De la Zarzuela a un «Dear» film: Los (otros) musicales de los que no oirás hablar (tanto ni tan bien) en los medios

Como ya comentamos en nuestro reportaje especial- simplemente GRACIAS por la acogida entusiasta convirtiéndose en el post más leído de 2021 hasta ese momento y ahora desbancado por el homenaje a Sondheim-esta temporada no es una más. Tras el parón por el COVID, la industria del musical en todas sus variantes -pequeño, mediano y gran formato- ha resurgido cual ave Fénix en todo su esplendor. Al reciente estreno en gira de El tiempo entre costuras y el inmediato de El médico, sumamos una nueva ilusión para el 2022. Por fin un musical de Lin Manuel Miranda. El Espacio Raro de Ifema estrenará nada menos que In the heights como avanzamos en nuestra cuenta de Instagram.

Suenan aún en mi cabeza las notas de la última vez que he escuchado un tema de Sondheim en directo. No fue en ninguno de los dos musicales que están en cartel del maestro ahora mismo. Fue nada menos que en el ambigú del TEMPLO de nuestro teatro musical. Sí, del Teatro de la Zarzuela. La ocasión no podía ser mejor. Asistimos a la (doble) petición de mano de dos artistas que han transitado con maestría entre el teatro musical anglosajón y nuestro género lírico. David Pérez Bayona y Nuria Pérez se conocieron en la casa de nuestro musical. Allí, fueron conociéndose hasta convertirse en una de las parejas más deslumbrantes de nuestra escena, hecho del que quisieron hacernos partícipes hace ya unas semanas. Durante el recital teatralizado hicimos un recorrido musical y vital que sirvió como nexo de unión del musical anglosajón y de nuestro género lírico por antonomasia. En el repertorio no faltaron temas para contentar a los amantes de ambas disciplinas que al final solo pudieron darse cuenta de que en el fondo los amantes de la zarzuela deberían serlo del musical anglosajón y viceversa. El fin de fiesta lo puso Sondheim con uno de los temas más hermosos de su excelsa carrera: Too many mornings de Follies. Por un momento fantaseé con que ese musical volviese a la cartelera. Bendito sueño del que me desperté al día siguiente disfrutando de una de las cimas de nuestra Zarzuela: La Tabernera del Puerto, con dirección del genio Mario Gas y algún que otro conocido del universo Sondheim en su reparto.

Hace ya tres años que me quedé enamorado de Cantabreda y sus gentes, el universo imaginario o no tanto de La Tabernera del Puerto, una de las cimas de nuestro teatro musical. Sí, la Zarzuela es TEATRO MUSICAL así con mayúsculas. Cuando se anunció la reposición y con el mismo equipo no pude hacer otra cosa que repetir. Sobre el escenario, por motivos obvios, me fijé de nuevo en mis admiradísimos Vicky Peña y Pep Molina. Intérpretes de musicales, sí, lo han adivinado, como Follies. Para mí, son el mayor regalo de una función que de por sí mismo es un verdadero regalo de principio a fin. Esa pareja cómica que por momentos parece un primigenio antecedente de los Thenardier de Los Miserables, fue aplaudida por fervor por un público que sabe valorar el buen hacer de intérpretes como ellos y como Ángel Ruiz, al que siempre es una delicia ver en escena. Maravillosa puesta en escena de Mario Gas. Para mí, desde luego uno de los MUSICALES de la temporada.

En uno de esos días que necesitas evadirte gracias a la cultura, de esos días amargos que querrías borrar del calendario, decidí ir por fin al Teatro Arlequín, al que admito llevaba bastantes años sin ir. En una noche heladora de jueves me acerqué para ver Dimensión Vocal, una suerte de musical a capella. Con el único antecedente DESDE MI BUTACA de la excelente Iberian Gangsters en el Pavón, de la que llevamos la comunicación, me acerqué para ver lo que nos tenían preparados estos chicos. Vaya por delante que salí recompensado con la mejor vitamina anímica que ese día necesitaba. Con un sencillo hilo argumental, nos adentramos en una peculiar consulta de un dentista al que en el fondo agradecemos que con esa excusa pudiésemos disfrutar del TALENTO de estos intérpretes. Aser León, rey del Beatbox y mucho más como él mismo reivindica en más de una ocasión, pone ritmo a las voces, perfectamente sincronizadas, armonizadas y afinadas de sus estupendos compañeros. No faltó el mítico medley Disney que el público-algunos repetían en primera fila- aplaudió con entusiasmo.

Hacemos un entreacto en la parte escénica para adentrarnos en el cine.

Querido Evan Hansen, la película que destrozó la crítica antes de su estreno. Tras unos cuantos retrasos, llega el 10 de diciembre por fin a nuestros cines uno de los musicales más emocionantes de la temporada. Ya digo de antemano que me ha tocado muy hondo esta historia desde las primeras notas de Waving through a window, el impresionante opening number con el que sube el telón- no olvidemos su origen teatral que probablemente no interese a muchos críticos cinematográficos siempre tan pegados a las pantallas y poco pendientes de los escenarios. No pude olvidar en una semana como esta al maestro Sondheim y es que en este musical al igual que en los del GENIO, los personajes comienzan a cantar cuando no son capaces de expresarse con palabras. Eso pasa en esta cima del musical reciente que ojalá llegue pronto a los escenarios españoles- soñar es gratis, dicen. Uno de los aspectos más criticados, el principal, es la elección de un espléndido intérprete, pero que está pasado y mucho de edad, ¿no os gusta tanto Travolta en Grease? En fin… Sí, estoy de acuerdo en que el encorbamiento de su posición corporal para simular ser un teen atormentado es por momentos ridículo, pero este intérprete de voz melodiosa nos hace volar muy alto cada vez que podemos escucharlo en uno de los magníficos temas de esos genios que son Pasel and Paul que conocimos en el espectáculo DESDE MI BUTACA que comunicamos en el Teatro Rialto de Madrid. Lo que consigue Ben Platt a nivel vocal y a ratos también interpretativamente está muy por encima que lo que un adolescente podría haberle imprimido sin las tablas y la experiencia de este intéprete sensacional. Además a nivel musical hay otros números musicales como es himno incontestable que es You will be found o el emocionante Requiem que te pone el corazón en un puño. El reparto cumple del primero al último con nota, ¿de verdad este es el gran pluf de la temporada o es que hemos visto películas distintas? Yo desde luego ya estoy pensando en repetir, ¿para qué negarlo? Además, la película participa en una campaña muy necesaria y es que La Fundación ANAR se ha asociado con QUERIDO EVAN HANSEN para lanzar un mensaje en el que ofrece su ayuda a niños y adolescentes que puedan sufrir una crisis emocional similar a la de uno de los protagonistas, o cualquier problema que requiera de su atención y apoyo profesional. 

Ben Platt protagoniza Dear Evan Hansen

Por cierto, en plena Pandemia se rodó la cuanto menos sorprendente El Fantasma de la sauna, el otro musical cinematográfico que he visto recientemente. A pesar de que la cinta cuenta probablemente con unos recursos insuficientes para tal osadía, resuelve en la mayor parte del metraje el apartado musical con mucho atino- con guiños inevitables a El Fantasma de la Ópera como es obvio y a ese icono LGTBI en que se han convertido las musas de Hércules. El reparto cumple muy bien a nivel general y en el apartado vocal brillan sus dos protagonistas masculinos. El resultado final es una correctísima apuesta por el musical autóctono con temática LGTBI y aroma de sórdida historia Disney que agradecemos los amantes del género a su director al que no perderemos la vista: Luis Navarrete y por supuesto a su productor, Sophia Network Productions.

Tampoco quiero dejar la ocasión de recomendar Encanto, que recupera la magia de los musicales de animación de los 90 de Disney con el que creo será el heredero natural del talento de Alan Menken: Lin Manuel Miranda que incluye en esta cinta un tema que pasará automáticamente a la lista de temazos Disney: Dos oruguitas. Tampoco se pierdan en Netflix su visión del musical Tick Tick Boom del compositor de Rent: Jonathan Larson.

Una película que ha pasado demasiado desapercibida en las nominaciones a los Goya es la espléndida El amor en su lugar que aunque no sea un musical sensu stricto, estoy seguro de que atrapará a cualquier amante de las artes escénicas en la línea aunque con menos ternura, alma, corazón, pasión por la escena y humor que la formidable Pájaros de Papel, de la que hablé con Emilio Aragón hace solo unas semanas. En la nueva película de Rodrigo Cortés, director de la muy reivindicable Concursante, hay bastante música y, para sorpresa de muchos, con algunos momentos de voces en directo a los que en algunos casos sin duda se ha añadido algo de trabajo de estudio, pero se lo perdonamos por el buen resultado final. Según comentaban en Días de cine, que cantaran en las escenas se hizo para que se viera la fragilidad de las voces en unas circunstancias tan terribles como las que tuvieron que vivir los protagonistas reales de esta historia. Punto a favor de esta cinta que al igual que la otra gran olvidada de la Academia: El Cover– solo nominada a mejor canción para Antonio Orozco, ¿de verdad no se lo merecían entre otros Secun de la Rosa y Carolina Yuste?- demuestra que se puede hacer cine musical de calidad en nuestro país sin tirar de actores conocidos que desafinan a destajo como ocurría hace un par de décadas. A la Academia de Cine desde luego le ha importado poco para ningunear a mi juicio dos de las mejores películas españolas del año. Lo nuevo del siempre estimulante Rodrigo Cortés es una necesaria reivindicación del arte en tiempos revueltos que demuestra que todos los días para esos intérpretes a pesar de las tumultuosas circunstancias… EL ESPECTÁCULO DEBE CONTINUAR.

La guinda del pastel nos hace volver a subir el telón en tres espacios: el Sanpol el Teatro de la Estación Príncipe Pío y el emblemático Teatro Español.

No puede faltar el público familiar, siempre presente DESDE MI BUTACA. El Teatro Sanpol continua apostando por espectáculos para todos donde prima la calidad artística de elencos en los que se dan la mano la veteranía de intérpretes del nivel vocal de Blanca Degá-pura elegancia en cada interpretación- con jóvenes artistas de la entrega y la calidad de Marina Damer. Son solo dos de los nombres del montaje estrella de estas Navidades: Viaje por la magia de Disney. Durante casi hora y media, el público se sumerge en la historia de una pareja muy especial unida por su amor por la factoría del ratón Mickey. Nos cuenta esta historia la abuelita Annie, papel en el que se alternan la entrañable Natalia Jara y la locutriz Rosa Marquez que con su voz nos trasporta a esta historia que comienza con aquella primera vez en que sintió la magia del tío Walt a ritmo de Mary Poppins. En el recorrido musical del show se encuentran además de piezas habituales como Hakuna Matata temas que a pesar de haber pasado más desapercibidos para el gran público, cuentan con una gran ovación tras su interpretación como es el caso del Ya llegaré de Tiana y el Sapo a cargo de Blanca Degá, secundada por el emsamble lleno de swing del espectáulo. Como siempre en los espectáculos hay mensajes que están ahí para los peques que quieran entrar en ellos y es que en un momento determinado los protagonistas deciden darle la vuelta y preguntarse ¿no podría ser ella el príncipe y él la princesa? Los tiempos van cambiando y con ello los espectáculos de La Bicicleta siempre pendientes del latido de las nuevas generaciones.

Sing_us, una factoría creativa que no deja de sorprendernos. Hace unos meses ya os hablamos de la labor de la productora liderada por Eva Marco y Alberto Frías, dos profesionales de las artes escénicas que han decidido dar un paso adelante y crear su propia productora para dar voz a interesantes propuestas escénicas, especialmente en el campo de la lírica. Su última producción, de la mano de Showprime e Yllana, es The Royal Gag Orchestra, un absoluto disfrute para los espectadores que han llenado las funciones de este pasado Puente en el Teatro de la Estación Príncipe Pío de Madrid. Van a girar con esta propuesta que quita todos los prejuicios alrededor de la música clásica a la que convierte en un absoluto disfute y deleite para unos espectadores que rieron a pierna suelta durante estos días. Estaremos muy atentos a este show y a todo lo que tienen preparado que comunicaremos DESDE MI BUTACA.

Como guinda del pastel musicalero no puede faltar una de las grandes sorpresas de esta temporada: En tierra extraña. Sobre el escenario del Español una revelación en el plano interpretativo como Diana Navarro -tan camaleónica e inmensa vocalmente como siempre- se convierte en Concha Piquer en una ficción en la que se encuentra con Federico García Lorca, un estupendo Alejandro Vera, y Rafael de Léon, un impecable Avelino Piedad. Bajo la soberbia dirección de Juan Carlos Rubio, coautor de la idea orginal junto al añorado José María Cámara que tanto ha supuesto para la industria del teatro musical de nuestro país. Solo están en el espacio de la Plaza de Santa Ana de Madrid hasta el 2 de enero. Todo un acontecimiento escénico para cerrar este post especial.

Compositores a escena

Coinciden en cartel tres espectáculos de teatro musical en Madrid con compositores españoles, lo que nos da una buena muestra del buen momento del género en nuestro país. En este reportaje ponemos en valor el trabajo de los compositores que dan magia a nuestros escenarios ejemplarizados en Ricardo Llorca, Iván Macías y Jaume Carerras.

RICARDO LLORCA

Inspirado por la música y las tradiciones de las bandas de su Comunidad Valenciana natal, Ricardo Llorca se dio cuenta de que la composición era lo suyo cuando vino a Madrid. Allí descubrió mientras daba clases con una profesora de piano que lo que realmente le gustaba no era tocar música de otros, sino más bien tocar “música propia”. En plena Movida, estudiaba en el Conservatorio donde un profesor le dijo que lo que tocaba en el Rockolla “no era música de verdad”. Era el momento de dar carpetazo a la capital española y poner rumbo a Nueva York.

Era el año 1988 cuando llegó a la ciudad que nunca duerme. En contraste con Madrid donde las cosas estaban muy difíciles para los compositores que se quisieran salir de la línea establecida, se encontró un lugar abierto a todos los estilos musicales. Estaba claro que el artista había encontrado su lugar en el mundo, donde además de componer ha realizado una intensa actividad docente.

Y de repente Mihura vuelve a su cabeza. Fue su representante en Nueva York la que le dijo que sería una buena idea musicalizar una obra del absurdo español. Así, se puso manos a la obra y pensó en obras como El Baile de Neville, pero las dificultades que pusieron los herederos para convertir en ópera La vida en un hilo le hicieron desistir en el intento de ponerse en contacto con ellos. Del genial Jardiel se encontró muchas dificultades en darle vida musical por ser “un tanto barroco con muchas ideas a la vez”. Y de repente tras leer la obra Ni pobre ni rico sino todo lo contrario cayó en la cuenta de toda la musicalidad que se escondía tras las palabras de Miguel Mihura. Así, recordó de golpe todas las tardes de teatro que disfrutó con su familia cuando era solo un niño en Madrid. Entre los títulos que destacaban en aquella época uno de ellos era Tres sombreros de copa. Al revisar este título y ponerse en contacto con sus herederos admite que fue fácil conseguir los derechos: “Mariló Mihura ha sido encantadora”.

Ricardo Llorca (tercero en la foto) durante la presentación de Tres Sombreros de Copa

Las bandas de música, inspiración musical para sus Tres Sombreros de Copa. El compositor lo tiene claro: “Esta obra es un homenaje a la música de las bandas”. Tal es así que este alicantino por casualidad -en aquella época su localidad, Benidorm, no tenía Hospital- viajó al sur de Italia para conocer un poco más esta tradición que entroncaba tanto con sus orígenes valencianos. Allí encontró “unas nanas napolitanos del siglo XVII que usé como base para esta obra”. Y es que el compositor admite: “Todo es plagio. La música de todos los compositores se basa en otras músicas. Lo que pasa es que de esa música tú creas tu propia composición”. Y en ese momento nos enumera varios ejemplos como el de La Petrushka de Stravinsky. En realidad es un cuplé que le dedicaron a Sarah Bernhardt. El compositor lo rehizo y “lo convirtió en la obra de arte que conocemos ahora”.

Un estreno europeo. Como ocurre con muchos compositores españoles, no se puede decir que sea profeta en su tierra. Es por eso que el artista quiere recalcar el interés de esta obra como “una forma de enseñar al público lo que se está haciendo en otros países”. En el escenario del Teatro de la Zarzuela veremos la esencia de la obra de Mihura, pero adaptada a la forma de narrar que tienen los estilos del teatro musical. Así, ha resultado imprescindible para su adaptación a la zarzuela eliminar el segundo acto por la gran proliferación de personajes, pero del primer y el tercer acto se han respetado todos los diálogos hablados. Sin duda, el humor de Mihura estará sabiamente conjugado con la música de Llorca en este espectáculo que estará en cartel en el Teatro de la Zarzuela desde hoy y solo hasta el 29 de noviembre.

JAUME CARRERAS

Cuando Jaume Carreras tenía 8 años, su abuelo -que vivía en la casa contigua a la suya- compró un órgano de dos pisos: “A mí me fascinaba ese instrumento e iba cada día a su casa para intentar sacarle sonidos, tenía tantas combinaciones que me tiraba horas con él”. Así, empezó a esbozar melodías que “para mí tenían sentido”. Por aquel tiempo en su colegio había un piano y compuso con el para la clase de música el primer tema junto a un compañero que tocaba la guitarra. Muchos años después, con ese amigo formó un grupo de rock sinfónico.

Esa primera vez con Los Miserables. El inolvidable musical basado en la novela de Víctor Hugo tuvo mucho que ver en su interés por los musicales: “Me encargaron los arreglos para una versión y sin saber muy bien donde me metía, lo hice y me enamoré de este arte hasta hoy”. Un género que disfruta mucho más trabajando en él incluso que como espectador, aunque admite que ha visto muchos como ese Passion con el que vibró hace 25 años en Nueva York. Desde entonces, Stephen Sondheim ha sido un referente claro: “Por la forma en la que entiende la dramaturgia musical y cómo modula la palabra con la música”. En las composiciones de Carrras también han influido referentes musicales tan dispares como Handel y Beethoven, Puccini y Bellini, Max Richter y Johan Johannsson, o Queen y Brian Eno. De ahí que en cada uno de sus temas, pretenda saltar lo que el público está esperando como lógico. Nos ejemplariza de la siguiente manera: “Imagina que tienes una serie numérica 2, 4, 6, 8. Sabes que el siguiente número va a ser el 10. Entonces yo pongo un 21, un número improbable que rompe la serie. Quien aprecia la música espera ese número raro, esa nota que no debería estar ahí y que lo cambia todo. Entonces el oyente siente algo que no sabe explicar, pero que le proporciona placer. Eso se llama arte. Lo demás es plagio”.

Nuestro Alan Menken ibérico. Durante su carrera, el artista ha llevado a escena algunos de los títulos más emblemáticos de la literatura infantil y juvenil. Suyas son las partituras de musicales como Caperucita Roja, uno de los grandes éxitos recientes del Teatro Sanpol al que se suma desde el 23 de noviembre también Heidi. Quizás la clave del éxito de Carreras en el campo del teatro musical familiar es cómo se enfrenta a esta tarea sin tener en cuenta al tipo de público que va dirigido: “La única premisa que tengo al componer es que cuando lo estoy haciendo me tiene que emocionar a mí. Cuando sucede, cuando noto que algo resuena en mi cuerpo, sé que estoy contando la verdad, y sé que el público se va a emocionar conmigo. Es un momento mágico”. Sin duda, uno de sus referentes iniciales, Alan Menken, han influido en sus trabajos en el campo de los musicales familiares con esas melodías inolvidables con las que hemos crecido varias generaciones.

Heidi, el musical, un reto monumental. Cuando se puso manos a la obra en la adaptación junto con Julio Jaime Fischtell, autor del libreto y cofundador del Sanpol, se enfrentó a una novela mucho más introspectiva e intensa de lo que esperaban teniendo en cuenta que el espectáculo iba dirigido al público familiar. Para el compositor, la clave para que su música fluyese estuvo en “el texto maravilloso que escribió Julio”. Entonces tuvo claro que: “Las canciones debían ser la dramaturgia misma”. De esta forma, consiguió que de alguna forma: “Las palabras que salían del texto me fueran mostrando el camino. Era como si los personajes me hablaran a mí, y yo solo debía traducir a música lo que estos me estaban transmitiendo”. Todo ello le volvió a corroborar que: “Cuando escribo música no me paro a pensar, no es para nada un trabajo intelectual, sino instintivo”.

Un momento de los primeros ensayos de Heidi, el musical

Para este musical intentó captar lo que los personajes sentían teniendo en cuenta que: “En el universo de Heidi no existe el bien y el mal, solo existen los motivos que impulsan a los personajes a hacer lo que hacen. Me centré en esos motivos sin olvidarme de las montañas donde todo es sublime y grandioso”. Ya en el segundo acto del espectáculo, en un espacio cerrado, intentó trasladar el espíritu de Heidi a su música: “Heidi transforma su entorno y con la música procuré evolucionar con ella”. Sin duda, este espectáculo de teatro musical, que estará del 23 de noviembre de 2019 al 4 de enero del 2020 en el Teatro Sanpol, tiene los elementos imprescindibles para convertirse en el más emocionante y mágico montaje de estas Navidades.

IVÁN MACÍAS

Iván Macías aprendió a leer música a la vez que el texto. Culpa de ello la tuvieron sus padres, músicos de profesión. Y así, como una evolución natural tras empezar a tocar el piano hizo sus primeras piezas musicales hasta que llegó ese gran reto que fue su primer musical: Germinal. Poco después llegaría El médico que, tras una versión sinfónica, llegó al escenario del Nuevo Apolo hace más de un año. Así, con este espectáculo pretendió “contar un viaje de las tres culturas en la Edad Media”.

En busca de la emoción. Uno de los mayores retos a la hora de poner en pie este ‘titánico’ proyecto fue dar vida a los pasajes más esenciales de la novela. Para ello, consultó a muchos lectores de la novela que le contaron cuáles eran sus momentos estrella. La clave estaba en “buscar dónde te emociona y transformarlo en música”. Todo ello llevó al mismísimo Noah Gordon a afirmar que estaba escuchando su libro. Así, cuando Macías le tocaba algún pasaje musical el autor era capaz de identificar a qué parte de su novela pertenecía.

“Este musical está más cerca del lenguaje cinematográfico”. Para Macías, era importante que el espectador tuviera la sensación de que estaba viendo una película. Para ello: “Usé muchos recursos del cine”. Todo un reto para este compositor que admite que afortunadamente hay una gran cantera de compositores en España. Para la partitura de El médico es inevitable, como con cualquier composición, encontrar alguna “inspiración arrebatadora”. Por ejemplo el Aria del Sha sin duda lleva a su admirado Puccini. De alguna forma el aroma de este compositor está en esa pieza, sin por supuesto ser un plagio.

Macías es el único compositor que dirige a la orquesta de su musical

Un antes y un después en nuestro musical. Sin duda, El Médico ha sentado un precedente en nuestras tablas. Y es que no es habitual que una producción 100% española pueda competir de tú a tú con las grandes franquicias internacionales que llenan de magia la Gran Vía madrileña. De alguna forma: “El médico ha quitado prejuicios y miedos”. Y tras este gran musical, que cuenta con grabación en CD, ya se avecina otro: Los Pilares de la Tierra. Macías nos avanza que: “La gente va a flipar, es muy diferente a El médico, va a ver cómo se construye la catedral en directo con una potencia visual muy impactante”. Mientras eso ocurre podemos seguir disfrutando de El Médico un par de meses más en Madrid antes de su desembarco en Barcelona y su posterior gira.

Los oníricos sueños de Miguel del Arco y Darío Facal

Estos días se puede SOÑAR en Madrid con dos espectáculos que entran por derecho propio entre lo mejor de la presente temporada que estamos a punto de despedir. Hace poco más de una semana me acerqué al Teatro de la Zarzuela a disfrutar del sueño de Paco, el vecino de la Plaza Mayor que sueña con los personajes de La Gran Vía y El Año Pasado por Agua. El experimento tiene nombre propio: ¡Cómo está Madriz!, una suerte de reciclaje de un maravilloso género,  al que  sin embargo a veces cuesta vislumbrar un futuro. La Zarzuela debe atraer a nuevos públicos, ese debe ser un objetivo del espacio escénico consagrado a dicho género lírico. Es cierto que el público ‘abonado’ llena el teatro con casi todas las producciones, pero se trata de ir más allá y no dejar estancada la Zarzuela, que merece ser reivindicada por las nuevas generaciones. Para ello, no se puede quedar en la ortodoxia y debe ofrecer un espectáculo atractivo para los espectadores de aquí y ahora. Y ¡Cómo está Madriz! es eso… y mucho más… ¡Es una fiesta para los sentidos! Eso no lo deben comprender los escasos aficionados al género (3 o 4 por función en un teatro rebosante de público y entusiasmo) que deciden dejar la sala al empezar. La música de Federico Chueca y Joaquín Valverde vuelve a brillar como en sus mejores tiempos bajo la mano de Miguel del Arco, en el que me atrevería a decir es una de las cimas de su trabajo como director. Este espectáculo musical es un derroche de colorido, buena música y diversión. Y sí, la zarzuela puede ser divertida y mucho… Además de la brillante puesta en escena contribuyen a esta fiesta intérpretes entregados a nuestro Género Chico: María Rey- Joly, Jorge Usón, Ángel Ruiz, Ángel Burgos, Ana Goya y el debutante en estos lares, Paco León. Todos los números son brillantes, pero si me tuviese que quedar con uno me quedo con Jota de las Ratas (Yo soy el rata primero y yo el segundo y yo el tercero, siempre que nos persigue la Autoridad…) con algunas ‘ratas’ proyectadas que le sonarán mucho al respetable.

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                                                                              Foto de Bernardo Díaz

Por el sueño de nuestro protagonista se cruzan la Calle Montera con la Calle de la Libertad (mención multicolor incluida), y personajes como Doña Virtudes, ¿O será Esperanza? y Pablo Iglesias, ¿El actual o el líder socialista? En definitiva, este montaje es un necesario ‘reciclaje’ de un género que parecía anclado en el tiempo. Gran trabajo de puesta a punto de Miguel del Arco. Tras la presentación de la nueva temporada del teatro, parece que se mantendrá el objetivo de atraer nuevos públicos con más producciones así en el Teatro del Zarzuela. Me alegro. Y al final de la representación, el público en pie pega palmas con las manos (y con las orejas añadiría yo) por poder disfrutar de un espectáculo tan rabiosamente divertido y fresco. Y por fin, Madriz fue una fiesta también en la Zarzuela.

Ayer, sí, ayer, el día en que se paralizó el país por un partido de fútbol, me acerqué a las Naves del Matadero a soñar un ratito (yo y una sala casi llena, lo que tiene mérito en un día así) que el Teatro puede seguir regalándonos momentos de deleite en cuanto se apagan las luces y sube el telón. Tras un delicioso Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín, cuyas veleidades ya elogié aquí hace unas semanas, Darío Facal lo ha vuelto a conseguir. Otro montaje redondo.  Sueño de una noche de verano es sin duda una de las obras más divertidas de William Shakespeare, no tengo ninguna duda. Y si lo vistes con una puesta en escena tan extraordinaria el resultado sólo puede ser mágico. De vez en cuando se consigue eso en escena y esta compañía lo hace posible muy especialmente en la escena final en que los cómicos representan su obra en las bodas de Hipólita y Teseo, pura comedia, no pude evitar llorar de la risa con esa escena.

Photos Ana Himes for SueñoDeUnaNocheDeVerano by Metatarso
                                                            Foto de Ana Himes 

En el reparto, pocas elecciones tan acertadas como la del siempre genial Emilio Gavira para el papel de Puck. Óscar de la Fuente brilla en la comedia con luz propia. De Carmen Conesa no voy a descubrir nada si digo que vuelve a derrochar elegancia en escena, como siempre. Agus Ruíz hasta transformado en burro (o más bien especialmente de esa guisa) se gana al público desde el principio. Y en esta celebración del teatro me quedo también con la belleza, el carisma y la emoción de Katia Klein en su doble roll de Helena y Tomasa Morros. Otro último nombre del reparto: Alejandra Onieva, magnética. Y se que no nombro a todo el equipo, pero están fantásticos del primero al último, soy consciente de ello. Y al final, salen a recibir el cariño del público en pie, al que abrazan y besan. A mi me dan ganas de abrazar propuestas como ésta, la verdad. Pura magia. Vayan hasta el 12 de junio a verla, curiosamente o más bien ‘mágicamente’ concluyen tanto ésta como la de Miguel del Arco ese día. Corran a disfrutarlas, un deleite absoluto,  se lo aseguro.

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                                                        Foto de Ana Himes 

Luis Varela: «Solo con los años te das cuenta de la responsabilidad que implica esta profesión»

Aunque a veces le gustaría pedirle al día… 30 horas, se nota que lo de Luis Varela es algo completamente vocacional. No sabría muy bien explicar el motivo de cómo se enganchó al “juego” teatral, pero desde que comenzó como Luisito Varela a los ocho años, no ha dejado esta profesión en la que ha soñado tanto. Y la Zarzuela ha sido esencial en su camino. Ha interpretado decenas de piezas de nuestro reivindicable género lírico tales como La del Manojo de Rosas, que representó hasta el domingo pasado en el Teatro de la Zarzuela. Y ahora le vemos o, mejor dicho, le disfrutamos cada semana en la serie Bienvenidos al Lolita. Y los proyectos que están por venir… Efectivamente, necesitaría alargar el día para cumplir con todos sus compromisos.  
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¿Qué supone un título como La del manojo de Rosas en la carrera de Luis Varela?

Empecé a hacerlo hace veinte años. Es un espectáculo maravilloso. Me encanta hacer el personaje de Espasa, un tipo con mucho ingenio. Es una delicia, me ha dado muchas satisfacciones y éxito. Es un personaje muy castizo, muy mentiroso, habla a base de mentiras. He vivido tanto en este teatro durante estos años… Tengo el honor de hacer una producción al año aquí.

Entiendo que tiene una vinculación muy especial con este Teatro de la Zarzuela, ¿No?

El Teatro de la Zarzuela es uno de los teatros más emblemáticos del mundo. Fue el primer teatro de Zarzuela del mundo. Viene gente de todo el mundo para conocer nuestro género. Es un lujo, un placer estar en este espacio tan especial.

¿Por qué para Luis Varela el teatro es un buen lugar para contar historias?

Desde los griegos se cuentan historias encima de un escenario. Hoy en día se cuentan muchas historias en televisión y en el cine también, pero la madre de contar historias al público es el teatro. Aquí no se puede cortar una escena como en la televisión o en el cine. Sales al escenario y si te equivocas, pues tienes que tirar para adelante con todas las consecuencias.

Acaba de estrenar Bienvenidos al Lolita, que recupera un género tan poco habitual en la televisión como el musical, ¿Qué tiene de especial esta serie para enganchar al público?

Me gusta mucho ser parte de esta serie. Me parece que tiene un planteamiento muy interesante, siendo capaz de reflejar a la sociedad actual. Todo sazonado con un puñado de buenos números musicales y un reparto fabuloso. Es un placer compartir escenas con gente como mi sobrino en la serie, Carlos Santos, un actor que crece trabajo a trabajo. Ahora estamos descansando de la serie. La televisión tiene una rutina muy dura, hay que madrugar mucho y meter muchas horas, pero por series como ésta merece la pena.

Comenzó siendo Luisito Varela cuando era un niño, ¿Cómo fueron esos primeros pasos en la profesión?

Empecé a los ocho años, pero no por una cosa vocacional, fueron una serie de casualidades. En ese momento, no sabes a lo que te vas a dedicar en la vida y lo afrontas como un juego. No era consciente de la responsabilidad que implica esta profesión. Ahora cuando veo a esos dos niños en Bienvenidos al Lolita me viene a la memoria mi niñez. Ellos juegan y se lo pasan muy bien, pero sí sigues en esta profesión te das cuenta de la responsabilidad que implica ser parte de este oficio. Al final, en mi caso, he seguido todos estos años en activo, algo tendrá esta profesión que me ha atrapado de esta forma.

Y tras muchos años encima de un escenario, primero el cine con Crimen Ferpecto y acto seguido la televisión con Cámera Café le hacen convertirse también en un actor popular para el público joven…

Efectivamente, a mi me conocía la gente de mi generación por mis trabajos en los Estudio 1, pero la gente joven no me conocía. Con Crimen Ferpecto, los más jóvenes empezaron a conocer mi trabajo. Fue un placer trabajar con Álex de la Iglesia y a continuación lo encadené con Cámera Café, un espacio televisivo ya mítico. Todo ello me hizo estar de vuelta en la actualidad mediática, por así decirlo.

¿Qué papel ocupa el doblaje en la carrera de Luis Varela?

Significa mucho por la simple razón de que empecé a doblar con sólo diez años. Necesitaban a un niñito muy espabilado y decidieron coger a Luisito Varela. En la primera película que doblé, Todo es posible en Granada, hacía de un gitanito. Muchos años después fui uno de los protagonistas de Todo es posible en Granada, en la versión que protagonizó Manolo Escobar. Esas casualidades maravillosas que tiene esta profesión…

¿Qué proyectos tiene y con qué proyectos sueña?

Yo ya no sueño con ningún proyecto actualmente. No he dejado nunca de soñar en esta profesión la verdad. Me siento un afortunado, ya que he tenido la suerte de poder hacer tantas cosas que ya no se me ocurre nada. Estoy conforme con los proyectos que tengo y que me sigan llamando tanto. Tengo un largo con Antonio del Real y otro con uno de los directores de Bienvenidos al Lolita, Fernando González. No tengo tiempo para hacer teatro ahora mismo, la verdad. Estoy por pedirle a una firma de relojes que me diseñe uno con días de 30 horas.