«El Cuento de las Comadrejas», un canto de amor a los actores que ya está disponible en formato doméstico

Nos comentaba Juanjo Campanella hace unos meses que su visión de Los muchachos de antes no usaban arsénico partía de un lugar completamente distinto al del original fílmico de José Martínez Suárez. Y es que el director de El secreto de sus ojos ha querido hacer un pequeño homenaje al mundo de los actores y eso revisando ahora la cinta con motivo de su lanzamiento en DVD -esperemos que llegue el Bluray pronto con una buena dosis de extras- se nota en cada plano, en cada escena de la película.

Aunque el cineasta, que ahora ha abrazado con fervor el teatro de nuevo, nos presente una sátira con una diva de capa caída y todo su equipo de antaño en un abandonado paraje, no se dejen engañar por las apariencias. El cuento de las comadrejas es, en el fondo, un canto de amor al trabajo actoral. Y como siempre he defendido, Campanella sabe tratar a los actores como pocos cineastas lo hacen. Dándoles su espacio, como si de un proceso teatral se tratara y es que en un lugar tan cerrado como ese gran caserón uno tiene la sensación de vivir una experiencia muy teatral, en el mejor sentido de la palabra. Como si estos personajes permanecieran encerrados en un escenario del que no pudiesen escapar.

Estos cínicos, tramposos, perversos, a la par que adorables personajes nos van ganando el corazón, por muy difícil que parezca, a medida que nos van mostrando sus heridas ocultas, aquellas cicatrices que les han hecho desterrarse del mundo en aquella mansión destartalada. Y en ese sentido se lleva la palma la recreación de Graciela Borges de una gran diva, sobreactuada y excesiva en cada movimiento, a la que la actriz dota de una humanidad con la que el espectador termina conectando.

Como siempre en el cine de Campanella no falta ese «click» en el que aparece la emoción y el espectador termina enamorándose de sus personajes. Y eso vuelve a ocurrir aquí en algunos momentos de la pareja Borges- Luis Brandoni, un actor al que le toca probablemente el roll más complejo de la cinta a mi modo de ver. Atrapado en una carrera que pudo ser y que nunca fue, su personaje vive recluido en esas cuatro paredes en una silla de ruedas. Digo que es el más complejo al ser el personaje más tierno, más humano y más bueno de todos a pesar de ser el que más ha sufrido. Como en casi todo el cine de Campanella, nos vuelve a demostrar que el amor -permítanme el tópico- mueve montañas. El resto del maravilloso reparto veterano, Óscar Martínez y Marcos Mundstock, se dan la mano con Clara Lago en el mejor papel de su carrera junto a la teatral La venus de las pieles y con Nicolás Francella, toda una revelación. Todos ellos se ponen al servicio de esta brillante comedia negra no, negrísima, que tiene momentos de verdadera hilaridad y es que escenas como la de la araña -en la que el público del cine se ‘mataba’ de risa- nos demuestran el buen tino del cineasta argentino también en la comedia. Todo ello con ese equilibrio entre comedia y drama me llevan de nuevo a una frase que me dijo en una entrevista hace años: «La vida como el cine está llena de giros dramáticos. Y en el momento más dramático puede surgir el gag, la carcajada nerviosa que te hace quitar dramatismo al momento. Me ha ocurrido un montón de veces en mi vida y, eso, lo he querido llevar a mi forma de contar historias desde luego». 

Desconozco el motivo por el que esta cinta que para mí es la mejor de Campanella junto a El secreto de sus ojos y El hijo de la novia ha pasado tan desapercibida- quizás su estreno se hizo en fechas inadecuadas-. Desde luego para mí está entre las 5 mejores películas de un año que ha tenido una gran cosecha cinematográfica que repasaré próximamente.

Cameo, que siempre cuida tanto al cine hecho en español, ha editado la sencilla edición en DVD de esta cinta que incluye el tráiler y un correcto making of a un precio muy asequible. Vamos que no tienen excusa para no llevarse a casa esta JOYA de la filmografía de Campanella.

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Campanella: «En el teatro el público con sus risas es el director de orquesta»

Toda historia tiene un comienzo y quizás el primer «flechazo» teatral de Juan José Campanella lo tuvo viendo una obra que muchos años después volvería a su vida primero en Argentina y en estos momentos en España. Se trataba de Parque Lezama, una función que ha influido en su carrera mucho más de lo que pudiera parecer a priori. Allí, los personajes se encontraban en un lugar donde se relacionaban con extraños. Algo recurrente en su cine con espacios que van del Tribunal de El secreto de sus ojos al famoso club de Luna de Avellaneda. Es allí, en esos lugares donde se crean «familias que no son de sangre», donde el ganador del Oscar ha encontrado inspiración muchas veces.

Su segundo debut teatral. A pesar del recurrente titular del debut de Campanella en el teatro, lo cierto es que el cineasta ya tuvo una primera experiencia. Eso sí, fue como autor y no como director. Tenía 23 años y en esa aventura lo acompañó Fernando Castets -que se convirtió en su mano derecha creativa desde que se conocieron estudiando cine en 1979- y su inseparable Eduardo Blanco, protagonista de muchas de sus películas y de este Parque Lezama que mañana tendrá su estreno oficial en el madrileño Teatro Fígaro. Ya desde entonces, los tres se han convertido en «hermanos de vida». De hecho, se encontraron recientemente en una cena en la capital española.

Así nos hablaba de Parque Lezama en 2014

Hace cinco años, el director participaba en un curso en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y aprovechamos para que nos contase un poco sobre Parque Lezama.

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«La vi tres veces en 1985, es mi obra favorita, la leí y vi la película y fue muy influyente en mi carrera. De hecho, llevaba 30 años detrás de los derechos. El autor no quería que se tocase ni una coma del texto, pero gracias al Oscar conseguí que viese mi trabajo y se fiase de mí. Tiene un humor judío americano que tiene mucho que ver con el italiano… Tiene todos los temas que me interesan, ya que logra resumir la vida: La vejez, el balance de nuestra existencia y el conformismo versus el compromiso, hasta qué punto nos implicamos en las cosas que pasan. Todo eso con un texto que te hace reírte y emocionarte. El público está entrando muy bien en la obra. Además, estaba tan metido en la onda tecnología tras Metegol que necesitaba desintoxicarme. Así, me metí a ensayar en un viejo teatro en el que no había ni cobertura. Y por supuesto, volver a trabajar con Eduardo Blanco, que llevábamos 10 años sin trabajar juntos, era un aliciente muy grande también».

Ya de vuelta a este septiembre de 2019 en que tiene lugar este nuevo encuentro, Campanella nos señala que: «Es importante que cada espectador se ilumine con su propio equipaje,  que se lleve su propio mensaje de la función». Para él, esta obra habla en el fondo de ese momento en que «uno deja de vivir para sobrevivir, cuando uno se sienta a esperar la muerte». Parece que la experiencia teatral le tiene completamente hechizado cuando nos comenta que: «he abrazado al teatro con locura». Buena fe de ello da que está al frente de un futuro teatro en Argentina y que ya puede avanzar que le tendremos de vuelta en España con otra experiencia escénica en 2021. Todo ello parece que se debe a esa sensación de ‘mirón’ a que somete el teatro al público. Y es que para él, la escena recoge «una situación de vida en la que el espectador elige a quién mirar». 

«Llegó un momento en que durante los ensayos necesitamos al público». Si algo ha aprendido Campanella de este Parque Lezama es la importancia del que escucha desde su butaca: «El público con sus risas son el director de orquesta». No podemos olvidar que aunque los actores hagan como que hablan entre sí, en el fondo dirigen sus palabras al público que con sus reacciones marcan el timing de la función. A tenor de los primeros días de previas en el Fígaro, con llenos diarios, el público español ha entrado muy bien en esta historia que han traído a España Smedia y Seda de la mano de la productora argentina El Tío Caracoles. Para ello se ha reformado el teatro para adaptarse a las características del montaje. Para este estreno, Campanella ha vuelto a sentir ese cosquilleo en el estómago al tratarse de un medio como el teatro, pero siempre con la confianza que da una obra de sobrada eficacia a nivel internacional, aunque siempre con su sello.

El cuento de las comadrejas, un canto de amor a los actores. Más allá de la apariencia satírica de la nueva cinta de Campanella se encuentra un guión que pone en valor a los intérpretes. Muy al contrario de la cinta en la que se inspiró – Los muchachos de antes no usaban arsénico– que partió de una cierta desidia hacia el mundo actoral tras una mala experiencia de su creador, Campanella ha querido hacer una versión muy libre de una historia ya existente. Algo habitual en su filmografía con títulos como El secreto de sus ojos, también basado en un original literario y coadaptado con el propio autor de la novela. En defnitiva, se trata de hacer nuevas creaciones a partir del original y «que se puedan disfrutar en un programa doble de manera individual sin necesitarse la una a la otra». 

Con la mirada puesta en sus compromisos teatrales y preocupado por la acuciante situación en Argentina, este director que añora el cine de Berlanga que está seguro «se hubiese atrevido con temas que ahora mismo son intocables», nos avanza que siempre tiene puesto un ojo en su productor cinematográfico español, Gerardo Herrero, con el que espera poder seguir dando alegrías cinéfilas en los próximos años. De momento, nos toca acercarnos al madrileño Teatro Fígaro para seguir disfrutando del talento de Campanella con Parque Lezama.

Juan José Campanella: «La vida al igual que el cine está llena de giros dramáticos»

Una de las cualidades que debe tener un buen entrevistado es que sepa comunicar sus ideas. Juan José Campanella habla de él mismo como un comunicador que eligió el cine como herramienta. Esa ‘herramienta’ le ha permitido contar unas historias que perfectamente podrían haber sido contadas en Estados Unidos en los años 70, muy especialmente su celebrada El secreto de sus ojos. Un referente más reciente, Toy Story 2, le hizo dar el salto a la animación con Metegol, pero en el fondo esos jugadores de futbolín humanizados tenían muchas emociones, eran muy ‘humanos’. Y la emoción más grande surgió del protagonista más inesperado en el rodaje de Luna de Avellaneda, uno de sus niños mimados. Ha tocado todos los palos. La televisión le llevó a embarcarse en una particular odisea llamada Vientos de agua, de la que se siente especialmente orgulloso. Mira al futuro desde el ‘evocador’ Palacio de la Magdalena, donde se le homenajea dentro de los cursos de la UIMP, con la vista puesta en «disipar la nebulosa que supone comenzar un nuevo proyecto». Por ahora, nuestros compadres argentinos pueden disfrutar de su adaptación de Parque Lezama sobre los escenarios. Se le nota contento con su experiencia teatral: «En el escenario está el alma del actor» comenta de esta experiencia escénica en la que ha vuelto a dirigir a Eduardo Blanco. Todo un lujo tener DESDE MI BUTACA a este contador de historias insaciable: «Llevo toda mi vida diciendo que me voy a tomar un Año Sabático, pero no hay manera» comenta divertido este perspicaz conversador.

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Su último proyecto cinematográfico, Metegol, le hizo hablar de tú a tú con Pixar, ¿En qué ha influido su pasión por Toy Story 2 en que se decidiese a dar el salto a la animación?

Influyó en el hecho de ver que se podían contar cosas que podían conmover al adulto y al niño al mismo tiempo. Quise meterme en ese mundo de la animación por el cine de Pixar, pero aportando algo nuevo. Para mí, Toy Story 2 es una de las mejores películas de los 90. Son esas películas que te incitan a hacer cine, aunque necesariamente luego tu cine no tiene por qué ser parecido a esas películas.

¿Qué películas han incitado a Juan José Campanella a hacer cine?

Tengo varios títulos que podría considerar entre mis favoritos. Empezando por ¡Qué bello es vivir! y Nos habíamos amado tanto, películas que para serte sincero me hubiese encantado dirigir. Otro título que igual sorprenda más, All That Jazz, aunque no me atrevería jamás a hacer un musical. Me encanta como Bob Fosse muestra las miserias que se esconden detrás del mundo del espectáculo. Es un director que, al igual que a mi, le fascina el cine italiano y eso se nota mucho en Sweet Charity

Ahora con el paso del tiempo, ¿Qué recuerda de aquella noche en que puso al cine argentino en lo más alto?

No era consciente de la importancia del momento. Hay una mecánica de un programa de televisión en vivo que llega a millones de personas. Todo son marcas, los tiempos están muy medidos… Mientras yo estaba haciendo un reportaje, ganaba su Oscar Sandra Bullock. Es algo muy frenético. En ese momento, no eres consciente de lo que está pasando. Al día siguiente tampoco, ya que fui a rodar House, aunque es cierto que me recibieron con un largo aplauso y muchas felicitaciones. Las consecuencias de ese día las percibes con el paso del tiempo. De hecho, me permitió conseguir la inversión de Metegol (Futbolín en España). Tras ese éxito, siento de alguna forma una presión por acometer nuevos proyectos, no tengo muy claro si por pensar que ya he llegado a lo más alto o simplemente es un miedo a que este nuevo proyecto no cumpla con las expectativas después de un éxito tan rotundo. 

¿Qué le ha hecho querer contar una historia como Parque Lezama encima del escenario?

La vi tres veces en el 1985, es mi obra favorita, la leí y vi la película y fue muy influyente en mi carrera. De hecho, llevaba 30 años detrás de los derechos. El autor no quería que se tocase ni una coma del texto, pero gracias al Oscar conseguí que viese mi trabajo y se fiase de mí. Tiene un humor judío americano que tiene mucho que ver con el italiano… Tiene todos los temas que me interesan, ya que logra resumir la vida: La vejez, el balance de nuestra existencia y el conformismo versus el compromiso, hasta qué punto nos implicamos en las cosas que pasan. Todo eso con un texto que te hace reírte y emocionarte. El público está entrando muy bien en la obra. Además, estaba tan metido en la onda tecnología tras Metegol que necesitaba desintoxicarme. Así, me metí a ensayar en un viejo teatro en el que no había ni cobertura. Y por supuesto, volver a trabajar con Eduardo Blanco, que llevábamos 10 años sin trabajar juntos, era un aliciente muy grande también.

"Parque Lezama", el debut de Campanella en el teatro.
«Parque Lezama», el debut de Campanella en el teatro.

Precisamente, entre la risa y la emoción transitan los personajes de sus películas, como en la vida misma…

Así es. La vida como el cine está llena de giros dramáticos. Y en el momento más dramático puede surgir el gag, la carcajada nerviosa que te hace quitar dramatismo al momento. Me ha ocurrido un montón de veces en mi vida y, eso, lo he querido llevar a mi forma de contar historias desde luego. 

Con esta experiencia tan satisfactoria entre manos, aquí y ahora, ¿Por qué el teatro es un buen lugar para contar historias para Juan José Campanella?

Lo que me mueve del teatro es que te permite mostrar 20 cortes distintos de la misma historia. De hecho, yo he visto la obra unas 150 veces y te juro que cada noche, el texto se respira de una forma distinta. Eso sí, cuando una obra funciona es el mejor lugar para contar historias, pero cuando no tiene una buena recepción tienes ganas de meterte debajo de la butaca. El teatro es voyerismo puro, estás escuchando desde un punto de vista fijo la conversación de un desconocido y como en la vida, hay momentos en que los actores dan la espalda al público. En el escenario, está el alma del actor. Cuando el espectador tiene la percepción de que está espiando la vida, es tan vital… El cine está ofreciendo el 3D como aliciente y eso ya existe hace millones de años y se llama TEATRO. Estás ahí, los actores se afectan por las reacciones del público. Cada función es distinta, absolutamente vital.

Este mes de septiembre se podrá ver en los escenarios españoles una adaptación de El hijo de la novia, ¿Cómo se siente ahora que su criatura va a pasar por otras manos?

Me divierte muchísimo la idea. Es más, yo no hubiese querido adaptarla, no me gusta repetirme. De hecho, me ofrecieron hacer el guión del remake de El secreto de sus ojos y no quise. Sólo espero que no sea un ‘calco’ de la película y que aporte elementos diferenciadores. Lo que sí te diré es que es de los pocos proyectos de adaptación a los que hemos dado el sí, tiene algo que nos ofrecía cierta confianza de que el resultado podría ser bueno.

Ha compartido unos cuantos guiones con Fernando Castets, ¿Cree que de alguna forma comparten la misma mirada?

Desde luego. Siempre decimos que lamentablemente no somos complementarios, sino que los dos tenemos las mismas virtudes y defectos. Tenemos una misma mirada de la vida y hasta un mismo sentido del humor. Prácticamente tenemos los mismos gustos cinematográficos. Somos muy amigos y tenemos una obra de teatro entre manos.

Tiene doble nacionalidad, ¿Se atrevería Juan José Campanella con un proyecto en España?

A los argentinos y los españoles nos pasa como a los simios y a los hombres que sólo nos diferencian dos genes. Somos muy similares, pero con un toque genuino que nos distingue. Yo creo que mi forma de contar historias aquí en España no tendría mucho sentido, no sería capaz de entender el sentido del humor totalmente. Con el director español con el que más afinidad tengo es con Berlanga, que es el más italiano de los españoles. Me da miedo  tocar notas falsas, dirigir mal a un actor. Mira, eso me pasó en mis comienzos en Estados Unidos. Quise ‘argentinizar’ unas historias que en mi país y con mis actores hubiesen funcionado a la perfección, pero que en un contexto tan diferente no terminaron de cuajar.

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La televisión ha sido también muy importante en su carrera, ¿Qué papel ocupa Vientos de agua en su trayectoria?

Vientos de agua es el proyecto del que más orgulloso me siento. Es una serie que ha encontrado su público, el DVD ha sido un éxito. Todos los que trabajamos en esa serie sacamos pecho cuando la recordamos. Parece increíble el resultado que conseguimos con todas las dificultades que tuvimos que sortear. Se nos cayó una localización que tenía que simular los años 30 de un día para otro y todo el equipo se puso manos a la obra para recrearlo y, milagrosamente, lo conseguimos.

“Son películas que a los que les gustan, les han calado bastante hondo”, ¿Cuál ha sido la reacción más hermosa que ha vivido con su cine?

Se me acercó una chica y me dijo que ella enseñaba ballet en la villa que se enseñaba en la película Luna de Avellaneda. Me dijo que gracias a la película, su familia había entendido su trabajo y la veían ahora como una particular heroína.

¿Con qué tipo de historias le gustaría seguir emocionando a su público?

El tema que más me preocupa es la muerte, qué es lo que dejas por el camino, hablar de ese momento en el que te das cuenta de que esto se acaba. Entonces, la vida pasa a ser un particular ajedrez con reloj. En esa línea estoy tirando ideas con Eduardo Sacheri para una nueva película de la que, curiosamente, antes del guión ya tengo parte de la música. Ahora mismo estamos disipando la nebulosa que supone comenzar un nuevo proyecto. Además, como te comentaba antes, estoy también pensando una obra con mi querido Fernando Castets.

En Luna de Avellaneda tuvo a José Luis López Vázquez, que recordaba con cariño su experiencia en la película en sus memorias…

¡Qué lindo! Yo le conocía por las películas de Berlanga, pero los más jóvenes del equipo no sabían lo que significaba trabajar con un actor de ese calibre. Tanto fue así que no le encontraron en el aeropuerto y se tuvo que venir solo en un taxi. En ese momento, yo los quería matar. Tenía 81 años, era un picaflor impresionante y muy activo. Era invierno y hacía un frío del carajo y él no se quejó nunca, era un profesional impresionante. Su rodaje fue agotador, pero en sus tres días libres se fue a ver las Cataratas del Iguazú con la novia que tenía entonces. Tengo un recuerdo maravilloso de él como un gran actor y, sobre todo, como un increíble profesional. Hubo un momento realmente mágico con el doble de luces de Ricardo, un taxista completamente ajeno al mundo del cine que en plena crisis argentina se había metido a hacer trabajos de extra. Estábamos rodando la muerte del personaje de José Luis en un hospital y yo estaba a medio camino entre lo técnico que implica el cine y la emoción de los actores. En ese momento, me encuentro al taxista llorando. Cuando le pregunté qué le pasaba me contestó que no se podía creer que estuviese viendo en vivo una actuación tan emocionante como la de José Luis López Vázquez. En ese momento me di cuenta de que soy un afortunado por poder ver de cerca a monstruos de la interpretación como él.

Un fotograma de "Luna de Avellaneda".
Un fotograma de «Luna de Avellaneda».

Enrique González Macho: «Creo en la presunción de inocencia»

En el trascurso del curso «El audiovisual en español y las nuevos tecnologías» de la UIMP. que este año homenajea a Juan José Campanella, charlamos con el Presidente de la Academia de las Artes y de las Ciencias Cinematográficas, Enrique González Macho.

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¿Qué tiene de especial el cine de Juan José Campanella para que conecte de esa forma con el público de todo el mundo?

Hay dos factores claves: Son personajes universales y sus historias hablan de emociones que todos hemos experimentado.

¿Cómo fue el primer encuentro con Juan José Campanella?

Yo le conocí en el Festival de Cannes. Era un jovencito en aquel entonces, allá por 1991, me le encontré en el mercado del Festival, donde él iba con una película debajo del brazo. Así nació nuestra relación que se materializaría con la distribución en España de la película El niño que gritó puta . En la Seminci de Valladolid la reacción del público fue extraordinaria. Me acuerdo que el público completaba el título de la película al unísono: El niño que gritó… ¡Puta!

¿Por qué ha decidido continuar finalmente al frente de la Academia a pesar de que en principio había decidido no presentarse?

Han sido unos años difíciles los que he estado al frente de la Academia, pero he decidido seguir precisamente por eso. Mi objetivo es seguir hasta que las cosas se estabilicen un poco. Quiero que la Academia siga siendo un referente en el que la sociedad pueda ver reflejado el mundo del cine. Otro reto es saber vendernos como industria y saber encontrar a los posibles compradores.

Con respecto a la supuesta ‘politización’ de los Goyas…

Lo único que te puedo decir es que aunque saliésemos rezando el Rosario, nos seguirían tachando de ser de izquierdas. Hay un interés por parte de ciertos políticos y medios de ver el cine español como algo ‘izquierdoso’. Cada persona que pertenece a la Academia tiene su opción política definida, sea cual fuere, y tiene derecho como ciudadano a manifestarla.

Frade compra las entradas de su propio filme para obtener la subvención, ¿Qué respuesta da a este titular como Presidente de la Academia?

Tengo claro que desde la Academia no podemos penar la actuación de una persona física. Aún no conozco muchos detalles del caso, pero creo en la presunción de inocencia. Esta noticia ha sido un pequeño volcán que ha aparecido así de repente y no me atrevo a juzgarlo hasta que se conozcan todos los datos.

¿Cuáles han sido los hitos de estos años como distribuidor en Alta Films?

La distribución es una de las partes más bonitas del cine. Me encanta descubrir películas y traerlas a España. Entre los hitos de Alta Films creo que ha estado traer el cine soviético y las películas de Campanella. También es una satisfacción haber creado espacios como los Cines Princesa donde se vive, se disfruta y se saborea el buen cine.

Juan José Campanella, nuevo protagonista dominical DESDE MI BUTACA…

El próximo domingo 13 de julio, el director de El hijo del novia será el protagonista del espacio dominical que dedicaremos durante todo el verano a la entrevista. Este creador de historias emocionantes nos confiesa sin rubor que Toy Sory 2 es una de las mejores películas de los 90. Admirado por su trabajo en el cine Berlanga, su mayor referente en el cine español, dirigió a José Luis López Vázquez en Luna de Avellaneda y vivió un momento mágico en ese rodaje junto a uno de los miembros del equipo. Ahora, después de tanta tecnología en su exitosa Metegol (Futbolín en España) se ha visto embrujado por Talía. Está dirigiendo Plaza de Avellaneda en Buenos Aires y ya la ha visto ¡150 veces! Pero no os preocupéis, su mente creativa en constante ebullición ya está planeando una nueva película, cuya música, antes incluso de tener el guión, ya está casi lista…

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Juan José Campanella, El Brujo y Gorsy Edu, protagonistas en Santander

Hoy DESDE MI BUTACA os hacemos un avance de la que quizás sea una de las semanas más culturalmente activas este verano en la capital de Cantabria con una variedad de propuestas muy interesante para todo tipo de públicos.

En el campo cinematográfico destaca la presencia del laureado director de El secreto de sus ojos, Juan José Campanella, que participará en el curso de la UIMP que lleva por título El audiovisual en español y las nuevas tecnologías (del 14 al 16 de julio)que inaugurará el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert. Enrique González Macho, Susana de la Sierra y Jorge Edwards entre otros participarán también en este homenaje al director de Futbolín. Además,  el director de El hijo de la novia presentará su película Y llegó el amor el 14 de julio en la Filmoteca de Cantabria dentro del ciclo que le dedica el espacio cinematográfico referencia de Cantabria.

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El ciclo de teatro Talía dará el pistoletazo de salida con Rafael Álvarez «El Brujo» y su espectáculo La Odisea, que se podrá ver en CASYC los días 18 y 19 de julio a las 21h. La Odisea es un proyecto que se integra en una línea de trabajo, sostenida durante años, siguiendo el estilo propio del «actor solista», tradición europea que se remonta a los juglares antiguos y cuyo exponente más prestigioso es el premio Nobel Darío Fo. La Odisea sigue el impulso de espectáculos como Lazarillo de Tormes, El Quijote o El evangelio de San Juan. Sobre la base de un referente clásico, de amplia difusión cultural, se ofrece al público una lectura renovada de los mismos motivos antiguos, tratando de extraer los valores contenidos en ellos. No será la primera vez que este verano nos crucemos en el camino de este poeta de la escena, ya que hace unos días le vimos DESDE MI BUTACA en el Festival de Almagro.

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El actor a su paso por Almagro.

Cerrará esta semana tan culturalmente activa el espectáculo Decamerón negro, que podrá disfrutarse el domingo 20 de julio a las 20:30h en Escenario Santander. A través de los relatos eróticos, la música y la danza originarios de África, disfrutamos viendo cómo se han ido propagando por los cinco continentes, mezclándose con otras culturas y creando formas comunes de seducción, juegos para el goce de los cuerpos y, al fin y al cabo, nuevas maneras de expresar la felicidad de vivir. Una compañía que reúne artistas de Guinea, Burkina Faso, Angola, Cuba y España, da vida a un espectáculo hermoso sobre lo que nos atrae y seduce a partir de una obra que, en palabras de Luis Alberto de Cuenca, “produce a quién se acerca benéficos espasmos de placer”. Un espectáculo multicultural que cuenta con Gorsy Edu (Guinea), Claudia Coelho (Angola), Yolanda Eyama (Guinea), Sara Nieto (España) y José Juan Rodríguez (Cuba). Un espectáculo de la aclamada L’OM-IMPREBIS, en el que Hassane Kouyaté, auténtico griot africano y miembro de compañías tan importantes como la de Peter Brook o Vidy-Lausanne, toma las riendas de un espectáculo que ya triunfó en los Teatros del Canal de Madrid.

Juan José Campanella, Miguel Rellán, Ramón Barea, Marcos Ordóñez y Kiti Mánver en la UIMP

Se presenta un verano muy atractivo culturalmente hablando en la Menéndez Pelayo. Vayan por delante unos cuantos nombres: Juan José Campanella, Pablo Messiez, Miguel Rellán, Marcos Ordoñez, Kiti Mánver, Emma Suárez, Ramón Barea, Silvia Pérez Cruz, Juan José Millás…

El periodismo cultural será protagonista en un curso que un año más dirigirá Basilio Baltasar los días 25 y 26 de junio. Este año los suplementos culturales serán los protagonistas de un curso que será protagonista en Los Martes Literarios el 24 de junio. Otro de los protagonistas del ciclo literario de la UIMP será Marcos Ordoñez que además de impartir el taller de dramaturgia cinematográfica, protagonizará la jornada del 5 de agosto, dedicada a la crítica teatral. Otro nombre imprescindible que pasará los Martes Literarios será Juan José Millás que estará el 12 de agosto en Santander.

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Hacemos un avance de  las Escénicas del Casyc donde serán protagonistas El chico de la última fila de Juan Mayorga (30 de julio), El policía de las ratas (20 de agosto) y Ricardo III (27 de agosto). La música también estará presente en el ciclo con Philip Glass (8 de julio) y Silvia Pérez Cruz (3 de septiembre) entre otros artistas.

Un año más, Los Jardines de la Biblioteca Menéndez Pelayo se llenarán de teatro con el ciclo «Noches en la Biblioteca» con un plantel de intérpretes de lujo. Abrirá el ciclo Miguel Rellán con la maravillosa Novecento, cuya crítica podéis leer DESDE MI BUTACA. Esta cita del ciclo, el 4 de agosto, será el pistoletazo de salida a un ciclo que contará con Kiti Mánver  (11 de agosto), Ramón Barea con Sobre los prejuicios del tabaco (18 de agosto), la televisiva Nathalie Seseña traerá La innombrable el 1 de septiembre y Emma Suárez que cerrará el ciclo con los cuentos de Manuel Vicent el 8 de septiembre.

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Más teatro para conmemorar el paso de La Barraca por Santander. Se podrán ver en el Paraninfo de la Magdalena las obras El bobo del colegio (2 de julio)  y Obligados y ofendidos (9 de julio). También pasará por Santander una de las obras de Pablo Messiez que dirigirá el curso Lorca en presente del 8 al 12 de septiembre. Podremos ver su Muda el 11 de septiembre en el Paraninfo de la Magdalena. Además, Shakespeare será protagonista con el curso Shakespeare: la palabra hecha acción del 25 al 29 de agosto con el actor Will Keen.

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En el campo cinematográfico destaca la presencia del laureado director de El secreto de sus ojos, Juan José Campanella que participará en el curso El audiovisual en español y las nuevas tecnologías (del 14 al 16 de julio), que inaugurará el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert. El director de El hijo de la novia presentará su película Y llegó el amor  el 14 de julio en la Filmoteca de Cantabria.

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La primera instantánea del verano

Por cuatro año consecutivo, DESDE MI BUTACA os traerá las «Notas desde la Menéndez Pelayo», una visión diferente de la actividad académica y cultural de la Universal Internacional Menéndez Pelayo.

Los cursos de la UIMP se han convertido en toda una tradición, una cita anual en la que cada año personalidades del mundo del arte, la política, la ciencia y la economía entre otros campos se reúnen para compartir sus conocimientos en cursos, mesas redondas, encuentros… Ayer se presentaba la programación de este año en el ‘señorial’ hall real del Palacio de la Magdalena. A la entrada, se repetían entre los periodistas  frases del tipo «¡Un año más!» o incluso un jocoso «¿No te vas a jubilar nunca?» Y es que es habitual que los medios apuesten siempre por la misma persona para cubrir estos cursos de verano que llenan de actividades el estío santanderino y al final todos nos conocemos. Ayer se produjo la primera instantánea de este, adelantado, verano y los fotógrafos, cual pleno agosto, se agolparon para conseguirla. No será la única foto para la que se ‘agolpen’, ya que este verano tendremos por la Península de la Magdalena a destacados personajes como Juan José Millás, el ministro Wert  y María Bayo entre otros.

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Si nos centramos en la actividad académica, haciendo énfasis en los campos que nos conciernen DESDE MI BUTACA, merece la pena detenerse en el curso El audiovisual español y las nuevas tecnologías que, del 14 al 18 de julio, traerá a Santander entre otros a Juan José Campanella y Eduardo Noriega. Will Keen impartirá el curso Entorno a Shakespeare del 25 al 29 de agosto. Este año volverá el habitual curso de periodismo cultural al que se añadirán citas periodísticas tan jugosas como la Semana de la Radio. En el campo de las actividades culturales vuelven las tradicionales Noches de la Biblioteca que contarán este año con Macbeth y también con la presencia de Ramón Barea y Emma Suárez entre otros destacados intérpretes. Además, se podrá ver la multipremiada obra El chico de la última fila de Juan Mayorga, Ricardo IIIEl policía de las ratas de Roberto Bolaño y habrá de nuevo un espacio para la narrativa con Los Martes Literarios. Se nos quedan muchos nombres en el tintero, pero aún se seguirán cerrando actividades en las próximas semanas y os lo contaremos en estas «Notas desde la Menéndez Pelayo».