un punto como actor que te ves capaz de enfrentarte a registros dramáticos muy diferentes. Te convierte en un actor muy activo. Entro mucho en cada espectáculo. Espero tener muchas temporadas así.

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Además, este año ha venido acompañado de críticas muy buenas…

Si las críticas son buenas, me siento muy halagado. Si hablan mal, también me interesa que me lo digan. Descubrí hace ya tiempo que es imposible gustar a todo el mundo. Me gusta mucho mostrar diferentes versiones de mi mismo como actor. Disfruto mucho de experiencias como Las heridas del viento. Además, creo que ha servido para quitarme esa etiqueta que me pusieron durante mucho tiempo de ser únicamente el chico de Escenas de matrimonio. No lo menosprecio, pero es cierto que era difícil que la gente me viese en otros registros. Creo que hacer tantos personajes en tan poco tiempo hace que me redescubran continuamente en cada obra.

¿Es Jobs el punto de inflexión en tu carrera?

La mecedora no tuvo la visibilidad suficiente, pero yo creo que es el punto de inflexión total en mi carrera, que rompía con todo lo que había hecho hasta entonces. Ahora bien, es cierto que el trabajo de Jobs sorprendió incluso a algunos que me habían contratado en el pasado. Es maravilloso conseguir que te vean con otros ojos.

¿Qué le une a Dani Muriel con dos creadores como Kiti Mánver y Juan Carlos Rubio?

Los dos somos del 11 de mayo, es cuanto menos curioso. Estar en un trabajo tan bonito y tan personal con alguien con quien compartes cumpleaños es muy especial. Juan Carlos me vió en La mecedora y confió en mí en La monja alférez. Que me haya vuelto a llamar para trabajar con él me da una energía renovada para seguir adelante con mi carrera.

La única caricia

Empecé a conocer a mi padre el día en que murió…

En Las heridas del viento, David se enfrenta a la muerte de su padre en busca de respuestas, ¿Quién fue realmente ese gran desconocido? Y, de repente, encuentra unas cartas que le descubren una realidad que no sabe si está dispuesto a aceptar. «A mi padre por todo lo que no se de él» reza la emotiva y sencilla dedicatoria que Juan Carlos Rubio hace en esta gran carta de amor teatral. Su David, sumido en la perplejidad, no puede entender al hombre que le dedicó una sola caricia, que hoy parecer estremecerle. El texto de Juan Carlos Rubio, aplaudido en medio mundo, está dotado de un lirismo y una poesía, nada cargantes ni excesivos, que sumergen al espectador en el teatro más puro, el que dota a la palabra de emociones, sin ningún tipo de artificio. Solo las cartas, unas sillas y la música de un smartphone acompañan a nuestros protagonistas en este viaje a la emoción más pura. Para dar voz y carne a los dos protagonistas, Rubio se rodea de dos actores, cuya emoción maneja a la perfección. Dani Muriel está viviendo una etapa dorada en su carrera y eso es gracias a la variedad de trabajos que ha ido encadenando en los últimos meses. Las heridas del viento es un paso hacia adelante en su carrera. Muriel se enfrenta cara a cara a un texto que exige el 200% de implicación del intérprete y él pasa la prueba con nota, muy especialmente cuando se crece ante la emoción compartida de su partenaire en escena, Kiti Mánver. Es el trabajo de esta ACTRIZ un ejercicio de sutileza y buen hacer encima de las tablas. Mánver imprime al personaje un amaneramiento nada forzado, que solo subraya en momentos contados, cual pinceladas de ese gran óleo que es la interpretación de esta gran maga de la escena que llena de emoción y de magia el hall del Lara desde que lo pisa por primera vez. Poco más que añadir, solo invitarles a que no dejen de pasar ‘Los lunes al hall’ con este montaje que, estoy seguro y es justicia divina, tendrá un largo recorrido.

LAS HERIDAS

Esta historia podría acabar aquí, pero en esta nueva etapa os mostraremos el después de la función de algunos intérpretes, ¿Cómo se sienten justo después de que el telón caiga? En ese momento en que aún permanece la emoción compartida en escena. Nadie mejor que Kiti Mánver para abrir esta sección titulada Tras la emoción compartida

«¿De verdad vas a salir a la calle así con el pelo mojado?» le pregunta Juan Carlos Rubio a nuestra protagonista. Está frenética tras compartir con los espectadores a su Juan. Aún así, para un momento para contarnos DESDE MI BUTACA sus impresiones sobre este montaje, el quinto que hace con Rubio, en el mágico hall del Lara. Gracias, Kiti.

kiti

¿Cómo se siente Kiti Mánver Tras la emoción compartida?

Ahora, aún con la emoción por esta katarsis en escena, solo puedo decir que me siento muy afortunada por esta experiencia. Tras más de cuarenta años de carrera me parecía imposible poder hacer un trabajo así. Juan Carlos ha insistido en que no le pusiese una energía parecida a la de mis trabajos anteriores. Me ha puesto en un lugar en el que me siento comenzando de nuevo. La incomodidad es muy buena para algo tan creativo como la interpretación. No hay que instalarse ni quedarse en lo fácil.

La gran cualidad de tu interpretación es la sutileza con la que afrontas el «amaneramiento» del personaje…

Eso estaba en la propuesta de dirección de Juan Carlos, solo le hemos puesto dos toquecitos en momentos concretos . Él quería hacerlo de una forma muy sajona, por así decirlo.

¿Qué le evoca a Kiti Mánver un espacio como el hall del Lara?

Es maravilloso trabajar en un espacio así. Descubres varias cosas. La gente tiene muchas ganas de reír, pero también de llorar un poco.  Son los sentimientos lo principal en esta historia que contamos al público. Esta obra hace que el público se plantee si ha dicho lo suficiente ‘te quiero’. Te pone en lugares de una gran sensibilidad. En un lugar tan mágico como éste me he dado cuenta que el público también necesita sentir ese tipo de emociones. Siempre se vende como lo máximo la comedia, pero una función como ésta demuestra que el público también viene a emocionarse al teatro.

Por último, ¿Qué le une a Kiti Mánver con sus dos compañeros de viaje?

Es mi quinto montaje con Juan Carlos, estoy a fuego con él. Me lleva de éxito en éxito y está sacando cosas maravillosas de mi como actriz. Es mi ángel de la guarda particular.  De Dani destacaría que he descubierto a un actor joven de estos que tienen una preparación de lo más óptima. Es un compañero de viaje estupendo. Para llevar a buen término este texto se necesita de un compañero con una sensibilidad parecida y que sea capaz de meterse contigo en esta particular burbuja emocional. Los trabajos con una química como la que tenemos nosotros dos son simplemente la bomba.

Como este no es un montaje cualquiera, DESDE MI BUTACA le vamos a dar una cobertura especial. Esta historia continuará con las entrevistas a Juan Carlos Rubio y Dani Muriel. Estad atentos.

Sondheim en la frontera…

George y Margaret son una idílica pareja americana. Son felices como en una comedia musical clásica. Bailan al ritmo de las alegres canciones de Gershwin en su maravillosa existencia. Ahora, han dejado atrás a sus vecinos Los Thompsons. Ahora tienen otra clase de vecinos. Están en la frontera para cumplir con su misión: Vigilar a sus vecinos y reflexionar sobre las fronteras. Juan Carlos Rubio firma Arizona, una historia en que el tiempo es circular, una paradoja. Ahora, en plena crisis, los países más desarrollados tienen que huir a países emergentes a buscar un futuro.

La obra del autor de Humo utiliza el recurso del humor como un dardo envenenado, que en este montaje cuenta con la dirección de Ignacio García. Detrás de la risa se esconde una reflexión, eso que solo consiguen los grandes autores. Son actores mexicanos los que interpretan a estos hijos de la Coca Cola y la tarta de arándanos, lo que no hace más que acrecentar esa sensación de que la vida no es más que un círculo, ¿Y si un día fuesen ellos los que vigilasen sus fronteras para que no entrasen en su país hordas de yankees desesperados? Alejandro Calva y Aurora Cano son una aparentemente feliz pareja representativa del american way of life. Viven anestesiados en su particular mundo perfecto. Incluso ella es feliz ahora en mitad de esa calurosa tierra de nadie mientras escucha música alegre, pero de repente algo cambia, un descubrimiento hace que la melodía cambie. Y  pasamos del alegre y colorista musical clásico americano al amargo Sondheim y su desgarrador Send in the clowns, que Rubio utiliza estratégicamente jugando con los resortes del teatro musical. Tornan entonces en personajes amargos, marcados, que salen de su aparente tranquilidad y monotonía, como si de un musical del célebre compositor se tratase. Y de ahí al sorprendente desenlace solo hay un paso.

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Y Juan Carlos Rubio no se conforma con ser un brillante dramaturgo, sino un gran director de actores como se puede comprobar en La monja alférez. Copa las marquesinas del María Guerrero. En la Sala de la Princesa  Arizona y en la principal La monja alférez. Seamos sinceros, el texto de la monja es espantoso de principio a fin, irrepresentable. La magia la crea Juan Carlos Rubio que firma una puesta en escena luminosa situada en una suerte de barraca de feria. Y para ser la monja no se conforma con un solo actor y acierta. Dani Muriel, que definitivamente ha encontrado su lugar en el teatro, y Ángel Ruiz, esa vis cómica que torna en fuerza escénica cuando es monja alférez es insuperable, son dos de los grandes aciertos de este montaje que se despedirá este domingo del teatro del Centro Dramático Nacional. Repito, el texto es espantoso, pero la impronta de Rubio es tal que merece la pena disfruta de esta puesta en escena.

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