Juan José Campanella: «La vida al igual que el cine está llena de giros dramáticos»

Una de las cualidades que debe tener un buen entrevistado es que sepa comunicar sus ideas. Juan José Campanella habla de él mismo como un comunicador que eligió el cine como herramienta. Esa ‘herramienta’ le ha permitido contar unas historias que perfectamente podrían haber sido contadas en Estados Unidos en los años 70, muy especialmente su celebrada El secreto de sus ojos. Un referente más reciente, Toy Story 2, le hizo dar el salto a la animación con Metegol, pero en el fondo esos jugadores de futbolín humanizados tenían muchas emociones, eran muy ‘humanos’. Y la emoción más grande surgió del protagonista más inesperado en el rodaje de Luna de Avellaneda, uno de sus niños mimados. Ha tocado todos los palos. La televisión le llevó a embarcarse en una particular odisea llamada Vientos de agua, de la que se siente especialmente orgulloso. Mira al futuro desde el ‘evocador’ Palacio de la Magdalena, donde se le homenajea dentro de los cursos de la UIMP, con la vista puesta en «disipar la nebulosa que supone comenzar un nuevo proyecto». Por ahora, nuestros compadres argentinos pueden disfrutar de su adaptación de Parque Lezama sobre los escenarios. Se le nota contento con su experiencia teatral: «En el escenario está el alma del actor» comenta de esta experiencia escénica en la que ha vuelto a dirigir a Eduardo Blanco. Todo un lujo tener DESDE MI BUTACA a este contador de historias insaciable: «Llevo toda mi vida diciendo que me voy a tomar un Año Sabático, pero no hay manera» comenta divertido este perspicaz conversador.

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Su último proyecto cinematográfico, Metegol, le hizo hablar de tú a tú con Pixar, ¿En qué ha influido su pasión por Toy Story 2 en que se decidiese a dar el salto a la animación?

Influyó en el hecho de ver que se podían contar cosas que podían conmover al adulto y al niño al mismo tiempo. Quise meterme en ese mundo de la animación por el cine de Pixar, pero aportando algo nuevo. Para mí, Toy Story 2 es una de las mejores películas de los 90. Son esas películas que te incitan a hacer cine, aunque necesariamente luego tu cine no tiene por qué ser parecido a esas películas.

¿Qué películas han incitado a Juan José Campanella a hacer cine?

Tengo varios títulos que podría considerar entre mis favoritos. Empezando por ¡Qué bello es vivir! y Nos habíamos amado tanto, películas que para serte sincero me hubiese encantado dirigir. Otro título que igual sorprenda más, All That Jazz, aunque no me atrevería jamás a hacer un musical. Me encanta como Bob Fosse muestra las miserias que se esconden detrás del mundo del espectáculo. Es un director que, al igual que a mi, le fascina el cine italiano y eso se nota mucho en Sweet Charity

Ahora con el paso del tiempo, ¿Qué recuerda de aquella noche en que puso al cine argentino en lo más alto?

No era consciente de la importancia del momento. Hay una mecánica de un programa de televisión en vivo que llega a millones de personas. Todo son marcas, los tiempos están muy medidos… Mientras yo estaba haciendo un reportaje, ganaba su Oscar Sandra Bullock. Es algo muy frenético. En ese momento, no eres consciente de lo que está pasando. Al día siguiente tampoco, ya que fui a rodar House, aunque es cierto que me recibieron con un largo aplauso y muchas felicitaciones. Las consecuencias de ese día las percibes con el paso del tiempo. De hecho, me permitió conseguir la inversión de Metegol (Futbolín en España). Tras ese éxito, siento de alguna forma una presión por acometer nuevos proyectos, no tengo muy claro si por pensar que ya he llegado a lo más alto o simplemente es un miedo a que este nuevo proyecto no cumpla con las expectativas después de un éxito tan rotundo. 

¿Qué le ha hecho querer contar una historia como Parque Lezama encima del escenario?

La vi tres veces en el 1985, es mi obra favorita, la leí y vi la película y fue muy influyente en mi carrera. De hecho, llevaba 30 años detrás de los derechos. El autor no quería que se tocase ni una coma del texto, pero gracias al Oscar conseguí que viese mi trabajo y se fiase de mí. Tiene un humor judío americano que tiene mucho que ver con el italiano… Tiene todos los temas que me interesan, ya que logra resumir la vida: La vejez, el balance de nuestra existencia y el conformismo versus el compromiso, hasta qué punto nos implicamos en las cosas que pasan. Todo eso con un texto que te hace reírte y emocionarte. El público está entrando muy bien en la obra. Además, estaba tan metido en la onda tecnología tras Metegol que necesitaba desintoxicarme. Así, me metí a ensayar en un viejo teatro en el que no había ni cobertura. Y por supuesto, volver a trabajar con Eduardo Blanco, que llevábamos 10 años sin trabajar juntos, era un aliciente muy grande también.

"Parque Lezama", el debut de Campanella en el teatro.
«Parque Lezama», el debut de Campanella en el teatro.

Precisamente, entre la risa y la emoción transitan los personajes de sus películas, como en la vida misma…

Así es. La vida como el cine está llena de giros dramáticos. Y en el momento más dramático puede surgir el gag, la carcajada nerviosa que te hace quitar dramatismo al momento. Me ha ocurrido un montón de veces en mi vida y, eso, lo he querido llevar a mi forma de contar historias desde luego. 

Con esta experiencia tan satisfactoria entre manos, aquí y ahora, ¿Por qué el teatro es un buen lugar para contar historias para Juan José Campanella?

Lo que me mueve del teatro es que te permite mostrar 20 cortes distintos de la misma historia. De hecho, yo he visto la obra unas 150 veces y te juro que cada noche, el texto se respira de una forma distinta. Eso sí, cuando una obra funciona es el mejor lugar para contar historias, pero cuando no tiene una buena recepción tienes ganas de meterte debajo de la butaca. El teatro es voyerismo puro, estás escuchando desde un punto de vista fijo la conversación de un desconocido y como en la vida, hay momentos en que los actores dan la espalda al público. En el escenario, está el alma del actor. Cuando el espectador tiene la percepción de que está espiando la vida, es tan vital… El cine está ofreciendo el 3D como aliciente y eso ya existe hace millones de años y se llama TEATRO. Estás ahí, los actores se afectan por las reacciones del público. Cada función es distinta, absolutamente vital.

Este mes de septiembre se podrá ver en los escenarios españoles una adaptación de El hijo de la novia, ¿Cómo se siente ahora que su criatura va a pasar por otras manos?

Me divierte muchísimo la idea. Es más, yo no hubiese querido adaptarla, no me gusta repetirme. De hecho, me ofrecieron hacer el guión del remake de El secreto de sus ojos y no quise. Sólo espero que no sea un ‘calco’ de la película y que aporte elementos diferenciadores. Lo que sí te diré es que es de los pocos proyectos de adaptación a los que hemos dado el sí, tiene algo que nos ofrecía cierta confianza de que el resultado podría ser bueno.

Ha compartido unos cuantos guiones con Fernando Castets, ¿Cree que de alguna forma comparten la misma mirada?

Desde luego. Siempre decimos que lamentablemente no somos complementarios, sino que los dos tenemos las mismas virtudes y defectos. Tenemos una misma mirada de la vida y hasta un mismo sentido del humor. Prácticamente tenemos los mismos gustos cinematográficos. Somos muy amigos y tenemos una obra de teatro entre manos.

Tiene doble nacionalidad, ¿Se atrevería Juan José Campanella con un proyecto en España?

A los argentinos y los españoles nos pasa como a los simios y a los hombres que sólo nos diferencian dos genes. Somos muy similares, pero con un toque genuino que nos distingue. Yo creo que mi forma de contar historias aquí en España no tendría mucho sentido, no sería capaz de entender el sentido del humor totalmente. Con el director español con el que más afinidad tengo es con Berlanga, que es el más italiano de los españoles. Me da miedo  tocar notas falsas, dirigir mal a un actor. Mira, eso me pasó en mis comienzos en Estados Unidos. Quise ‘argentinizar’ unas historias que en mi país y con mis actores hubiesen funcionado a la perfección, pero que en un contexto tan diferente no terminaron de cuajar.

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La televisión ha sido también muy importante en su carrera, ¿Qué papel ocupa Vientos de agua en su trayectoria?

Vientos de agua es el proyecto del que más orgulloso me siento. Es una serie que ha encontrado su público, el DVD ha sido un éxito. Todos los que trabajamos en esa serie sacamos pecho cuando la recordamos. Parece increíble el resultado que conseguimos con todas las dificultades que tuvimos que sortear. Se nos cayó una localización que tenía que simular los años 30 de un día para otro y todo el equipo se puso manos a la obra para recrearlo y, milagrosamente, lo conseguimos.

“Son películas que a los que les gustan, les han calado bastante hondo”, ¿Cuál ha sido la reacción más hermosa que ha vivido con su cine?

Se me acercó una chica y me dijo que ella enseñaba ballet en la villa que se enseñaba en la película Luna de Avellaneda. Me dijo que gracias a la película, su familia había entendido su trabajo y la veían ahora como una particular heroína.

¿Con qué tipo de historias le gustaría seguir emocionando a su público?

El tema que más me preocupa es la muerte, qué es lo que dejas por el camino, hablar de ese momento en el que te das cuenta de que esto se acaba. Entonces, la vida pasa a ser un particular ajedrez con reloj. En esa línea estoy tirando ideas con Eduardo Sacheri para una nueva película de la que, curiosamente, antes del guión ya tengo parte de la música. Ahora mismo estamos disipando la nebulosa que supone comenzar un nuevo proyecto. Además, como te comentaba antes, estoy también pensando una obra con mi querido Fernando Castets.

En Luna de Avellaneda tuvo a José Luis López Vázquez, que recordaba con cariño su experiencia en la película en sus memorias…

¡Qué lindo! Yo le conocía por las películas de Berlanga, pero los más jóvenes del equipo no sabían lo que significaba trabajar con un actor de ese calibre. Tanto fue así que no le encontraron en el aeropuerto y se tuvo que venir solo en un taxi. En ese momento, yo los quería matar. Tenía 81 años, era un picaflor impresionante y muy activo. Era invierno y hacía un frío del carajo y él no se quejó nunca, era un profesional impresionante. Su rodaje fue agotador, pero en sus tres días libres se fue a ver las Cataratas del Iguazú con la novia que tenía entonces. Tengo un recuerdo maravilloso de él como un gran actor y, sobre todo, como un increíble profesional. Hubo un momento realmente mágico con el doble de luces de Ricardo, un taxista completamente ajeno al mundo del cine que en plena crisis argentina se había metido a hacer trabajos de extra. Estábamos rodando la muerte del personaje de José Luis en un hospital y yo estaba a medio camino entre lo técnico que implica el cine y la emoción de los actores. En ese momento, me encuentro al taxista llorando. Cuando le pregunté qué le pasaba me contestó que no se podía creer que estuviese viendo en vivo una actuación tan emocionante como la de José Luis López Vázquez. En ese momento me di cuenta de que soy un afortunado por poder ver de cerca a monstruos de la interpretación como él.

Un fotograma de "Luna de Avellaneda".
Un fotograma de «Luna de Avellaneda».

Susana de la Sierra, últimas palabras antes de la dimisión

El miércoles, Susana de la Sierra, ahora ya ex directora del Instituto de Cinematografía, participaba en en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en en curso que homenajeaba a la figura del director argentino Juan José Campanella, al que tendremos este domingo en exclusiva DESDE MI BUTACA. Apenas 24 horas después, se hacía pública su renuncia a un cargo que suele estar rodeado de polémica. Ha sido sin duda una de las voces dentro del ejecutivo que más ha luchado por defender los intereses del cine, pero de alguna forma ha sentido que el gobierno la ha dado la espalda con continuas promesas incumplidas. La última decepción ha sido el  anuncio en el anteproyecto de reforma fiscal de que las desgravaciones para el cine iban a quedarse prácticamente donde estaban. La sustituirá en el cargo Lorena González, una funcionaria sin experiencia en la gestión cultural. De alguna forma, la comparecencia de Susana de la Sierra en la UIMP sirvió un poco de balance de esta etapa, ¿Su futuro? Seguramente volverá a la docencia, ya que es profesora de Derecho Administrativo en la Universidad de Castilla-La Mancha en Toledo.

Junto a Campanella ante  el objetivo del fotógrafo Pablo Hojas.
Junto a Campanella ante el objetivo del fotógrafo Pablo Hojas.

Entre los aspectos que destacó en su intervención estuvo su reivindicación del colectivo femenino en el mundo del cine: «En el mundo audiovisual, sólo el 7% de los trabajadores son mujeres». En ese sentido, se sentía orgullosa de que este año el Premio Nacional de Cinematografía recayese en una mujer, Lola Salvador: «Es la octava mujer que recibe ese reconocimiento y la primera vez que recae en una guionista». Insistió también en la necesidad de introducir en la Educación una asignatura reglada de Cine. Aunque defendió las subvenciones con uñas y dientes, no entró a valorar las promesas incumplidas del Ejecutivo que la han hecho finalmente dejar el cargo. Las coproducciones con países tan lejanos como Finlandia como base para la supervivencia de nuestro cine también estuvieron presentes en esta comparecencia en la que estuvo arropada por Álvaro Longoria que destacó de ella que «Sé que ha luchado por defender los intereses del cine español».

Junto a Terele Pávez en el Festival de Cortometrajes de Torrelavega.
Junto a Terele Pávez en el Festival de Cortometrajes de Torrelavega.

Álvaro Longoria: «Los legisladores deberían entender que la cultura es algo bueno para la Marca España»

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El productor ha participado en el curso homenaje a Juan José Campanella.

La industria cultural exige una bajada inmediata del IVA cultural…

Es importante que el regulador marque la tendencia de lo que hay que hacer, qué intereses hay que proteger y cuáles son las normas para los mismos. Deberían hacer ver que la cultura es algo bueno para la ‘Marca España’. No tiene ningún sentido que tengamos un 21% IVA cuando en el resto de países europeos está mucho más bajo. Sólo hay que mirar los datos para darse cuenta de que ha sido un error. Se produce menos por los gastos que acarrea el dichoso IVA, que además implica que las entradas sean más caras y con ello se consigue que haya menos espectadores. Están recaudando mucho menos que con el IVA reducido. Desde luego que yo también me adhiero sin duda a esa petición de la bajada inmediata del IVA.

¿En la reinvención está la clave para la supervivencia del cine español?

En el caos está la oportunidad como decía un célebre filósofo chino. Los profesionales de la industria hemos comprendido que el modelo de antaño ya no va a volver a funcionar más. Tenemos una nueva generación de cineastas que vienen pegando muy fuerte y hay que apostar por ellos. Vamos a buscar nuevos canales de distribución y, ante todo, vamos a ofrecer productos distintos y fuertes, que interesen al público. Lo esencial es sobrevivir. Lo que no te mata, te hace más fuerte.

Y entre esos productos competitivos tiene entre manos Ma ma de Julio Medem…

Juntar los nombres de Julio Medem y Penélope Cruz ha hecho que en sólo tres días hayamos vendido en Cannes la película a 17 países. Además, la vamos a presentar en Toronto y puede que llegue a otros veinte países. Cuando se hace un producto bueno, la gente lo quiere. A veces, tengo la sensación de que se valora muy poco en nuestro país ciertos productos de calidad que viajan por todo el mundo. Para mí, la supervivencia de nuestro cine no depende únicamente de la taquilla que haga en nuestro país, sino de su internacionalización. Vivimos en una sociedad globalizada y por eso hay que apostar por películas de calidad, ‘vendibles’ fuera de España.

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¿Qué es lo más le llena de la producción cinematográfica?

Me gusta tanto el cine que casi pagaría por hacerlo. Se mezcla la industria con la cultura y la creatividad con el marketing. Estás creando un producto que cuando emociona al espectador te hace sentirte orgulloso como productor de haberte implicado en ese proceso. No es un trabajo que se mida sólo en términos económicos, sino también en emociones, en las reacciones del público. Si tuviese que definir este trabajo de alguna forma sería como ‘mágico’.

¿Está politizada la gran noche del cine español?

Como ciudadanos tenemos derecho a manifestar nuestras opiniones, pero he de decir que todos no se manifiestan durante los Goya. Yo analizaba este año la gala y sólo hubo 5 menciones políticas en 70 intervenciones. Lo que se hace desde ciertos medios es mostrar una visión sesgada de esa noche, aunque en el fondo como diría Billy Wilder: «Lo importante es que hablen de ti, aunque sea mal».

Enrique González Macho: «Creo en la presunción de inocencia»

En el trascurso del curso «El audiovisual en español y las nuevos tecnologías» de la UIMP. que este año homenajea a Juan José Campanella, charlamos con el Presidente de la Academia de las Artes y de las Ciencias Cinematográficas, Enrique González Macho.

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¿Qué tiene de especial el cine de Juan José Campanella para que conecte de esa forma con el público de todo el mundo?

Hay dos factores claves: Son personajes universales y sus historias hablan de emociones que todos hemos experimentado.

¿Cómo fue el primer encuentro con Juan José Campanella?

Yo le conocí en el Festival de Cannes. Era un jovencito en aquel entonces, allá por 1991, me le encontré en el mercado del Festival, donde él iba con una película debajo del brazo. Así nació nuestra relación que se materializaría con la distribución en España de la película El niño que gritó puta . En la Seminci de Valladolid la reacción del público fue extraordinaria. Me acuerdo que el público completaba el título de la película al unísono: El niño que gritó… ¡Puta!

¿Por qué ha decidido continuar finalmente al frente de la Academia a pesar de que en principio había decidido no presentarse?

Han sido unos años difíciles los que he estado al frente de la Academia, pero he decidido seguir precisamente por eso. Mi objetivo es seguir hasta que las cosas se estabilicen un poco. Quiero que la Academia siga siendo un referente en el que la sociedad pueda ver reflejado el mundo del cine. Otro reto es saber vendernos como industria y saber encontrar a los posibles compradores.

Con respecto a la supuesta ‘politización’ de los Goyas…

Lo único que te puedo decir es que aunque saliésemos rezando el Rosario, nos seguirían tachando de ser de izquierdas. Hay un interés por parte de ciertos políticos y medios de ver el cine español como algo ‘izquierdoso’. Cada persona que pertenece a la Academia tiene su opción política definida, sea cual fuere, y tiene derecho como ciudadano a manifestarla.

Frade compra las entradas de su propio filme para obtener la subvención, ¿Qué respuesta da a este titular como Presidente de la Academia?

Tengo claro que desde la Academia no podemos penar la actuación de una persona física. Aún no conozco muchos detalles del caso, pero creo en la presunción de inocencia. Esta noticia ha sido un pequeño volcán que ha aparecido así de repente y no me atrevo a juzgarlo hasta que se conozcan todos los datos.

¿Cuáles han sido los hitos de estos años como distribuidor en Alta Films?

La distribución es una de las partes más bonitas del cine. Me encanta descubrir películas y traerlas a España. Entre los hitos de Alta Films creo que ha estado traer el cine soviético y las películas de Campanella. También es una satisfacción haber creado espacios como los Cines Princesa donde se vive, se disfruta y se saborea el buen cine.

Juan José Campanella, nuevo protagonista dominical DESDE MI BUTACA…

El próximo domingo 13 de julio, el director de El hijo del novia será el protagonista del espacio dominical que dedicaremos durante todo el verano a la entrevista. Este creador de historias emocionantes nos confiesa sin rubor que Toy Sory 2 es una de las mejores películas de los 90. Admirado por su trabajo en el cine Berlanga, su mayor referente en el cine español, dirigió a José Luis López Vázquez en Luna de Avellaneda y vivió un momento mágico en ese rodaje junto a uno de los miembros del equipo. Ahora, después de tanta tecnología en su exitosa Metegol (Futbolín en España) se ha visto embrujado por Talía. Está dirigiendo Plaza de Avellaneda en Buenos Aires y ya la ha visto ¡150 veces! Pero no os preocupéis, su mente creativa en constante ebullición ya está planeando una nueva película, cuya música, antes incluso de tener el guión, ya está casi lista…

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Juan José Campanella, El Brujo y Gorsy Edu, protagonistas en Santander

Hoy DESDE MI BUTACA os hacemos un avance de la que quizás sea una de las semanas más culturalmente activas este verano en la capital de Cantabria con una variedad de propuestas muy interesante para todo tipo de públicos.

En el campo cinematográfico destaca la presencia del laureado director de El secreto de sus ojos, Juan José Campanella, que participará en el curso de la UIMP que lleva por título El audiovisual en español y las nuevas tecnologías (del 14 al 16 de julio)que inaugurará el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert. Enrique González Macho, Susana de la Sierra y Jorge Edwards entre otros participarán también en este homenaje al director de Futbolín. Además,  el director de El hijo de la novia presentará su película Y llegó el amor el 14 de julio en la Filmoteca de Cantabria dentro del ciclo que le dedica el espacio cinematográfico referencia de Cantabria.

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El ciclo de teatro Talía dará el pistoletazo de salida con Rafael Álvarez «El Brujo» y su espectáculo La Odisea, que se podrá ver en CASYC los días 18 y 19 de julio a las 21h. La Odisea es un proyecto que se integra en una línea de trabajo, sostenida durante años, siguiendo el estilo propio del «actor solista», tradición europea que se remonta a los juglares antiguos y cuyo exponente más prestigioso es el premio Nobel Darío Fo. La Odisea sigue el impulso de espectáculos como Lazarillo de Tormes, El Quijote o El evangelio de San Juan. Sobre la base de un referente clásico, de amplia difusión cultural, se ofrece al público una lectura renovada de los mismos motivos antiguos, tratando de extraer los valores contenidos en ellos. No será la primera vez que este verano nos crucemos en el camino de este poeta de la escena, ya que hace unos días le vimos DESDE MI BUTACA en el Festival de Almagro.

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El actor a su paso por Almagro.

Cerrará esta semana tan culturalmente activa el espectáculo Decamerón negro, que podrá disfrutarse el domingo 20 de julio a las 20:30h en Escenario Santander. A través de los relatos eróticos, la música y la danza originarios de África, disfrutamos viendo cómo se han ido propagando por los cinco continentes, mezclándose con otras culturas y creando formas comunes de seducción, juegos para el goce de los cuerpos y, al fin y al cabo, nuevas maneras de expresar la felicidad de vivir. Una compañía que reúne artistas de Guinea, Burkina Faso, Angola, Cuba y España, da vida a un espectáculo hermoso sobre lo que nos atrae y seduce a partir de una obra que, en palabras de Luis Alberto de Cuenca, “produce a quién se acerca benéficos espasmos de placer”. Un espectáculo multicultural que cuenta con Gorsy Edu (Guinea), Claudia Coelho (Angola), Yolanda Eyama (Guinea), Sara Nieto (España) y José Juan Rodríguez (Cuba). Un espectáculo de la aclamada L’OM-IMPREBIS, en el que Hassane Kouyaté, auténtico griot africano y miembro de compañías tan importantes como la de Peter Brook o Vidy-Lausanne, toma las riendas de un espectáculo que ya triunfó en los Teatros del Canal de Madrid.

Notas desde la Menéndez Pelayo: Periodismo Cultural

Un escritor se encuentra con un crítico que ha alabado las supuestas bondades de su última creación literaria. Cuando el autor le pregunta atónico: «¿Por qué no has mencionado el pasaje que transcurría en Londres?». El supuesto ‘crítico’ le contestará que «no es relevante». Posdata: En dicho libro el personaje no viaja a Londres. La crítica cultural peca en ocasiones de algo tan simple y tan fácil de solucionar como leer el libro de turno o ver la obra sobre la que le toca hablar. Con este guiño casi que jocoso dio comienzo el Seminario de Periodismo Cultural en la UIMP, que este año llevaba por título: Los suplementos culturales y su versión digital. Como si del cuaderno de notas que siempre acompaña a todo periodista ávido de conocimiento, ahí van algunas Notas desde la Menéndez Pelayo sobre las diferentes conferencias que se pudieron disfrutar.

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«Un crítico no debe ser un reguero de filias y fobias». Sirva esta cita de Berna González Harbour, editora de Babelia, para poner sobre la mesa el papel de una crítica que, aparentemente ha perdido su poder de influencia en favor de los nuevos ‘opinadores’ de la red. Algo debe tener que ver la relación amor-odio de los creadores con estos opinadores profesionales. Conocidas son las predilecciones de cierto crítico por cierto autor y la aversión por otro. Si a esto le sumamos el hecho de que los grupos mediáticos tienen intereses en ciertas editoriales, la desconfianza es aún mayor. Ante este aspecto tanto la editora de Babelia como Blanca Berasategui, al frente de El cultural, se muestran rotundas: «Jamás he recibido una orden de arriba para publicar críticas sobre ciertos autores. Tampoco ha ocurrido lo contrario. En nuestro medio no hay vetados». Una especie de mantra se repite sobre a quién criticar: ¿Para qué vas arruinar la carrera de un autor nobel? Es a las ‘vacas sagradas’ a las que se puede y se debe criticar si fallan en su última creación.

La versión digital de los suplementos culturales. Para la editora de El cultural la clave de internet está en que permite contextualizar las informaciones con contenidos complementarios. Así, el pasado viernes, marcado por la pérdida de Ana María Matute, se podía acceder a diferentes informaciones y entrevistas del archivo sobre la célebre autora. El suplemento que dirige Berasategui lleva 15 años en la red y la prioridad ha sido dar algo más que en el papel: «Me llenan de vitalidad mis redactores veinteañeros que traen nuevos temas para la web». En el lado opuesto está el suplemento La sombra del ciprés, que aún no se encuentra en la red, aunque ya se planea su difusión en la red a corto plazo.

«Si no estás en la web, no existes». Cuando hace poco más de un mes Berna González Harbour, una periodista curtida en mil batallas, asumió la figura de editora de Babelia, tenía claro que el objetivo inmediato era plantear una buena web para el suplemento referente de El País. Así nació Babelia.com, que a la vista de los datos está siendo todo un éxito: 1.500.000 de páginas vistas en el primer mes de vida. Unas visitas que provienen de España y México, país del que este año había una nutrida representación en el Seminario. Un buen número de alumnos del TEC de Monterrey plantearon sus dudas y inquietudes a los ponentes.

Los suplementos culturales, no sólo para élites. Cuando Berasategui recibe un texto se pone en la piel del lector y si ella no lo entiende, le hace desecharlo al autor y hace que lo modifique hasta que consigue ‘llegar’ a los lectores. El estilo periodístico canónico, el que va ímplicito en escribir de una forma comprensible, parece estar lejos de lo que en ocasiones son textos farragosos e incomprensibles. Resulta entonces esencial la figura del editor que defendió con vehemencia William Lyon, que dio una pequeña clase magistral no sólo para los alumnos, sino para los propios conferenciantes que aplaudieron con fervor sus reflexiones. Para Lyon: «El periodismo es como un botijo, hay que saber buscar las grietas y corregirlas».

«Soy la más pequeña, sólo tengo 16 años». En mitad de las charlas, una voz concentra la mirada de todos los asistentes. Una adolescente inquieta pregunta sobre su futuro. La gusta el periodismo. De hecho, es la segunda vez que viene al seminario en el que este año también han participado Basilio Baltasar (Fundación Santillana), Angélica Tanarro (La sombra del ciprés), Fernando R. Lafuente (ABC Cultural) y Ramón González Férriz (Letras libres). Parece que la joven igual se decide por Relaciones Internacionales y después, quizás  haga un máster de Periodismo. El futuro está asegurado. Lo importante será que sigan existiendo buenos contadores de historias, buenos periodistas, el medio de comunicarlo será lo de menos.

Notas desde la Menéndez Pelayo: Contadores de historias

«Cuénteme una buena historia» dice un enérgico Pepe Oneto cuando se cuestiona el papel que debe desentrañar un periodista. Y Juan Cruz se la cuenta. Cuando tuvo delante a una importante personalidad su interés estaba en descubrir ¿Qué llevaba en el bolso? La respuesta de su equipo fue tajante: ¡Nada! Parece que en esas y en otras pequeñas grandes historias puede estar el futuro del periodismo, que tan en duda se pone constantemente con la irrupción de supuestos opinadores profesionales, supuestos sabedores de todo y que en realidad son conocedores de nada y que poblan los esperpénticos debates de las grandes cadenas comerciales: «Los debates políticos de las televisiones, en los que se ponen los de derechas a la derecha y los de izquierdas a la izquierda, y se gritan, son una verdadera vergüenza» comenta un Juan Cruz que añade: «Tendría que darnos un poco de vergüenza verlos, es como cuando te pillan viendo porno».

Parece además que algunos ven la la especialización, ese ámbito que se reivindicará en unos días también en la Menéndez Pelayo con el curso de periodismo cultural, como una mera utopía. Parece que los periodistas tenemos que escribir (y saber) sobre todos los temas. Craso error. Eso redunda en la calidad de unas informaciones, con cada vez menos interés para los lectores. Una buena conclusión que se pudo sacar de el interesante encuentro Conversaciones sobre democracia y medios de comunicación es que la clave de la supervivencia del periodismo no está en el medio, sino en la calidad de los contenidos. Interesantes fueron las reflexiones sobre la relación prensa-poder que se establece en el famosos off the record de las comidas entre políticos y periodistas. Y en mitad del debate, se colaron un par de referencias cinematográficas: Viva la libertá por parte de Oneto, con la que de alguna forma intentó explicar el deblaque del PSOE de Rubalcaba en beneficio de Podemos, y Juan Cruz, más clásico, se refirió a Bienvenido Mr Chance, en la que el personaje protagonista dice unas obviedades que han llevado en los comicios europeos al éxito de cierto partido político. Esta historia por ahora toca a su fin o no… Por esas cosas que pasan en los pasillos del Palacio de la Magdalena, cuando me dirijo al citado curso escucho: «¿Va a ser ahí el ‘canutazo’, ¿Verdad?». Para los que no lo sepan, el ‘canutazo’ es el momento en que los periodistas abordan al político de turno para preguntarle por la actualidad. La que lo preguntaba era una entusiasta Esperanza Aguirre que participaba en uno de los cursos: «Ten cuidado, no te enredes con los cables» le dice a una de las periodistas. Ahora sí, esta historia se ha acabado, pero os prometemos unas cuantas Notas desde la Menéndez Pelayo. Palabrita… De contador de historias.

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La primera instantánea del verano

Por cuatro año consecutivo, DESDE MI BUTACA os traerá las «Notas desde la Menéndez Pelayo», una visión diferente de la actividad académica y cultural de la Universal Internacional Menéndez Pelayo.

Los cursos de la UIMP se han convertido en toda una tradición, una cita anual en la que cada año personalidades del mundo del arte, la política, la ciencia y la economía entre otros campos se reúnen para compartir sus conocimientos en cursos, mesas redondas, encuentros… Ayer se presentaba la programación de este año en el ‘señorial’ hall real del Palacio de la Magdalena. A la entrada, se repetían entre los periodistas  frases del tipo «¡Un año más!» o incluso un jocoso «¿No te vas a jubilar nunca?» Y es que es habitual que los medios apuesten siempre por la misma persona para cubrir estos cursos de verano que llenan de actividades el estío santanderino y al final todos nos conocemos. Ayer se produjo la primera instantánea de este, adelantado, verano y los fotógrafos, cual pleno agosto, se agolparon para conseguirla. No será la única foto para la que se ‘agolpen’, ya que este verano tendremos por la Península de la Magdalena a destacados personajes como Juan José Millás, el ministro Wert  y María Bayo entre otros.

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Si nos centramos en la actividad académica, haciendo énfasis en los campos que nos conciernen DESDE MI BUTACA, merece la pena detenerse en el curso El audiovisual español y las nuevas tecnologías que, del 14 al 18 de julio, traerá a Santander entre otros a Juan José Campanella y Eduardo Noriega. Will Keen impartirá el curso Entorno a Shakespeare del 25 al 29 de agosto. Este año volverá el habitual curso de periodismo cultural al que se añadirán citas periodísticas tan jugosas como la Semana de la Radio. En el campo de las actividades culturales vuelven las tradicionales Noches de la Biblioteca que contarán este año con Macbeth y también con la presencia de Ramón Barea y Emma Suárez entre otros destacados intérpretes. Además, se podrá ver la multipremiada obra El chico de la última fila de Juan Mayorga, Ricardo IIIEl policía de las ratas de Roberto Bolaño y habrá de nuevo un espacio para la narrativa con Los Martes Literarios. Se nos quedan muchos nombres en el tintero, pero aún se seguirán cerrando actividades en las próximas semanas y os lo contaremos en estas «Notas desde la Menéndez Pelayo».

Notas desde la Menéndez Pelayo: "Teatro de ideas sin anestesia"

El teatro ayuda a mi vida, me hace feliz y me ayuda a vivir cuando no escribo

Juan Mayorga

Una noche Juan Mayorga vio «salir de las sombras a Nuria Espert» y entonces descubrió que una de sus pasiones sería el teatro, un arte de futuro reflejo de la fragilidad del ser humano. En su comparecencia por la entrega del Premio La Barraca de la UIMP evocó un tiempo en el que el poder político apoyó ese acto de amor a la gente que es el teatro. Esa Barraca que recorrió España, con parada en la propia universidad incluida, que llevó un teatro culto y, a la vez, popular. Este autor inquieto  que se mantiene «a la expectativa de ese crítico que me enseñe sentidos ocultos de mi obra» reivindicó la importancia del profesor, del docente entregado que como el profesor de El chico de la última fila viven por y para enseñar a sus pupilos. Uno de esos profesores y teóricos apasionados por enseñar es José Luis García Barrientos, a cuyas clases tuve la suerte de acudir en el Máster en Historía, Teoría y Crítica del Teatro por la Universidad Complutense. Él leyó el laudatio a Mayorga al que definió como «un artista admirable, sin paliativos». Filósofo y también matemático, el autor de la celebrada Himmelweg se ha caracterizado por «un teatro de ideas sin anestesia», pero lejano a los maniqueísmos ideológicos que asolan el arte en los últimos tiempos. Así, pone en escena un trocito de temas que nos siguen conectando como seres humanos. Temáticas que nos emocionan y que nos hacen examinar la vida. Celebración, crítica y utopía. Un lugar frente al que los cobardes tuviesen miedo. Una vida inesperada que te desestabiliza. Eso y mucho más es el TEATRO para el reciente Premio Ceres. Y entre los proyectos de esta mente en constante ebullición creativa se encuentra El arte de la entrevista, título tan evocador como prometedor, cuyas páginas tendré la suerte de recorrer gracias a la generosidad del autor. Para verla en escena habrá que esperar a diciembre cuando se estrene en Avilés nada menos que con Luisa Martín y Alicia Hermida.

Tres momentos de la entrega del Premio La Barraca.
Tres momentos de la entrega del Premio La Barraca.

Y estas ya tradicionales «Notas desde la Menéndez Pelayo» terminan con este colofón insuperable. Solo nos queda esperar que en 2014 de nuevo este «faro de conocimiento» en palabras de Mayorga nos vuelva a iluminar gracias a esos MAESTROS que pasan por sus aulas y a esos trabajadores que cada año nos hacen el trabajo informativo más llevadero en la Península de la Magdalena. Personas como Marta, una de las chicas de actividades culturales a la que los asiduos a la UIMP conocen bien y a la que pueden ver en la foto que ilustra esta entrada. Nos vemos el año que viene, seguro.

Josep Maria Pou recupera "El Gallitigre" en Santander

Pou sale a un escenario vacío, agarra una silla, y le basta encasquetarse una narizota roja durante unos segundos para convencernos de que es un payaso y de que reventará si no nos cuenta lo que le pasa. Las frases hechas me traicionan: si he dicho que «le basta» encasquetarse esa nariz, es porque detrás hay un rostro, y en el centro una voz, y más abajo un cuerpo, y todo eso está al servicio de una sola y poderosa idea del personaje.

Marcos Ordóñez en «ABC» el 20 de marzo de 1.991, a propósito del estreno de «El Gallitigre» de Javier Tomeo en el Teatro Romea de Barcelona.

22 años después de su estreno, el veterano actor catalán recupera este monólogo en lo que supondrá su estreno en castellano. Lo hace en el marco de las Noches en la Biblioteca  en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo que cada año reúne en la capital cántabra a destacadas figuras de la escena española. Juan Diego Botto, Emilio Gutiérrez Caba, José Sacristán, Alberto San Juan o Luisa Martín han sido algunos de los nombres que han pasado por este ya clásico ciclo escénico. El próximo lunes 19 a las 22h en los Jardines de la Biblioteca Menéndez Pelayo, el protagonista de A cielo abierto hará su particular homenaje al escritor Javier Tomeo, fallecido el pasado mes de junio, con este monólogo que le valió el aplauso de la crítica hace dos décadas.

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